Los
fracasados intentos subversivos de febrero y noviembre de 1992 sirvieron, sin
embargo, para que la “vendetta” ansiada por el “lusinchismo” adeco, vengara
aquél error del Presidente Pérez, quien, en su referido discurso ante el país
todo, descalificó al saliente Presidente y, entonces, líder más influyente de
AD. La insólita decisión del Parlamento con mayoría adeca, de destituirlo, y la
confirmación de ello por la Corte Suprema de Justicia, con plena conciencia de
ausencia de bases jurídicas para hacerlo, carecían de toda explicación en una
democracia verdadera. A ello se refirió el ya difunto Presidente, cuando, en
sentidas palabras al país, dijo: “Hubiera
preferido otra muerte.”
Rápidamente,
el Congreso encontró el sustituto de CAP en la Presidencia: El notable
venezolano Ramón José Velázquez, brillante historiador y prestigioso
periodista. Su breve gestión de 6 meses fue muy seria y, bajo ésta, el país
eligió Presidente, por vez segunda, al ilustre político Rafael Caldera quien,
con no reconocido desprendimiento y por dolorosa situación interna, había
dejado al partido Copei que fundara en 1946.
GOBIERNO CALDERA
II
Caldera asumió su segundo mandato en
medio de una profunda crisis política, social y económica que anunciaba, sin
esconderlo, un futuro muy angustioso
para Venezuela. Soy testigo de excepción de que Caldera no quería ser de nuevo
presidente. Tenía profundas razones personales para no quererlo: su edad, su
salud, la necesidad de disfrutar reposo y paz en el seno de su familia, eran
más que convincentes. Pero la conciencia del grave porvenir le convenció de
hacer el sacrificio. Esto, por supuesto, ni lo reconoció ni lo va a reconocer
en buen tiempo el país. La historia por ser escrita si lo hará. En la opinión
pública, como siempre desinformada por tortuosas propagandas, se ha difundido
la falsa idea, según la cual Caldera habría escalado al tope de las encuestas a
raíz de su discurso en el Congreso del 4-2-1992, cuando expuso sus puntos de
vista en relación al fracasado intento de golpe de Estado en el que participó
Hugo Chávez. En realidad, desde fines del año 1991, las encuestas y la opinión
pública en muchas regiones del país, mostraban preferencia amplia por él.
Contrariamente a la especie
propagada, Caldera, en su discurso, no justificó el golpe. Dijo, sí, que no se
habían levantado por la corrupción, el costo de la vida, deficiencia de los
servicios públicos, etc., “pero eso les
ha servido de base, de motivo, de fundamento, o por lo menos de pretexto para
realizar sus acciones.”
Para su mandato, presentó un Plan de
Gobierno muy coherente y necesario. Entre sus previsiones incluyó alejarse de
dependencias con el Fondo Monetario Internacional, tan criticadas a Pérez. En
tiempos de éste, una crisis bancaria se había abierto y dejado una deuda que en
1993, en tiempos de la campaña electoral, se estimaba en unos 6 mil millones de
$. La dura realidad que descubrió al asumir el nuevo mandato, le mostró que el
déficit era cercano al valor de un presupuesto anual de la Nación, lo que le
obligó a tomar medidas de control económico en materia de cambios monetarios,
controles de precios y restricciones, viéndose obligado a tener que acudir al
FMI. Poco a poco la crisis se fue superando y, para fines de 1997, penúltimo
año de su gobierno y como consecuencia del programa establecido, que fue
llamado “Agenda Venezuela,” el informe del Banco Central de Venezuela fue muy
alentador. Pero los partidos principales (AD y Copei) cometieron errores
garrafales al designar candidatos que no podían oponerse a la candidatura que
lanzó Hugo Chávez, pese a su públicamente declarada renuencia de ir a
elecciones. En abril de 1998, Chávez pasó a encabezar las encuestas y, en
diciembre de ese año, alcanzó la Presidencia de la República. Los malos
augurios iban a hacerse realidades.
GOBIERNO
CHÁVEZ-1999.
