miércoles, 23 de abril de 2014

SUSAN A MORFFE, UN PASO AL FRENTE

El mejor y fructífero diálogo que se puede dar en estos tiempos es el de policías y estudiantes, sin duda sacaríamos grandes conclusiones y quizás mejoraría la situación actual en el país, confrontando a los victimarios con sus propios verdugos. Deberá ser una confrontación pública para conocer finalmente quienes colocan las guarimbas y quien ordena los abusos y las torturas a los estudiantes venezolanos.

La situación actual no puede excluir en mesa de diálogo a ningún venezolano en la tormentosa lucha que se libra en las calles y en cada uno de los estados del país, unos guardando silencio cómplice, otros lanzando consignas y alarmas por estos aciagos días que vivimos, con un saldo de más de 40 muertos, una llamada guerra civil en episodios lentos, lamentables, tristes y sangrientos.
No se debería excluir tampoco en el diálogo a las amas de casa, (no políticas) son ellas las que sostienen sus hogares solas y además tienen que someterse a las colas para comprar alimentos, bien  sea en Mercal o Pdval, en horas de la madrugada o en los supermercados cuando por obra y gracia aparecen los más elementales productos de la canasta alimenticia, harina pan, leche, café, mantequilla, aceite, para mencionar solo los de mayor demanda. Médicos y pacientes completarían el diálogo en el abanico de victimas protagonistas de la caída aparatosa del país y los desaparecidos insumos básicos para la atención de la población.
Verdaderamente que un gobierno con tantas precariedades y el descontento total de la población no rinde, más bien luce dentro de la geografía universal como  una tragedia, sobre todo por sus gobernantes al  insistir en que todo va bien con una economía comprometida adentro y afuera del territorio. Como también es una monumental falsedad decir que en Venezuela siempre hubo escasez. No es cierto, lo que hubo fue mala administración de los recursos como los hay ahora, y peor aún, cuando lo que le corresponde a cada venezolano, lo saborean extranjeros aliados al sistema.
Si quieren y  queremos paz, tenemos que dar un paso al frente y cada representación de la sociedad, (no política) debería ocupar su lugar en la mesa de diálogo para exponer el calvario de problemas que sufre la población. Estamos refiriéndonos a policías nacionales con estudiantes, amas de casa, gente de clase media que pasó a ser pobre, médicos, educadores, desempleados y por supuesto los colectivos para identificarlos sin las capuchas. Solo así cada venezolano podrá calibrar si el régimen está en capacidad de ofrecer soluciones, comprometiéndose con el pueblo y no con los intereses políticos internos y foráneos. 
No hará falta una comisión de la verdad. Muchos apostarían por la firmeza del pueblo cuando se exprese, no con un voto cada cierto tiempo, sino con voz para decir cómo queremos que nos gobiernen y a la vez exista una economía justa y equilibrada. Sería un gran reto para el régimen ya que dice ofrecer todo lo mejor para el pueblo. Se abren las apuestas para la justicia.
Susana Morffe
@susanamorffe

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