domingo, 6 de enero de 2013

NELSON CASTELLANO HERNÁNDEZ, VENEZUELA 2013

Los venezolanos aspiramos un milagro en el nuevo año, un cambio que convoque a todos, para recuperar un país donde podamos existir juntos.
Una Venezuela donde comencemos a construir una sociedad que garantice nuestro desarrollo como personas, donde se respete nuestra dignidad de seres humanos, nuestros derechos y nuestra libertad.
Con dirigentes que transformen los discursos en acciones y las acciones en realidades. Con instituciones respetadas y respetables, que cumplan con la Constitución y las leyes.
Aspiramos un país sin violencia, donde se garantice el derecho esencial a la vida, donde desaparezcan los "partes de guerra" de fines de semana. Donde se recupere la dignidad de la primera magistratura y en el cual el mensaje de odio, rencor y venganza se excluya del lenguaje gubernamental, sustituyéndolo por uno de participación, integración y solidaridad.
Donde el despilfarro del aparato del Estado, en propaganda abusiva, en compra de armamento, en comisiones, en importación de alimentos para ganar en divisas, en regalos millonarios a otros países, se transforme en inversión, destinada a producir justicia social dentro del territorio nacional.
En ese nuevo país las desviaciones totalitarias deben desaparecer, terminar con situaciones de ilegalidad con la que se mantienen detenidos tantos venezolanos, permitir el regreso de los exilados y que se actúe dentro del marco legal.
La política de regalos y limosnas populistas deberá transformarse en educación y fuentes de trabajo, a fin de producir un trabajador dignificado y no un receptor dependiente de dadivas.
Ese milagro permitirá un país donde se estimule la industria, las empresas, la producción agrícola y pecuaria, para salir de la ruina y la pobreza a la cual nos ha arrastrado un gobierno irresponsable que buscaba hacernos dependientes de su régimen político. Con unas empresas del Estado eficientes, rentables y que comiencen por respetar sus propias obligaciones. Con el regreso de los capitales privados y extranjeros, necesarios para estimular el desarrollo.
Venezuela conquistó su independencia de la mano del Libertador y por la sed de libertad de su pueblo, había sufrido la conquista, la esclavitud y la guerra, después sufrió crisis económicas, políticas y dictaduras y supo levantarse en cada ocasión.
Nuestros orígenes se ramifican entre los indios, primeros habitantes de estas tierras, África y Europa, de esa herencia nace una cultura vibrante y variada que se expresa a través de nuestro folclore, música, poesía y manera de ser.
Nuestra geografía nos lleva de las urbes a las grandes extensiones vírgenes, desde el mar pasando por los Andes hasta la Gran Sabana. Con su pico Bolívar, el mítico Orinoco y sus arrecifes de corales.
Esta Tierra de Gracia, mestiza, destinada al desarrollo debido a su gran riqueza petrolera se encuentra estancada y dividida. Sus fuerzas policiales, las garantes del orden, sus instituciones sobre todo las de protección del ciudadano y las de justicia, están cuestionadas y no inspiran confianza.
La posibilidad de superación, de inversión y desarrollo, comprometidas por la fragilidad de los derechos individuales de propiedad y por el despilfarro del ingreso petrolero sin que esto genere otro tipo de riqueza. Un país en esas condiciones está comprometiendo el futuro de las nuevas generaciones.
Pero la Pequeña Venecia del Coquivacoa es también tierra de héroes como, Bolívar, Sucre, Urdaneta, Páez y el Negro Primero, de gente culta como Bello, Carreño, Gallegos, Uslar Pietri, Ramos Sucre, Udón Pérez y Otero Silva, de artistas como Michelena, Tovar y Tovar, Reverón y Soto, políticos como Jóvito, Betancourt y Caldera, y tantos otros.
Patriotas, venezolanos que representan momentos históricos en que se venció al dominio español, a Gómez, a Pérez Jiménez, a la guerrilla y se abortó el primer intento de invasión cubana, momentos en que se constituyó la República y se construyó la democracia.
Una herencia que nos permite creer en nuestro pueblo y esperar el milagro en 2013, de paz, unión y desarrollo, que celebraremos a golpe de tambor, joropo y ritmo de gaitas.
nelsoncastellano@hotmail.com

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ANTONIO SEMPRUN, UNA CONSTITUCION DE PLASTILINA

El verdadero nacionalismo es aquel que obliga a un ciudadano a defender a su país de propios y extraños.    -   Antonio Semprun
El afán por el poder, interés foráneos, pérdida de valores por parte de los funcionarios del régimen encabezados por su jefe y la incapacidad de reacción de quienes ejercen un rol opositor, han hecho que Venezuela sea dirigida dentro de un marco jurídico conveniente para quienes detentan el poder.
La solución ''legal'' que se la dado a cada hecho ocurrido en el país en los últimos catorce  años ha sido la que el jefe de la revolución ''bonita'’ decidió, para beneficio del régimen no del país, para eso cuenta con la complicidad de los poderes del estado, que colocan rodillas en tierra ante los designios del ejecutivo.
Ante la incertidumbre que se presenta debido al estado de salud del presidente que termina su periodo presidencial el venidero 10 de enero, comienza el manoseo legal para ajustar sin mayores consecuencias el traje a la medida que han hecho de la Constitución.
Los sastres son cubanos, toman las medidas y deciden la talla del traje a confeccionar, los portaran quienes  garanticen la sobrevivencia de su nefasta revolución, las decisiones que definirán el futuro de Venezuela y los venezolanos se delinea desde otro país con protagonistas nacionales envilecidos por el poder  a quienes los hermanos Castro manejan como plastilina entre sus manos.
La Constitución venezolana que los dictadores cubanos manipulan a su conveniencia tiene en su articulado herramientas que le permiten al pueblo luchar por sus derechos, hay que  ponerlas en práctica, para ello se necesita reconocer el grave peligro en el que se encuentra la sociedad venezolana y tomar decisiones importantes por parte de la oposición política en compañía del pueblo de Venezuela
coronelantoniosemprun@gmail.com
@antoniosemprun

