PLANIFICANDO LA ESTRATEGIA.
Quienes lideren la resistencia tienen que
formular un plan de acción global que ayude a la gente que padece, debilitar la
dictadura para después derribarla y establecer una verdadera democracia que
dure mucho tiempo y se establezca así, definitivamente, como sistema de vida.
Para realizar tal plan se deben concebir cálculos muy precisos de la situación
del país, así como asegurar opciones para llevar a cabo acciones eficaces. De
esa manera será posible llevar a cabo la gran estrategia y las campañas para
hacer realidad el logro de la libertad.
Hay algunos factores que son muy importantes
para la gran estrategia y las estrategias de campaña: toda planificación
estratégica de resistencia exige comprender a fondo la dinámica del conflicto y
atender diversos factores como los de gobierno, los militares, los históricos y
los económicos y culturales.
Será fundamental definir el propósito
verdadero de la lucha. En efecto, no basta con derribar la dictadura: de lo que
se trata es de establecer, o restablecer, una sociedad verdaderamente libre,
que se caracterice por poseer un sistema democrático de gobierno.
Destaca Sharp que, en particular, las
estrategias tienen que responder a interrogantes como éstas:
• ¿Cuáles son los principales obstáculos para
lograr la libertad? • ¿Qué factores facilitarían el alcanzarla? • ¿Cuáles son
los puntos fuertes de la dictadura? • ¿Cuáles son las diversas debilidades de
la dictadura? • ¿Hasta qué punto son
vulnerables las fuentes de poder de la dictadura?• ¿Cuáles son los puntos
fuertes de las fuerzas democráticas y de la población en general?• ¿Cuáles son
los puntos débiles de las fuerzas democráticas y de la población en general, y
cómo pueden corregirse? • ¿Cuál es la posición de terceras personas no
inmediatamente involucradas en el conflicto que están ayudando, o podrían
ayudar, bien a la dictadura, bien al movimiento democrático y cómo podrían
hacerlo?
Para la gran estrategia, los estrategas deben
escoger el medio de lucha idóneo para utilizarlo en el conflicto venidero.
Deben evaluar tanto las ventajas como las limitaciones técnicas alternativas
para la lucha. Además, deben preguntarse, como lo indica Sharp:
“ * ¿Estará el tipo de lucha que se escoja
dentro del marco de las capacidades de los demócratas? * ¿Utilizará la técnica
escogida las fuerzas de la población dominada? * ¿Enfoca la técnica escogida
las debilidades de la dictadura o busca golpearla donde está más fuerte? * ¿Los
medios que se usen ayudarán a los demócratas a cobrar más confianza en sí
mismos, o dependerán de terceras personas o de proveedores externos? * ¿Qué
historial tienen los medios escogidos de haber servido para el derrocamiento de
otras dictaduras? * ¿Producirán un aumento, o una disminución en la cantidad de
víctimas y otras pérdidas que podrían ocurrir en el conflicto venidero? *
Asumiendo que se vaya a tener éxito en cuanto al derrocamiento de la dictadura,
¿qué efecto tendrían los medios escogidos en el tipo de gobierno que emerja
después de la lucha? ”
“Los estrategas tendrán que analizar la
dinámica de sus conflictos particulares, y determinar si el desafío político
responde afirmativamente a las interrogantes anteriores.”
PLANIFICANDO PARA LA DEMOCRACIA.
El autor prosigue recordando que “el objetivo
de la gran estrategia contra la dictadura no es simplemente la caída de los
dictadores sino establecer un sistema democrático y hacer imposible el
surgimiento de una nueva dictadura.” Con esto en mente, señala que para el
alcance de tales objetivos, los medios de lucha necesarios deben escogerse de
manera que permitan cambiar “la distribución del poder efectivo de la
sociedad.” ¿Qué significa esto? Pues que en la sociedad y sometida por la
dictadura, con un gobierno sumamente fuerte, tanto las personas como las
instituciones resultan ser sumamente débiles. En efecto, el dictador tirano se
apodera de todas las instituciones y amenaza a todas las personas, aún aquellas
que forman parte de su propio grupo político de apoyo. De no corregirse
radicalmente ese tipo de relación, se corre el riesgo de sustituir una
dictadura por otra, con el agravante de que ésta última puede ser aun peor. “El
desafío político contribuye a una más equitativa distribución del poder
efectivo, mediante la movilización de la sociedad contra la dictadura, tal como
fue discutido en el Capítulo V.”