Ante
el Congreso Nacional, constituido por elecciones realizadas en noviembre 1998,
el nuevo Presidente Chávez, asumió la presidencia jurando “ante esta moribunda Constitución”, como cínica e
inconstitucionalmente lo expresó. Inmediatamente luego, el Presidente convocó a
un desfile militar conmemorativo del 4 de febrero de 1992, día cuando él
participó en el fracasado intento de golpe de Estado para derrumbar el sistema
democrático en Venezuela. A los pocos días, solicitó ante la Corte de Justicia,
que se convocara a una Asamblea Constituyente no prevista en la vigente Constitución,
por lo que amenazó a la Corte con atropellarla con sus masas organizadas. El
ilegal referendo se realizó: no hubo quorum previsto para la validez del acto
referendario en el cual participó, apenas, el 27,65% del electorado de entonces
(25.4-1999), cuando en los países democráticos, el quorum suele ser el
50%. La Constitución se aprobó el
15-12-1999, día cuando el país sufría los efectos de un deslave que afectó su
región norte y la concurrencia a las urnas fue sólo el 34,97% del total; es
curioso que el Estado Vargas, el más afectado, registró la mayor concurrencia.
ANTECEDENTES DEL
RÉGIMEN.
Una
gran proporción de los venezolanos, desconocía
--y aún desconoce—cuáles eran los
verdaderos propósitos del grupo militar que condujo los intentos de golpe de
1992 y todos los ocurridos en la década de los años 80. Vimos anteriormente
que, en 1970, un sector comunista que, bajo la inspiración y apoyo de la Cuba
castrista, había participado en las guerrillas de los años 60 y no se acogió a
la política de pacificación iniciada bajo el gobierno de Raúl Leoni y culminada
durante la primera presidencia de Rafael Caldera, una vez derrotada por las
FFAA, decidió seguir la idea de Douglas Bravo que consistía en no proseguir la
lucha armada y, en su lugar, desarrollar la práctica de penetrar
sistemáticamente las Fuerzas Armadas venezolanas. Esto se fue logrando
progresivamente desde entonces y, en los años 80, comenzaron los intentos
subversivos que, entonces, no tuvieron éxito. A finales de esa década, como
consecuencia de los fracasos, decidieron los principales conspiradores
militares, no intentar nuevos intentos hasta que la mayoría de los implicados hubiese alcanzado posiciones de comando en las
diferentes Fuerzas, es decir, grados militares del nivel de Teniente Coronel,
al menos. Ello iba a ocurrir, precisamente, al inicio de la década de los años
90. Por eso, los movimientos conducentes
a sus propósitos, ocurrieron a partir de 1989, siendo el conocido
“Caracazo” una primera prueba, podría decirse que preparatoria del ambiente.
Lamentablemente, los principales partidos políticos de entonces, atravesaban
crisis internas y generaban problemas con los otros. Fueron hechos y
circunstancias favorables para el logro de los objetivos de los conspiradores
comunistas. Las grandes figuras de los principales partidos, o habían fallecido
(Betancourt, Villalba, Leoni, Briceño Iragorry) o se habían retirado de la
actividad política (Caldera, Barrios, Uslar Pietri). Mientras, en el país se
vivía en medio de graves problemas económicos y, pese a que se incorporaban
importantes reformas (descentralización político-administrativa; nueva Ley del
Trabajo, etc.), la población cada vez se mostraba más inconforme con la gestión
política, criticaba el bipartidismo, denostaba de los partidos en general,
mientras se deterioraban más las condiciones de vida de los ciudadanos y
prevalecían, sobre el interés general del país y el concepto de Bien Común
General, intereses de los grupos primarios de pertenencia característicos
históricamente de nuestra población. Estudiosos e intelectuales hablaban y
escribían sobre estos temas, pero sin permear hacia la población general.
Venezuela se encontraba en el centro de la crisis del modelo populista, pero no
se avizoraban respuestas coherentes y efectivas ante ello. Esa crisis, como
antes también se indicó, tuvo su manifestación palmaria aquel día de 1983 que
fue bautizado como “el viernes negro”, pero no era el inicio de la crisis, sino
su expresión real.
En
esos tiempos, muchos oímos de bocas amigas aquella frase fatídica que rezaba
“aquí lo que se necesita es un Militar”. Quizá, quienes cultos y preparados
apoyaron en los primeros meses al nuevo gobierno de Chávez, pensaron, para
consumo de ellos mismos, que el entonces joven y simpático Teniente Coronel
Presidente, era quien podía enderezar los entuertos. No le conocían de persona
y no conocían sus verdaderos planes e intenciones. Jorge Olavarría si se dio
cuenta y pronunció su gran discurso del 5 de julio; ya era tarde. El discurso
impactó, pero no movió una hoja.