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ARGELIA RÍOS, TIEMPO DE ALPARGATAS

Toda Venezuela se está preguntando hoy qué es lo que viene a continuación. Muchos creemos que esta historia no culminará de inmediato, porque las estructuras del Estado revolucionario han sido cementadas, para complicarle al país democrático todo intento por construir un sistema lejano a la intransigencia y al fanatismo
Nada cambia: si Chávez lograra prestar juramento, o si no pudiera hacerlo, Venezuela no vería un destino diferente al que está enfrentándose en este difícil 2013. Lo que sí estamos viendo es una lenta evaporación del protagonismo político que ha monopolizado su figura, a lo largo de las dos décadas transcurridas desde los golpes de Estado de 1992, sin contar el tiempo de sus andanzas sediciosas dentro de la FAN. La vida del comandante se está extinguiendo y con ella languidece también "la época dorada" de la revolución. Nadie dice que su impronta se disipará de inmediato. Ya sabemos que la descendencia bolivariana le sacará buen provecho a su recuerdo y que, en ese plan, bregará por mantener a la revolución como una fe religiosa, en el que las estampillas del jefe único fungirán de amuleto, además de escudo para proteger a cualquiera de los ineptos a quien corresponda administrar el legado del "irremplazable" hegemón.
Toda Venezuela se está preguntando hoy qué es lo que viene a continuación. Muchos creemos que esta historia no culminará de inmediato, porque las estructuras del Estado revolucionario han sido cementadas, para complicarle al país democrático todo intento por construir un sistema lejano a la intransigencia y al fanatismo. Otros, también muchos, tienen una certeza opuesta, quizá inspirada en aquella sentencia profética que la difunta Lina Ron dejó troquelada en el historial del "proceso", cuando -conociendo el bolivariano mundo de truhanes que tanto cuestionó- repitió, una y otra vez, su "con Chávez, todo y sin Chávez, nada". En esa época, la inefable Lina -a quien nadie le objetaba autenticidad- se refería a "los opositores" del presidente, cuya última voluntad -"voten por Maduro"- ha dado lugar a una tormenta de lluvia ácida en las entrañas del "proceso", en medio de la cual -y con la gestión lanzada al olvido- forcejean los detractores y defensores de la inmoral ocupación cubana en Venezuela.
Pensar que se avecinan buenos y vertiginosos cambios, es apenas una esperanza que encubre lo que realmente presenciaremos: una secuencia de enrevesados episodios, de los que pudieran surgir adversidades tan inéditas como peligrosas. La división que el país ha padecido durante estos 14 años es el telón de fondo de los ajetreos que se nos enciman y es ella, también, la que pudiera provocar heridas de inapreciable profundidad que, sin duda, problematizarían aún más la delicada coyuntura nacional. La dirección política de la oposición tiene una papa caliente en las manos: conducir atinadamente las reacciones que, sin duda, generarán el desenlace de la enfermedad presidencial. Sí: la tarea es difícil, pero no se le pueden facilitar las cosas a los Castro. Es tiempo de alpargatas
argelia.rios@gmail.com

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CARLOS VILCHEZ NAVAMUEL, ¿CHAVISMO SIN CHÁVEZ?. RESPUESTAS DE HEINZ DIETERICH,

