lunes, 2 de abril de 2012

IGLESIA VENEZOLANA PIDE A LAS AUTORIDADES NACIONALES ASUMIR SU RESPONSABILIDAD FRENTE A LA VIOLENCIA. FUENTE INTOPRESS

El cardenal Jorge Urosa, al oficiar desde la catedral de Caracas la misa de Domingo de Ramos, pidió a los venezolanos orar por el cese de la violencia.
 “Hay que orar por el cese a la violencia que agobia a nuestros hermanos venezolanos”, manifestó el cardenal Jorge Liberato Urosa Savino durante la misa de Domingo de Ramos desde la Catedral de Caracas.
La concurrencia a esta Catedral fue masiva, llegando la gente hasta la Plaza Bolívar, en la espera de la llegada de la máxima figura de la Iglesia venezolana.
El cardenal estuvo acompañado de seminaristas y sacerdotes y desde la tarima central de la Plaza, echó agua bendita a las palmas y estampitas religiosas que portaba la feligresía.
Luego pidió rezar por el bienestar del país y de los venezolanos, y tras entonar cantos religiosos, la procesión de palmas ingresó a la Catedral.
En la Iglesia, además del cardenal Urosa, le acompañaron en la Santa Misael Dean de la Catedral, monseñor Héctor Maldonado y el párroco Juan Carlos Silva. También los rectores de los seminarios “Santa Rosa de Lima” y “Redemptoris Mater” y los presbíteros José Trinidad Fernández y César Hernández.

En la misa habló el cardenal de la violencia en Venezuela, y pidió “a las autoridades Nacionales que asuman su responsabilidad en esta situación”. Cuestionó los sucesos sangrientos recientes, al asegurar que esos hechos “cada vez se cometen con mayor saña, crueldad y por cualquier tontería”.
Habló de los valores de la familia y de la vida cristiana. Dijo que “debemos demostrar con verdaderos gestos de arrepentimiento y compromisos el deseo de llevar una vida digna”.
 “No se trata de acudir solamente a los templos en Semana Santa. Hay que asistir todos los domingos a la Santa Misa y vivir a plenitud los demás sacramentos. Tenemos que ser cristianos coherentes”, dijo el Cardenal.
A los muchos seminaristas presentes en la catedral les sugirió seguir el camino de Jesucristo y les dirigió hermosas palabras:
 “Jesucristo es nuestro único modelo a seguir, como hombres de vida consagrada a su servicio y al amor de nuestros semejantes”, les manifestó el Cardenal./Intopress/KS

