viernes, 13 de septiembre de 2013

TAMARA SUJU, IRRESPONSABLES

Hace casi 12  años, aquel 11 de septiembre del 2001, el mundo entero se conmocionaba por los terribles atentados perpetrados en contra del pueblo norteamericano por el grupo yihadista Al Qaeda .  Las dos torres del Word Trade Center en Nueva York y el Pentágono en el estado de Virginia fueron sus objetivos, muriendo cerca de 3 mil personas, y mas de 6 mil resultaron heridas.  Por semanas los países conscientes de lo que sucedía y de sus implicaciones, contuvieron la respiración; el mundo había cambiado. 

El gobierno de Estados Unidos, cuyo Presidente para aquel entonces era George Bush hijo, no hacia más que llamar a la calma a la población. Los mensajes eran de prudencia y solidaridad, lo importante era atender el caos, con orden y entereza.  Así procede un Presidente democrático, y sus organismos de socorro y seguridad. El enemigo no era el pueblo norteamericano, ni los opositores demócratas a quien el Presidente Bush jamás se le hubiera ocurrido acusar de tales hechos, porque en los países con democracias sólidas, donde conviven todos los pensamientos y corrientes políticas sin ser llamados apátridas y golpistas, el enemigo es otro y en esos momentos era la excepcional emergencia que enfrentaba la nación entera , la angustia, el miedo y la zozobra creada por tan abominables hechos. 

El pasado martes 4 se apagó el país por unas horas.  Circulan distintas versiones, y la oficial es  que la falla se generó en la torre número 6, línea 765, específicamente en la malla de agarre, la cual se soltó del “sistema de enganche”. Nadie se sorprende, porque los expertos se han dedicado a recordar la ausencia de mantenimiento e inversión que ha traído como consecuencia el terrible deterioro del sistema eléctrico nacional, incluyendo las represas. 

 Pero esto lo determinarán las investigaciones ordenadas por el gobierno.   Lo grave de este día, lo absolutamente grave, fue la reacción de Nicolás y de algunos de los personajes del gobierno.  Ni siquiera se había restituido el servicio, cuando ya estaban culpando a la "derecha apátrida" de un supuesto "golpe eléctrico" que pasa a formar filas junto a los planes de desestabilización y magnicidio denunciados por ellos. 

La gente salía de sus oficinas y de las bocas del Metro y caminaba en las calles entre rumores, angustia y susto, causados por la inseguridad imperante y por ese discurso incendiario, irresponsable y lleno de odio que dirigía al país quien hoy ostenta el poder.  La "sensación" según escuché después a una señora de Petare que contaba la hazaña de como llegó a su casa en la radio, fue la misma que se vivió el día que Nicolás anunciaba la muerte de Chávez, donde luego de las tensiones creadas en torno al tema y lo que pasaría tras su fallecimiento, la gente tuvo mucho miedo de que se desataran los odios en las calles.  

El gobierno nacional, en las cabezas de sus representantes - funcionarios públicos que le deben respeto a todos los venezolanos - no pierden la ocasión para lanzar llamas por la boca, pretendiendo distraer y atizar aún más la polarizacion de una población que está harta de no tener ni un instante de paz en su vida cotidiana.  Es en momentos de emergencia nacional como la del día martes, que se conoce a los verdaderos estadistas, aquellos preparados para eventualidades graves y desconocidas,y que  asumen su rol y piensan primero en el bienestar de la población, de toda la población; en como organizar la adecuada asistencia, y que llaman a la calma y a la solidaridad. La gente no es corta de mente, se da cuenta de quien es quien.

La irresponsabilidad con la que actuó Nicolás y algunos de sus ministros y otros miembros del ejecutivo - aunque no todos, hay que decirlo - es muy preocupante.  Hasta ahora han corrido con la suerte de poder contar con el sentido de supervivencia y el olfato del venezolano; el humor con el que nos tomamos las cosas ha ayudado a que no se desaten reacciones que pudieran ser incontrolables para cualquier gobierno. Pero si a usted lo pellizcan todos los días, y le dicen una y otra vez que el vecino es el culpable de que a usted no le alcancen los reales para comer, que la inseguridad lo tenga en vilo y además, que es el culpable del apagón que le echó a perder su neverita, es posible que en algún momento terminará  tumbándole la puerta y enfrentándose, por decir lo menos.

 Un gobernante serio no juega con fuego.  Nuestros gobiernos, sin embargo, tienen la mala costumbre de endiosarse en el poder y de subestimar la inteligencia de la gente. El gobierno parece que no tiene olfato para oler el tufo que está levantando, ni tiene el talento comunicacional del difunto Presidente.  El domingo pasado escribí sobre la importancia de atajar la violencia social, y quien debe dar el ejemplo y empezar a controlar su verbo son Nicolás y su combo de incondicionales.  Debo también decir que en la calle ya no les creen. Ni que se vistan de obispos y repitan mil veces que todo lo malo que sucede es saboteo. 

 La burla y la rabia esta en la boca, en las conversaciones del pueblo, y a Nicolás le mienten cuando le hablan los ya conocidos "encuestadores" de que su popularidad esta creciendo y que a la gente le gusta como se está  desempeñando.  ¡Mentira! La gente lo que está es harta de tanta idiotez y de que quienes ostentan el poder no se ocupen de hacer su trabajo y se la pasen inventando como distraen a la gente. Un verdulero me dijo el jueves pasado: "se la pasan de show en show y el país que se j...". Escucha al pueblo, Nicolás.

Tamara Suju 
tamarasuju96@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.