lunes, 22 de julio de 2013

FERNANDO OCHOA ANTICH, LOS RETOS DEL ALTO MANDO MILITAR

         La designación del nuevo Alto Mando Militar tuvo un trascendente impacto en la Fuerza Armada. La hoja de servicio de sus integrantes es muy meritoria, aunque a mi criterio lo más  importante ha sido su discreto comportamiento durante estos años de exagerada politización de nuestra institución. Eso sí, los nuevos jefes militares deben entender que su ascendiente sólo se mantendrá si su acción de comando produce una inmediata transformación en la política militar y en la posición del gobierno nacional. Dolorosamente, debo decir que me ha causado una profunda decepción las palabras pronunciadas por la almirante Carmen Meléndez. Pensé que iba a desarrollar un discurso orientado a resaltar valores institucionales y no dirigido exclusivamente a elogiar a  Hugo Chávez.
        

Voy a tratar de exponer algunas ideas sobre ciertas transformaciones que, a mi criterio,  deben realizarse en la Fuerza Armada a la brevedad posible para poder satisfacer las expectativas de los venezolanos y de la mayoría de sus integrantes. Un primer aspecto, es restablecer la norma protocolar de que en los actos militares no se habla sobre aspectos partidistas sino exclusivamente de temas profesionales. Esta norma debe ser acatada celosamente por el presidente de la República, los miembros del Alto Mando Militar y todos los funcionarios públicos. Lamentablemente, Nicolás Maduro en el acto de juramentación de la ministro de la Defensa tuvo una intervención totalmente politizada que ratifica la equivocada orientación anterior y compromete gravemente su gestión presidencial 
         Un aspecto fundamental para que el nuevo Alto Mando Militar pueda reorientar a la Fuerza Armada por el camino de dignidad que le corresponde,  es entender que la Constitución Nacional vigente regula su actuación, organización y funcionamiento a través de los artículos 328 al 331. Allí claramente se establece que la Fuerza Armada es “una institución profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación…En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”…En el siguiente artículo se ratifica que las Fuerzas que la integran son: el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional.
         Estos artículos se encuentran estrechamente relacionados con el artículo 2 de la Constitución Nacional, en el cual se establece la esencia de nuestro sistema político al ratificar que “Venezuela se constituye en un Estado democrático  y social de Derecho  y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la democracia, la responsabilidad social y la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”. Este artículo limita realizar cualquier acción de gobierno que intente crear una sociedad socialista, ya que de ninguna manera un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia tiene esa orientación ideológica.
         De allí, que los dos primeros retos que tiene el nuevo Alto Mando Militar son: prohibir que se continúe con la práctica inconstitucional de dar arengas partidistas en los actos militares y que los integrantes de la Fuerza Armada saluden diciendo consignas políticas y ordenar que se retiren de  los edificios militares los inmensos afiches con la figura del teniente coronel fallecido Hugo Chávez Frías, que lo único que buscan es tratar de crear un mito y un culto a la personalidad que va en contra de nuestra tradición institucional y profesional. Si el Alto Mando Militar no tiene la autoridad suficiente para imponer las medidas correctivas del caso en estos lamentables hechos, la Fuerza Armada no podrá ser, como históricamente siempre lo ha sido, un factor de estabilidad nacional.
          Los demás retos que tiene al Alto Mando Militar son específicamente profesionales. Varios artículos de la vigente Ley Orgánica de la Fuerza Armada violan de manera flagrante la Constitución Nacional. Es imprescindible, resolver estas contradicciones jurídicas. Una de ellas es la existencia de la Milicia Bolivariana como una Fuerza independiente. Otro aspecto a analizar es la nueva doctrina militar conocida como la Defensa Popular, la cual se encuentra orientada a la conducción de una supuesta guerra asimétrica que define como nuestra principal amenaza un conflicto militar con los Estados Unidos. Esa doctrina obliga a una  valoración muy objetiva de sus principios, ya que modificar nuestra visión clausewistziana de la guerra es una decisión muy compleja y difícil de instrumentar.
fochoaantich@gmail.com.
@FOchoaAntich.

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