Dada las condiciones de salud tan delicadas del golpista de 1992 y actual presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías, los analistas políticos empiezan a dar ciertos pronósticos sobre si sobrevivirá ese movimiento llamado chavismo sin la presencia de su artífice, el propio Chávez.
Entre estos analistas se encuentra nada menos que el ideólogo y sociólogo alemán Heinz Dieterich, el hombre que acuñó el término "socialismo del siglo XXI" y considerado uno de los  mentores del presidente Hugo Chávez, quien contestó una serie de preguntas al  Diario La Tercera y que exponemos a continuación:   
¿Es irreversible el estado de salud de Hugo Chávez?
Todo indica que el cáncer que sufre el presidente es un rabdomiosarcoma, que es un cáncer de diseminación rápida. Las probabilidades de que el presidente sobreviva a mediano plazo son escasas. Es imposible que vuelva a ejecutar el cargo del presidente.
¿Por qué el presidente venezolano optó por escoger a Nicolás Maduro como su heredero político?
Por tres razones: 1) Confía en que Maduro es el delfín que con mayor fidelidad tratará de continuar el proyecto político creado (bolivariano o chavista); 2) Maduro es popular con la gente, y 3) Por lo mismo, puede ganar las elecciones contra Capriles.
¿Qué rol podría jugar Diosdado Cabello? ¿Qué tanto poder tiene?
Cabello es, por naturaleza, un apparatchik. No sirve para actividades públicas, porque es un pésimo orador, no sabe hilar una argumentación coherente y no tiene carisma. Todos esos son atributos que la cultura política creada por Chávez requiere. En cambio, Cabello podría ser útil como ministro. El problema es que es ambicioso y no muy ético y, por lo tanto, no leal. En cuanto al poder, sin duda, ha sido siempre uno de los cuatro hombres más poderosos del proceso chavista, desde el 2000.
¿Cómo será la lucha interna del chavismo por la sucesión de su líder en caso de que éste fallezca o no pueda asumir el próximo 10 de enero?
Durante los últimos días, el presidente ha reforzado sistemáticamente el poder de Maduro, dándole facultades económicas, hablando con él por teléfono y convocándolo ahora a La Habana. Es decir, interviene activamente en la lucha por el poder de sucesión, procurando debilitar a Cabello. Los militares son leales al presidente y ellos son el poder decisivo. Obligarán a Cabello a aceptar las decisiones del comandante. El modelo chavista, es decir, el desarrollismo criollo democrático -equivalente a la socialdemocracia europea de los 70- se mantendrá al menos un período presidencial, estable. Después tenderá a seguir el camino de la AD venezolana a estancarse y perder la competitividad. De todas formas, el país seguirá con la típica estructura bipartidista de gobernanza política, que caracteriza al capitalismo actual y que, de hecho, nunca desapareció en Venezuela.
¿Es posible el chavismo sin Chávez?
 Sí y no. No, porque las características fundacionales de esos proyectos históricos -como el chavismo y el peronismo- que la personalidad de sus creadores y las circunstancias concretas les imprimen, son irrepetibles. Sí, porque sus proyectos corresponden a necesidades de modernización de la economía de mercado y del sistema de gobernanza nacional. La respuesta a esas necesidades que ideó Chávez fue el modelo desarrollista-democrático criollo. Ese modelo es funcional para Venezuela y seguirá con Maduro.
¿Quién está en condiciones de ocupar el liderazgo de Chávez en América Latina?
Entre los líderes latinoamericanos de izquierda, sólo Rafael Correa tiene condiciones subjetivas semejantes a las de Chávez. Pero Ecuador no tiene el poder necesario para permitirle a Correa llenar el vacío de liderazgo que está dejando Hugo Chávez.
Para  nosotros  el chavismo  como grupo político  va a prevalecer  por  un  periódo  no muy largo y con  el  tiempo posiblemente  perderá fuerza,  sin embargo  pensamos que además del chavismo político,  el culto a Chávez   podría   surgir pues   como lo comentamos en un escrito anterior,  “Chávez ya no solo representa al político autoritario, al líder de los pobres, si no que se   está convirtiendo además en una especie de “San Jose Gregorio” (Santo venezolano) un líder espiritual para muchos.” 
carlosvilcheznavamuel@gmail.com

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GABRIEL REYES, EL PACTO DE LA HABANA, SIN VISITA PROTOCOLAR

No se trataba de una visita de cortesía al convaleciente presidente recluido en un Centro Hospitalario cubano. Ya esa parte de la rutina protocolar se había cumplido con anterioridad y es etapa superada. El motivo del viaje de varias “personalidades” del gobierno venezolano a la isla cubana atendía la necesidad de concretar mediante un acuerdo entre las partes la garantía de la continuidad política/administrativa del proyecto chavista, aún más allá de una eventual ausencia absoluta de su creador, tal y como él mismo lo refirió en su alocución/despedida del 7 de diciembre pasado.

Estaban todos reunidos alrededor de una mesa de trabajo, no de la cama del enfermo, ultimando los detalles de un pacto que garantice la gobernabilidad en un país que se maneja por inercia desde hace algunas semanas, donde el presidente se ausenta, encarga a alguien que se ausenta y que encarga a alguien que nadie sabe si podía hacerlo y si lo está haciendo, pero donde todo está “excesivamente normal” como diría un filósofo de la revolución chavista en repetidas ocasiones, hoy ausente del protagonismo de estos sucesos.

Pero, a ese reloj cubano, que no se debe parecer mucho a los suizos, le hacía falta una pieza muy importante: El presidente de la AN. El mismo que nunca visitó Cuba en 14 años y que en un segundo viaje de reciente data ha sido conminado a suscribir esta suerte de compromiso de ultratumba con su mentor para tranquilizar a quienes ven con ojeriza a un personaje que dentro del mismo chavismo era considerado hace poco “de la derecha endógena” y que se quedaría con la tarea de asumir la presidencia y llamar a elecciones para garantizar la participación del “heredero” en ella y así intentar preservar el proyecto de acuerdo a la voluntad expresada por Hugo Chávez.

Mientras esto transcurre en Cuba, en Venezuela se ofrecen declaraciones desde la MUD donde el consecuente Ramón Guillermo Aveledo advierte sobre la incertidumbre y sus consecuencias, y otros comienzan a manejar un discurso que todavía no luce monolítico y donde pareciera que las agendas personales privan sobre la verdadera necesidad de consolidar una unidad que vaya más allá del mercadeo político, de la retórica electoral, del carnaval de los votos. Es el momento de que en Venezuela se celebre otro pacto. Una Alianza Nacional donde participen los partidos políticos y estén representados también todos los sectores de la vida democrática venezolana y se definan prioridades, roles y estrategias para que no sigamos siendo testigos de lo que otros deciden por nosotros.

Todavía no regresan todos los viajeros de la isla caribeña, pero ya está claro a qué fueron y cuáles serán las consecuencias de su reunión. Seguramente los hermanos Castro estarán muy complacidos, como cordiales anfitriones, del resultado de esta gestión que los involucra de manera total y absoluta, enalteciendo esa “soberanía” de peroratas que tanto nos repetía el hoy ausente.

Fue entonces en la capital insular donde los principales ejecutores de la voluntad del presidente enfermo se comprometieron a no agredirse entre ellos y a luchar por la consolidación del sueño de la Patria Grande, de la beca eterna a los cubanos, del endeudamiento infinito con los chinos, de las compras de chatarra a los rusos, de la hermandad con Ahmadineyad, Al Assad, Al Bashir, Lukashenko y Mugabe, de la entrega patrimonial a los próceres de Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Argentina y otros adláteres convenientes de esta gran piñata continental.

Allí, en tierra extranjera, en otro país, se llevó a cabo un Pacto que garantizará la unidad del gobierno que nació de criticar otro Pacto, sellado y firmado en Venezuela, entre venezolanos y que nos permitió desarrollar nuestra democracia como vitrina para América y el mundo durante el siglo pasado. Las ironías de la vida hacen que en un futuro no muy lejano se estudien dos pactos muy diferentes pero que marcarán dos hitos importantes, El Pacto de Punto Fijo y el Pacto de La Habana.

¡Amanecerá y veremos!
Gabriel Reyes
@greyesg

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ANTONIO JOSÉ MONAGAS, ¿EL CIELO POR ASALTO?, PIDO LA PALABRA, VENTANA DE PAPEL,

La postura adoptada por el oficialismo muestra su garra dictatorial toda vez que comenzaron a amenazar al mundo político con acciones que revelan un contenido apartado de toda consideración de honor, ponderación, respeto, ética y moralidad. Es como una embestida a la legitimidad sobre la cual descansa la funcionalidad democrática.
¿El CIELO POR ASALTO?
El poder es una circunstancia que recula en medio de la situación de la cual deviene, generando así efectos de sentido y dirección variable. No hay duda de que todo ser humano vive inducido por el poder que, naturalmente, sus capacidades le permiten. Este poder es para discernir entre los caminos que le depara la vida ante los embates a los cuales se enfrenta. Sin embargo, este poder, muchas veces, sufre de mutaciones en virtud de la situación que su esencia circunscribe razón por lo cual alcanza a mimetizarse según las realidades que lo envuelven. Su posibilidad de convertirse en el recurso de coerción más inmediato de quien pretende imponerse ante realidades que presuponga favorables a sus intereses, hace del poder el instrumento más expedito para allanar escenarios o forzar condiciones de manera particular.
Así se concibe el poder político. Tal es el grado de incidencia que tiene este poder en el ámbito público, que su concepción acusa una suerte de escándalo que tampoco le viene por mero casualismo. Tanto que los griegos dicen que “el poder es la prueba del hombre”. O sea que si quiere conocerse a alguien, sólo hay que revestirlo de poder y advertir sus efectos en la actitud demostrada. Sin duda, ésta se verá alterada.
Ahora ¿por qué no colegir que los problemas políticos que padece el país, resultan del hecho de detectar que lo que mantiene viciada la atmósfera que respira la política nacional, es el afán de poder que hay en los sectores que siguen usurpando posiciones de gobierno? Más, cuando los actuales gobernantes han demostrado la mayor incompetencia para conducir un proceso que, por naturaleza social y cultural, se tornó políticamente complejo dado el desencuentro promovido por la ingobernabilidad existente que ha venido marcando las dificultades de conciliación entre los factores activos más inmediatos de la política venezolana.
Con la incertidumbre que viene afectando el discurrir político del país, este problema ha logrado una connotación de suma gravedad. Es posible que, ante el cuadro de imprecisiones que ahora se vive, el oficialismo intentará cualquier excusa para continuar aferrado al poder convencido de que sus razones son irrebatibles. Precisamente por el abusivo manejo del poder que se arroga. El argumento de haber ganado las elecciones presidenciales, lo están utilizando como cartabón para configurar el cuadro de poder que mejor presuponga. Indistintamente, de lo que determina la Carta Magna ante contingencias que comprometan o compliquen la presencia del presidente reelecto para el momento de la toma de posesión establecido constitucionalmente.
Con el manido cuento de salvaguardar los intereses de un pueblo, al cual erradamente politizaron y en consecuencia fracturaron, pareciera que la salida será la de refugiarse en la ideología revolucionaria que malamente se inventaron para justificar el desorden emprendido. Aunque por la desinformación que cunde al país ante la crisis de salud que afecta al presidente reelecto, podrían descartarse otras vías de escape al problema que acorrala al régimen y por, consiguiente, al país en todas sus manifestaciones.
La postura adoptada por el oficialismo no sólo luce perversa. También inconstitucional. Peor aún, muestra su garra dictatorial toda vez que comenzaron a amenazar al mundo político con acciones que revelan un contenido apartado de toda consideración de honor, ponderación, respeto, ética y moralidad. Es como una embestida a la legitimidad sobre la cual descansa la funcionalidad democrática. Con la imprudencia que le concede el desmedido poder, pretenden endiosar al presidente reelecto para así permitirse las atribuciones de un descarnado poder por lo cual pensar que podrán tomar el cielo por asalto.