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

GUSTAVO CORONEL / CINCO NOMBRES FRAUDULENTOS DEL CHAVISMO


Un carnaval que dura 13 años....
El régimen que azota a Venezuela desde hace 13 años tiene un único nombre verdadero: es el chavismo. El nombre viene dado por quien hace las veces de manager, dueño del equipo, lanzador, cuarto bate, novio de la madrina y recoge bates, todos ellos la misma persona, Hugo Chávez. Este régimen comenzó con unas elecciones bastantes transparentes en 1998 pero de inmediato mostró sus costuras fascistoides, cuando el presidente electo dijo frente a unos sumisos Caldera (presidente) y Dávila (presidente del Congreso), en Enero 1999, aquello de “juro sobre esta constitución moribunda..”.
La naturaleza fascistoide del régimen chavista emergió claramente durante 1999, con la convocatoria ilegal de una asamblea constituyente y la aprobación de una constitución kilométrica e incumplible de 350 artículos. En un momento esta constitución tuvo múltiples versiones simultáneas publicadas y sufrió numerosos cambios después de promulgada, cambios que nunca fueron aprobados debidamente por la Asamblea sino cocinados por una rosquita.
Deseo comentar como el régimen chavista se ha ido disfrazando mediante la adopción de nombres fraudulentos que encubren su naturaleza despótica, en nada diferente a la de los peores regímenes del siglo XIX.
1. Revolución Bolivariana.
El primer nombre fraudulento que adoptó el chavismo fue el de Revolución Bolivariana. Este nombre representa una doble mentira, porque el régimen chavista no es ni revolucionario ni bolivariano. Una revolución recibe apropiadamente ese nombre cuando cierra un capítulo de la historia de un país para abrir un horizonte radicalmente nuevo, no necesariamente pero idealmente mejor. Por eso es que la revolución cubana, la china o la francesa reciben ese nombre de manera apropiada, a pesar de los desastrosos resultados de algunas de ellas. Pero en Venezuela no ha habido revolución alguna. Lo que hemos tenido es la aparición de un caudillo decimonónico, tan ignorante y primitivo como los caudillos de antaño, un Zamora o Monagas cualquiera, muy parecido al populismo adeco-copeyano de la etapa 1978-1998, pero con muchos mayores niveles de corrupción y de ineptitud gubernamental. El chavismo es, en gran medida, una continuación del lusinchismo.
Tampoco estamos ante un régimen de verdadera inspiración bolivariana. Este es un insulto que muchos venezolanos se han tragado mansamente, ese de tolerar el nombre de “bolivariano” para identificar a un grupete de rufianes enquistado en el poder. No hay nada en el legado bolivariano que tenga similitud con este arroz con mango de analfabetas funcionales, patanes y acomplejados que es el chavismo. Bolívar era un aristócrata en sus maneras mientras que Chávez es un bertoldino, Bolívar desconfiaba abiertamente de la plebe mientras que Chávez trata de nivelar a los venezolanos por debajo, Bolívar admiró profundamente a George Washington y a la democracia estadounidense, mientras Chávez insulta al país del norte cada vez que amanece con problemas digestivos. Bolívar sabía sumar, restar, dividir y multiplicar y era un intelectual, no un paracaidista. A Bolívar 8X7 siempre le dió 56. Mientras Marx habló mál de Bolívar, Chávez habla bien de Marx. Bolívar no conoció a Mao pero, de conocerlo, no lo hubiera amado mientras que Chávez si ha confesado que ama a Mao.
2. Socialismo del Siglo XXI.
Este nombre fue cocinado entre gallos y medianoche para darle un barniz doctrinario al chavismo. El autor de este sancocho de perro con escopeta, como lo hubiera llamado Aquiles Nazoa, fue Heinz Dieterich, el ideólogo germano-mexicano ahora arrimado a Evo Morales. Fue cocinado por Dieterich para darle al chavismo la solidez ideológica que no tenía y de la cual aún carece. Pero Dieterich fue demasiado profundo para Chávez y se quedó en el aparato. Luego trataron de darle forma Haiman El Troudi, William Izarra (el héroe de Machurucuto) y el fallecido Alberto Muller Rojas. El Troudi, en especial, se destacó por un jocoso y cursi escrito en el cual definia al Socialismo del Siglo XXI como…. todo lo que no es, una pieza de la antologia del ridículo.
Fidel Castro, quien ha regresado a la niñez y ya no miente, se encargó de desinflar este fraude cuando dijo, con la inocencia de los niños: “Que socialismo, Hugo, esto es comunismo”. Y agregó: “Y ya nos nos sirve ni siquiera a nosotros”.
3. Democracia Participativa.
Este ha sido un remoquete usado sin mucha convicción por el chavismo y es tan impúdico que hace sonreír hasta a los más cínicos seguidores de Hugo Chávez. Cuando el déspota decide asuntos de interés nacional en “Alo Presidente”, dependiendo de cuan bien o mál durmió la noche anterior, se está limpiando el trasero con la democracia participativa. Cuando el patán mayor del chavismo dice: “No perdamos tiempo en primarias…. Yo soy el candidato” o cuando dice; “Estoy convencido de que solo…. Hugo Chávez… puede gobernar a este país”, está limpiándose el paltó con su cacareada democracia participativa. El chavismo es realmente un triángulo perverso formado por (1), un déspota inculto, (2), una oligarquía de ineptos y (3), una masa ya minoritaria de limosneros.
4. Gobierno Soberano y Anti-Imperialista.
Este es un cliché que no resiste el menor análisis. Soberano? Y está endeudado hasta el dedo gordo del pié derecho? Soberano? Y le hipoteca el petróleo de la Faja del Orinoco por diez años a los chinos por $20.000 millones? Soberano? Y los cubanos manejan nuestros puertos, nuestros servicios de identificación, nos asesoran de manera prepotente sobre lo que no conocen y hasta se dan el lujo de no pagarnos nuestro petróleo? Soberano? Y el patán mayor va frecuentemente a La Habana a pedirle instrucciones a Fidel Castro? Soberano? Y los chinos vienen a sembrar yuca? Soberano? Y los rusos vienen a sembrar plátanos?
El chavismo tampoco es anti-imperialista. No hay país más imperialista que China. Desde la historia más antigua los chinos han sido crueles y déspotas y hoy tienen a Hugo Chávez agarrado firmemente por la verruga, hasta el punto que hasta los pañales que usan los bebés venezolanos vienen de Beijing.
Rusia es también imperialista y siempre lo ha sido en sus deseos de expansión y hegemonía.La relación del chavismo con Rusia es apropiadamente putinesca. Cuantos Sukhoi están en capacidad de volar hoy en día? Cuantos rifles Kalishnikovs produce la “fábrica” en Maracay?
5. Gobierno de los pobres.
Este es otro apodo falso de toda falsedad. La corrupción gubernamental es gigantesca y dirigida al usufructo de las élites que le sirven de apoyo al régimen, es decir, la fuerza armada, la gerencia petrolera vendida al chavismo y los grupos de empresarios y contratistas cómplices. El chavismo constituye una verdadera oligarquía.
La política de ayuda a los pobres es una de dádivas humillantes que les producen una sensación temporal de bienestar (le dan al pobre un pescado diario, pero no le enseñan a pescar). No hay una política estructural de salud, de educación, de empleos, de viviendas o de servicios públicos. Chávez nunca ha sabido ir más allá de una anárquica y politizada repartición de riqueza. Al no saber como generar nueva riqueza, la torta a repartir se ha hecho más pequeña y ya no alcanza para todos. Y así vemos que los trabajadores protestan, los estudiantes van a huelgas de hambre, las amas de casa están indignadas. Cuando hay agua no hay luz, cuando hay luz no hay agua, si hay leche no hay arroz. Mientras este engaño continúa la gente sigue muriendo en las calles de nuestras ciudades y pueblos, muchas veces en manos de la propia policía del régimen. La sociedad venezolana vive con un alto nivel de angustia crónica.
**************
Nunca pensé que un país entero pudiera ser engañado con tanta facilidad, como ha sido engañado el país nuestro por este grupo de delincuentes del chavismo. Debemos llamarlos chavistas, es todo lo que son. Son tan falsos que el sol no proyecta sus sombras. No aceptemos ni utilizemos los nombres fraudulentos y abusivos que se han dado. Este capítulo vergonzoso de nuestra historia se llama chavismo.
http://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2011/03/cinco-nombres-fraudulentos-del-chavismo.html

