Quienes vivimos en Venezuela observamos con
ojos de preocupación el deterioro de nuestra calidad de vida y el futuro de
nuestros hijos y nietos, el empobrecimiento de este País ha sido general, los
pobres son más pobres, la clase media se empobreció y los ricos son menos ricos
con la excepción por supuesto, de unos cuantos especuladores y arrimados a los
centros de poder de decisión del gobierno, que han hecho fortunas súbitas o han
multiplicado las que tenían aprovechándose de las ventajas de ser dirigentes
del Castro Chavismo.
En todas las empresas del Estado, en todos
los institutos autónomos, en todos los sitios donde el gobierno tiene cinco
Bolívares como inversión de capital está la corrupción haciendo estragos. Al
Estado le corresponde básicamente la misión de garantizar el progreso de los ciudadanos, garantizar su seguridad que
es algo más que la seguridad de las personas y de los bienes, es la seguridad
social, la seguridad ante la vida, la seguridad de tener un trabajo estable y
bien remunerado, la seguridad de poder levantar una familia, de tener vivienda
decente, de tener como curar una enfermedad, seguridad de que no vamos a pasar
hambre, seguridad de poder vestir a nuestros hijos, pero nada de esto está
pasando hoy en Venezuela sino todo lo contrario.
En Venezuela existe miedo en los hogares y
miedo en las calles, tenemos que estarnos cuidando siempre de un asalto, en el
parque, en el autobús, en el taxi, a cualquier hora del día o de la noche,
estamos expuestos a un atraco, robo o un crimen, tenemos miedo de la policía
nacional, de los miembros del CICPC antigua P.T.J., de la guardia Nacional,
miedo de la policía del Estado, miedo de las milicias armadas del chavismo, miedo
de pandillas de milicianos armados y vestidos de rojo, estas son pandillas
revolucionarias de a pié y en moto con gorras y franelas del gobierno Nacional,
miedo del allanamiento de nuestras casas, miedo de ser destituidos del trabajo
por no tener carnet del gobierno, miedo del cierre de los bancos, de la escases
de comida, de la falta de medicina, de la ausencia de garantías, miedo del mal
trato que nos dan los funcionarios del gobierno, de la falta de igualdad, del
irrespeto a la privacidad, del derecho al trabajo, de no ser invadidos en
nuestra propiedad y en nuestros bienes.
Aquí en Venezuela los bandidos están
organizados y protegidos, la radio, prensa y televisión sometidos a la censura
del gobierno y la amenaza de cierre, una minoría vive bien y la mayoría pasa
necesidades, los jueces y fiscales son incondicionales al régimen, los
defensores son marionetas del gobierno, en este País las medicinas ya no se
consiguen, hay motines en las cárceles, hay amenazas de cerrarnos la frontera,
hay chanchullos, hay malestar generalizado, hay aumento de los precios en los
productos de la dieta diaria, hay aumento en el vestido, el transporte los
artículos de aseo y en la vivienda.
Yo siento que este País ofrece menos
oportunidades para desarrollarse a mis hijos y nietos que el País que vivieron
mis Padres, pero siento igualmente el peso de la responsabilidad que se deriva
de estar viviendo en el País que me brindó muchas posibilidades y hoy les
quitan este derecho a nuestros hijos y nietos, quienes tendrán más dificultades
que las que nosotros tuvimos.
Gracias a Dios no hemos perdido la ilusión y
la esperanza de una vida mejor, pero hemos podido comprobar con este régimen
Castro comunista que la riqueza de Venezuela no está en las reservas de oro del
Banco Central, ni en los dólares que nos ingresan por venta del petróleo, no,
la mayor riqueza de nuestro País está en la gente en su educación, en su nivel
cultural, en su salud, en su capacidad y voluntad de lucha para salir de un
régimen que como este, nos ha llevado a un proceso de empobrecimiento de
Venezuela, que se refleja ante el mundo en circunstancias vergonzosas por falta
de un liderazgo, que o toma conciencia del papel que tiene que desempeñar y
deja de negociar a espaldas del pueblo con el gobierno, o será arrasado por la
voluntad mayoritaria de un pueblo que se resiste a vivir sin democracia y
libertad.
Los Hermanos Colombianos y sus fuerzas
Armadas están en la obligación de tomar como ejemplo lo que nos está sucediendo
en Venezuela y, frenar el propósito Castro Chavista, que no es otro que con la
complicidad política de Juan Manuel Santos y sus nuevos aliados los terroristas
de las FARC, y la casi absoluta mayoría de Senadores y Representantes del
Congreso, salvo unas muy escasísimas excepciones, que no llegan a contarse con
los dedos de una mano, imponerse en las próximas elecciones del mes de Marzo y
de Mayo para instaurar en Colombia el famoso Socialismo del siglo XXI que es el
mismo comunismo del siglo XX.
Por lo tanto, los Colombianos residentes en
Venezuela, votaremos por verdaderos Demócratas y ciudadanos ejemplares, por su
conducta moral y ética y por sus amplios y sólidos conocimientos, por su
probada valentía y calidad humana y por su firme apego a la verdad, justicia y
lealtad, ellos son: Álvaro Uribe Vélez al senado con toda la lista del
"Uribe Centro Democrático" para conformar un mejor parlamento y por
Óscar Iván Zuluaga como próximo presidente de los Colombianos, que estamos
seguros frenara la amenaza de reelección de Juan Manuel Santos, y con la ayuda
de Dios liberara a Colombia del socialismo del siglo XXI que no es más, que el
Castro-Chavismo que hoy gobierna a Venezuela.
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