El
país continuó por el camino que le señalara el nuevo líder quien, con el
tiempo, comenzó a mostrar sus verdaderos planes e intenciones. Por cierto, en
ese sentido casi siempre lo hizo revelando sus verdaderas intenciones. El poder
que ha ejercido por más de trece años tiene, desde su inicio, un plan de acción
que metódicamente se ha venido realizando y que no se ha ocultado a la
población. Al contrario, se ha expresado públicamente y con precisiones
sorprendentes. En sus discursos ha repetido, de manera constante, el contenido
y los planes de su “Proyecto”.
Recuérdese que el 12 y 13 de noviembre de 2004 describió, con claridad
ante el país, lo que llamó “El Nuevo Mapa Estratégico”, cuyo contenido fue
aplicado casi de manera exacta.
GESTIÓN DE
GOBIERNO.
El país todo conoce, con suficiencia,
cuál ha sido la gestión de Hugo Chávez como Presidente de Venezuela. Para la
gran mayoría de los venezolanos --lo
señalan todas las encuestas-- esa
gestión ha sido más negativa que positiva. Vamos a limitarnos a señalar algunos
de sus rasgos de mayor importancia.
Violación sistemática de la
Constitución de 1999.
Pese a ser su
obra, según lo dijo tanto en la oportunidad de la promulgación de Texto que
sustituyó la Constitución de 1961, tildada de moribunda en la toma de posesión
presidencial de febrero 1999, la vigente Constitución ha sido violada en muchos
de sus artículos. De un trabajo del Dr. Asdrúbal Aguiar que comprende el
período 1999-2002, resalta la gran cantidad de violaciones realizadas sólo en
ese período. El Dr. Aguiar amplió ese trabajo junto con el Dr. Allan Brewer
Carías, hasta fecha más reciente, con lo que las violaciones constitucionales
alcanzaron a cubrir casi todo el texto de la Carta.
De la primera
parte, solamente, voy a citar algunos casos resaltantes, dejando de lado el ya
referido de la Constitución de 1961, en la oportunidad de la posesión
Presidencial, de la que, en el mismo acto y con su inusitado gesto, violó los
artículos 3, 4, 52, 117 y 250, aparte de otras violaciones por parte de la
Asamblea Nacional.
Pero si fueron
violados los artículos 5 (sobre intransferible soberanía del pueblo) y los 340
a 360 sobre enmiendas y reformas de la Constitución de 1999.
1) El 30-1-2000, la Constituyente asumió facultades legislativas propias
de la AN y reservadas por la nueva Constitución de 1999 ya vigente y, al
declarar la Sala Constitucional del TSJ, solicitados nulidad y amparo contra
los decretos de la AN según recurso de diputados de la oposición, fueron violados
los art. 63, y 186; 67, 156 (ordinal 2), 169, 173 y 175; 187, ord .1; 202 y 203
y 293.
2) Fueron contrariados tratados internacionales sobre derechos humanos,
art 23 de la CN, y los art 23 y 30 de la
Convención Americana de Derechos Humanos (que se integra al texto de la CN).
3) Mediante fallo de la Sala Const, del TSJ, se violaron los art. 62, 70,
293, 294 y 296 de la CN.
4) El 1-6-2000, la AN aprobó la Ley Org. de Telecomunicaciones, en
violación de los art. 57, 23, 13 numeral 3 y 30 de la CADH.
5) Por vía jurisprudencial, la Sala Const. del TSJ, el 21-11-2000
estableció el régimen de las ONG, excluyendo de sus derechos a las integradas
por religiosos y extranjeros, las que reciban subsidios o financiamientos
externos, las que tengan fines políticos, económicos, transnacionales, violando
así los art., 26 y 52 sobre el derecho de asociación y todos los que garantizan
el derecho a la participación: 6, 18, 55,62, 70. 78, 79, 80, 81. 83, 84, 86,
102, 118, 120, 123, 125, 128, 132, 141, 166, 168,171, 171, 178, 184, 185, 187,
197, 201, 205, 205, 252, 255, 270, 294 y 299.
6) Una decisión del 12-12-2000 de la Sala Const del TSJ declaró sin lugar
una solicitud de amparo sobre una demanda de nulidad admitida antes por el
Tribunal pero no considerada, violando así lo dispuesto en los art 270 y 279.
7) El Presidente, al celebrarse elecciones para la CTV en las que fue
derrotado el oficialismo, intimó al CNE para que anulara dicha elección, en las
que venció Carlos Ortega, en violación del art., 95 de la CN y los arts., 16 y
29 de la Conv. Americana.
