La crisis política de estas últimas décadas
en el mundo y acentuado en Latinoamerica como el reflejo de las necesidades de
cambios; siente su quiebre no solo en lo económico, sino, en los aspectos de la
convivencia social de los pueblos y los niveles de exigencia que logran
percibirse en la demanda y oferta de un estamento divorciado de la globalidad
sociopolítica de finales de siglo XX e inicios del XXI.
Escarri señala con adecuada precisión en su
referencia, cuando decía, “…en síntesis el profesor Mangabeira propone que la
izquierda moderna, en la que me anoto, asuma el proyecto ambicioso, pero
posible, de democratizar la economía de mercado y, al mismo tiempo profundizar
la democracia política”. Si eso vale para encarar la crisis en todo el mundo,
¿por qué no lo intentamos los venezolanos bajo un debate respetuoso y un esfuerzo
unitario?
En buena parte estamos de acuerdo con este
dirigente socialdemócrata, el mundo sigue su curso, dando vueltas sin parar y
como decíamos: Venezuela y las naciones, no se acaban en el devenir situacional
del hoy. Apostemos entonces, por el diálogo doctrinario, programático y
principista con todos los sectores de la vida nacional, de cara a un futuro con
progreso.
Los tiempos exigen una adecuación básica de
las ideologías y orientaciones políticas, a veces carente de potencialidades
hoy por hoy, en su acción, pertinencia o adecuación. Se abren nuevas tesis que
requieren una gran parte de eclecticismo práctico y una metodología que
únicamente la pueden proporcionar las Ciencias de la Conducta Humana, ya que
estas guardan profunda relación con el pensamiento, el deseo y la conducta en los ciudadanos.
En el análisis somero de los procesos
ideológicos y el debate de las posturas políticas, logra visualizarse un abismo
que por décadas han venido cada vez más profundizándose en nuestras sociedades.
A la suerte de eventos que en particular profundizan estas crisis, como la
corrupción, la pérdida de libertades, derechos y ausencia de deberes que alejan
a la gente de sus responsabilidades ciudadanas. El uso de modelos políticos
inútiles y desechados por sus creadores y análisis pobres de imaginación en su
dirigencia.
Autores como, Sartori, Cansino, Said, Pons,
entre otros, aportamos la suficiente justificación de dar a esta discusión la
seriedad y el fundamento de lograr un debate local, regional y hemisférico de
esta actual discusión política que no proporciona respuestas contundentes en el
quehacer social de las naciones. Es así, que desde pequeños programas de
administración municipal hasta el manejo del Cambio Climático deberá estar
engarzado en las nuevas tesis y redes políticas de los pueblos del mundo.
Asumiendo los nuevos “teoremas” políticos en
la misma practica del ciudadano común, como en la dinámica social del complejo
mundo empresarial, globalizado e interconectado de un lado a otro del Planeta,
estas tesis deberán reingeniar satisfactoriamente no solo la demanda, sino, el
nuevo ciudadano en el espectro del compromiso personal, familiar y social ante
el escenarios de la ofertas y las demandas de estos y el Planeta Tierra.
@JosePonsB
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