“Planificar la resurrección en otra época, ¡qué falta de responsabilidad!”. Valeriu Butulescu (1953 - ) Escritor y político rumano.
La
carta de Giordani no revela nada que los venezolanos no sabíamos o al menos
intuíamos. La corrupción desbordada de la cúpula podrida del gobierno y el
PSUV, ya es inocultable.
Lo único novedoso es que lo dice, quien vivió muchos
años, en las entrañas del monstruo. $100 mil millones del FONDEN manejados a
discreción, $25 mil millones raspados de un GOLPE de CADIVI y $18 mil millones,
transferidos a Cuba en convenios, donaciones, aportes y acuerdos, aparte de los
120 mil B/D de petróleo, son la punta de un iceberg de proporciones
incalculables. La revolución implosionó en un mar de corrupción.
Con
la salida de Giordani, se evidencia, que el gobierno de Maduro, tiene vuelo
gallináceo. La carta revela la lucha interna en el gobierno, por ponerle la
mano a lo más sustancioso del tesoro público. Indicativo de que la cacareada
unidad, no es más que una sociedad de cómplices, que viene operando al amparo
de la más obscena impunidad. La corrupción implosionó la revolución. El legado
del “Mitómano eterno”, el socialismo del siglo 21, el Plan de la Patria, no son
más que la revolución de la corrupción. No les importa el pueblo, lo de la
cúpula putrefacta es la corrupción. Una perfecta ROBOLUCIÓN, pues.
La
cúpula putrefacta del chavismo en el gobierno, exige lealtad al legado del
“Mitómano eterno”. Hablan de una supuesta traición de un hombre entregado y
honesto como Giordano (Sic), para intentar recoger el agua derramada en la
carta. Y en ese empeño, tienen el atrevimiento de pretender achacarle todos los
males de la economía, al supuesto traidor ¡NO! el responsable de esta debacle
económica es el “Mitómano eterno”, los sátrapas del Caribe y la caterva de
incapaces, inútiles y corruptos de los cuales se rodeó. El monje era una pieza
de ese engranaje diabólico. Héctor Navarro lo apoya, solicita su reivindicación
y también lo expulsan. Máxima lealtad con la corrupción. Otra categoría
política en revolución. Los contra corrupción no caben en la revolución.
El
gobierno maneja los 5 poderes “institucionales”. Es una revolución armada. Los
militares gritan vergonzosamente consignas políticas, en abierta violación a la
Constitución y, juran lealtad a su nuevo Comandante en Jefe. Han administrado
la más fabulosa y prolongada bonanza petrolera, han endeudado al país a límites
de vértigo y ahora, cuando el barco se hunde, todos lo abandonan y pretenden
que se hunda sólo el lorito (Monje), que subió al mástil de la nave y grita vía
epistolar: “Se hunde el barco, mi querido Capitán”. Todos son responsables y en
esa tragedia económica y corrupta, no hay resurrección posible. El modelo
fracasó y es inviable.
Es
el principio del fin. La única manera de salvar al país de la debacle total, es
cambiando el gobierno. La economía no es cosa de monjes locos. Es cosa seria y
requiere de un equipo gubernamental que genere confianza y tenga credibilidad.
En Maduro y en su caterva de incapaces, ineptos y corruptos nadie cree y con
esos cabellos menos. La corrupción implosionó la revolución.
José “Cheo” Salazar
sjose307@gmail.com
@Cheotigre
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