8) El mes de sept. de 2001, la Sala Const. del TSJ interpretó por
sentencia 1013, vinculante para todos los Jueces, de manera restringida, la
libertad de expresión, violando el art 57 de la CN y es incluido en la CADH.
Además, como el TSJ declaró no ser revisables sus decisiones por organismos del
Sistema Interamericano de DH (Comisión y Corte)
se violaron los arts., 23 y 31 de la CN.
9) En sept de 2001, el Presidente, en menos de una semana, sancionó 49
Decretos Leyes, haciendo caso omiso de los principios constitucionales de
participación ciudadana en debates de Leyes. Fueron, en consecuencia, violados
los arts., 62, 70, 181 y 211 (participación ciudadana en asuntos públicos y
debates de Leyes) los arts., 115 y 116 (sobre confiscaciones) y 203 (sobre
leyes orgánicas que afecten derechos humanos) dela CN, todos los cuales
violentan el principio de reserva legal establecido en la CADH.
10) El 8-9-2001 se violó el art 328 de la CN, cuando el Alto Mando Militar
(excepto el Comandante del Ejército)
declararon, públicamente, apoyar el proceso político de Chávez.
11) Por otra parte y finalmente por ahora, pues la lista es muy larga,
siempre que el Jefe del Estado, en actos oficiales o públicos, hace
afirmaciones que violentan mandatos constitucionales expresos (como el carácter
multiétnico y pluricultural de Venezuela, el pluralismo político, la
realización de una Sociedad amante de la Paz, discriminaciones de trato,
obligación de los funcionarios públicos de servir a los ciudadanos y no a
parcialidades políticas, monopolio de armas del Estado, la obligación de las
FAN de estar al servicio de la Patria y o de parcialidades políticas) viola,
respectivamente al caso, los arts., 2,3, 21, 23, 145, 324 y 325 de la CN y los
correspondientes de la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH).
Si
el lector revisa su texto de la Constitución Nacional y destaca los artículos
violados, casi llegará a marcarlos todos y, en este escrito faltaría, todavía,
llegar a 2002 y extenderlo a los diez años posteriores.
Reparto internacional del dinero nacional.
El
Presidente Chávez no ha dudado en preterir las urgentes necesidades sociales y
económicas de desarrollo y prosperidad de la Patria, ante sus absurdos planes
de expansión pre-imperial en el Sub-continente y en el mundo con el cual él
mismo ha decidido aliarse o asociarse, sin pensar en las necesidades urgentes
de este país.
A la
fecha actual, el monto de los ingresos derivados solamente de la explotación petrolera, está ya, o muy cerca, en un
orden superior a los doscientos mil
millones de dólares USA en los 13,4 años de este régimen. Para inicios del
2009 se tenía como cierta una cifra superior a cien mil millones de dólares,
derivados del ingreso petrolero después de diez años cumplidos de su mandato
presidencial, pero los precios altos comenzaron a partir del 2005, y entre 2009
y casi la mitad del 2012, es de pensar que, al menos una suma similar ha debido
recibirse para totalizar, en conjunto 200 mil millones de US$ ¿Cuánto de ello
ha sido destinado a países a los que sirve el régimen por sus particulares
intereses expansionistas o relacionados con escondidos proyectos de significado
universal? No se sabe a ciencia cierta, pues de nada de ello se informa al país.
Hay cifras que circulan por las redes, cuyo valor no puede calificarse pues no
se conocen las fuentes.
Lo
que si sabemos es que, mientras en Venezuela vivimos, por negligencia del
gobierno, en perpetua crisis energética con ciudades sin luz por largos
períodos, Nicaragua recibe plantas eléctricas como regalos del Presidente; mientras nuestros hospitales carecen de
ambulancias para asistir emergencias, Bolivia recibe un lote numeroso de nuevas
y bellas ambulancias; mientras los puentes carreteros, de esta infortunada
Nación Patria nuestra, se derrumban por falta de mantenimiento, Uruguay acepta
complacido el regalo de un puente; mientras las empresas constructoras, de
ciudadanos venezolanos con grande y reconocida experiencia profesional
están casi todas --excepto las piratas de gente del
“proceso”-- cerradas e inoperantes,
empresas de Brasil construyen estaciones del Metro de Caracas, hacen puentes
carreteros y demás obras; mientras por incuria gubernamental la crisis de
vivienda se acentúa perjudicando a las familias económicamente más débiles,
chinos, rusos, iraníes asumen construir casas que casi no se sabe dónde están,
pero pagadas si que lo son y paremos de contar pues la lista en muy larga.
