lunes, 22 de julio de 2013

ELINOR MONTES, CUANDO LA GENTE NO IMPORTA


El que la gente no sea importante es una actitud moralmente cuestionable para quien lo practica y para quien se resigna a sufrirlo.

Con ocasión de la muerte de Carlos, Rodríguez Jefe de Bomberos del Distrito Capital, un niño de 12 años preguntó: “¿Para qué centralizaron los bomberos en el Distrito Capital si no se iban a ocupar de ellos?” Porque lo que le importa al régimen no es la gente sino el poder y cada suceso es usado para sus fines.

Carlos Rodríguez muere, no por culpa de los médicos de la clínica La Arboleda como pretende hacer creer el régimen que endilga sus crímenes a otros, sino porque la póliza de seguros a la cual tenía derecho estaba suspendida y porque la salud pública ha sido desmantelada por este régimen, verdadero responsable de esta muerte y de muchas otras.

En un contexto totalitario sólo a través de la reflexión podemos colocar las circunstancias que se viven en su punto justo. Si a este régimen le importase la gente no hubiese cerrado la clínica La Arboleda ni perjudicado a los pacientes, al personal y propietarios de la clínica, de manera injusta pues Carlos Rodríguez si fue atendido, los médicos lo estabilizaron antes de ser trasladado al Hospital, además todo servicio tiene un costo. Si las clínicas privadas son obligadas a atender a la gente aunque no pueda pagar, no habrá salud privada para nadie, no se puede operar gratis o con precios que no cubren los costos.

Si a este régimen le importase la gente no tuviese sin póliza de HCM un servicio de alto riesgo como los bomberos; en vez de dilapidar la fortuna que ha y sigue dilapidando en su proceso totalitario, hubiese invertido lo necesario para dar un servicio de salud pública de calidad y haría efectiva la responsabilidad administrativa, civil y penal de los funcionarios a cargo, quienes deberían ser destituidos, obligados a pagar la cuenta en circunstancias como esta en las clínicas privadas para solventar el deterioro causado intencionalmente en la salud pública y en este caso enjuiciados por homicidio, pero como no le importa la gente, miente, dice en los medios de comunicación que Carlos llegó sin signos vitales al Hospital Pérez Carreño cuando lo cierto es que estuvo allí consciente esperando pabellón desde las 10am hasta las 5:00 pm, cuando murió. Tampoco castigará a los verdaderos responsables sino que usa y usará  esta tragedia para satanizar a los médicos y a las clínicas privadas, igualar la salud hacia abajo, acentuar el odio, el resentimiento, la división y presentarse como el paladín de la justicia y salvador de los pobres.  

El que la gente no sea importante es una actitud moralmente cuestionable y cuando proviene de los gobernantes el daño es masivo.

La gente debe asumir su responsabilidad individual de reflexionar sobre lo que vive y las consecuencias de aceptar vivir bajo un régimen al que la gente no le importa o de defender su dignidad.

@elinormontes

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