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

SIMON GARCIA / LA GUERRA DE LAS ENCUESTAS / UN DESAFIO PERSONAL.

            Las condiciones que rodearon la campaña del 2006, limitada por fracasos y debilidades de la oposición, son bien distintas a las de 2012. Ahora  se viene de una victoria en las elecciones parlamentarias, existe una representación en la Asamblea Nacional, hay una fuerte disposición unitaria en términos partidistas y sociales,  se produjo una selección democrática del candidato con una participación que ninguna fuerza política ha logrado antes.
            En agosto de 2006 Datanalisis le otorgaba al candidato continuista una ventaja de 41 puntos. Ahora habla de una brecha de 13 puntos.  En aquella fecha todas las encuestas daban como claro ganador a Chávez, ahora hay una encuestadora que registra un empate técnico mientras otras favorecen al fan cubano.
            Esa discrepancia ha dado lugar a una guerra de cifras, en la que las encuestan se manejan no como un avíon que toma fotos del momento, sino como uno que lanza bombas para desmoralizar al adversario.
            No hay que descalificar a las encuestadoras, a menos que se le vea notoriamenta la química, sino buscar lo que contengan de útil. Y tener muy presente que ni el competidor es débil ni el mandado está hecho. Es lo que hacen los que llegan a merecer la victoria.
Más real, ¿menos credibilidad?
            No hay ni un solo acto gubernamental que no esté pensado en función de ganar votos. Desde besar viejitas, dar partes médicos o este maletinazo por seis meses, que pretende crear la sensación de que vivimos bien y que van a cumplir lo que olvidaron durante trece años.
            Para abrir ese chorro de plata el Presidente endeuda el país frenéticamente vendiendo un volúmen de la producción futura y endeudándose por veinte o treinta años, porque los ingresos petroleros actuales no le alcanzan para intentar evitar una derrota electoral en Octubre. Es un mecanismo perverso, pero que ilusionará a alguna gente.
            El problema es que las superofertas no son creibles porque la vida real las desmiente. El país que muestran las cuñas oficiales está muy lejos de la tragedia que significa  la delincuencia, la de abajo y la de arriba. A los homicidios diarios se une la más alta inflación del mundo. El aparato productivo es destruido sistemáticamente porque se debe acabar con la propiedad privada. El desempleo se disfraza y se maquilla. La educación y la salud viven escalofriantes situaciones. Los servicios de luz, agua o la infraestructura se están cayendo ante nuestros ojos. Se acuña el miedo porque se está tratando de terminar de establecer una sociedad del silencio.
Un asunto de todos.
            Frenar esa involución destructiva de Venezuela es un asunto de todos. La labor de los partidos resulta insustituible para localizar y llevar a votar a un 35% de electores inclinados hacia la oposición, pero que no asistieron a las primarias por motivos comprensibles. Es un electorado resistente al proyecto oficialista, pero cuya participación no hay que dejar de incentivar.
            Pero el punto clave de la campaña de Capriles consiste en lograr el voto de los ciudadanos que tienen baja simpatía por el candidato continuista, pero que aún no tienen suficientes alicientes para darle su voto. Hasta allí, sólo se puede llegar si la campaña de Capriles se masifica y convierte en asunto personal de cada uno.  ¿Podrán lograrlo independientes y militantes de los partidos que luchan por un cambio?
La esperanza como fuerza.
            Henrique Capriles está poniendo en acción una nueva política. Está mezclando las fronteras que dividieron al país. Se empeña en reunir el mapa completo y desechar la visión maniquea según la cual de un lado estan los buenos y del otro, todos los desgraciados.