¿Qué
ha hecho la satrapía comunista, que desde hace más de 13 años gobierna esta
desafortunada tierra, con la inusitada
cantidad de dinero que ha recibido del producto petrolero o de ingresos por
otros rubros, amén de los impuestos que pesan sobre los ciudadanos? Muy
sencillo: ha financiado a Cuba para mantener viva la tiranía castrista; apoya
al régimen de Irán por las mismas razones por la que se hizo aliado del
ahorcado Hussein o del linchado Gedaffi y de cuanto malandro gobernante
ilegítimo y tirano exista en el globo terráqueo, ha estado y estará siempre
dispuesto a ser “amigo”, “hermano del alma.”
¿Por
qué se ha actuado así, como gobierno? Ha
sido con la finalidad intencional de hacer, de esos gobiernos, aliados
incondicionales y serviles de la causa comunista que le vendiera el tirano de
Cuba. Bolivia, Nicaragua, Ecuador, han sido los más afortunados; Argentina la
más cínica. Uruguay y Paraguay, más prudentes; Honduras, prácticamente cautiva,
se les escapó de sus manos. En Perú, fracaso primero por sus imprudencias y
recientemente porque Humala parece tomar camino distinto. Con Chile no pudo y
en México se equivocó, pero espera desquitarse pronto. Brasil ha sido su gran
apoyo concreto. Claro, no gratuito. Pero Brasil es inexpugnable porque posee
fuertes y consolidadas instituciones como el Congreso, las Fuerzas Armadas, la
Cancillería de Itamary y, sobre todo, la
independencia de los Estados Nacionales que deriva de la condición Federal del
país. En efecto, por su condición Federal, Brasil es un Estado verdaderamente
descentralizado --como lo es Estados
Unidos-- y por tanto, hay leyes
Federales y Leyes Estatales que no permiten intervenciones no previstas en las
mismas.
Destrucción de la capacidad productiva de Venezuela.
La necesidad de ejercer total dominación sobre el país, planteó al Jefe
del Estado la imperiosa necesidad de
destruir los sectores productivos de la Nación, dado que éstos poseían una
fuerza propia, tal, que significaba un grave obstáculo para el logro del
propósito referido. Su primera víctima fue PDVSA. Como anteriormente alguna
persona lo había dicho, era casi un Estado dentro del Estado, por el poder que
acumulaba al ser la fuente principal y única por su alcance económico en
Venezuela. Hoy, su capacidad es apenas un tercio de lo que fue.
No estoy entre quienes hacen mofas y se burlan de las capacidades del
Presidente. Tuve la oportunidad de conocerle, por 20 horas, dos semanas antes
de iniciar su mandato. Me sorprendió su mente ágil y rápida para comprender
cualquier cosa de no importa cual asunto; su facultad de retener y enriquecer
aquello que ha conocido por haber preguntado y ser respondido; su habilidad
para tratar bien, en relación a su interés o a la condición del tratado; su
rapidez para descubrir lo que es más importante de un asunto y presentar soluciones
o alternativas sobre aquello que se trata. Tales capacidades, me convencí, son
factores muy importantes de las razones que explican su liderazgo. El error de
muchas personas ilustres, que le acompañaron en sus inicios como mandatario,
radica en no haberse percatado, debidamente, de la posesión que tiene de esas
facultades. No es el único caso en la política venezolana: Cipriano Castro fue
otro, también Juan Vicente Gómez y, por supuesto, Páez. Como, además, Chávez es un estratega natural,
puede que reciba mucho de Fidel Castró, como recibió de otros, como Ceresole y
muchos más, sin embargo y en definitiva sus proyectos vienen de esa otra
capacidad.
