Aunque Paul quedó tercero en Iowa, lo más significativo fue quiénes lo
votaron, y eso es lo que parece preocupar a los neoconservadores. Según una
encuesta realizada por el diario The New York Times en Iowa, 48 por ciento de
los jóvenes de hasta 29 años dijeron apoyar a Paul.
Ron Paul, representante en el Congreso legislativo de Estados Unidos por
el meridional estado de Texas, se destaca en la campaña interna del opositor
Partido Republicano y genera preocupación entre sus correligionarios más
conservadores y nacionalistas.
Aunque su tercer lugar en los caucus (asambleas populares) del norteño
estado de Iowa decepcionó a sus seguidores, este médico de 76 años quedó apenas
tres puntos porcentuales por debajo de Mitt Romney, ex gobernador de
Massachusetts (noreste), y de Rick Santorum, ex senador por Pennsylvania
(también noreste).
Romney y Santorum recibieron ambos 25 por ciento de los sufragios (aunque
ganó el primero por solo ocho votos de diferencia), y Paul tuvo 22 por ciento.
Actores políticos pronostican que Romney --quien recibió el apoyo el
miércoles de quien fuera candidato presidencial republicano en 2008, John
McCain-- será el ganador de las internas a nivel nacional y por tanto aspirante
a la Presidencia en los comicios de noviembre de este año.
Pero el desempeño de Paul y la creciente atención mediática que recibe
desde las últimas semanas sugieren que bien podría emerger como una figura con
fuerza considerable en la convención general republicana prevista para el
verano boreal próximo.
Los neoconservadores temen que hasta pueda suponer una amenaza para las
esperanzas del partido de sacar de la Casa Blanca a Barack Obama si éste decide
postularse a la reelección.
Aunque Paul quedó tercero en Iowa, lo más significativo fue quiénes lo
votaron, y eso es lo que parece preocupar a los neoconservadores.
Según una encuesta realizada por el diario The New York Times en Iowa, 48
por ciento de los jóvenes de hasta 29 años dijeron apoyar a Paul, contra apenas
13 por ciento por Romney.
Uno de cada tres votantes que participaron por primera vez en las
elecciones internas dijeron apoyar a Paul, y 44 por ciento de los que se
definieron como "independientes" u "otros" (no
republicanos) declararon respaldar a este candidato, exlíder del Partido
Libertario. Solo 18 por ciento dijeron preferir a Romney.
Los autodefinidos independientes, según la mayoría de las encuestas, constituyen
40 por ciento del electorado y son considerados clave para el resultado de los
comicios de noviembre.
Por qué Paul genera seguidores entre los independientes, los jóvenes y
los que votan por primera vez es tema de considerable especulación e investigación.
El candidato tiene posturas heterodoxas y, en algunos casos, aparentemente
contradictorias.
En temas económicos es un fiel neoliberal. En sus más de 20 años en el
Congreso legislativo ha continuamente votado contra toda propuesta que
incrementara el gasto del gobierno federal, algo que considera la mayor amenaza
a las libertades individuales. También ha propuesto en varias ocasiones la
eliminación de departamentos de gobierno como el de Seguridad Social y la
Reserva Federal.
Es un fuerte defensor de los "derechos de los estados". Cree
que aquellos temas en los que la Constitución no le confiere explícitamente la
última palabra al gobierno federal, como el aborto, el matrimonio homosexual y
la legislación de la marihuana, deben quedar en manos de las respectivas
autoridades estaduales.
Coherente con sus posturas libertarias, es fuerte defensor de todos los
derechos individuales, incluso el de portar armas, y se opone a los cateos y
las confiscaciones sin orden judicial en el marco de la guerra al terrorismo.
A diferencia de sus rivales republicanos, ha condenado vehemente y
repetidamente la Ley Patriota de 2001, que expandió los poderes del gobierno
para detener sospechosos de terrorismo, y ha criticado el uso de la tortura y
el aumento de la islamofobia, especialmente entre los miembros de su partido.
Pero quizás sea más conocido por sus posturas antintervencionistas y
antibélicas (sus críticos dicen que es aislacionista), que le permitieron
granjear apoyo en la izquierda del espectro político y también la ferviente
oposición de los neoconservadores, los simpatizantes del derechista gobierno de
Israel y de los "halcones" (ala más belicista de Washington).
Paul, por ejemplo, opuesto a las resoluciones del Congreso que
autorizaron la fuerza militar contra Afganistán, Iraq y Libia, pidió recortes
radicales en el presupuesto de defensa, el retiro de tropas de las bases en
Europa, Japón y Corea del Sur, y un más rápido repliegue de Afganistán.
"Cuando veo un candidato como Ron Paul, cuya política exterior es,
en todo caso, peor que la de la administración de Obama, me causa gran
preocupación", reconoció a fines del mes pasado el exembajador
estadounidense en la Organización de las Naciones Unidas, John Bolton.
La fuerte divergencia entre Paul y el resto de los republicanos ha
quedado más claramente ilustrada en los debates sobre Irán.
Mientras los otros candidatos acusan a Irán de fabricar armas nucleares y
de ser la mayor amenaza de Estados Unidos, y prometen usar la fuerza militar
como último recurso para impedir que ese país asiático obtenga una bomba
nuclear, Paul expresa su escepticismo y se opone fuertemente a una
intervención.
Considera que Washington debe ser capaz de negociar con Irán de la misma
forma que lo hizo en el pasado con la Unión Soviética y con China.
"Solo piensen en cuántas armas atómicas rodean a Irán", dijo en
agosto durante una entrevista para la cadena Fox News. "Los chinos están
allí. Los indios están allí. Los pakistaníes están allí. Los israelíes están
allí. Estados Unidos está allí. Todos esos países… ¿Por qué no sería natural
que ellos (los iraníes) quisieran armas? A nivel internacional se les debería
dar más respeto", afirmó.
Más recientemente citó el caso de un avión no tripulado estadounidense
derribado en territorio iraní para cuestionar tanto a sus rivales republicanos
como a los más belicistas del gobernante Partido Demócrata.
"Antes que nada, ¿por qué había un avión no tripulado volando sobre
Irán?", preguntó. "¿Por qué tenemos que bombardear tantos países? ¿Por
qué tenemos 900 bases en 130 países diferentes cuando estamos en una total
bancarrota? Creo que este objetivo de tener otra guerra en nombre de la
‘seguridad’ es algo peligroso. El verdadero peligro es que nosotros
exageremos", afirmó./IPS
* El
blog de Jim Lobe sobre política exterior puede leerse en
http://www.lobelog.com. (FIIN/IPS/traen-rp/jl/ks/na ip sp fe/11)
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