           Los venezolanos nos liberaremos del temor y ganaremos nuestra batalla por el progreso. Capriles se convertirá, raund tras raund, en la personfificación de esa esperanza viable y concreta. Su victoria será ganancia de todos. Pero hay que ayudar a abrir el camino, por que el cambio hacia un país mejor es también un desafío personal.
                     
simongar48@gmail.com                                                        
@garciasim

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

MANUEL GONZÁLEZ LÓPEZ / LIBERALISMO Y REPUBLICANISMO (PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN LIBERALES POR LA REPÚBLICA –LIBRE-)

La síntesis liberal del pensamiento republicano queda sintetizada perfectamente en una frase, pronunciada por D. Manuel Azaña en su discurso en la Plaza de Toros de Madrid, el 29 de septiembre de 1930, que pasó a la posteridad como «una República para todos», y que reza como sigue:
"La libertad no hace más felices a los hombres, los hace simplemente hombres"
Bajo este axioma netamente liberal se resume el núcleo básico de una argumentación que, lejos de todo dogmatismo o principio de verdad absoluta, pretende abrir el debate intelectual, abriendo las perspectivas de la vigencia del republicanismo en nuestros días al campo Liberal, que en su versión oficial, o al menos mayoritaria entre quienes se arrogan tal título, han asumido, o mejor dicho se han rendido al sistema imperante en su forma de monarquía parlamentaria.
 Montesquieu                                Friedrich Hayek