Entonces, y por la misma razón de significar fuerzas que le oponen
resistencias, no ha vacilado en destruir los demás sectores productivos de
la Nación, sean agrícolas (¡cuantas
fincas destruidas y arruinadas!); económicas como la Banca; alimenticias como
Polar y varias otras, constructoras (carreteras y puentes inservibles;
viviendas que apenas han sido unas 38 mil por año, cuando en el período
1970-1988 se construyeron 1 millón 59 mil, etc.); energéticas (expropiación de
la Electricidad de Caracas); productoras en general (caso de las numerosas
cementeras que había en el país); en materia de salud, han resurgido
poderosamente las enfermedades endémicas superadas desde fines de los años 40 e
inicios de los 50, tales como malaria, mal de chagas, dengue, fiebre amarilla,
etc. Añádanse las sistemáticas expropiaciones de empresas productoras de bienes
agrícolas (Agro-isleña que asistía el 80% de los productores del país),
confiscaciones de fincas; de edificios residenciales y de edificios en
construcción, etc.
Acá si se reproduce lo que hizo el castrismo en Cuba: arruinar al país
para que se vayan quienes, por sus condiciones, opondrán resistencia al proyecto
hegemónico: ¡mandar hasta el 2020! ¡2030! ¡2050! El clásico síndrome del tirano
totalitario.
Inseguridad y atropello a las libertades ciudadanas.
En
1998, el número de personas asesinadas en todo Venezuela fue de unas 4 mil 500;
la cifra extra-oficial del 2009 fue 16.094. Luego no se han dado más cifras,
pero se estima que para el 2010 alcanzó los 20 mil, superada en el 2011 y,
seguramente, en este 2012 ha sido igual o peor. No hay la voluntad de controlar
esto, desde luego, porque es útil para la idea de que los venezolanos
“molestos” aceleren sus fugas. Los derechos humanos se violan sistemáticamente,
mediante inusitadas condenas en cárceles del país, lo que tomó fuerza a partir
del autogolpe del 11 de abril del 2002, evidenciado por la declaración del TSJ,
aún no controlado entonces por el Ejecutivo, que declaró inexistente el
supuesto golpe de Estado. Sobre ese particular, vale la pena leer los libros de
los periodistas Sandra La Fuente y Alfredo Meza, titulado “El Acertijo de
Abril” (Ed. Melvin, CaracasNov. 2003), y el de Nelson Chitty La Roche,
“Expediente 001”, Ed. Esmeralda, Caracas 2003.
Amigos, sabrán Uds. Cual sería el peor mandatario. Pero
quiero terminar, este ya largo resumen, con un párrafo del fallecido amigo Jorge
Olavarría; con otro de nuestro ilustre Don Mario Briceño Iragorry y,
finalmente, con un párrafo de Jacques Maritain en su libro “El Alcance de la
Razón”.
Dijo Jorge en el Congreso, el 5 de julio de 1999, en su
brillante y valiente discurso:
“No es hora de
historias pasadas. La historia se está haciendo aquí y ahora. Es la
circunstancia la que nos exige seguir el ejemplo de los próceres que firmaron
la declaración de la independencia. De los que fundaron las bases y sentaron
los principios de un Estado Constitucional en el cual la ley respetase la
virtud y el honor, como lo cantaba una cancioncilla que andaba por las calles
de la Caracas de aquellos días. Es la hora de hacer verdad el himno que hoy
cantamos. Es la hora de hacer como ellos. No de hablar de ellos. Porque si no,
seguiremos cantando que el vil egoísmo, otra vez triunfó.”
Don Mario, entre tantas ideas y reflexiones, nos dejó en
su “Mensaje sin Destino”:
“Ayudar al pueblo
es por tanto nuestro deber presente. A un pueblo que no está debajo de
nosotros, en función de supedáneo para nuestro servicio, sino del cual nosotros
somos mínima parte y expresión veraz. Debemos ayudarle, no a que grite, como
aconsejan los demagogos; ni a que olvide sus desgracias, como indican los
conformistas del pesimismo, sino a que reflexione sobre sí mismo, sobre su
deber y su destino.”
Y Maritain, en su referido libro:
“Si se posee el amor de esta cosa viviente y
humana, tan difícil de definir como todas las cosas humanas y vivientes, pero
tanto más real por esa misma razón, que se llama pueblo, lo primero a lo que se
aspirará será existir con él y sufrir con él y estar en comunicación con él.
Antes de ‘hacerle el bien’ y de trabajar por su bien; antes de hacer o no hacer
la política de éstos o de aquellos que invocan su nombre y sus intereses; antes
de pensar en conciencia el bien y el mal de las doctrinas y de las fuerzas
históricas que lo solicitan y de elegir entre ellas, o acaso, en ciertos casos
excepcionales de rechazarlas todas ellas, habremos elegido ya el existir con él
y el sufrir con él y hacer propios sus penas y destinos.”
ppb
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