Para
que una democracia funcione los políticos tienen que saber cual es la
diferencia entre un adversario y un enemigo.
Un
adversario es alguien que tu quieres vencer, mientras que un enemigo es alguien
a quien tienes que destruir. Con tu adversario puedes adquirir un compromiso
hoy, ya que mañana podría convertirse en tu aliado, mientras que un compromiso
con el enemigo es una señal de debilidad que pudiera considerarse un acto de
traición.
La
confianza es posible entre adversarios, quien podría vencerte si pudiere
hacerlo, pero ellos aceptan el veredicto de una buena confrontación.
Esto
y una buena disposición para competir bajo las mismas reglas es lo que demanda
la democracia venezolana.
La
confianza entre enemigos es imposible. Ellos no juegan bajo las mismas reglas y
si lo hacen y te vencen, ellos cambiaran las reglas para continuar venciéndote
una y mil veces más.
Eso
es lo que nos ha pasado a los venezolanos durante los últimos 15 años.
Acostumbrados a un sistema electoral manual, que funcionaba entre adversarios
políticos, hemos estado participando en elecciones con un sistema electrónico
amañado en manos de quienes mil veces han confesado ser nuestro enemigo aun
cuando nuestra dirigencia se empeña en verlos y tratarlos como adversarios.
Los
venezolanos hemos estado luchando infructuosamente en contra de una banda
dedicada a destruir la sociedad democrática para perpetuarse en el poder. Para
conseguir sus objetivos nos tratan como lo que somos: sus enemigos. Obviar esto
ha sido el error capital de nuestra dirigencia política.
El
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y fundamentalmente, su dirigencia, son enemigos de la democracia
y por ende de Venezuela y como tal tienen que ser tratados. Para permanecer en
el poder han violado la Constitución Nacional de la Republica y acabado con el
estado de derecho. Han llegado al extremo de imponer ilegalmente a un
extranjero en la posición de la Primera Magistratura solo para imponer un
sistema castrocomunista a trocha y mocha.
¿Puede
el pueblo venezolano continuar considerando adversario a quienes dejan de
reconocer la voluntad popular expresada en las recientes elecciones del 8D y
les nombran alcaldes paralelos a sus posiciones de autoridad?
Por
esas y muchas otras razones los venezolanos estamos obligados a desconocer la
ilegitima autoridad del régimen que
actualmente rige los destino del país, de acuerdo a lo establecido en los
artículos 333 y 350 de nuestra Carta Magna, hasta restituir la democracia y el
estado de derecho.
Para
concluir este escrito no podríamos olvidarnos del viejo adagio que reza: “…el
amigo de mi enemigo es mi enemigo”. Y esos tienen nombres y apellido: los
Sátrapas Dictadores de Cuba Fidel y Raúl Castro Rus, a quienes la dirigencia
del PSUV les ha entregado nuestra patria y su patrimonio para que ocupen todas
las posiciones fundamentales que requiere una nación independiente como son las
de identificación, inteligencia y seguridad de la Republica. Fuerzas estas de
ocupación que tienen que ser desalojadas de nuestros territorio para lo cual se
requiere el concurso de la obligación constitucional de la FAN de defender la
patria y sus instituciones para restituir la libertad, la independencia y
podamos volver a ejercer soberanía en todo nuestro territorio nacional.-
rdbustillos@gmail.com
@rdbustillos.-
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