1. LA LIBERTAD COMO TRONCO COMÚN DEL PENSAMIENTO LIBERAL Y REPUBLICANO
Al fin y al cabo el discurso Republicano y Liberal, se basa en el ideario de la libertad, asumiendo como eje común la preponderancia de las instituciones sobre las personas, el control del poder, la existencia de una verdadera sociedad política ciudadana y la separación de poderes, es decir, y en suma la DEMOCRACIA.
Llegados a este punto y a día de hoy, si existe una diferenciación evidente entre ambos discursos, ésta se encuentra en que el pensamiento Republicano más moderno, inteligente y útil se centra (acertadamente) en cuestiones referidas al aspecto constitucional y de organización institucional en la búsqueda de la Libertad Política (Democracia Formal), mientras que el pensamiento Liberal oficial actual actúa intelectualmente en el terreno económico y productivo, teniendo por sentado la necesaria existencia de la Libertad Política, lo cual a día de hoy es mucho dar por sentado.
Que ambos pensamientos vayan de la mano irremediablemente nos enfrenta a analizar la relación entre la Libertad Política y Económica, y en definitiva, si puede existir una sin la otra en una sociedad auténticamente libre.
2. RELACIONES ENTRE LA LIBERTAD POLÍTICA Y LA LIBERTAD ECONÓMICA
Es habitual pensar con cierto voluntarismo que las decisiones políticas en el ámbito económico solucionan los problemas en este último orden obviando que nos encontramos ante verdaderos problemas científicos en un ámbito que se desarrolla por sus propias reglas al margen de las determinaciones que sobre los mismos adoptemos, como también es habitual pensar que la sola Libertad Económica por sí misma genera Sociedades libres que garantizan el pleno desarrollo individual y social de la persona.
Modestamente pienso que ambas posturas incurren en grave error.
En general se piensa que la libertad política y la económica son compartimentos separados; que la libertad individual es un problema político y el bienestar material, un problema económico.
Sin embargo, las organizaciones económicas tienen una doble función en la promoción de la sociedad libre. Por una parte, la libertad en las organizaciones económicas como una parte misma de la libertad en términos generales, y en segundo lugar, como medio indispensable para la consecución de la libertad política.
Hay que recalcar especialmente la primera de estas funciones de la libertad económica, porque los intelectuales, sobre todo, han tenido históricamente tendencia a no considerar importante este aspecto de la libertad. Tienden así a expresar un desprecio por lo que se consideran meros aspectos materiales de la vida, y a considerar sus propios intereses como valores más altos, en un plano diferente de significación y merecedores de una atención especial. Sin embargo, para la mayoría de los ciudadanos, ya no para el intelectual, la importancia directa de la libertad económica es por lo menos comparable en significado a la importancia indirecta de la misma como medio para libertad política.
Al ciudadano de Gran Bretaña a quien después de la II Guerra Mundial se le prohibía pasar sus vacaciones en Estados Unidos a causa del control de divisas, estaba siendo privado de una libertad esencial, lo mismo que el ciudadano de Estados Unidos a quien se le negaba la oportunidad de pasar sus vacaciones en la URSS a causa de sus opiniones políticas. La primera era claramente una limitación económica a la libertad, y la otra una limitación política, pero la consecuencia última era la misma.
Dejando así claro que la libertad económica es en sí una parte importante de la libertad total, hay que añadir que es igualmente importante como medio para alcanzar la libertad política, por sus efectos sobre la concentración o dispersión del poder.
La evidencia histórica decididamente muestra una relación entre la búsqueda de la libertad política (generalmente frustrada) y el mercado libre, habiendo sido este último vehículo conductor de la primera en numerosas ocasiones.
La relación entre libertad política y económica es compleja y no es unilateral ni mucho menos. A comienzos del siglo XIX, Bentham y los radicales filosóficos se inclinaban a considerar la libertad política como un medio para la económica. Consideraban que las masas estaban agobiadas por las restricciones que les imponían y que si se diera capacidad de decisión a la mayoría del pueblo acabando con el sistema aristocrático imperante por medio de una reforma política, el pueblo haría lo que fuera más beneficioso para él, sin prebendas por razón de cuna u origen en el ámbito económico, aboliendo así la vinculación entre la aristocracia y la tierra. Así una gran parte de la reforma política vino acompañada de reformas económicas en la dirección del laissez faire.
El triunfo de estas ideas liberales y revolucionarias fue sucedido por una reacción a favor de una mayor intervención del gobierno en los asuntos económicos. Las dos guerras mundiales aceleraron muchísimo esta tendencia hacia el colectivismo sobre todo en los países europeos. El bienestar, y no la libertad, se convirtió en la nota dominante de los países democráticos.
Los intelectuales descendientes de aquellos radicales filosóficos (Mises, Hayek y Simons, entre otros) reconociendo la amenaza implícita al individualismo, temían que una continuación del movimiento hacia el control centralizado de la actividad económica se convirtiera en un auténtico Camino de Servidumbre, como Hayek tituló su profundo análisis del proceso. Ellos también daban importancia a la libertad económica como medio para la libertad política.
Claro que la existencia de un mercado libre no elimina la necesidad de tener un gobierno. Al contrario, el gobierno es necesario tanto en su función de foro para determinar las reglas del juego, como en su función de árbitro para interpretar y hacerlas cumplir. Ahí entronca con la libertad política y la preeminencia de las instituciones sobre los hombres, donde la técnica constitucional y de organización republicana desempeña un importantísimo papel.
La libertad política supone que ningún hombre se sitúe por encima de las instituciones, ejerciendo la fuerza sobre el resto de los hombres. La principal amenaza de la libertad es el poder de usar la fuerza al margen de las instituciones, ya sea por un monarca, un dictador, una oligarquía o una mayoría momentánea. La defensa de la libertad requiere la eliminación, en la medida de lo posible, de esas concentraciones de poder, y la dispersión y distribución del mismo en un sistema de contrapesos.
Así las cosas, si el poder económico se une al poder político en manos del Estado, la concentración parece inevitable.
Una característica de las sociedades libres es la libertad del individuo a defender y hacer abierta propaganda por un cambio radical en la estructura de la sociedad, siempre que su campaña se limite a la persuasión y no incluya la violencia u otras formas coercitivas. Una de las señales de la libertad política en una sociedad de libre mercado es que un individuo pueda abogar abiertamente por ideologías que pretendan la abolición del mismo.
Del mismo modo, para que existiera la libertad política en una sociedad dirigida económicamente, sería necesario que los individuos tuvieran libertad de abogar por la introducción del librecambio. ¿Cómo podría preservarse la libertad de defender el librecambismo en una sociedad dirigista?
Para dar respuesta a esta pregunta hemos de partir de que para que los hombres defiendan algo, lo primero es que puedan ganarse la vida y además tener recursos para llevar al público sus propuestas.
