A este compatriota mío, su izquierdismo no lo deja ver el bosque
A
este compatriota mío, José Miguel Insulza, su izquierdismo no lo deja ver el
bosque. Dice que “LA OEA no intervendrá en Venezuela”.
Pero
¿a qué intereses sirve este señor?
Todo
estaba preparado para una sesión
extraordinaria de la Entidad e intervino el embajador de Venezuela, Roy Chaderton, y obligó a postergar el debate
de la crisis. Insulza respiró y adujo que se suspendía el llamado de los
embajadores “por razones administrativas”.
Hay
que recordar que Insulza llevó a la OEA a su punto más bajo, cuando asistió a
la reciente Cumbre de la CEPAL en La Habana, entidad creada justamente para
acabar con su organización. O sea, “dio la mano a quien le clava el cuchillo”.
El
Secretario General tendría que pensar
menos en su proselitismo y más en el cargo que representa.
Mientras
tanto, las humillaciones que le proporcionan los miembros del Clan La
Habana-Caracas son continuas, pero él parece no darse cuenta.
Un
ejemplo:
El
canciller de Venezuela Elías Jaua -quien anda en gira por el mundo tratando de
justificar las barbaridades del régimen de Maduro contra los manifestantes-
desdeñosamente comentó publicamente:
“¿Para
qué la OEA? La Unasur ha tenido mucha más eficacia en estos temas que la OEA.
¿Cuántos golpes de Estado tuvo la OEA en sus años de existencia?. Por el
contrario, legitimó a muchos. Y la Unasur ya tuvo más eficacia en resolver
conflictos políticos, golpes, abrió caminos de paz. Proporcionalmente, es más
eficiente”.
Insulza
justifica la no intervención de la OEA en el conflicto venezolano diciendo
que “muchas cosas que se están haciendo
(en Venezuela) son las mismas que se hicieron en Chile (durante el Gobierno de
Salvador Allende). No explica que él tuvo su propio conflicto que lo obligó a
salir al exilio, sentimiento que hoy tiene peso en sus propias resoluciones de
crisis internacionales.
Y
mientras el embajador venezolano ante la OEA trata de ganar tiempo y trata de
impedir que se celebre la reunión extraordinaria del Consejo Permanente, habría
que recordarle a José Miguel Insulza lo acelerado que se movió ante la crisis
de Honduras, cuando en el 2009 en una reunión-relámpago llamó injustificada la
expulsión del Presidente Manuel Zelaya
calificándola como “una ruptura del orden democrático” y respaldó
ardientemente los pedidos y luego la suspensión de Honduras de la OEA, solo
porque se había nombrado un gobierno
derechista de transición.
Pese
a todo, la mayoría de los miembros de la OEA están dispuestos a debatir
abiertamente sobre la situación en Venezuela y demostrar que ese el organismo
tiene algo que decir en este conflicto, en el que se ha guardado tanto
silencio, avergonzando a las leyes y a los pueblos que dice representar.
Mientras tanto, el número de muertos, heridos, torturados y detenidos aumenta día por día en la Patria del Libertador, a quien los pueblos liberados deberían recordar y agradecer.
Angelica
Mora Beals
angelicamorabeals@yahoo.com
@copihueblanco
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