FORMULANDO UNA GRAN ESTRATEGIA.
Después de estudiar la situación, incluida la
selección de medios y el papel de la ayuda del exterior, los planificadores
tienen que esbozar la mejor manera que encuentren para desarrollar el
conflicto. Este plan va a extenderse desde un presente hasta que se instaure el
sistema democrático en inmediato el futuro.
Como siempre, los planificadores se harán
varias preguntas de una manera más específica que antes; en efecto, plantearán
considerandos para diseñar la gran estrategia a fin de luchar mediante el
desafío político: serán preguntas como estas:
¿Cuál es la mejor manera de empezar una lucha
a largo plazo? ¿Cómo podría la población oprimida acumular suficientes fuerzas
y confianza en sí misma para desafiar la dictadura, aunque inicialmente sea de
manera limitada? ¿Cómo puede aumentarse con el tiempo y la experiencia la
capacidad de la población de aplicar la no cooperación y el desafío político?
¿Cuáles deberán ser los objetivos a alcanzar en una serie de campañas
limitadas, dirigidas a recuperar el control democrático de la sociedad y a
limitar el de la dictadura?¿Quedan aún instituciones independientes que hayan
sobrevivido la dictadura y que pueden usarse en la lucha por establecer la
libertad? ¿Qué instituciones de la sociedad pueden ser rescatadas del control
de los dictadores, o cuáles instituciones han de ser creadas de nuevo por los
demócratas para satisfacer las necesidades de éstos y para establecer esferas
de ejercicio democrático aún cuando la dictadura continúe?¿Cómo puede
desarrollarse la fuerza organizacional en la resistencia? ¿Cómo se puede
adiestrar a los participantes? ¿Qué recursos (financieros, materiales, etc.) se
requerirán a lo largo de la lucha? ¿Qué tipo de simbolismo será el más efectivo
para movilizar a la población? ¿Por medio de qué tipo de acción y en qué etapas
se verán progresivamente debilitados o eliminados los recursos del poder de los
dictadores? ¿Cómo puede la población que resiste persistir en el desafío y a la
vez mantener la necesaria disciplina no violenta? ¿Cómo podrá la población
satisfacer sus necesidades básicas durante el curso de la lucha? ¿Cómo se podrá
mantener el orden social en medio del conflicto? ¿Qué hará la resistencia
democrática, a medida que se aproxime la victoria, para seguir construyendo las
bases de la sociedad de la post-dictadura y lograr que la transición sea lo
menos brusca posible?
Es necesario tener presente que no hay cursos
prescritos; que cada lucha por derribar un régimen de fuerza y establecer un
sistema democrático es diferente y, por tanto, que no resulta posible crear un
modelo de estrategia para la liberación contra las dictaduras. En efecto, cada
lucha tiene su propio modelo. Precisamente, analizar cuál y cómo, corresponderá
a los planificadores de cada caso. Por otra parte, es cierto que: “Cuando la
gran estrategia para la lucha ha sido cuidadosamente planificada hay razones de
peso para darla a conocer ampliamente. Las grandes cantidades de gente que hace
falta que participen estarán más dispuestas y aptas para actuar si entienden la
concepción general así como las instrucciones específicas. Es posible que el
saber esto tenga un efecto muy positivo en la moral y en su voluntad de
participar y actuar apropiadamente”
En este punto, Gene Sharp, apoyado en su
experiencia, introduce esta sorprendente sugestión: “En todos los casos los
lineamientos generales de la gran estrategia se darán a conocer a los
dictadores y esto, potencialmente, puede llevar a aquéllos a ser menos brutales
en su represión, a sabiendas de que, políticamente, puede salirles el tiro por
la culata. El haber sido alertados sobre las características especiales de la
gran estrategia podría también contribuir a causar disensiones o descontento
entre los partidarios del dictador.”
Una vez que se ha adoptado el plan
estratégico global para derribar la dictadura y establecer la democracia, los
sectores democráticos deben conocerlo y aplicarlo. Empero: Cuando haya
abundante evidencia de que la gran estrategia escogida fue mal concebida, o
cuando las circunstancias de la lucha hayan cambiado fundamentalmente, es
posible que los planificadores tengan que alterar la gran estrategia. Aún
entonces, deberá hacerse solamente después de que el cálculo fundamental se
haya hecho de nuevo, y se haya desarrollado y adoptado una estrategia nueva más
adecuada. CONTINUAREMOS.
ppaulbello@gmail.com
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