                     VENTANA DE PAPEL
JUGANDO CON LA DIGNIDAD DEL PAÍS
Ante el tamaño del problema que ocupa hoy al país, las respuestas son múltiples tanto como complicadas por cuanto frente a la crisis de salud que afecta la persona del presidente Chávez se manejan distintas versiones. Unas más cargadas de insidia que otras. Aunque casi todas cocidas con una misma aguja: la del desconocimiento sobre el problema en concreto.
Sin embargo, el centro del problema radica en el aprovechamiento político que de tan lamentable situación vienen haciendo encumbrados militantes del partido de gobierno. No es como pretende acusar el ministro Ernesto Villegas y del vicepresidente Nicolás Maduro, cuando denuncian una “guerra psicológica” azuzada por el “entramado mediático transnacional” y “una campaña malsana por parte de una minoría muy venenosa” con el fin de “desestabilizar” el país y “desconocer la voluntad popular expresada en las elecciones presidenciales” del 7 de octubre.
El problema tiene otra connotación que revela una cruda maledicencia de su propia gente. Y no es difícil dar cuenta de la manipulación que hacen cuando aducen consideraciones de todo tenor sobre la salud de Chávez. Detrás de este maremagno de alusiones, se esconde la existencia solapada de intereses que anteponen la condición de enfermedad del presidente a manera de bandera política con la repugnante intención de sacar el máximo provecho  a fin de conservar el poder político.
Hace un año, aproximadamente, su familia había manifestado su deseo de retirarse a luchar por su vida. Pero pudo más la voracidad del poder de quienes tienen mucho que perder con la falta de Chávez. A decir por lo que puede leerse de la situación en cuestión, estos personajes del régimen están apostando por su bienestar sin importarle que están jugando con la dignidad del país.
MOTOS HASTA EN LA SOPA
Como cada comienzo de año, Mérida se convierte en la capital de los motoristas. Términos éste empleado para referir a quienes conducen motos de alta cilindrada. La ciudad que, además de contar con una cuantiosa población de motorizados cifra ésta engrosada por los llamados moto-taxis, se vio repleta de motos de todo tipo, color y nivel de ruido generado por su funcionamiento.
El Encuentro Biker 2013, resultó de la organización dirigida por José Luís Almeida, Leonardo Dávila y Edgardo Florez, moteros por afición y emprendedores de oficio. La jornada dio mucho que agradecer en cuanto a la movilización del turismo toda vez que impactó favorablemente la economía de la ciudad. Sin embargo, a decir de algunos merideños, las calles y avenidas de Mérida, asomaron su incapacidad de permitir la concurrencia del tráfico automotor en horas críticas. Tal es el grado del problema, que ni siquiera los motoristas contaron con la holgura que requieren sus vehículos que no por tener dos ruedas, dejan de exigir el espacio necesario para garantizarse un desplazamiento relativamente seguro.
Por esta misma razón, cabe aludir que la ciudad vivió la angustia propia de la rivalidad que surgió entre los espacios demarcados para uso del transporte público y la necesidad de estacionamiento de las susodichas motos lo cual superó la capacidad establecida. Aunque no hubo de otra pues por esos días, entre el 3 y el 5 de Enero, la ciudad tuvo que aceptar y reconocer que hubo motos hasta en la sopa.
LLAMADO DE ATENCIÓN
Reconocidos internacionalistas, concordaron en denunciar ante el mundo entero lo que acontece en Venezuela a consecuencia de la dura enfermedad del presidente de la República. A este respecto elaboraron un comunicado que hicieron llegar a numerosos países a fin de provocar la atención al problema creado por la ausencia del presidente. Más, cuando se aproxima el día de su proclamación presidencial por tercera vez sin que se tengan garantías de su recuperación.
Dicho comunicado manifiesta que el país vive “una situación político-institucional totalmente anómala”. Luego de operado por cuarta vez, el pasado 11-D, el presidente sigue ausente del país y “los venezolanos seguimos privados de información oportuna y precisa de carácter médico sobre la naturaleza de su operación, evolución clínica, complicaciones surgidas y pronósticos”.
De conformidad con el artículo 231 de la Constitución, el presidente electo en los comicios del pasado 07 de octubre de 2012 debe tomar posesión de su cargo, sin que se tenga “información médica, profesional, autorizada, confiable e independiente, mediante un informe formal del estado de salud del Presidente”.
Ello es ocultamiento de la verdad causándose un grave desconcierto. “En las actuales circunstancias de incertidumbre es imperativo actuar apegados a lo establecido en la Constitución, y así preservar la gobernabilidad del país. Estamos seguros que la comunidad internacional, no avalaría una violación a nuestra Constitución y la rechazaría activando los mecanismos en defensa de la democracia” a modo de llamado de atención.
antoniomonagas@gmail.com

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FEDERICO BOCCANERA, POST-CHAVISMO Y POST-OPOSICIÓN: UN NUEVO COMIENZO

