Que nos digan la verdad sin ocultamiento y
sin risitas, como si aquí no hubiera pasado nada
El título pertenece a uno de los más
veteranos y "dateados" periodistas del país que dispone de
información sobre lo ocurrido el 7-O y la compartió con la cronista.
No hubo fraude en el sentido de que votos de
Capriles fueron trasvasados a Chávez, o que las máquinas cambiaron las cifras.
"Fraude" no sería la expresión adecuada para definir la monstruosa
operación seguida por los poderes públicos el 7-O, sino, golpe de Estado.
"Todo el aparato del Estado contra mí" dijo Capriles cuando reconoció
su derrota. Después de su magnífica campaña, Capriles no compitió el domingo
con un Chávez desgastado por su enfermedad y su mal gobierno, sino con el
fuerte, adinerado e inescrupuloso Estado venezolano. No fue solo el ventajismo
previo del CNE de añadir nuevos centros electorales cuestionables: los
obstáculos inhumanos a los venezolanos en el exterior; o cohonestar las cadenas
y mensajes de la Ley Resorte devenidos en publicidad electoral para Chávez.
Tampoco que el viernes 5-O Chávez pagase el bono vacacional a empleados
públicos y damnificados o que en solo 8 meses de este año se gastasen más de 15
mil millones en las misiones (200% más que en 2011). Se trata de la
"macolla" formada el 7-O entre todos los poderes del Estado
(incluidos el CNE y la FAN) para impedir el triunfo de Capriles y poner en
marcha un plan que permitiera obligar a votar por Chávez a electores remisos,
bien por vía de la coacción o del soborno.
¿Qué pasó con los resultados en la noche de
las elecciones venezolanas? Se preguntaba el ABC de Madrid, después de publicar
el día anterior el exitpoll que, a las 5 pm, daba ganador a Capriles por 5
puntos. En el foro de los encuestadores (UN) para analizar el 7-O, el vocero
del IVAD reconocía que"según las exitpolls, Chávez comenzó arriba fuerte,
luego se emparejó la situación, y después de las 5 se abrió". A las 5 pm
no estaba "emparejada" la situación, sino que ganaba Capriles, de ahí
la sonrisa de Briquet y la preocupación del chavismo. El Gobierno comienza la
operación remolque en todo el país. Los coordinadores de Centro del CNE tenían
las listas de votantes identificados: PSUV, beneficiarios de misiones,
contratistas, funcionarios, becarios y otros. A las 5 pm los militares afectos
al régimen daban por perdido el Gobierno. Los autobuses de Pdvsa en Plaza
Venezuela listos para transportar electores, seguían vacíos. Hasta que, con la
información de los coordinadores de los centros electorales, comenzó una febril
captura liderada por los tentáculos del Estado. El PSUV y militares armados,
provistos de vehículos del cuerpo, llegaron a los cerros y barriadas lista en
mano, para llevarse a quienes no habían votado, con amenazas de que perderían
sus prebendas El estímulo de Bs. dos mil por voto movió a muchos. Los
milicianos multicedulados podían votar en varios centros con rapidez (la tinta
indeleble no era tal). CNE mantuvo abiertos algunos centros sin votantes
mientras llegaban los contingentes rojos acarreados en vehículos oficiales El
sistema de medios públicos clamaba que se mantuvieran abiertos porque
"todavía había gente votando". Tan pronto estuvieron seguros de que
la votación de Chávez era superior a la de Capriles, el CNE se apresuró a dar
el primer boletín, a despecho de que hubiera gente en cola en diversas partes
del país donde habían fallado las máquinas y la tramposa "estación del
elector" había represado a los electores. En Canoabo unos 120 campesinos
pro Capriles fueron engañados diciendo que la máquina estaba dañada, conminados
a firmar el cuaderno de votación y alguien votó por ellos, según nos contase
llorando una maestra jubilada enferma a quien aplicaron el mismo robo. El CNE
abrió varios centros (sin testigos opositores) en refugios y otros lugares. En
el Zulia creó un nuevo centro el mismo 7-O al que el Plan República dejó
ingresar al personal de empresas oficiales y militantes chavistas. Grupos
armados impidieron paso de testigos y votantes opositores, en el municipio Mara
y otros. Violando las normas, miembros del PSUV hacían campaña y formaron focos
con motorizados armados que recorrían los centros de votación amedrentando a
los electores. El CNE y el Plan República miraban para otro lado. Triste que la
MUD y Comando Venezuela, ante el equivocado temor de provocar abstención,
declarasen que "todo fluía con normalidad" y mantuvieran silencio
sobre las violaciones del CNE, mientras millones de electores estaban represados
en las colas por la operación morrocoy y amenazados por los motorizados
chavistas.
A los 6,5 millones de electores nos queda el
invalorable capital político de Henrique Capriles, pero también nuestro derecho
a pedir que nos digan la verdad sin ocultamiento y sin risitas, como si aquí no
hubiera pasado nada.
mcolomina@gmail.com
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Gracias Marta!
ResponderEliminarMuy bien dicho.