Uno de los actores sociales que ha
generado cambios a lo largo de la historia de Venezuela han sido los
estudiantes. La juventud que muchas veces se relaciona con rebeldía, con “estar
en contra del sistema” y con su insaciable deseo cambios; también ha entrado en
el ruedo de la historia política de nuestro país a lo largo de los años.
Este año 2014 se celebraron 200 años
de la batalla de la Victoria. Con esta fecha se conmemora aquel 12 de febrero
cuando los estudiantes de la Real y Pontificia Universidad de Caracas, antiguo
seminario, fueron reclutados para combatir las fuerzas realistas a favor de la
libertad.
Si algo hay que dejar en claro, es que
el movimiento estudiantil no pertenece a ningún partido político y ninguna
ideología se puede atribuir su monopolio. La bandera de los estudiantes a
través del tiempo ha sido la Libertad y la lucha en contra de las injusticias.
Esto se ha demostrado durante toda la historia en donde han triunfado
movimientos apoyados por estudiantes, que luego estos jóvenes rechazan cuando
se convierten en gobiernos autoritarios. Venezuela está plagada de ejemplos en
donde el movimiento estudiantil ha sido fundamental para generar cambios
políticos en la nación.
Durante el año 1886 cuando se cumplían
los 100 años del natalicio de José María Vargas, primer rector civil y de la
era republicana en la UCV, y padre de la medicina nacional. Se corrió el rumor,
que el presidente Joaquín Crespo nombraría a Telmo Romero, su brujo personal,
rector de la universidad. Inmediatamente
los estudiantes recogieron todos los ejemplares del libro que había publicado
Romero “El Bien General” y fueron quemados como desagravio frente a la estatua
de Vargas. Esto forzó al gobierno a desistir de esa idea descabellada.
En el año 1889 una masa de estudiantes
de la Universidad Central de Venezuela en conjunto con la sociedad civil,
derriban y destrozan la estatua ecuestre de Guzmán Blanco, conocida
popularmente como “El Saludante”, la cual se encontraba entre el palacio
legislativo y la sede de la universidad. Los estudiantes con este acto
enterraban los vestigios del “Guzmancismo” plagado de autoritarismo y
corrupción.
Durante La dictadura del General Juan
Vicente Gómez, se cuentan un sinfín de historias sobre los estudiantes
encarcelados por protestar en contra del gobierno. El mismo Miguel Otero Silva,
miembro de la “Generación del 28’”, inmortaliza estos hechos en su novela
“Fiebre” en la cual un estudiante universitario se une a las filas de la
guerrilla antigomecista para morir en prisión. La frase más descarada de dictador hacia los estudiantes cuando estaban
presos y trabajando en las carreteras fue la siguiente “Me he portado como un
padre severo, ¡no quisieron estudiar entonces los puse a trabajar!”
El 21 de noviembre de 1957 los
estudiantes de la UCV, UCAB, así como una gran mayoría de estudiantes de
educación media; deciden alzarse en contra de la dictadura de Marcos Pérez
Jiménez. Hubo represión, encarcelamiento de estudiantes y el cierre de las
universidades. Sin embargo esto fue el inicio de una huelga general que en
menos de dos meses daría al traste con la última dictadura del siglo XX.
A mediados de 1968 surgió un
“movimiento de renovación universitaria” principalmente en la UCV que
cuestionaba tanto el modelo educativo como las estructuras del sistema político
de aquella época. Inspirados en el mayo francés y en las reformas
universitarias europeas, este movimiento se extendió a varias universidades y
realizo diferentes manifestaciones las cuales terminaron con estudiantes presos
y el cierre de la UCV durante dos años por el presidente Caldera.
El 13 de marzo de 1987 es asesinado un
estudiante en la ciudad de Mérida, el cual estaba celebrando su graduación.
Esto genero un movimiento principalmente en Mérida pero que luego se extendió
por toda Venezuela en repudio a este vil hecho. La casa del asesino fue
quemada, la ciudad tomada por los estudiantes y el presidente Lusinchi se vio
obligado a militarizarla. Tanquetas y soldados abundaban por la ciudad de los
caballeros, la otrora ciudad de los estudiantes era ahora un inmenso cuartel.
Como se ve, la historia de Venezuela
no es diferente de la historia universal. Es la historia de la civilización
contra la barbarie, de las balas contra los libros, de Telmo Romero contra José
María Vargas, de la toga y el birrete en contra de la bota militar. Y como dije
en un principio las banderas de los estudiantes en todas las épocas son “La
Libertad”, “La Justicia”, “La Verdad” y “La Igualdad”; los ideales que han
iniciado todas las revoluciones en el
mundo. Afortunadamente también la historia nos indica que tarde o
temprano los ideales estudiantiles triunfaran.
“Que Dios bendiga a nuestros valientes
estudiantes”
DANIEL JOSÉ SANCHEZ SILVA
@CodigoVenezuela
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