En esta última década, millones de
venezolanos que vivimos en este país, hemos aprendido muchas cosas importantes:
- Hemos aprendido el significado de la
palabra Patria y sobre todo amor a la patria.
- Hemos aprendido a tener paciencia, que no
es lo mismo que "acostumbramiento", mientras seguimos sin detenernos
en la lucha, y con los pies bien puestos sobre la tierra, viendo no sólo un
lado de la realidad sino la realidad completa.
- Hemos aprendido a saber que todo tiene su
tiempo. Que los errores cometidos en el pasado han tenido graves consecuencias
y que es muy difícil lograr que las cosas cambien de la noche a la mañana.
- Hemos aprendido que lo que más daño puede
hacerle a nuestro corazón es sentir odio y que lo mejor que podemos hacer para
no llenarnos de ese veneno es rezar con cariño por quien no nos cae bien.
- Hemos aprendido que tenemos unos jóvenes
únicos en el mundo, que han sufrido y madurado mucho, que son geniales,
creativos, comunicativos, solidarios y que están participando en la sociedad
como nunca antes en nuestra historia.
Una juventud que tiene muchos sueños, esperanza y ganas de seguir adelante.
- Hemos aprendido que si nos rendimos o
"tiramos la toalla" esos jóvenes podrían hacerlo también.
- Hemos aprendido que tenemos muchos hermanos
"de espíritu" y "de patria", en todos los rincones de
Venezuela y del mundo entero. Hermanos que se alegran con nuestras alegrías,
que sufren con nuestro dolor, que nos acompañan con oración y lucha, y nos
transmiten ánimo. A ustedes ¡Muchas
gracias!
- Hemos aprendido a levantarnos rápido de
nuestras pérdidas y duelos. No le damos mucho espacio a la depresión porque
aquí tenemos tanto trabajo por hacer que no nos podemos dar ese lujo.
- Hemos aprendido a ponernos en los zapatos
de los demás y por eso entendemos las decisiones de quienes no piensan como
nosotros; y hemos entendido que: "La solidaridad como actitud de fondo
implica, en las decisiones económicas, sentir la pobreza ajena como propia,
hacer carne de uno mismo la miseria de los marginados y, a la vista de ello,
actuar con rigurosa coherencia. No se trata sólo de la profesión de buenas
intenciones sino también de la decidida voluntad de buscar soluciones eficaces
en el plano técnico de la economía, con la clarividencia que da el amor y la
creatividad que brota de la solidaridad". (Juan Pablo II, L'Osservatore
Romano, 12.IV.1987).
- Hemos aprendido que la prioridad esencial
en este país se llama Educación en Valores.
- Hemos aprendido lo que significa
arrodillarse, no frente a un hombre o dinero, sino frente a Dios, porque
sabemos humildemente que sin Su ayuda no podemos nada.
- Hemos aprendido a ser personas de paz y a
resolver nuestras diferencias en paz; a pesar del odio que se ha querido
sembrar, de los pronósticos de algunos que anunciaban bla, bla, bla. Y que como
nunca en la vida tantos venezolanos, en todos los rincones del país y del mundo
entero, han rezado y rezan diariamente por la paz en nuestra nación. Gracias a esas oraciones, Dios y la Virgen
nos han protegido (y protegerán siempre) de una "supuesta guerra"
entre hermanos.
- Hemos aprendido que somos muchos quienes
estamos dispuestos a seguir rezando, luchando y sembrando sin descanso,
conscientes que a lo mejor el fruto del esfuerzo no lo veamos aquí en la
tierra.
- Hemos aprendido que tenemos que luchar por
ser mejores personas cada día y que las cosas hay que hacerlas limpias,
honestamente y de cara a los hombres y a Dios; porque si no tarde o temprano
pagamos las consecuencias.
- Hemos aprendido que no hay cosa más grande
en el mundo que luchar por lo que uno quiere. Que no importa sacrificar nuestra
"calidad de vida", ni nuestra propia vida. Que no importa vivir sin
descansar por muchos años, o hasta que estemos enterrados. Que la satisfacción
que da el luchar por el futuro de los hijos y de los nietos de nuestra patria
¡No tiene precio!
- Hemos aprendido que nos toca animar y
apoyar a tantos niños y jóvenes que sueñan con un mejor país que el que les
dejaron sus anteriores generaciones. Y que como somos parte de esa generación
anterior, que dejó de hacer muchas cosas necesarias en su momento, tenemos un
compromiso grande de seguir trabajando, hasta el final, "exprimiéndonos
como un limón".
Y lo más importante es que hemos aprendido a
tener mucha fe y mucha esperanza. Esa
esperanza que nos da la fortaleza necesaria para seguir adelante, apoyada en
mucha oración y mucho trabajo.
¡Y que disfrutaremos, alegres y unidos, esa
dura lucha que nos conducirá a descubrir en su máximo esplendor lo que puede
llegar a ser esta nación: un ejemplo de país unido que rezó y luchó, sin
descanso, para dar progreso, paz y justicia a todos los habitantes de nuestra
amada patria Venezuela!
mariadenissecapriles@gmail.com
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