Creo en el dialogo y en la paz, llegar a ellos requiere de un ambiente, de una actitud
desprendida y sincera. Se necesita la
voluntad espiritual que mueve la conciencia
que hace brotar el mensaje
corporal, seguido de una frase
compuesta de voz y acción positiva. Si no se cumplen estos
elementos el dialogo se convierte en una
simple retorica e hipócrita conversación de acuerdos aparentes sin resultados,
que quedan al descubierto por la actitud y acritud de los hablantes.
El Presidente Maduro convocó la conferencia
de PAZ en Miraflores, en medio de un escenario internacional de cuestionamiento
a la violación de los derechos humanos en Venezuela, con una posible activación
de la carta democrática y hasta de una posible intervención de fuerzas de paz,
ante la represión desmedida a estudiantes y al pueblo venezolano, Una
conferencia convocada ante la presión de los Estados Unidos y
de decenas de pronunciamientos de países y personalidades del mundo
preocupados por el futuro y la paz de Venezuela.
En el marco nacional, esta Conferencia es convocada con miles y miles de estudiantes protestando en las calle, con unas Fuerzas Armadas revueltas en lo interno, con una situación económica a punta de colapso, ya con saqueos selectivos en varias regiones del país .con peligrosos síntomas de anarquía y enfrentamientos entre sectores radicalizados y una población que cada día pierde más la confianza en las instituciones, en el estado y en sus dirigentes.
Todo el país siguió con detenimiento la
conferencia de casi 6 horas de retórica, de posturas y de gestos que no convencieron,
estamos obligados a mantener siempre las esperanzas. Ese mismo país
simultáneamente estaba viendo lo que sucedía en las calles, colectivos armados
atacando residencias particulares en varias partes de Venezuela, marchas
multitudinarias de mujeres pidiendo paz y libertad, cientos de negocios
cerrados y conatos de saqueos y violencia. Las amas de casas deambulando,
tratando de hacer sus compras nerviosas y abastecerse ante la incertidumbre.
Me da la impresión que esta Conferencia de
Paz Gubernamental no convenció a nadie, ojala me equivoque. El problema sigue
siendo de credibilidad y confianza en el
liderazgo nacional, en los actores. Algo muy peligroso. La realidad puede
pasarnos por encima a todos, una cosa piensan los dirigentes y otra cosa piensa
la gente, qué en las calles demuestra que ya está cansada. Las grandes
movilizaciones de la oposición, no responden a la convocatoria de ningún
dirigente ni a su liderazgo, responden a un descontento generalizado y a
la búsqueda de una salida. Por su parte las concentraciones del gobierno
responden a un aparato catequizado, tarifado y obligado, el silencio y omisión
de los barros no se debe a que el gobierno los tiene controlados, sino que ya
no le responden al llamado gubernamental, así que las amenazas del
levantamiento de los barrios debe asustar más al gobierno que a la oposición.
Todo parece indicar que el gobierno trazó una
estrategia de doble acción: una de diplomacia por arriba y entendimientos con
las cúpulas opositoras. Dos, de represión, contención de las fuerzas opositoras
del pueblo por abajo.
Esto les permite paralizar y neutralizar las
acciones de dirección política de la oposición, generarles más desconfianza
entre su gente y en la población, detener el avance popular de las fuerzas del
cambio y a la vez avanzar el gobierno en la recomposición de su base que
comienzan a dar síntomas de resquebrajamiento, dispersión y anarquía.
En esta conferencia de paz se evidencia la
debilidad del gobierno en la calle, pero
se ratifica la unidad de mando
Cabello-Nicolás en lo interior del gobierno. Así mismo quedó en evidencia la
fractura y la división en las unidades de mando de los sectores de oposición,
donde cada quien jala la braza para su sardina.
La
desconexión del gran parte del liderazgo nacional del gobierno y de la
oposición es tan grave, que sigo insistiendo que las realidades nos pueden
pasar por encima y estamos a las puertas de una gran conmoción social. El
dialogo tiene razón, sentido y pertinencia si se realiza de abajo hacia arriba, para ellos se requiere de una
férrea voluntad política, desprendimiento personal y un gran sentido patriota,
nacionalista y unitario de verdad, para ponernos de acuerdo en el país que
queremos todos y no una mitad circunstancial
de los venezolanos, la constitución es un buen punto de partida.
@jorgeetica
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