martes, 3 de diciembre de 2013

HERNÁN CASTILLO, POLÍTICA Y VIOLENCIA EN VENEZUELA

Probablemente el aspecto más difícil de manejar en la confrontación política venezolana sea todo aquello relacionado con el estímulo del Estado a las distintas formas de violencia. 

No hay expresión de violencia en Venezuela en que la actuación estatal no sea de tolerancia. El Estado, a lo largo de todos estos años, ha mostrado falta de voluntad política para combatir la complicidad del crimen con sectores corrompidos en los organismos de seguridad; por otra parte, arman a grupos paramilitares que combinan acciones armadas contra la oposición y sectores sociales descontentos con actividades del hampa común; a lo cual  le agregan un permanente discurso violento contra el malestar social y la oposición política. El crimen en Venezuela es consustancial al Estado. La función de control que debería asumir la seguridad del Estado la viene cumpliendo la violencia política y criminal. De tal manera que se puede afirmar que la actividad criminal y la violencia en Venezuela son una política pública.

Pero lo más grave, a mi juicio, es que si la oposición política no enfrenta el tema de la violencia estatal con habilidad, tal como lo ha venido haciendo, se pudieran ver comprometidas las posibilidades de desarrollos políticos pacíficos y transiciones democráticas futuras.

La situación venezolana es frágil, en que la violencia política pudiera ser ampliada selectivamente, no podemos obviar nunca el papel que cumplen en Venezuela los agentes castrocomunistas, entre otros. En América Latina tenemos experiencias relativamente recientes muy dolorosas en el campo de la lucha contra regímenes militaristas y policiacos violentos.

Las cifras de asesinatos en Venezuela son escandalosas. Se estima que para finales de este año hayan sido asesinados cerca de 23000 venezolanos. Pero también diputados y políticos han sido salvajemente agredidos, sin castigo a los responsables; más la situación infrahumana de los perseguidos y presos políticos, y el sistemático acoso a  las distintas expresiones de disidencia, crítica e independencia de pensamiento político.

En fin, luego del próximo 8 de diciembre, quedará demostrada la precaria situación del régimen. Vienen situaciones turbulentas, el régimen ya anunció el uso inconstitucional de la Ley Habilitante. Pero para la Alternativa Democrática las decisiones van a ser más difíciles porque vamos a enfrentar un régimen que, contra la voluntad mayoritaria, se empeña en profundizar en Venezuela el modelo totalitario de represión a las libertades económicas, civiles y políticas.

Venezuela, el próximo 8 de diciembre, se encontrara otra vez en una encrucijada en la que nos corresponde enfrentar con el voto mayoritario a un Estado ventajista y un CNE parcializado y tramposo que se niega a auditar los cuadernos de votación y modernizar el Registro Electoral Permanente REP. Pero en esta encrucijada no tenemos otra opción, el otro camino es la violencia política hacia donde nos quieren empujar.

hernanjosecastillo@gmail.com

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