Algunas personas, ciertamente y como a toda
persona, muy respetables y seguramente con sinceridad, piensan que en
Venezuela, a estas alturas de la situación que estamos padeciendo todos los
venezolanos, es posible y deseable que se establezca el diálogo entre
opositores y gobierno.
¿Qué es un diálogo? La Real Academia Española de la Lengua, en su
vigésima primera edición de 1992, expresa: diálogo es “Plática entre dos o más
personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos.” Pero luego de
otra definición referida a una obra literaria o poética, que no es real sino
fingida y también entre dos y más personajes, trae la Real Academia como tercer
significado: “Discusión o trato en busca de avenencia”, que viene a ser lo que
estas personas, anteriormente referidas, están proponiendo que se realice.
Está en el Evangelio que debemos los
cristianos ser mansos cual palomas y astutos cual serpientes. Pero esto es otra
verdad: Honestidad no significa ingenuidad, puesto que en el mundo abundan
astutas y deshonestas serpientes que no dudan recurrir a trampas y engaños
cuando se trata de obtener o satisfacer protervos intereses. Con todo respeto,
digo a esas personas que comprendo y comparto
--como todo venezolano que verdaderamente ama su Patria y la respeta,
pero no con la canción del difundo, sino desde las profundidades de su
corazón-- la triste y muy lamentable
situación en la que ha sido sumida Venezuela por obra del fanatismo comunista
de algunos de sus hijos, que la han llevado a lo que es una de las más trágicas
situaciones vividas en su historia republicana.
En escrito que difundiera hace algún cercano
tiempo, me referí también al diálogo que
desde entonces se proponía, recordando una expresión del filósofo Jacques
Maritain que expresaba: “Hay que distinguir para unir.” Efectivamente, todo
diálogo verdadero, franco y honesto, supone el encuentro entre partes --políticas o no-- que difieren en sus maneras de pensar y de actuar
en cualquier propósito, proyecto o intención que las separan.
El diálogo verdadero y honesto supone, por
tanto, que las partes dialogantes expresen, clara y sinceramente, sus
diferentes puntos de vista, con la idea de buscar un entendimiento que busque
acercar ciertas diferencias que impiden la realización común de esfuerzos para
actuar en beneficio de ambas partes, con el propósito superior de alcanzar
fines que logren y permitan, a todos, el alcance de objetivos superiores que,
en el caso de la crisis general que padecemos todos los venezolanos, significa,
nada más y nada menos, que el Bien Común General en favor de todos.
Ahora bien, podemos preguntarnos, ¿es que es
posible llegar a un entendimiento entre gobernantes y opositores, cuando los
primeros tienen la mentira y el terror como instrumentos fundamentales del
hacer político y hacen caso omiso de los daños y males que a la República y a
todos sus ciudadanos han sometido, apoyados en una pseudo-doctrina cuyo
instrumento fundamental es el engaño y la falsedad, cuya meta es detentar un
poder absoluto que niega todas las libertades a los venezolanos, todos sus
derechos consagrados en la Constitución Nacional infinitas veces violada en
casi todos sus artículos, y llevado a un país que tiene todas las condiciones
en su tierra y en sus habitantes, que pueden conducirlo al desarrollo de un
inmenso potencial como para hacer de Venezuela una Nación prospera, tanto o más
que las más aventajadas de nuestro Continente y del Mundo?
¿Es que es posible dialogar con
representantes de un gobierno que ha incurrido en el insólito delito de haber
permitido que otro gobierno extranjero se haya establecido en esta Patria, para
someterla a sus designios con los que arruinaron la noble Patria de Martí y han
sometido a sus ciudadanos, por más de cincuenta años, al horror de la más
espantosa miseria y degradación habidos en todo nuestro Continente?
A quienes, no dudo que de buena fe, auspician
dialogar con el gobierno comunista, les recuerdo los nulos resultados del
“diálogo” establecido el 2002, a raíz del mal llamado “golpe de estado” (que en
verdad fue un auto-golpe del Presidente, para descubrir a quienes, en verdad,
preparaban un golpe militar), y que tuvo la infame situación a la que fueron
sometidos personas inocentes, como Simonovis y otros más, el primero de los
cuales permanece encarcelado sin que nada justificara, en ningún caso, esa
prisión injusta de un venezolano absolutamente inocente.
Venezuela no se entrega, como no lo hizo ante los Boves, Montenegro o Morillo. Venezuela es, y siempre ha sido, una Nación que lucha porque sueña con la Libertad. Esa es la sangre que corre por nuestras venas, sea africana, parda o mestiza y blanca. Los jóvenes estudiantes, en pie de lucha en todas nuestras ciudades, son herederos de los Héroes de la Victoria y de tantas otras luchas de la que está plena nuestra historia. Nunca se rendirán, ni nos rendiremos los verdaderos venezolanos, aunque nuestro tiempo sea anciano, siempre será libertario.
¡Dios bendice a Venezuela!
Pedro
Paúl Bello
ppaulbello@gmail.com
@PedroPaulBello
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.