Después de los eventos electorales de 2012, el chavismo de máscara democrática se consolida; pero a la vez perderá a su máximo líder, insustituible y de imagen intransferible, por lo cual su hegemonía quedará en jaque. 
Si quisiera conservarla, deberá abrirse a un nuevo tipo de relación con toda la sociedad, incluyendo la opositora desde luego, pues no hay otro camino, al menos dentro de esta democracia imperfecta; la cual, irónicamente, ha sido la única legitimadora de este proceso mal llamado revolucionario.
El chavismo en lo inmediato podrá conservar el poder en el 2013, incluso sin mayor esfuerzo y gracias a las debilidades de la oposición; pero se le podría complicar de un momento a otro, mantener estabilidad, gobernabilidad y gobernanza multinivel para los tiempos por venir, porque, de presentarse una crisis de sostenibilidad del modelo rentista, deberá tomar medidas que de alguna forma afectarán al reparto, de hecho el gran gurú económico del régimen, el Ministro de Economía y Finanzas, Jorge Giordani, ya anunció en el pasado mes de noviembre -en declaraciones que no levantaron mayor revuelo en un país solo pendiente de la enfermedad presidencial y de la campaña electoral- que “los servicios hay que pagarlos, porque aquí el gratis se acabó, y el regalado se tiene que acabar…”
Eso faltaría más, no significará el fin del estado populista-paternalista por un lado y clientelar-proteccionista por el otro, pero si una moderación sensible en su ritmo de gasto y endeudamiento, el cual no podrá seguir como en años anteriores y menos aun después de haber demolido gran parte de la capacidad productiva del país, ahuyentado las inversiones, debilitado el potencial de PDVSA, y agotadas también las oportunidades de acceder a más préstamos como el conseguido con China, al quedar también seriamente comprometidas, las posibles garantías.
Además, frente a sólidas perspectivas regionales de incremento sostenido de la producción petrolera por parte de países como EE.UU. y Brasil e incluso Colombia, no hace falta ser ningún experto en la materia para concluir que Venezuela deberá rectificar el rumbo emprendido en los últimos años, sino quiere ir al encuentro de inmensas dificultades en todos los órdenes, con una economía que es de las menos competitivas de la región por productividad, inflación, sobrevaluación, desinversión, contracción de la capacidad instalada, calificación de la mano de obra, persecución fiscal, burocratismo, corrupción, e informalidad de la población económicamente activa.
Factores todos actuantes al mismo tiempo desde hace años y destinados a agravarse, especialmente de proseguir la hostilidad del sector público hacia el aparato productivo privado.
Para hacer frente a dificultades crecientes que no pueden subestimarse en cuanto a su magnitud y el tiempo que tardarán en manifestarse, un chavismo sin Chávez en el poder, deberá enfrentar y superar las múltiples fragmentaciones que lo amenazan, incluso más que el vacío de liderazgo (y carisma) que inevitablemente dejará el comandante tras su eventual deceso.
La apropiación personal y suprainstitucional que Chávez hizo del rentismo, y la consecuente gestión bonapartista del reparto, fue lo que hizo posible llegar a ese discurso de “Con hambre y sin empleo con Chávez me resteo…”, a pesar de que repetidas promesas como aquella de las 3R (revisión, rectificación y reimpulso de la Revolución Bolivariana) quedaran una y otra vez incumplidas, y se reciclaran, con igual insistencia, hasta llegar a la promesa postrera de “Eficiencia política y calidad revolucionaria o la noche…” de la campaña de 2012.
Este vacío de liderazgo personalista, será imposible de reemplazar, lo cual no es poco… Pero lo de la fragmentación interna, también será una cuestión compleja y de difícil resolución.
Porque el chavismo políticamente, es un archipiélago de bajísima coherencia y altísima propensión a la agresividad intraespecífica, un engendro atemorizante que sólo Chávez con esa capacidad de arbitraje ya descrita más arriba al aludir al bonapartismo, pudo mantener bajo control.
Al mismo tiempo, el estado chavista también se encuentra fragmentado/dividido, al haber sido colonizado y sometido cada uno de sus compartimientos por voluntad hegemónica del mismo Chávez, el cual terminó creando grupos de gestión particular y exclusiva al frente de cada poder público, devenidos todos a su vez en parcelas subsidiarias del poder central, en donde se enquistó una intensa y extensa “clientelización”.
Así que tanto el movimiento político chavista como el estado chavista, entidades y estamentos que se alimentan y realimentan en relación mutuamente dependiente, corren el riesgo de disgregarse al faltar el aglutinante representado por el liderazgo mesiánico e irremplazable del Presidente-Comandante.
A su vez, una oposición debilitada al extremo y en gran parte carente de perspectiva, sin proyecto político real que la pueda reconducir a reconquistar el poder a corto plazo, deberá plantearse una tarea impostergable para los próximos años, la cual deberá pasar por sustentar la gobernabilidad y promover una unidad verosímil -incluso propiciando un gran acuerdo nacional- si desea sinceramente mantener las condiciones mínimas para emprender con garantías de continuidad, el trabajo político indispensable sin el cual nunca podrá volver a erigirse como modelo alternativo.
De hecho, una caída definitiva del régimen chavista por colapso institucional, administrativo, económico, o una combinación, implicaría la llegada de la solución pendular por estado de necesidad, y por lo tanto la muy probable interrupción de las garantías constitucionales en el plano político, algo que no puede convenir a ninguna organización política sensata, sea del lado que sea, porque además, tanto la modalidad como la duración en el tiempo de la suspensión del juego democrático, incluso la animada por las mejores intenciones de transición y restitución, podría volverse impredecible en muchos aspectos, sobre todo si no logra restituir la paz ciudadana con eficacia incontrastable y en tiempos plausiblemente cortos.
La única forma como la oposición podrá capitalizar en forma afianzable, los descontentos que la sociedad acumule, es retomando el trabajo político sistemático que abandonó hace décadas.  Hoy en día en cualquier protesta, la presencia de los políticos es rechazada y con razón, pues se interpreta como un aprovechamiento indebido, abusivo, de la misma, de hecho rige el estigma de la “politización” porque se confunde con oportunismo, esto es inevitable pues sólo acompañando al pueblo en su lucha cotidiana, en forma sistemática, se podrá lograr que la politización de las manifestaciones vuelva a tolerarse, además porque si el trabajo político se hace adecuadamente, serán líderes realmente involucrados con la comunidad, los que convoquen y dirijan el descontento. Volver a comprender la importancia de esto, es crucial para el trabajo de reconexión con las masas. Se requiere la política paciente, microsegmentada y producto del enjambre de los actores políticos y sociales, en la comprensión de que se trata de una relación interdependiente de interlocución e interacción cotidiana.
Y la única forma de poder reconectar con la gente, será con trabajo en la base popular y para ello se deberá asumir el reto de ir al activismo político en el mismo terreno conquistado por el chavismo, de allí la importancia del trabajo en las comunas para poner un ejemplo de actualidad. Justamente porque las comunas podrían resultar ese híbrido entre lo político y social que serviría de medio, de caldo de cultivo, para que prospere el amalgamamiento político social imprescindible para recuperar el espacio político, y lograr la adhesión necesaria para la superación del espejismo democrático del régimen chavista.
El trabajo en las comunas a su vez podría resultar insuperable para calibrar nuevas maquinarias de activismo, cuadros y dirigentes, y representar una ocasión inmejorable para formular, por primera vez en años, una política verdaderamente diferenciada del chavismo, al incorporar visiones y propuestas de base realmente auténticas. Por lo tanto la alternativa popular, verdaderamente popular, capaz de descollar sobre lo establecido, sólo podrá aflorar desde la base, mientras no se reconstruya una economía menos dependiente del estado, menos rentista y por lo tanto, menos sumisa en sus ofertas al recetario populista.
Porque el chavismo aún en el caso negado (por ahora) de ser desalojado del poder, no podrá ser desplazado como alternativa, mientras la actual relación estado-nación no cambie; de hecho, si eso no llega a ocurrir, al chavismo en las actuales circunstancias sólo lo podría sustituir algún movimiento análogo y equivalente, como en cierta forma el mismo chavismo fue un sucedáneo del bipartidismo puntofijista de la mal llamada “cuarta república”, y esto es así porque en los hechos, el chavismo jamás sustituyó el estado rentista creado en las postrimerías del gomecismo, y que alcanzó su esplendor y decadencia en los 40 años desde 1958 hasta 1998.
Este chavismo nunca fue revolucionario, porque nunca pretendió la sustitución del estado anterior (no hubo desmantelamiento burgués alguno, más bien se crearon nuevos estratos burgueses), en efecto lo único que hizo fue revalidarlo, pero exacerbando la impronta improductiva incluso parasitaria del reparto, en otras palabras, los vicios característicos de la práctica que tanto se condenó, desechando incluso las virtudes mínimas de lo que ha debido ser un verdadero modelo de transformación socio-política y económica del país, que se plantease desde la descentralización, pasando por el antimilitarismo, y un genuino antiimperialismo, hasta la creación de un parque industrial propio.
Pero nada parecido se hizo, y con el chavismo se llegó a un extremo, un extremo patológico de reparto infecundo, que es tan distorsionante y esterilizante, que hasta podría llevar a comprometer la calidad de la permeabilidad social obtenida por sus programas sociales (extensión, validez y sustentabilidad de la inclusión).
La clave de la sostenibilidad de la sociedad venezolana en el largo plazo, estará en mantener la movilidad social sin que ésta siga dependiendo tan directamente del estado central aún en la escala local; pero esta tarea no podrá lograrse de la noche a la mañana, por lo tanto, quedan años de mucho trabajo por delante, lo importante y esto considero necesario repetirlo, es evitar la desestabilización que podría llevar a situaciones indeseables como las que vivió Colombia con el fenómeno de las guerrillas, el narcotráfico (y su convergencia estratégica) o la que se vive en el norte de México con el fenómeno del “estado fallido”… y en Venezuela, el único garante de gobernabilidad/estabilidad en los tiempos por venir, seguirá siendo la unidad de las fuerzas armadas, por lo tanto, para evitar una militarización aún más profunda y preocupante del poder, y eventualmente devolver el mismo a los cauces institucionales perdidos, en los próximos años habrá que ir a un gran acuerdo o alianza nacional de todos los factores de poder, pero sobre todo con partidos y movimientos políticos debidamente renovados, tanto de un lado como del otro.
No hay otra…
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CARLOS BLANCO, "EL GRAN COMPONEDOR YA NO ESTÁ EN CONDICIONES. DE ALLÍ EL ROL DE LA CÚPULA CUBANA" TIEMPO DE PALABRA

PENÚLTIMO CAPÍTULO
En esta columna se han tratado los efectos políticos de la salud del presidente Chávez sin especular sobre sus dolencias. Una razón es que no hay detalles disponibles, ni información médica como para discutir sobre diagnósticos. Otra razón es que todo es demasiado transparente. Si se asume la postura más conservadora, la de tomar como válido lo que dicen personas que quieren bien a Chávez como Ernesto Villegas, Nicolás Maduro, Heinz Dieterich, Evo Morales, José Mujica, la conclusión es una: el Presidente no volverá a sus funciones así su vida no esté comprometida.
La ausencia permanente de Chávez de la Presidencia es el escenario de más probabilidad que se tiene por delante. Desde hace meses sostuvimos que ésta era la variable política más importante. El impacto nacional e internacional del desvanecimiento de un liderazgo tan poderoso es inestimable.
Frente a esta situación todos los factores políticos del país se han desorganizado. Ni el chavismo tiene una conducta homogénea ni los opositores tampoco. Chávez logró después de varios años ser el articulador de un sistema político e institucional que no puede sobrevivir la ausencia de su eje sin asombrosos cambios. He sostenido que es como si de repente el centro de gravedad de un sistema colapsara y planetas, satélites, asteroides y demás cuerpos celestes perdieran sus órbitas. "¡Chávez vete ya!" y "¡Uh!, ¡Ah!, ¡Chávez no se va!" han sido los gritos de guerra de los bandos enfrentados. Eso se acabó.
Estos cambios han comenzado a generar diferentes actitudes políticas. Una notable es la conversión de los ateos; unos tarajallos cultivados en el agnosticismo militante ahora se ven prosternados en arrebatos místicos. La oración se ha convertido en una expresión común ante la situación de gravedad de Chávez, pero fundamentalmente como acto político. Esas congregaciones extáticas son la forma de vincular la religiosidad popular con la exaltación del líder en su encrucijada vital.
Hay un tema importante aquí sobre el papel de la oración religiosa. Es absolutamente natural que las autoridades eclesiásticas oren por la salud del Presidente como lo hacen por la de cualquier ser humano, más aún por la significación e impacto que tiene aquél en la vida del país. Sin embargo, noto un poquitín exagerado la actitud de dirigentes que en vez de guardar el discreto silencio que las circunstancias aconsejan en términos del ser humano envuelto, también hacen inconveniente ejercicio de exhibicionismo al proclamar sus rezos por el Presidente. Es de convenir que todo aquél que quiera rezar lo haga pero de la manera de quienes realmente intentan comunicarse con Dios, en forma privada, discreta, sin esas ostentaciones que no son creíbles. Es de sospechar de quien hace de su privadísima fe religiosa y de los actos que la acompañan un acto de propaganda: recuerdan a Chávez en sus frecuentes arranques píos.
EL GRAN COMPONEDOR.
El chavismo ha sido una corriente política en desarrollo. Sus fuentes nutrientes son diversas: el sector militar de izquierda representado por el propio Chávez que abrevó en las posiciones de Douglas Bravo y de varios dirigentes de la izquierda insurreccional; el sector militar no comunista representado en su momento por los comandantes Jesús Urdaneta Hernández y Francisco Arias Cárdenas, entre otros, y que rompió tempranamente con el proceso (con el conocido regreso de Arias Cárdenas); un sector de izquierda civil que se distanció del golpe de estado de 1992, pero que después asumió que Chávez podía ser el que llevara al poder a una izquierda mil veces derrotada; una franja de la burguesía que creyó que el comandante golpista sería el instrumento para deshacerse de AD y COPEI sin que el cambio se llevara a esa burguesía en los cachos; la izquierda internacional que después de la derrota estratégica de la revolución continental inspirada por Fidel Castro, volvió a encontrar una causa y un líder; y por supuesto los cubanos que ya no tuvieron que seguir haciéndole carantoñas a Carlos Andrés Pérez, Carlos Salinas de Gortari, César Gaviria y Felipe González, para un retorno más o menos suave a la comunidad latinoamericana.
Chávez generó un liderazgo petrolero que pudo articular esa vasta alianza de intereses diferenciados y hasta divergentes. Al caudillo se le observa normalmente como el atrabiliario que ha sido; pero, en términos de esa convergencia de intereses, su conducta muestra a un gran componedor: pasaba a retiro, los resucitaba, los volvía a enterrar, los sacaba; un instrumento importante fue colocarlos como "candidatos" a gobernaciones. Así ocurrió con Elías Jaua, Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, entre los más importantes. En ocasiones esas candidaturas han cumplido el papel de cavas para enfriar ambiciones y curar torpezas.
El Gran Componedor ya no está en condiciones de armar juego. De allí el papel de la cúpula cubana. No se crea que los que le hablan al venezolano son un Fidel chocho y Raúl Castro. Todo el Buró Político del Partido Comunista de Cuba está centrado en el intento de manejar la crisis venezolana y no se puede subestimar a equipos dirigentes que tienen más de medio siglo pegados al corte y que lograron controlar política y psicológicamente al Presidente.
Sin embargo, los cubanos tienen limitaciones. Tienen sus generales y oficiales en Fuerte Tiuna, tienen algunas fichas en el PSUV, pero ya no pueden actuar como con Chávez activo, al que no se le podía chistar dentro del chavismo. El PC cubano quiere controlar pero no puede porque el instrumento fundamental de su intervención en Venezuela, el caudillo, no está en condiciones.
En este marco es inevitable que las facciones tomen sus caminos e intenten el mayor control posible. Hay dos evidentes representadas por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, pero no son las únicas. Ellos personalmente pueden entenderse, pero las fuerzas que representan tienen cursos divergentes. Y si, como parece, Cabello se convierte en Presidente en funciones, la demora electoral podría favorecer la consolidación de su poder. ¿Habrá sido ésta una consecuencia no intencionada o era parte del designio secreto de Chávez? Nunca se sabrá.
LA DISIDENCIA.
Éste podría ser el escenario más complejo para los demócratas después de los eventos de 2002. ¿Son suficientes las fuerzas de los partidos agrupados en la MUD? ¿Puede ampliarse la MUD? ¿Se puede crear un Frente Nacional que la incluya y se amplíe para que tenga más sentido social? Para las elecciones que vendrán, ¿es Capriles el candidato? Si no, ¿cuál? ¿Se puede participar con las condiciones que el 7-O y el 16-D? ¿Puede ser más difícil derrotar a Nicolás Maduro, cubierto con el manto de Chávez, que al propio Chávez? Preguntas que requieren serenidad para responderlas que no tienen los altaneros e intolerantes.
www.tiempodepalabra.com
Twitter @carlosblancog

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