Las interminables vueltas y volteretas que
los venezolanos hemos atestiguado con relación al diálogo parecen haber borrado
nuestra credibilidad en esa posibilidad, y eliminado esa palabra de nuestro
diccionario.
Están excesivamente trilladas las
manifestaciones de voluntad de dialogo porque naturalmente todo el mundo
sensato exige su realización. Pero también están excesivamente trilladas las
manifestaciones de su negación. Si bien es cierto que nunca se debe abandonar
la búsqueda del bien, se debe responder con responsabilidad la interrogante
acerca de la posibilidad del diálogo, y también, de que éste signifique una
solución buena para los venezolanos, dado que se puede admitir que ese proceso signifique básicamente
tiempo para el gobierno, o promesas de cambio para que todo siga igual.
Se debe apreciar que la confrontación entre
el Socialismo del Siglo XXI y la democracia no está planteada solamente en
Venezuela, sino en buena parte de América Latina. La terrible equivocación de
quienes traicionaron al pueblo venezolano y quisieron apropiarse del poder el
13 de abril de 2002 originó un vuelco en la política latinoamericana, la
alianza de Chávez con Fidel Castro, basada en la canalización del ingreso
petrolero venezolano a favor de la causa de líderes, partidos y movimientos
afines en la región. Esto explica a ALBA, PETROCARIBE, y, en mayor o menor grado,
las elecciones, entre otros, de Evo
Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega y Cristina Kirschner. El objetivo central
es confrontar, desde esta parte del mundo, la hegemonía de Estados Unidos,
incluyendo la participación de naciones rivales, como China, Rusia, Irán, Siria. Esto explica en buena medida la salida
de Venezuela del Pacto Andino, UNASUR, CELAC y la impuesta inclusión de
Venezuela en MERCOSUR. Desde entonces se han registrado iniciativas
neopopulistas, reelecionarias y, sobre
todo, el culto apologético a la personalidad de Chávez y la renovación de la de
Fidel Castro, acompañados por una escatología sobrenatural desvinculada
totalmente del marxismo, que terminarían concentrando la ideología del
socialismo del siglo xxi.
Téngase presente, entre otras cosas, la
imputación a EUA que inoculara un cáncer a Chávez y el show de la contemplación
de su cadáver embalsamado. Se debe responder con responsabilidad la
interrogante acerca de la posibilidad del diálogo, y no negarse, aunque sea por
razones comprensibles, al hecho de que aunque se crea que el diálogo es
necesario para posibilitar una solución pacífica, las posiciones están tan
definitivamente confrontadas que el mismo no se podrá realizar; que la alianza “chavocastrista” nunca
aceptará la vigencia plena de la Constitución de Venezuela que posibilite su
derrota electoral, o la terminación de su gobierno por otra via constitucional,
y que determine la cancelación del contenido inconstitucional de su proyecto.
No se trata solo de quien sea el mediador
porque, éste, sea quien sea, no podrá cambiar esta realidad. Por otra parte, en
la medida en que se debe tener muy presente la posición muy antidemocrática y
muy antivenezolana de la UNASUR, como es la de la OEA y la CELAC,y cualquier
otra donde prevalezca la alianza chavocastrista, se debe apreciar la posición
que luce injustificada y equivocada por parte de la MUD de aceptar que UNASUR y
el mismo gobierno impongan a UNASUR como actor en este proceso.
Douglas
Jatem
djatem@gmail.com
@djatemv
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