viernes, 19 de octubre de 2012

EDUARDO J. BARRIOS P., ¡NO FUE UNA ELECCIÓN CUALQUIERA!

Como una gran cantidad de venezolanos, ejercí mi derecho a elegir al Presidente de los venezolanos. Mi candidato no ganó, me envolvió el desconsuelo, me sentí mallugado, me dolió hasta la cédula, me caí del autobús del progreso. Con voluntad me vuelvo a erguir para seguir luchando por los principios democráticos y socialcristianos, que aspiro para mi patria.

Llegué el día 7-O al centro de votación bien temprano, hice la fila correspondiente e ingrese al mismo para ejercer mi derecho y deber. Los venezolanos ese día estrenamos un nuevo sistema de votación: "Sistema Automatizado Integrado - Máquina de Votación (SAI - MV)", llegué a la estación número uno, vi seis máquinas laptops y a sus operadores, estas con módems inalámbricos para conexión a internet. Mientras el miembro de mesa revisaba mi cedula de identidad y por escrito me indicaba en cual mesa me tocaba sufragar, le pregunté ¿adónde envían la información las laptops? Me respondió, "al CNE". Internamente me decía, en ninguna parte del manual del SAI leí o vi, que estas máquinas tuvieran estos accesorios.

Como todos en el país y en muchas partes del mundo, seguí minuto a minuto las incidencias de tan importante evento. Los mensajes de texto, llamadas telefónicas y correos electrónicos, sembraban esperanzas de que el candidato Capriles aventajaba al candidato oficialista por aproximadamente tres porciento de los votos y que se contemplaba dentro de un margen de error, lo cual pudiera indicar que las votaciones eran muy cerradas. Los índices que se conocían, eran tomados a pie de urna, lo que se conoce como Exit Poll. Aunque esta medición no es precisa, dan una idea de las preferencias de los electores.

A partir de las siete de la noche, hora escogida para empezar a emitir el Conteo Rápido, Quick Count, de los centros de votación, la información recibida de los mismos que habían cerrado y transmitido el acta al CNE, comenzaron a mostrar otra realidad, Capriles perdía por una gran diferencia de votos.

Pasadas las diez de la noche, la Presidenta del CNE emitió el primer boletín oficial, el Presidente actual era reelegido para un tercer mandato. Quizás 30 minutos después, el candidato Capriles se dirigió al país reconociendo el triunfo del oponente. Posiblemente muchos esperábamos de él, observaciones puntuales de la manera como se desarrolló la campaña electoral y el mismo proceso del día 7 de octubre. ¿Qué pasó allí?

El día lunes ocho, Venezuela amaneció triste y silenciosa, las preguntas sin respuestas eran el pan del día. La matriz de opinión de que hubo un gran fraude tomó cuerpo, algo muy difícil de comprobar. Voceros del comando Venezuela aparecían en los medios televisivos explicando y prometiendo que las actas obtenidas en los centros de votación serían sometidas a una auditoría y dados a conocer sus resultados. A la fecha esa promesa no ha sido cumplida. ¿Qué esperan?

¿Hubo fraude en Venezuela? Las elecciones no fueron limpias, fueron elecciones no transparentes. Tenemos un excelente sistema de votación que contabiliza el voto electrónico y emite una papeleta impresa con el resultado de su selección. Se acerca al principio de un elector un voto. Pero un organismo electoral con miembros directivos parcializados, tiende un manto de duda en este sin igual proceso tecnológico o en cualquier otro proceso, así sea éste, manual.

¿En qué elementos me baso para señalar la falta de transparencia ocurrida en la reciente elección presidencial en Venezuela, adicional a lo que ya conocemos?: el CNE no es equilibrado y está conformado por una mayoría de activistas del partido de gobierno; El CNE no ha querido corregir la data electoral que tanto los partidos como organizaciones civiles le han solicitado. Estos pedimentos se refieren a doble cedulados, no entregar a los partidos políticos la data electoral es una irregularidad; Hay un desequilibrio en la cantidad de miembros de mesa, el partido de gobierno, el PSUV tuvo más representantes en los centros de votación que los representantes de los partidos de la oposición; El abuso del candidato a la reelección, que confundía la magnesia con la gimnasia, horas encadenado a los medios públicos y privados, y los medios del estado, que se convirtieron en promotores del partido oficialista y de campaña del aspirante.

A medida que transcurría la jornada electoral, las denuncias de irregularidades se multiplicaban en el país: Máquinas que no funcionaron en una de las mesas en algún centro electoral, centros que no se instalaron a la hora convenida, etc. etc. Los correos electrónicos, los mensajes de texto, las llamadas telefónicas de familiares y amigos, me mantenían informado de lo que sucedía en Caracas y en diferentes regiones del país. La queja que abundaba era la de que a fulanito lo fueron a buscar a su casa porque no había salido a votar. La maquinaria roja había entrado en acción. ¿Cómo sabían ellos quienes había o no votado? Leí un correo en internet que denunciaba que oficiales de alto rango ingresaban a los centros de votación y trataban de averiguar quiénes faltaban por votar. Leía esas denuncias y el dispositivo inalámbrico de conexión a internet y supuestamente al CNE, me vino a la mente, me indujo a especular: ¿esos módems inalámbricos de banda ancha solo envían información de quienes se presentan a votar solo al CNE?

En las afueras de los centros de votación, estaban los electores vigilados por comisarios del régimen, que mantenían contacto con operadores indicando que sucedía en cada uno de ellos. El operativo de la maquinaria oficialista era preciso, como una operación militar excelentemente diseñada, perder esta elección era algo que no se podían permitir. El pueblo supuestamente oficialista, fue coaccionado a votar en contra de su voluntad y en muchas partes, alguien lo estuvo acompañando, para muestra este botón:  http://oglobo.globo.com/mundo/como-se-vota-na-venezuela-6361244 Después de ver este video, las dudas me asaltaron nuevamente y me pregunté, ¿el Comando Venezuela no nos aseguró que tendríamos cubiertas todas las mesas?

Es fácil afirmar que las elecciones en Venezuela son tramposas porque se realizan a punta de billetes de los venezolanos y que el Gobierno los utiliza a discreción, para su beneficio. ