miércoles, 27 de febrero de 2013

ANÍBAL ROMERO, ¿MERECE EL PUEBLO LA VERDAD?

En medio de la incertidumbre que existe en Venezuela, políticos y comentaristas de oposición enfatizan que “el pueblo merece conocer la verdad” acerca de la situación de Hugo Chávez. Es posible que cuando estas líneas sean publicadas ya esa verdad, cualquiera que sea, haya sido anunciada por los voceros del régimen. No obstante, ello no afecta la sustancia de lo que plantearé.
El punto es simple: Pienso que el pueblo, entendiendo por tal a la masa empobrecida que ha sostenido a Chávez durante catorce años de oprobio, no valora el peso de la verdad y por lo tanto no “merece la verdad”. Es más, lo que merece, luego de votar reiteradamente por un personaje ruin y funesto como Chávez, y de avalar las tropelías, abusos y mentiras, aparte de la crueldad contra Franklin Brito, Iván Simonovis y María Afiuni, entre miles de otros, lo que merece ese pueblo –repito—es a Maduro y Cabello. Al fin y al cabo estos sujetos representan la continuidad de lo que el pueblo ha respaldado durante años de decadencia y dolor.
Aborrezco la cultura de la victimización que recorre el mundo y acá se traduce en ese tratamiento complaciente e hipócrita, que tanto gobierno como oposición asumen hacia la mayoría empobrecida y dependiente. Semejante actitud pone de manifiesto menosprecio hacia la gente, el deseo de manipularles y hacerles servir los propósitos de poder y engaño de los inescrupulosos que hunden al país.
Lo que en Venezuela se hace es malcriar al pueblo, profundizar su sujeción a las dádivas del gobierno, alentar sus peores rasgos y suprimir los anhelos de superación personal que quizás  todavía albergan en sus corazones. La revolución “bolivariana” ha estimulado la pereza, la indisciplina, el irrespeto a las normas, la irresponsabilidad hacia los demás y hacia la nación en su conjunto. Pero al coro hipócrita del régimen se suma, por desgracia, una oposición que multiplica las promesas, y que en medio de la bancarrota del país a raíz de los disparates del régimen lo que procura es ofrecer más misiones, más dádivas y regalos. La competencia populista no cesa.
La revolución creó una ley del trabajo que acaba con el trabajo, una ley de alquileres que aniquila la vivienda de alquiler, unos controles de precios que aumentan los precios y la escasez, una política agrícola que asfixia la producción de alimentos. Han sido catorce años de mentiras, de gansterismo político y de división deliberada entre los venezolanos, fomentando el odio y los delirios utópicos.
Me temo que buena parte del pueblo venezolano ha apoyado este horror. Y como creo que el mérito no es algo que se obtiene de gratis, sino que se conquista con esfuerzo, perseverancia y dignidad, reitero mi convicción de que ese pueblo, a menos que cambie, a menos que reflexione y deje de lado el nefasto realismo mágico bajo el que ha vivido y aparentemente aspira vivir, no “merece la verdad” (aparte de que seguramente no quiere saberla). Tampoco merece otra cosa que lo que tenemos y a diario constatamos: un país en ruinas, del que se van los mejores talentos, que sólo ofrece a sus jóvenes el destino de contribuir al deterioro y esterilidad espiritual y material en que nos deslizamos, centrando nuestras menguantes energías en contener el torbellino destructivo desatado por un hombre ruin y sus enceguecidos seguidores.
La demagogia y la condescendencia hipócrita están malogrando a las democracias occidentales. Pero el caso venezolano es singular y desgarrador. Nos hundimos llevados de la mano depredadora de la Cuba castrista. ¡Qué vergonzoso destino!
aromeroarticulos@yahoo.com

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VICENTE BRITO, ESCOGENCIA DE CANDIDATO

La estrategia del gobierno es crear una matriz de opinión de que es inminente una elección presidencial, sin nadie saber realmente lo de la salud presidencial, que le facilite al oficialismo crear una cortina de humo que les permita tapar las graves decisiones que en materia económica y constitucional han impuesto los poderes del estado, en una serie de nombramientos y decisiones que comprometen a la nación Venezolana.
En esa estrategia que demuestra la habilidad del gobierno de ubicar el combate a su conveniencia, esta la de que el candidato presidencial propuesto por el presidente antes de ir a su operación en Cuba Nicolás Maduro ya esta lanzado y que a la oposición tiene que escoger el suyo.
Esto no es lo conveniente sino el de atacar las decisiones inconstitucionales del gobierno y denunciar con mas contundencia la serie de medidas económicas que estrangula a  la familia Venezolana con mayores impuestos, escasez de alimentos, medicinas y creciente costo de vida,que han reducido el poder adquisitivo a la mitad,con una canasta alimentaria que cerrara en Febrero en casi Bs.5.000 mensuales, la mas alta de los últimos anos y que son casi dos y medio salarios mínimos.
El gobierno pretende crear un chivo expiatorio, culpando al sector privado de aumentos de precios desproporcionados y de que las excesivas compras nerviosas son las culpables de la escasez, pretendiendo ocultar que son las políticas equivocadas de confiscaciones, tomas de tierras y propiedades la responsable de la caída de la producción nacional, así como la poca alcanzada en los programas de Agro Venezuela cuyos rendimientos no fueron sino un 30% de las metas, la falla de distribución de Mercal, PDVAL, etc. que importaron en 2012 la mayor cantidad de alimentos y no pueden justificar la secases en sus puntos de ventas, es a ello a quien el gobierno tendría que presionar para que haya alimentos baratos y suficientes para el consumidor.
La oposición cuenta con excelentes líderes y es evidente que el tema de la candidatura presidencial genera angustia en nuestra base opositora, es por ello que  la batalla esta en denunciar todo lo malo que esta padeciendo el pueblo Venezolano cuya responsabilidad es única del gobierno, ahí esta la lucha verdadera que va a fortalecer a la oposición para tener una verdadera opción de derrotar al oficialismo en una posible elección presidencial, la cual no sabemos si será pronto o cuando.
La oposición tiene una excelente oportunidad de crecer y ganar mayor confianza en los Venezolanos si procede de una manera contundente a defender los derechos de los ciudadanos y confrontar las erradas políticas económicas que han traído pobreza y calamidades a la mayoría de las familias, destacando que hoy el déficit fiscal el gobierno lo financia con mas impuesto como son el aumento de la unidad tributaria, la devaluación de 4.30 a 6.30, así como la creciente inflación como resultado de la permanente emisión de dinero inorgánico.
vicent.brito@gmail.com

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JESUS GONZALEZ BRICEÑO, LA DEFRAUDACIÓN DEL ESTADO DE DERECHO, DEMOCRÁTICO, DESCENTRALIZADO Y DE JUSTICIA SOCIAL., MENSAJE CON DESTINO

Un gigantesco trapo rojo  ocultó las pretensiones hegemónicas del Gobierno Bolivariano.                                                                       
En los antecedentes  del gobierno bolivariano, durante la breve etapa democrática y vigencia de la Constitución de 1947 y la de 1961, la lV República, se lograron significativos avances, pero también carencias, de los derechos humanos, los menos, y la participación de los estratos poblacionales  más bajos y  desprovistos, social y económicamente, entre las naciones más desarrolladas de Latinoamérica. 
Después del notable retroceso  en la etapa perejimenista, 1948.1958, se restaura el sistema democrático y tres años después, el 23 de enero del 58, se  aprueba un nuevo estatuto constitucional que establece  un Estado Federal, Democrático, Representativo, Responsable y  Alternativo, basado en la soberanía popular (voto directo y secreto, alfabetos y analfabetos, hombres y mujeres mayores de 18 años) y lo más importante, Los DEBERES, DERECHOS Y  GARANTÍAS  de la  ciudadanía en general.
En lo que respecta a la Constitución de  diciembre de 1999, como cuerpo  normativo del estado y la sociedad, con la derogatoria del  estatuto de 196l se  instituye un Estado Federal Democrático, Social   de Derecho y Justicia como valores supremos de la Republica ( art.2 ), y lo más relevante  es que se consagra  que  El gobierno de Venezuela  y las entidades  políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos renovables ( Art. 6); y  el  artículo siguiente  otorga a  esta Constitución  el carácter de Norma Suprema  del Ordenamiento Jurídico , sujetando  a las personas u órganos  de los Poderes Públicos   ( Art.7).
Estos excelsos sustantivos  de nuestra  Constitución Bolivariana se han venido desboronando a medida   del ejercicio de la  gestión estatal  y de sus poderes por la acción usurpadora  y fraudulenta   del régimen chavista,  con miras   a ser totalmente suplantados  por otro modelo  político e ideológico  di fato o seudolegal, denominado  Revolución  Bolivariana del Siglo XXl,  de carácter marxista-leninista-castrista y bolivariana  que viene proclamando,  al unísono  y simultáneamente, los poderes públicos  deslegitimados, con el apoyo irrestricto y proclamado de las  cúpulas de la Fuerza Armada, en contravención de su articulado  formal y constitucional. Si no logramos enderezar los entuertos a tiempo, corremos el riesgo de que se consolide este proceso arbitrario a muy corto plazo.
Veamos cómo se vienen confabulando gran parte de  los poderes públicos contra el  Estado de Derecho para construir un Estado Comunal, basado en  la democracia centralizada que otorga el poder a una nomenclatura o jefe supremo, con el menoscabo de los Derechos Humanos    y , por supuesto, los deberes de los ciudadanos, contemplados en la Constitución Bolivariana,  que tampoco pueden cumplir a cabalidad porque no existen las condiciones mínimas para el ejercicio  de la normativa legal y  de  convivencia ciudadana por  descuido y desinterés de acatarlos y  aplicarlos. Pareciera que estas aseveraciones sean fanáticas y excesivas pero veamos algunos detalles significativos del Estado Democrático  instituido por ella:
1.      ELECTIVO: a medias solamente porque se ha venido  montando  un aparataje electoral y electrónico en el que  se compromete  severamente el voto del padrón  electoral con fraudes, como el de referendo  presidencial  revocatorio de agosto de 2004-; el cambio de los circuitos electorales de las  últimas elecciones parlamentarias, diciembre de 2010, que hizo que una pérdida numérica  del  oficialismo se convirtiera en mayor número de parlamentarios;  y en los  eventos electorales del 7-O  y  del  16-D  se implantaron La   Estación de  Información del votante, del SAI, Sistema  de Autentificación Integral  y el Botón  Electrónico para votar todos los cargos de los candidatos de una agrupación política  a la vez, que también son  engaños electrónicos; exagerado ventajismo de la propaganda electoral  y de la logística estatales; registro electoral  desactualizado y no auditado ;  cambio y reposición de máquinas de votación durante los comicios e imposibilidad  de auditar el sistema integral  electrónico;   migraciones ilegales   de electores, y  tantos   otros procedimientos ilegales instalados poco antes de  los comicios.
2.      DESCENTRALIZADO: Es el más afectado  con la discriminación de los recursos del situado constitucional  y denegación de  competencias a los estados y municipios opositores,  con la excesiva centralización de carreteras y autopistas, puertos y aeropuertos, servicios públicos transferidos ilegalmente a  comunas dependientes del Presidente de la república;  con  la  concentración de recursos  económicos y financieros  en los poderes públicos;  con la eliminación de FIDES y de la  LAE  y la implantación  muy tardía del Fondo de Compensación Interterritorial que discrimina   los entes regionales y municipales contrarios al régimen, y en fin se ha llevado a cabo un desenfrenado proceso social, cultural, fiscal y económico, para imponer las políticas públicas estatales en detrimento de la descentralización y desconcentración territorial que atenta contra la ciudadanía y sus necesidades locales y regionales. La creación de cientos de comunas ocasiona  una  desconfiguración territorial estratégica que  atenta contra el principio constitucional de  integridad territorial del artículo 4  de la CRBV.   
3.      PARTICIPATIVO:  Está concebido en la Constitución   en función de inclusión   ciudadana de toda persona  que debe  cumplir  sus responsabilidades sociales  y   en la vida política, civil   y comunitaria del país para promover y defender  los derechos humanos,  como fundamento de la  convivencia democrática y la paz social ( Art. 132 ),además de que  su participación  y protagonismo  democrático  connotado, deben entenderse como ejercicio  de los derechos  políticos, legislativos, de decisiones soberanas, participación  en asuntos  públicos y económicos, autogestión, cogestión, cajas de ahorro, cooperativas, empresas comunitarias  y demás formas asociativas  ( Art. 70 ) que no  pueden ni deben menoscabar  los derechos individuales ( capitulo  1), las  competencias  de los estados y  municipios,  ni ser entendidos  como propiedad social, estatal ni comunal  lo que  pretende  el gobierno nacional, con  la  creación de  comunas,  como base territorial , social, política y económica de la nación.
4.      RESPONSABILIDAD: La características  asumidas por  las normas constitucionales son variadas y complejas,  tal es el caso de la Responsabilidad Social  establecido como Principio fundamental  (  Art. 2 );   la estipulada en forma general  del gobierno  y de las entidades políticas que la componen ( Art. 6),  la  responsabilidad penal, civil  administrativa   de  los funcionarios públicos  para hacer valer sus derechos e intereses incluso los colectivos o difusos (  Art.26  ), y  la aplicación DEL DEBIDO PROCESO en    todas las  actuaciones  judiciales y administrativas para el restablecimiento  o reparación de la situación  jurídica lesionada  por error judicial, retardo u omisión injustificados( Art. 49 ), que , junto  a la responsabilidad patrimonial del Estado ( Art. 140 ), constituyen  violaciones frecuentes a los derechos políticos, libertad de pensamiento y expresión, maltrato físico, conculcación de derechos laborales, y  especialmente, los actos expropiatorios de fincas, inmuebles, empresas, terrenos, bienhechurías, etc. sin cumplir con  los requisitos legales  ni con el pago del justiprecio por los bienes expropiados, lo que se convierte en una confiscación.
5.      PLURALISMO POLÍTICO,  SOBERANÍA Y  SEGURIDAD DE LA  NACION: constituyen tres  bastiones  fundamentales  del  Estado  Democrático.  El primero de ellos el más  violado constante y reiterativamente  con  la imperiosa necesidad del régimen actual de  conseguir, a toda costa, una hegemonía ideológica  y monopartidista, con la criminalización de las opiniones adversas, críticas, protestas legales, y todo instrumento destinado a  hostigar este objetivo maligno ( Art. 2, CBV ) .La   segunda de ellas,  representa la  MAYOR VERGUENZA  DE LA NACIÓN  al habérsele entregado a  la Republica  de Cuba  las más delicadas funciones  como registros y notarías públicas, la seguridad presidencial, la administración de empresas portuarias, la manipulación del Consejo Nacional, Electoral   a través de  la  Misión identidad; la firma del Contrato  de Prestación de Servicios Tecnológicos Integrales  para La Transformación y Modernización del Sistema de Identificación y Extranjería de Venezuela, y lo más grave, la  injerencia absoluta en la seguridad y defensa con el control estratégico de la Fuerza Armada Nacional, subordinada a los mandos cubanos. La seguridad en el país es garantizada por la connivencia entre  militares cubanos y venezolanos.
6.      DEFRAUDACION LEGISLATIVA Y JUDICIAL. Dos aspectos del Estado de Derecho sometido a  un severo resquebrajamiento  de  su normativa  constitucional , el   legislativo, por el  permanente  incumplimiento de la Asamblea Nacional de su función contralora  de los actos de gobierno y la administración pública  como son la  corrupción administrativa  y el desvío de fondos públicos por parte del Presidente (  Art.187 ),    más aún, la aberrante concesión de su  habilitación legal, cuatro  veces durante 13 años, para la aprobación de más de 200 instrumentos legales   de gran variedad de contenido, expediente ilegal y espurio  del   17 de diciembre de 2010 , por 18 meses y  46 leyes aprobadas ( párrafo tercero, Art.203 ), toda vez que la nueva  correlación de   fuerzas de las elecciones parlamentarias a instalarse  en enero próximo, no  le permitía al oficialismo  otorgar esta habilitante presidencial. Y con respecto  a  la defraudación judicial no es menos grave porque se trata  de una función que  garantiza  la  protección de los derechos humanos y de  bienes e intereses  de las personas  que constantemente son sometidas  a procesos ilegales de enjuiciamiento por criminalización de sus  derechos políticos. Referencia especial a las interpretaciones  de los textos legales y de recursos interpuestos ante el TSJ  que siempre favorecen al gobierno, como fue el caso del fallo de su Sala  Constitucional el pasado 9 de enero en el que, en forma arbitraria y sin sentido alguno, certificó que, después de una ausencia evidente  de un mes,   anunciada por el mismo presidente por motivos de enfermedad , dictaminó   que   no había falta temporal ni absoluta  de él, ( Artículos 233 y 234 )  y aplicó  el principio de continuidad administrativa de su gestión ante la obligación   formal de  juramentarse para tomar posesión de su cargo( Art.231 ).Ante esos ex abruptos,    la CRBV  es violada pero no deja de estar en vigor.
Es así como el  régimen chavista está  destruyendo aceleradamente   el Estado de Derecho Democrático y  Descentralizado y las conquistas más preciadas de los Derechos Humanos  conquistados,  a través de las Constituciones de 1947, y  1961 y  de  la frustrada   Carta Magna de  1999  que,  considerada muy avanzada  en esta materia, ha sido objeto de una DEFRAUDACIÓN MASIVA.
jesusrafael768@gmail.com                           

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FERNANDO OCHOA ANTICH, ¿HASTA CUÁNDO?

         Hugo Chávez debe responder esa pregunta. No es posible que la ambición de una persona y de una camarilla pueda someter a un país al grado de incertidumbre que vive actualmente Venezuela. Parece ser que el presidente de  la República llegó a Venezuela, desde Cuba, el lunes 18 de febrero en la noche. 
               El viernes 22, día en que envío mi artículo a eluniversal.com, todavía nadie lo ha visto ni él ha tenido la fortaleza  para dirigirse a los venezolanos. 
              Pareciera ser que la decisión de viajar la tomaron los Castro, Maduro y Cabello, ante la posición de los valientes estudiantes que se encadenaron en las rejas de la embajada cubana para exigir se aclarara la situación constitucional que enfrenta Venezuela y el impacto que dicha protesta empezó a tener en la opinión pública.
         La verdad, la única verdad es que la situación política es totalmente insostenible. Hugo Chávez tiene que aparecer o el Tribunal Supremo de Justicia debe nombrar una Junta Médica, de reconocida capacidad y prestigio, para que, de una vez por todas, aclare de manera definitiva si Hugo Chávez está en condiciones de ejercer la presidencia de la República. Si esto no ocurre, los venezolanos tenemos que concluir que Hugo Chávez no se encuentra en condiciones para ejercer el poder y por lo tanto, el gobierno de Nicolás Maduro es ilegítimo e ilegal. Usurpa las funciones que ejerce.  El único que tiene legitimidad es Hugo Chávez. Si él no puede desempeñar el cargo se debe aplicar el artículo 233 de la Constitución Nacional ante la certeza de su ausencia absoluta. 
         La maniobra del chavismo está a la vista. Se engaña a los venezolanos con un solo objetivo: ganar tiempo. A la camarilla formada por Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Rafael Ramírez no les importa ni el   sufrimiento de Hugo Chávez, ni el dolor de su familia, ni la grave crisis económica y social que ya tuvo su primera consecuencia: la devaluación del bolívar en un 46 % de su valor con respecto al dólar. Lo importante es lograr que Nicolás Maduro, supuesto candidato del PSUV, logre fortalecer su popularidad a través de la propaganda oficial. Eso es lo que hemos visto durante estos dos meses. No sólo ha ocupado todos los espacios en los medios de comunicación sino que, además, se ha dedicado a amenazar e insultar,  de manera inaceptable, a la oposición democrática.  
         Parecieran olvidar que los votos de la oposición representan cerca del 50 % de los venezolanos. Se hacen la ilusión de que el triunfo en las elecciones presidenciales y de gobernadores significa que los venezolanos respaldan masivamente la supuesta Revolución Bolivariana. Olvidan que ese triunfo se logró en medio de un indiscutible abuso de poder, que empieza con el uso masivo y gratuito  de los medios de comunicación para defender la acción de gobierno y promocionar a los candidatos oficialistas, para terminar con todas las arbitrariedades, habidas y por haber, en el campo electoral. Además, no recuerdan que sus partidarios permanentemente los responsabilizaban a ellos de todos los errores que cometía Hugo Chávez desde  la presidencia. Esa percepción no da votos.
         Para colmo, el mal manejo que el régimen chavista ha venido haciendo de la economía, durante estos catorce años, obligó a aplicar “un nuevo paquetazo”, para poder equilibrar unos números que realmente aterrorizan. Es tan grave la situación que, por primera vez, no se acompañó el ajuste económico con medidas compensatorias para evitar el impacto en los sectores más pobres de la sociedad. Rechazar, como lo hizo la bancada chavista, un incremento del sueldo mínimo similar al monto de la devaluación es un absurdo, pero me hace ver con claridad la estrategia de Nicolás Maduro y la camarilla que ha empezado a rodearlo: retardar las elecciones presidenciales, el tiempo que sea necesario, para lograr fortalecer su imagen popular y tratar de recuperar la economía.
         Al contrario, la estrategia de la oposición debe buscar presionar, con gran fuerza, la inmediata convocatoria de las elecciones presidenciales. Definitivamente, Hugo Chávez ya no puede ejercer sus funciones. La táctica es una sola: movilización popular. Es una realidad indiscutible, que los sectores de oposición no están muy dispuestos a salir a la calle. En ellos influyen los dolorosos recuerdos del 11 de Abril y el fracaso de la huelga petrolera. Eso es verdad, pero también es cierto que el ambiente político ha empezado a cambiar. Las protestas populares se repiten constantemente. Lo que hay que lograr es coordinarlas y darle orientación política. Al mismo tiempo, se requiere recordarle permanentemente a la Fuerza Armada su obligación de respetar y hacer respetar la Constitución Nacional.
fochoaantich@gmail.com.
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TEÓDULO LÓPEZ MELÉNDEZ, LA CAMPAÑA ELECTORAL DE LOS FANTASMAS

El improperio contra el “paquetazo neoliberal” suena estridente en el discurso transmitido por los medio oficiales. Se ataca a alguien, no se sabe muy bien a quién, pero se ataca no se sabe a que “paquetazo”. Las “cuñas” de televisión muestran al presidente y sus bondades, como si el presidente se estuviese reeligiendo. Se entremezclan las publicidades y uno no sabe, ignorante como es, de qué campaña se trata y menos de que candidato.
Se anuncia que se recorrerá el país y se proclama se ha “raspao” a dos vicepresidentes. Se anuncian reuniones, se manifiestan preferencias sin manifestar preferencias, se asoman aspirantes sin asomar aspirantes. Se juega al lenguaje fuerte, como si el lenguaje fuerte produjese votos y no la comprensión del país existente.
Se anuncia como tranquilizante que no habrá ruptura, que la mesa no perderá una pata, que quien sea el elegido contará con todos. Ese tranquilizante huele a podrido, esa reiteración sólo quiere dejar claro que el ungido de ayer no es el ungido de hoy. Estar a estas alturas tranquilizando con esa banalidad de que habrá candidato único es un tranquilizante banal de hoy.
Se asegura que la oligarquía prepara un golpe. Se reitera en los alrededores del 27 de febrero, la fecha trágica del “caracazo”. Se inventan conspiraciones, se advierte que no se puede estar reposando mientras la derecha maquina en las profundidades oscuras de su tumba. Se abre una cacería para tener opciones a la hora de meter a alguien preso y reiterar que no se cede, que no habrá debilidades soltando presos, que la fortaleza recae, como siempre, en la amenaza y en la ejecución de algunas de ellas.
Hay una campaña electoral fantasma. Los fantasmas están en campaña electoral. Los candidatos son fantasmas. La situación del país es fantasmagórica. La política venezolana es un asunto de fantasmas. Aquí se baila una danza de fantasmas.
Esto es fantasmilandia. Nadie tiene la menor idea de cuando esta campaña fantasmal será real, de cuando será la fecha real de la campaña, de cuando procederán los dueños del poder a someternos a otra elección, esto es, de cuando esta campaña fantasma ratificará su condición de fantasmal.
En el mundo de los fantasmas no hay tiempo que apremie. Los fantasmas suelen ser burlones, irreverentes, gozones. Entre los fantasmas siempre es tiempo de campaña electoral. Las revoluciones deben estar siempre en permanente agitación, desafiando enemigos, amenazando con procesos judiciales, y si no existen se inventan porque la revolución necesita de un enemigo.
Los adversarios de la revolución viven de elecciones. Requieren de una elección para advertirnos que el candidato será único y para que algunos candidatos declaren que no aspiran ser candidatos. Sin elecciones dejarían de ser fantasmas. No tienen otro tema de que ocuparse sino de las elecciones. A un país de fantasmas lo único que le interesa son las elecciones fantasmales. Arguyen precaución para sumirse en la elección fantasmal, pero lo hacen repitiendo lo mismo de anteriores elecciones fantasmales. No se ocupan de un proyecto de país, de una concepción nacional, de una oferta competitiva. No, se ocupan de señalarse las fallas cometidas en la elección fantasmal anterior, porque todo se reduce a práctica electoral fantasmal.
Los muestreos de opinión se ocupan de la elección fantasmal. Esa es su especialidad y ejercen su función, algunos con seriedad y otros con evidente falsedad. Algunos muestran cifras impresionantes de cuáles serán los resultados, porque en elecciones fantasmales no hay mucho a dilucidar y menos si se entiende la verdad del país, pero automáticamente aparece el payaso -entre los fantasmas también hay payasos- a alegar a favor de alguno de los aspirantes y calificarlo como ‘sobrao”, no sabemos si para buscar rima con vicepresidentes “raspaos”.
Este país es una fiesta de fantasmas. Aquí sabemos que hay fiesta de fantasmas porque los fantasmas suelen ser ruidosos, ocultar bajo su manto transparente fechas y estados de salud, intríngulis y maniobrillas, mientras se lanzan en la campaña fantasmal contra adversarios fantasmas.
Este país es irreal. Asiste a la fiesta de los fantasmas y se hace  fantasmilandia.
tlopezmel@gmail.com
@teodulolopezm

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CARLOS SCHULMAISTER, NADIE ES LO QUE QUIERE SER SI LOS DEMÁS NO QUIEREN

Un apotegma es un dicho breve y sentencioso con un contenido moral aleccionador, por lo cual se parece mucho a un proverbio. Se usa en cualquier esfera de la vida social pero es más frecuente en la política.
El que titula esta nota supone el poder determinante ejercido por un conjunto social sobre cada uno de sus miembros, y por consiguiente el deber moral de éstos de tomar en cuenta los intereses del primero, o de no desajustarse demasiado.
Se lo escuché en 1984, al retorno de la vida política institucional, a un individuo concreto, no con sentido pedagógico, es decir, para ayudar al otro a andar mejor en el mundo, sino con sentido defensivo, para paralizar a otro individuo concreto en sus anhelos de ocupar un cargo electivo. O sea, para marcar la cancha, significando por elevación que “si querés llegar vas a tener que negociar, empezando por mí…” El supuesto vocero del pueblo no pensaba en los intereses del pueblo sino en los suyos propios.
En esta interpretación el colectivo es algo más que la suma de los individuos que lo integran, en tanto cada individuo es sólo un átomo (en el mejor de los casos), un disidente o un segregado del colectivo.
De aceptarse a priori la concepción de lo colectivo, comunitario o social como previo y superior al individuo a la larga se llega al totalitarismo como concepción fundante de la vida social.  Ocurre que el colectivo no es un ser metafísico, no tiene esencia, alma, espíritu o trascendencia, ni tampoco un plus agregado de conciencia y voluntad independientemente de la que corresponde a cada uno de sus miembros individuales. 
No existe, pues, espíritu del pueblo, por más atractivamente romántico que suene sobre todo a los oídos juveniles, pues aquél se expresa a través de sus miembros individuales, absolutamente diversos y contradictorios en si y respecto de los demás.
Igualmente es de sentido común, puesto que individuo y colectivo no pueden, o no deben, o no es conveniente que estén totalmente a trasmano. 
Por más que las contradicciones constituyen la esencia de lo social, ellas nunca deberían ser extremas, sobre todo cuando el individuo necesita del concurso de la colmena. En este sentido sí puede aceptarse que encarne una suerte de “sabiduría popular” de carácter atemporal y aespacial, válida para todos los tiempos y lugares, como la que encierra el consejo sabio de un abuelo o padre a un hijo, o los de una generación a otra u otras posteriores para ayudarles a convivir armoniosamente.
Sin embargo, pese a su aparente solidez, los apotegmas y los proverbios han servido lo mismo para un barrido que para un fregado, como aquella presunción de que las magnitudes o representatividad de las preferencias humanas tienen relación directa con la calidad o la verdad de cada asunto social. Aunque así debería ser, de hecho, una mayoría electoral puede servir para legitimar una democracia representativa, republicana y federal como, inversamente, una democracia renga, limitada y autoritaria como las que abundan actualmente, sin olvidar el extremo de la legitimación del nazismo en los años 30.
Un circunstancial  estado de opinión o una mal llamada conciencia popular mayoritaria puede inclinar las decisiones concretas de los individuos hacia un lado o hacia su opuesto. La calidad de las opciones tienen que ver con el nivel cultural, la conciencia política, social y moral y la autonomía del entendimiento y la voluntad de los individuos, todo lo cual es muy variable no sólo entre sociedades diferentes sino también al interior de cada una de ellas. Especialmente es así en los tiempos de la política de masas y la ingeniería social y política, que con sus argucias y técnicas es capaz de imponerse sobre la autonomía conciente del individuo. La realidad lo demuestra diariamente, al punto de que ninguna expresión es lo que parece ser en su origen ni en su recepción, tanto individual como colectivamente considerada.
La atribución de caracteres intangibles e infalibles, en términos generales, a las palabras oficiales como a las leyes resulta torpe e ingenua cuando en muchas partes, especialmente en América latina, vemos la consagración “popular” y mayoritaria de los peores “representantes” del pueblo con la colaboración de “poderes” del pueblo absolutamente distorsionados, aunque recubiertos de aparente legitimidad y de forzada legalidad.
Así, la presunta validez del apotegma de esta nota cede ante los hechos de la realidad, donde la ley, expresión máxima del ordenamiento social de cualquier pueblo en todo tiempo y espacio, es sólo una función del poder político en lugar de ser a la inversa.  
De última, el lector se preguntará por qué mis últimas notas están dedicadas a los apotegmas. Pues, simplemente, porque es mi contribución a la desmitificación de muchas  supuestas verdades de sentido común vigentes entre nosotros, y que en base a su brevedad expositiva y a su sencillez suelen confundir (efecto buscado por sus empleadores) a muchos receptores incautos, después de muchos años en que la cultura general de una sociedad nacional como la de Argentina se moldeara en frases, en sentencias, en síntesis aparentemente poderosas como palabras y elixires mágicos, que aparentan ser pura evidencia al alcance de cualquiera, por lo cual se convierten en axiomas. Sin olvidar que con semejantes insumos se construyen por igual los relatos sesgados de las memorias hegemónicas y los de las contraculturales, en desmedro de la historia, de la investigación y de la intelectualidad  rigurosa e imparcial.
carlos@schulmaister.com

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ALBERTO MEDINA MÉNDEZ, NEFASTA CANDIDEZ CIUDADANA.

El mundo asiste a una escalada intervencionista de enormes magnitudes. Y no solo porque los gobiernos participan activamente entrometiéndose en las variables económicas, como desde hace demasiado tiempo, sino porque ahora se ha vuelto más creativo, intrincado y perverso, buscando siempre nuevas formas de hacer lo mismo.
La esencia sigue siendo la de siempre, los métodos inclusive pueden parecer idénticos, solo que se han tomado la tarea de perfeccionarlos sobre todo desde lo comunicacional y tratando de complejizarlo con una maraña de herramientas funcionales para obtener idénticos resultados.
Deforman precios, manipulan desde la oferta con subsidios e impuestos y, desde la demanda, con artificios financieros e inyección monetaria para apalancar el consumo de modo secuencial.
Pero en el fondo, todo este despropósito no es más que un eficiente aprovechamiento de una suma de creencias a las que la sociedad adhiere. Resulta difícil entender como después de tantos fracasos consecutivos y repetidos, la gente sigue apoyando ciegamente estas políticas distorsivas, que invariablemente terminan mal.
Lo más patético, es que tanto sus seguidores, como sus creadores, luego frente al hecho consumado y su evidente fracaso, se esmeran en endilgarle al capitalismo la responsabilidad de sus desarreglos.
No se puede esperar otra cosa de los políticos y funcionarios. Ellos solo saben de intervención estatal sistemática. Pero no menos cierto es que la gente la pide a gritos, solo porque no le gusta algo puntual de la realidad.
Eso no es más que pretender que el equipo deportivo que se decide alentar, gane por la vigencia de una norma escrita y no por su propio mérito. Es como si la gente deseara su triunfo y como no lo consigue del modo adecuado, es decir con talento y esfuerzo, pretendiera idéntico resultado pero en este caso con una regla mediante. Se confunden resultados con procedimientos.
Si se pretende una economía próspera, salir de la pobreza, tener muchas oportunidades para seleccionar entre ellas, que las empresas compitan por calidad y no puedan erigirse en monopolios por mucho tiempo, pues para eso existen políticas, pero siempre entendiendo que en la economía, como en la vida misma, nada es mágico.
Si se pretenden determinados resultados, deben hacerse específicos sacrificios, perseverar en ellos, darles el tiempo necesario, esperar que maduren, para luego disfrutar de la recompensa.
La idea de que con un simple ardid económico, se consigue cualquier cosa que se desea, es una absoluta fantasía que no tiene demostración empírica alguna y que no resiste el más mínimo análisis.
Si esos atajos existieran en el mundo real, nada costaría esfuerzo alguno, y solo sería cuestión de hallar el vericueto que nos lleve al destino deseado.
En el campo de la medicina, algún medicamento o intervención casera, puede postergar los efectos de una enfermedad, pero solo por algún tiempo. Puede hacer desaparecer el síntoma como la fiebre o el dolor por unas horas, pero ninguna de esos intentos resuelve la enfermedad, ni ataca sus causas profundas, solo hace ganar algo de tiempo.
Vale la pena repasar la dinámica que propone la política en este tiempo. Los gobernantes de hoy solo precisan triunfar en la próxima elección y siempre tener a mano, a quien endilgarle la responsabilidad de lo que pueda pasar.
Este es el juego y lo que siempre ocurre. Se combinan así las perversas estrategias de la política y una ansiedad más que infantil por parte de la ciudadanía, que culmina siempre del mismo modo.
La política y los gobiernos, no abandonarán estas estrategias clásicas, plagada de seductores instrumentos novedosos, hasta tanto la gente no logre comprender la importancia de su complicidad activa en este proceso.
Las demandas infantiles de soluciones mágicas, son siempre funcionales a este tipo de política irresponsable. La actitud ingenua, casi de berrinche, de pretender soluciones ya y a cualquier precio, solo logra lo que hoy sucede.
Solo se obtiene la sensación de de haberlo resuelto por un tiempo, mientras que el problema real se oculta y en algunos casos se tenga que lidiar con el mismo asunto en dimensiones superiores, mas las consecuencias colaterales indeseadas de las políticas aplicadas para el corto plazo.
Maldita ecuación por cierto, que solo desaparecerá cuando la sociedad deje de darle sustento popular a estas formas de hacer política y asuma que las píldoras con efectos ilusorios, son bastante más que inofensivos placebos políticos y son definitivamente dañinas para todos.
No se puede seguir creyendo en esto de que se puede controlar todo en la economía sin tener que sufrir consecuencia alguna. Abundan ejemplos de sus funestos efectos, pero más allá de eso, una cuota de sentido común tendría que despertarnos de este letargo aniñado.
Si esta forma de conducir la política, la economía y hasta la vida misma, realmente funcionara, no tendría sentido el esfuerzo, el talento y la perseverancia. Todo sería solo cuestión de algo de magia y nadie debería esmerarse mucho. Más que conocimientos políticos o económicos, solo es preciso que nos despabilemos para abandonar de una vez por todas esta nefasta candidez ciudadana.
albertomedinamendez@gmail.com

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NICOLAS CACHANOSKY, ¿ES EL LIBERALISMO UNA MALA PALABRA?, ECONOMIA PARA TODOS, DESDE ARGENTINA,



Economía para todos - 26-Feb-13 - Opinión


¿Es el liberalismo una mala palabra?
 
por Nicolás Cachanosky


En una reciente nota en el diario Clarín, Juan Manuel Agüero (Fundación Naumann) sostiene que el liberalismo debe dejar de sonar a esa mala palabra que se asocia como la causa de todos los males, y que uno debe tener cuidado de no confundir las ideas del liberalismo con el uso político del término. Ezequiel Adamovsky (UBA, CONICET) responde también en Clarín diciendo que lo del “liberalismo no es ‘mala prensa’: es una reputación bien ganada.” Sin embargo, Adamovsky no parece seguir la sugerencia de Agüero de separar las ideas del liberalismo de su uso político. Creo que hay dos problemas fundamentales en la nota de Adamovsky, uno relacionado al supuesto desinterés del liberalismo por la desigualdad y el segundo la asociación que hace entre liberalismo y gobiernos de facto o “intervenciones que ‘corrijan’ el curso mediante la violencia y la arbitrariedad.”

La distinción entre las ideas liberales y su uso en la arena política es fundamental. Posiblemente haya pocas palabras con significados tan diversos como “liberalismo.” Es bien sabido que esta palabra tiene significados distintos en Inglaterra, en Europa Continental, en Estados Unidos y también en Argentina. Tampoco es menos cierto que el
término liberal ha cambiado de significado a los largo de los años. Así como varios Marxistas no consideran a casos como el de la Unión Soviética, Cuba o China comunista como verdaderos casos de Marxismo, las propuestas llamadas “liberales” desde la arena política pocas veces tienen algo que ver con las ideas del liberalismo. Por este motivo el término “liberalismo clásico” (lo que Agüero tiene en mente en su nota) se presta a menos confusiones. Dado que Adamovsky no define el término liberal, asumo que en su repuesta a Agüero también tiene en mente al liberalismo clásico en lugar de responder críticamente haciendo uso de un significado alternativo. ¿Es cierto entonces, como afirma Adamosvky, que al liberalismo (clásico) no le importa la desigualdad y que tiene su reputación bien ganada?

En primer lugar, que al liberalismo clásico no le importa la desigualdad es erróneo. Guste o no, no se puede garantizar la igualdad en todos los planos del mundo en que nos toca vivir. No es una falla del liberalismo clásico no poder solucionar lo imposible. Sólo se puede garantizar igualdad económica renunciando a la igualdad ante la ley y libertades civiles e individuales. Sólo quitando a quien más tiene para dar a quien menos tiene se pueden igualar las condiciones económicas. Es claro que bajo este esquema algunos tienen más derechos sobre su propiedad que otros. El sugestivo título de Adamovsky bien podría reescribirse como “Al anti-liberalismo no le importa la desigualdad ante la ley.” Es cercenar las libertades individuales y renunciar a la igualdad ante la ley lo que es un “enemigo del gobierno del pueblo”, no el liberalismo clásico. Lamentablemente no se puede garantizar la igualdad económica y la igualdad ante la ley al mismo tiempo.

No es que al liberalismo clásico no le preocupe la desigualdad, sino que (1) no considera a toda desigualdad injusta ni (2) considera a toda igualdad justa. De haber igualdad ante la ley, donde todos los actores económica enfrentan las mismas reglas de juego, sin beneficios para nadie, seguramente habrá desigualdad económica. No todos pueden
cantar como Pavarotti, no todos poseen la habilidad deportiva de Messi, ni todos la visión y capacidad empresaria de un Jeff Bezos o un Steve Jobs. Pero estas desigualdades no responden a las arbitrariedades de la ley o a favores políticos, sino al premio que el consumidor da a quien mejor satisface sus necesidades y gustos. Es una desigualdad que además de premiar a los más eficientes al momento de satisfacer las necesidades de los individuos, promueve el crecimiento y desarrollo económico. ¿Para que esforzarse si mi desigualdad se va a repartir entre quienes no se esfuerzan? No por nada se dice que bajo los esquemas que promueven la igualdad económica lo que en definitiva
se redistribuye es la pobreza, no la riqueza. Excepto el soberano todos son igual de pobres. El foco del liberalismo clásico no es la desigualdad, es la injusticia. De poco sirve una sociedad donde son todos igual de pobres y con falta de libertades individuales y civiles gracias al uso de la fuerza del estado. El rol del estado no es distribuir el producto del trabajo de unos hacia los bolsillos de otro en aras de preocuparse por la igualdad, el rol del estado es mantener
la ley y el orden y hacer cumplir los contratos.

En segundo lugar, equiparar al liberalismo clásico con regímenes autoritarios o de facto denota la dificultad para separar las ideas del liberalismo clásico con actores políticos que hacen un mal uso del término “liberal.” ¿Realmente Adamovsky cree que regímenes autoritarios o de facto se encontraban en las propuestas de reconocidos liberales clásicos como Adam Smith, David Hume, Wilhelm von Humborld, Milton Friedman, Ludwig von Mises o Friedrich A. von Hayek? Justamente la idea del liberalismo clásico es limitar los gobiernos autoritarios y garantizar libertades individuales. ¿Acaso garantizar igualdad económica no requiere de un estado autoritario?

¿No es esa la misma actitud autoritaria que Adamovsky objeta al liberalismo clásico? No es precisamente en la naturaleza del liberalismo clásico donde se encuentran los regímenes dictatoriales. Adam Smith, por ejemplo, se oponía a los acuerdos que los capitalistas hacían con el gobierno para obtener favores políticos en lugar de
tener que ganarse el favor del consumidor. Esta no parecer ser la actitud de intervenir en el mercado para corregir el curso mediante la fuerza. Hayek estaba a favor de un fondo social para ayudar a los sectores más necesitados de la sociedad. Milton Friedman favorecía una política de subsidio a la demanda de educación. Mises estaba de acuerdo con subsidiar ciertas actividades artísticas como la ópera, etc. Actitudes difíciles de encuadrar en alguien a quien se supone que no le importa la desigualdad y el destino de los sectores menos pudientes.

La opinión que la reputación del liberalismo clásico está bien ganada es un contraste difícil de asociar al liberalismo clásico cuando se está dispuesto a separar el mal uso político del término y ver lo que efectivamente sus pensadores más destacados tenían que decir sobre este tema. Si hay algo a lo que el liberalismo clásico se opone, es las objetables prácticas descriptas en la nota de Adamovsky.


Este es un reenvío de un mensaje de "Tábano Informa"



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ANALITICA PREMIUN, EDITORIAL, LAS AMENAZAS COMO LA MENTIRA, TIENEN PATAS CORTAS

Editorial

Las amenazas, como la mentira, tienen patas cortas

Se grita mucho cuando se tiene miedo, cuando se está solo en medio de la oscuridad, cuando hay razones o, aún peor, emociones, para sentir ese peso desagradable en el estómago

Es difícil que pase un día sin que salte a la palestra algún rumor diferente y extremista sobre la salud del Presidente. También difícilmente hay un día en que el Vicepresidente de la República Nicolás Maduro no suelte algún palabrerío insistiendo en que el que manda es Chávez, que quien decide es Chávez, que aún postrado y sin poder hablar sostiene largas reuniones (con Maduro) y dicta órdenes que el Vicepresidente cumple fielmente; peroratas vicepresidenciales que no se limitan a esos partes de lealtad personal y salud presidencial, sino que enlazan siempre con descalificaciones despectivas hacia la oposición, hacia la burguesía y la iniciativa privada, y amenazas de todo tipo de castigos y batallas en nombre del pueblo.

Puede comprenderse el empeño a veces agobiante por lo excesivo de las mayores figuras del Gobierno, y en particular del Vicepresidente de la República, en insistir hasta la saciedad en su posición rodilla en tierra a las órdenes del Presidente, después de todo la gran figura, la inspiración y la esperanza del chavismo es Hugo Chávez; buscan solapar la poderosa imagen popular con ellos mismos, pero también están demostrando al pueblo que el prestigio y la fe son de Chávez, no de ellos.

Ésa es la parte extraña, el afán de esfumarse en la presencia del caudillo y comandante sin aportar mérito ni iniciativa propia alguna. Tan extraña como la insistencia en la amenaza, el insulto y las enfurecidas advertencias contra el enemigo que Chávez se inventó desde 1998, ese vago concepto de la burguesía apátrida y obediente al imperio estadounidense.

Se grita mucho cuando se tiene miedo, cuando se está solo en medio de la oscuridad, cuando hay razones o, aún peor, emociones, para sentir ese peso desagradable en el estómago. Si el chavismo es el pueblo y si tiene el Gobierno y conduce el proceso revolucionario sin resquebrajaduras, si el caudillo y comandante se prepara para regresar al frente ¿a qué poder perverso temen y amenazan tánto?

Habría que preguntarse también por qué la cúpula gubernamental, y el Vicepresidente en particular, se esmeran tanto en señalar culpables malignos y en exaltar la violencia popular en su contra. ¿Creerán acaso que un estallido popular estilo "caracazo" es manejable y agredirá sólo a los empresarios y a los míticos burgueses? ¿Olvidan acaso dónde viven hoy muchos dirigentes gubernamentales? ¿Es que no hay empresas y empresarios chavistas?

Más de dos meses de ocultamiento del Presidente sin que dé señales personales de vida y alguna actividad, y de explicaciones enredadas que suenan más a nubes de ocultamiento que a verdades sencillas y directas, son mucho tiempo. Y el tiempo, cuando es excesivo, suele causar sorpresas inmanejables.

Envíe sus comentarios a editor@analitica.com
informes.premium@analitica.com

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PACIANO J.PADRÓN V., PERLITAS: LO LEÍ, NO ME LO CONTARON (Nº 351)

v “Estudiantes insisten en que el TSJ designe Junta Médica”. ¡Vivan los estudiantes!
v “Respeten al Comandante que batalla por su salud”. Sí, merece respeto, como también lo merece el pueblo de Venezuela.
v “Maduro: Importamos alimentos que antes no se producían”. ¿Qué tal, por ej., café, caraotas, azúcar y carne? Mentiroso.
v “Ningún país que funcione bien devalúa su moneda”, se evidencia una vez más el desastre del régimen. Fuera.
v “Mientras Chávez respire, Giordani seguirá siendo influyente a pesar de los fracasos económicos”. Cambiemos la ruta.
v “Giordani: Hay que ser cuidadosos con las divisas”. Ahora es que este irresponsable se da cuenta.
v “80% de los PYME no tiene acceso a Cadivi”. ¿De qué revolución hablamos, si patean las pequeñas empresas?
v “Depreciación de 34% sufrirán franquicias por devaluación”. Este es un régimen improductivo.
v “Los dólares desaparecen para la clase media, solo los privilegiados acceden a las divisas”. Monopolio de la boliburguesía.
v “Suspenden despacho de hierro a Sidor por alta deuda”. Están quebrando el país y raspando la olla.
v “En la Misión Vivienda el despelote administrativo imposibilita precisar responsabilidades”. Es una cloaca podrida.
v “Las misiones no crean ciudadanos dignos, sino militantes incondicionales”. La Misión no es lo malo, sino su desviación.
v “Ministra Varela admite que el Estado solo controla 7 cárceles”. Mentirosa, los pranes las controlan todas.
v “La corrupción incide en la inflación”, “devalúa el bolsillo del venezolano”.
v “Hay una relación directa entre democracia y lucha contra la corrupción”, luego en Venezuela no hay democracia.
v “Para prevenir la corrupción, lo primero es garantizar acceso a la información sobre la gestión pública”. No al secretismo.
v “Quien se cogió los dólares de los pobres”. La boliburguesía con la complicidad del cogollo del régimen alcahueta.
v “Venezuela requiere un debate riguroso sobre regalos y despilfarro”. Hay que frenar la impunidad.
v “Maduro no tiene nivel”, si bien es altote, resulta chiquito. Inmaduro el Maduro.
v “El Estado y sus recursos crecen en relación inversamente proporcional al debilitamiento de los órganos de control”. La impunidad tiene puertas abiertas.

E-Mail: pacianopadron@gmail.com
Twitter: @padronpaciano

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