domingo, 6 de enero de 2013

NELSON CASTELLANO HERNÁNDEZ, VENEZUELA 2013

Los venezolanos aspiramos un milagro en el nuevo año, un cambio que convoque a todos, para recuperar un país donde podamos existir juntos.
Una Venezuela donde comencemos a construir una sociedad que garantice nuestro desarrollo como personas, donde se respete nuestra dignidad de seres humanos, nuestros derechos y nuestra libertad.
Con dirigentes que transformen los discursos en acciones y las acciones en realidades. Con instituciones respetadas y respetables, que cumplan con la Constitución y las leyes.
Aspiramos un país sin violencia, donde se garantice el derecho esencial a la vida, donde desaparezcan los "partes de guerra" de fines de semana. Donde se recupere la dignidad de la primera magistratura y en el cual el mensaje de odio, rencor y venganza se excluya del lenguaje gubernamental, sustituyéndolo por uno de participación, integración y solidaridad.
Donde el despilfarro del aparato del Estado, en propaganda abusiva, en compra de armamento, en comisiones, en importación de alimentos para ganar en divisas, en regalos millonarios a otros países, se transforme en inversión, destinada a producir justicia social dentro del territorio nacional.
En ese nuevo país las desviaciones totalitarias deben desaparecer, terminar con situaciones de ilegalidad con la que se mantienen detenidos tantos venezolanos, permitir el regreso de los exilados y que se actúe dentro del marco legal.
La política de regalos y limosnas populistas deberá transformarse en educación y fuentes de trabajo, a fin de producir un trabajador dignificado y no un receptor dependiente de dadivas.
Ese milagro permitirá un país donde se estimule la industria, las empresas, la producción agrícola y pecuaria, para salir de la ruina y la pobreza a la cual nos ha arrastrado un gobierno irresponsable que buscaba hacernos dependientes de su régimen político. Con unas empresas del Estado eficientes, rentables y que comiencen por respetar sus propias obligaciones. Con el regreso de los capitales privados y extranjeros, necesarios para estimular el desarrollo.
Venezuela conquistó su independencia de la mano del Libertador y por la sed de libertad de su pueblo, había sufrido la conquista, la esclavitud y la guerra, después sufrió crisis económicas, políticas y dictaduras y supo levantarse en cada ocasión.
Nuestros orígenes se ramifican entre los indios, primeros habitantes de estas tierras, África y Europa, de esa herencia nace una cultura vibrante y variada que se expresa a través de nuestro folclore, música, poesía y manera de ser.
Nuestra geografía nos lleva de las urbes a las grandes extensiones vírgenes, desde el mar pasando por los Andes hasta la Gran Sabana. Con su pico Bolívar, el mítico Orinoco y sus arrecifes de corales.
Esta Tierra de Gracia, mestiza, destinada al desarrollo debido a su gran riqueza petrolera se encuentra estancada y dividida. Sus fuerzas policiales, las garantes del orden, sus instituciones sobre todo las de protección del ciudadano y las de justicia, están cuestionadas y no inspiran confianza.
La posibilidad de superación, de inversión y desarrollo, comprometidas por la fragilidad de los derechos individuales de propiedad y por el despilfarro del ingreso petrolero sin que esto genere otro tipo de riqueza. Un país en esas condiciones está comprometiendo el futuro de las nuevas generaciones.
Pero la Pequeña Venecia del Coquivacoa es también tierra de héroes como, Bolívar, Sucre, Urdaneta, Páez y el Negro Primero, de gente culta como Bello, Carreño, Gallegos, Uslar Pietri, Ramos Sucre, Udón Pérez y Otero Silva, de artistas como Michelena, Tovar y Tovar, Reverón y Soto, políticos como Jóvito, Betancourt y Caldera, y tantos otros.
Patriotas, venezolanos que representan momentos históricos en que se venció al dominio español, a Gómez, a Pérez Jiménez, a la guerrilla y se abortó el primer intento de invasión cubana, momentos en que se constituyó la República y se construyó la democracia.
Una herencia que nos permite creer en nuestro pueblo y esperar el milagro en 2013, de paz, unión y desarrollo, que celebraremos a golpe de tambor, joropo y ritmo de gaitas.
nelsoncastellano@hotmail.com

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2 comentarios:

  1. Todo es un sueño, un buen sueño. Hasta qué no salga desde dentro nuestro ser el bravo pueblo, el sueño no se vuelve realidad. Se queda en un simple sueño o deseo. Los sueños no se logran solos ni caen del cielo, se construyen en una lucha diaria, diaria , cotidiana y si se ha de luchar contra grupos, en nuestro caso comunistas, la lucha a de pasar a niveles diferentes , una persona quien vivió tras la cortina de hierro siempre dice: con los comunistas no se dialoga se liquidan. No se sí esa máxima es aplicable a nuestro país en este momento, pero si la necesidad obliga es cosa de pensar en aplicarla.

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  2. Todo es un sueño, un buen sueño. Hasta qué no salga desde dentro nuestro ser el bravo pueblo, el sueño no se vuelve realidad. Se queda en un simple sueño o deseo. Los sueños no se logran solos ni caen del cielo, se construyen en una lucha diaria, diaria , cotidiana y si se ha de luchar contra grupos, en nuestro caso comunistas, la lucha a de pasar a niveles diferentes , una persona quien vivió tras la cortina de hierro siempre dice: con los comunistas no se dialoga se liquidan. No se sí esa máxima es aplicable a nuestro país en este momento, pero si la necesidad obliga es cosa de pensar en aplicarla.

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