Los acontecimientos del Paquetazo, la
descarada injusticia e impunidad, ahonda la crisis existencial revolucionaria;
la pesada “cruz” de la importación y falta de flujo en petrodólares, que se resume
en el desabastecimiento, la falta aparente de liquidez y la pérdida de
confianza de los “socios prestamista”. Ahogan más aun, la ya desesperada situación del régimen
chavista. Si bien afirmó Nicolás Maduro sobre su Revolución Militar Bolivariana
el 28 de diciembre, pasado, hoy por hoy, no logran ocultarse sus verdaderas
intenciones en su socialismo del siglo XXI.
Pocos caminos le quedan sin la figura
espectral de Hugo Chávez para sobrevivir, Los Castros en Cuba, Correa desde
Ecuador, la Cristina Kirchner y Evo Morales sin saber que decir, logran
ofrecer una Panorámica poco alentadora
para estos y el régimen venezolano, y si, un fardo de medidas intimidatorias y
pretorianas a los sectores valientes de la oposición venezolana. Caminos cortos
y de pobres acciones que no logran darle salida airosa en el pantanoso camino
que sin duda alguna, encontrará el precipicio de las acciones desesperantes
para mantenerse a flote.
La imagen del Ché Guevara, vendida como
eslogan de la valentía del régimen, mengua sus capacidades ante las colas de
mujeres y hombres que en el afán de ofrecer a las familias venezolanas de un
plato nutritivo de alimentos, regatean por horas por un par de pollos, un kilo
de leche o azúcar para sus básicas necesidades. Es ahora, que el quiebre
revolucionario inicia el camino de su fatalidad o le tocará reaccionar, tal
cual lo muestran con el Viernes Rojo, de Chávez y Maduro.
Con la exactitud de un reloj suizo, el
principio de Peter se cumple en este régimen,
su incapacidad de eficiencia, lleva
a su fin a este gobierno bolivariano que caduca en base a la destrucción
del legado democrático de una Venezuela institucionalizada y una Pdvsa rica y
próspera; que muestra sus últimos días en las mas paupérrima condiciones. Los
límites de resistencia de la bonanza ponen fin a la enmascarada revolución
socialista del siglo XXI.
La obtención de “bendiciones con escapulario
ajeno”, coloca a la oligarquía chavista-cubana en el más despiadado escenario
que seguramente la Venezuela de hoy, no ha vívido desde épocas de Juan Vicente
Gómez o Pérez Jiménez. Rendirse y claudicar bajo la magistral enseñanza de
Benedictino XVI, para ellos no es el camino. La Paz, la humildad y el
desprendimiento nunca han sido el sello de los Castros Ruz, pensamos que todo
lo contrario.
Tiempos duros, persecución y pobreza sellan
la recta final o el principio de las decisiones torpes de la revolución de Hugo
Chávez, se afirma así, porque el elenco de actores secundarios, son eso,
secundarios y reemplazables. Finalmente cerramos este nuevo recorrido con un
pensamiento de “William Shakespeare, Fuertes razones, hacen fuerte acciones”.
Venezuela en su devenir logrará realmente su liberación, pero mientras esto se
da, fuertes acciones de la sociedad demócrata harán falta.
…Manos a la Obra!
@joseponsb
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