En una sociedad de monopolio económico estatal puede que haya individuos con grandes ingresos, quizá incluso con grandes sumas de capital en forma de obligaciones públicas y similares, pero tendrían a la fuerza que ser altos funcionarios públicos. Se podría concebir a un bajo funcionario de un estado así definido que mantenga su empleo a pesar de defender abiertamente el librecambio, lo que es imposible imaginarse es a uno de estos altos funcionarios financiando tal tipo de actividades subversivas.
En las sociedades abiertas, los movimientos que repugnan del librecambio nunca se han financiado de esta manera. Normalmente los han financiado unos cuantos individuos adinerados que han sido persuadidos ideológicamente (como Frederick Vanderbilt o Anita MacCormick Bline, o Corliss Lamont, por dar unos cuantos nombres que se han hecho notorios recientemente, o como Frederick Engels, yendo a los menos recientes).
Casi nadie nota esta función que desempeña la desigualdad de la riqueza en la preservación de la libertad política traducida en la función del patrocinador.
Así en una sociedad de mercado libre, para la labor de propaganda bastaría con tener fondos. A los que suministran el papel lo mismo les da venderlo al Mundo Obrero que al Wall Street Journal. En una sociedad en la que no exista el librecambio, no bastaría con ello. El hipotético subversivo tendría que persuadir a la fábrica de papel del gobierno para que se lo vendiera, a la imprenta del gobierno para que imprimiera los folletos, o al correo del gobierno para que los distribuyera entre la gente.
Quizá exista una forma de vencer estas dificultades y preservar la libertad política en una sociedad controlada económicamente. No puedo decir que resulte totalmente imposible. Lo que sí está claro es que hay dificultades auténticas para establecer instituciones que preserven eficazmente la posibilidad de disentir. Que yo sepa, nadie de entre los que están a favor de eliminar el librecambio y a favor de la libertad política al mismo tiempo, se ha enfrentado con esta cuestión o ha iniciado siquiera el establecimiento de formas institucionales que permitan su desarrollo.
3. CONCEPTO INTEGRAL DE LA LIBERTAD
Todo lo anterior me lleva a la irremisible conclusión de que la libertad política sin la libertad económica resulta un imposible y viceversa, debiéndose abordar en este momento un concepto integral de la Libertad.
He de asumir en este sentido que, por un lado los liberales han descuidado últimamente los importantes mecanismos de la técnica democrática, hablando de su preexistencia como elemento indispensable para el bienestar social pero obviando históricamente las condiciones constitucionales e incluso técnicas que deben darse para llegar a su consecución de manera plena que solo puede solucionar una teoría formal de la Democracia.
Por otro, como demócrata, y consustancialmente como republicano, confieso que también he caído muchas veces en el descuido del estudio de los procesos y reglas del orden económico tal y como realmente se desarrollan, sosteniendo decisiones políticas que no se ajustan a la realidad económica con los consecuentes efectos negativos, descuidando así el estudio de los procesos económicos a favor de decisiones políticas generalmente bienintencionadas y populares, pero contraproducentes.
Así las cosas, el concepto unitario de la Libertad presupone tanto la Libertad Política como la Económica, siendo el Republicanismo y el Liberalismo no sólo sus consecuencias últimas sino un medio único para su consecución:
Así desde una estrategia republicana. Como última y única consecuencia de la idea de democracia en búsqueda de la Libertad Política. Y ello porque hemos de decir sin tapujos que en este momento en España NO EXISTE LIBERTAD POLÍTICA, sino una ficción de Estado democrático, una oligarquía de partidos, sin principio representativo, ni separación de poderes en los que los partidos políticos asumen el ejercicio del poder político en lugar de los ciudadanos, que se ven relegados a ser meros espectadores pasivos del juego político a través de un sistema electoral proporcional que además los discrimina por su radicación territorial en contra del más básico principio, «un hombre, un voto».
No puede existir separación de poderes cuando la Jefatura del Estado la ocupa una persona por una legitimidad carismática, no democrática, que tiene como lógica consecuencia su incapacidad para dirimir o tomar determinaciones en acción de gobierno, y menos aún servir como contrapeso de los restantes poderes, ya que de lo contrario nos veríamos abocados al totalitarismo.
Menos aún, cuando, como en el caso español el legislativo elige al ejecutivo y entre ambos al judicial, con la consecuencia del sometimiento de este último a los dos anteriores.
Es en la persecución de la libertad política donde el republicanismo así concebido puede desempeñar un papel fundamental, conformando y articulando una verdadera Teoría Pura de la Democracia y una Teoría Pura de la República cuya originalidad conceptual es actualmente deudora única de la magnífica obra intelectual de García-Trevijano, removiendo así una situación tan enquistada como la actual, consecuencia fatal del pacto de Estado entre aquellos que ocupaban el poder y que querían conservarlo, y los que oponiéndose al régimen pretendían alcanzar su parcela de poder, auténtica razón de Estado, exponente máximo del oportunismo de una generación de políticos que cristaliza con la constitución de 1978.
Y desde una estrategia liberal. En cuanto permite a los individuos desarrollar sus consustanciales aspiraciones de participación en la vida social y económica en libertad.
Por tanto un liberalismo sincero en lo político pero también en lo económico, rompiendo con la aplicación sesgada del pensamiento político liberal tanto por la derecha conservadora como por la izquierda marxista que han venido interpretando la doctrina de la libertad según sus intereses propios de sus respectivas ideologías.
Tal actitud interesada se ha traducido en la adopción del credo liberal económico por políticos netamente conservadores así como de ciertos principios liberales políticos, al menos en la teoría, por la izquierda marxista.
No resulta extraño así, según el foro en que se despliegue este discurso, encontrar fervientes admiradores de la economía de mercado, que se escandalicen ante posturas como la legalización del aborto, de las drogas, o incluso el laicismo, en cuanto estas cuestiones, a modo de ejemplo, se respaldan en un principio tan netamente liberal como dejar las decisiones de ámbito moral a la estricta decisión del individuo con una estricta neutralidad estatal.
Así las cosas, y retomando el último de los ejemplos, el laicismo, tiene su origen en un principio escrupulosamente liberal en cuanto a la neutralidad estatal, esta vez en materia religiosa, verdadera transposición del laissez faire obstativo a la intervención económica o política a favor de determinadas agrupaciones colectivas, ya sean, empresas, clases, colectivos o, en este caso, confesiones.
4. TENDENCIAS DISGREGADORAS DEL CONCEPTO UNITARIO DE LIBERTAD
Así planteado el concepto unitario, o integral de libertad, plasmado en una perspectiva republicana liberal, se ve actualmente constreñido a izquierda y derecha, por distintas posturas que escogen un ámbito de libertad con sacrificio del otro.
El marxismo llamado democrático. Dejando así de lado su vertiente maximalista o autoritaria, por cuando no se plantea siquiera el problema de la libertad. Y ello por cuanto se asume el objetivo, que considero imposible, de eliminar la libertad económica pretendiendo alcanzar una presunta libertad política.
Y lo creo imposible, por cuanto este pensamiento se fundamenta en la capacidad de organizar desde arriba la intrincada red de relaciones interpersonales que en la Sociedad se tejen, al carecer el órgano de control de la necesaria información para establecer la pretendida coordinación dado que dicha información por su propia naturaleza es cambiante, dispersa y difícilmente articulable.
El mandato coactivo para articular las relaciones entre personas, ya sean personales o económicas, se basa en el apriorístico principio de conocer la información sobre los fines y medios de aquellos que se pretende coordinar, lo que, por la propia naturaleza de la información referida, resulta imposible.
Es más, tal mandato coactivo ahoga la creación de nuevos medios que satisfagan antiguas necesidades, sirviendo de freno para el progreso social, como bien necesariamente deseado, solo alcanzable a través del espontáneo proceso de interacción social.
Se basa así tal mandato coactivo en un error que considero de base, la existencia de un polilogismo económico o de clase, entendiendo por tal el que considera que los individuos tienen distinta estructura mental de desarrollo lógico por su posición en el proceso productivo.
Las tendencias polilogistas no son exclusivas de este pensamiento, ya que también se dan en posturas tradicionalmente antiliberales como el fascismo (en el que se presupone una distinta estructura de razonamiento en cuanto a fines y metas por la adscripción a una determinada comunidad nacional), el racismo (por pertenencia a una raza), o el polilogismo integrista (por adscripción a una determinada religión), que tienen en todo caso, y no es casualidad, como enemigo común al liberalismo.
No es casual, así, que en el régimen anterior se encontrara al mismo nivel de aversión que el comunismo (comunismo, liberalismo y masonería).
El neoliberalismo conservador. Merece especial atención y detalle por cuanto la habitual identificación actual del término «Liberal» a esta corriente, siendo especialmente necesario proceder a su delimitación.
En este concreto aspecto, traigo a colación el ensayo de F.A. Hayek «¿Porqué no soy conservador?», auténtica demarcación de quien ideológicamente se encuentra en desacuerdo intelectual tanto con conservadores como con marxistas.
En él Hayek define al liberal como un neto partidario de la libertad en lo absoluto.
Por el contrario, el conservador, ve únicamente en la libertad de mercado una oportunidad de medrar y conservar lo obtenido mirando hacia atrás, hacia el pasado, midiendo sus palabras y actos en asunción ideológica fundamentalmente utilitarista y desprovista de contenido ideológico. Teme y aborrece la novedad porque en ella ve un riesgo, al contrario del liberal que, en palabras de Hayek «siempre mira hacia delante».
En palabras de Fernando Genovés, comentando este ensayo, el Liberal, por principio, no se opone a la evolución ni al progreso, a las reformas y a los cambios: «no le preocupa cuán lejos ni a qué velocidad vamos; lo único que le importa es aclarar si marchamos en la buena dirección». Tal inclinación está íntimamente relacionada con aquello que necesariamente va unido a la libertad: la espontaneidad.
En esto no se diferencian en absoluto las ideas dirigistas de raíz socialista del conservadurismo, ya que ambas tienen en común la planificación y regularización como modo de actuación social, económica, y política, que en el conservador se materializan una pasión por la ley y el orden, como ansia de que todo esté bajo control.
Contra el conservador, el movimiento de la libertad implica derribar todo obstáculo que frene o impida el pleno despliegue de las posibilidades humanas y la espontaneidad de nuestros actos, aún ignorando a veces dónde pueden llevarnos, lo que en modo alguno supone entregarse a una conducta loca e irresponsable, pero sí propugnar por una sociedad abierta.
Acertadamente en este sentido Genovés, en su artículo: "Liberal, ¿Radical o Conservador?" explica la afición del conservador por el autoritarismo que le lleva, no pocas veces, y aquí sabemos bastante de ello, a la recusación de la democracia y su predisposición a aceptar la arbitrariedad estatal como vehículo de imposición de creencias y objetivos prácticos, sobre todo cuando los hechos no se desarrollan según su cálculo de previsión. Frente a esta actitud, la del liberal se revela ciertamente radical.
Así, debido al concepto utilitarista de la política y la economía del conservador, rechaza las medidas socializantes, proteccionistas o dirigistas de su adversario…excepto cuando le benefician o resultan rentables.
Dos ejemplos vienen muy al caso dado el sentido de este acto y la actual coyuntura española en los temas religioso y nacional: La posición estatal en el orden espiritual o de conciencia religiosa y el, en palabras de Hayek, «nacionalismo patriotero» que caracterizan aún a gran parte del conservadurismo y que se oponen frontalmente al librepensamiento y concepto de ciudadanía propios del pensamiento liberal y republicano.
Así, respecto al primero de ellos, el conservador generalmente se caracteriza por unas profundas creencias morales y religiosas que le llevan a propugnar medidas partidarias en lo religioso, fiscal y educativo a favor de una determinada confesión, mientras que el liberal asume el firme propósito de no imponer coactivamente a los demás ningún tipo de creencia con una conducta neutral y abstencionista, no importándole ni siendo motivo para lo contrario lo profundos o trascendentales que puedan ser los principios o fines que se persigan.
Es propio así del liberal mantener cierto escepticismo en sus pensamientos y emociones para mantener incólume ese espíritu tolerante.
En relación al segundo tema, el nacionalismo, Hayek es igualmente radical y textualmente señala que: «Una teoría torpe y errada no deja de serlo por haberla concebido un compatriota» .
En este último supuesto, es posible un liberalismo patriótico, que engarza con el concepto republicano de ciudadanía y fraternidad, pero jamás he visto un nacionalista liberal, proliferando, más al contrario el nacionalismo conservador, ya se vista como carlista en su versión carca, o demo-cristiana en su versión light.
5. CONCLUSIÓN
Desde la propia convicción de la posibilidad de error, característicamente liberal, y con el único ánimo de que por lo menos el desarrollo de lo precedente despierte la discusión intelectual, intentando también modestamente en todo caso abrir y atraer al campo republicano a una parte de la ciudadanía que aún no se ha acercado al mismo por ideas o temores preconcebidos a ideas extremas de revolución o monocolores, trato de esbozar aquí el propio convencimiento de que sólo cuando tengamos República, tendremos libertad, y que solo con auténtica libertad se despertarán conciencias a favor de la República como solución a nuestros males.
Y así termino, citando como epílogo el proyecto constitucional de la Primera República Española que textualmente resume sus principios políticos como sigue:
«En la organización política de la Nación española todo lo individual es de la pura competencia del individuo; todo lo municipal es del Municipio; todo lo regional es del Estado, y todo lo nacional, de la Federación».
¿Qué puede haber más liberal y republicano que esta afirmación de la independencia individual?


EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

OSCAR HERNÁNDEZ BERNALETTE / LA OBSESIÓN CAPRILES

Las encuestas hablaron en días recientes. Todas, desde las más confiables hasta las más partidarias coincidieron en que en estos tiempos preelectorales el candidato del Gobierno tiene mayor apoyo sobre el de la oposición. Esa es la fotografía de estos tiempos. La realidad no es necesariamente la que percibe una parte del país. Sorpresivamente y aunque las cifras económicas nos indican una nación con un gran deterioro una parte mayoritaria del país considera que el rumbo que ha tomado Venezuela con este presidente va bien. De allí que el candidato oficialista esté en este momento por encima del otro. Pasarán los días y otras mediciones vendrán y veremos.
Siendo esto así lo que sorprende a cualquier analista es observar la gran obsesión que tienen de los que van adelante por el que no es favorecido por ahora. Entenderíamos que el gobierno nacional debería estar muy tranquilo. Están holgados y por ello se deberían concentrar en gobernar y en la enfermedad de su líder. Sin embargo, observamos una obsesión por Capriles.
No hay espacio televisivo o de radio controlado por el Gobierno en el que no se concentren a destruir al candidato de la oposición. Es definitivamente extraño. Si todo está bien entonces por qué se preocupan tanto. Se llega hasta tal obsesión que hasta los propios partidarios del Gobierno comienzan a sospechar. En las viejas consejas electorales se decía que "ganador no se refiere a perdedor". En términos coloquiales más de estos tiempos quiere decir eso de que ¡águila no caza mosca!
Entonces, deberían estar tranquilos, no perder tiempo y dedicarse a trabajar, resolver los problemas del país. Dejar de mentir y exagerar como con esa afirmación de que la culpa de criminalidad en un Estado es culpa del Gobernador o del Alcalde. Como si no existieran gobernadores y alcaldes del Gobierno con problemas similares. La lucha electoral es en desventaja, tienen mucho dinero y recursos, el Gobierno sabe generar ilusiones y usan los recursos del Estado como propios con total descaro. Para qué tener esa obsesión si están cómodos. Sus excluidos son menos que los dicen estar incluyendo. Allí están las cifras a su favor. Las primarias y tres millones de votos no son nada como diría Gardel. Bajen el tono, no tienen problemas, todo está bien. Si un sector del país piensa que las cosas están mal es solo percepción por lo visto.
Siendo así las cosas tan favorables es que recomendaría que esos espacios dedicados a la obsesión Capriles los usen para educar a nuestros niños y a la población en general, aconsejar a los delincuentes, pedirle a Dios por la salud de los venezolanos, hacer propaganda sobre higiene, sobre buenos modales, sobre preservar el ambiente, recordar que hay que hervir el agua y no sé cuantas tantas otras cosas positivas para la educación del venezolano. El sistema nacional de medios públicos debe descansar del tema Capriles ya que con el culto a la personalidad del Presidente tienen bastante. La obsesión es mala conseja. ¿Por qué más bien no obsesionarse con lograr una mejor calidad de vida para los venezolanos?
oscarhernándezbernalette@gmail.com
@bernalette1

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA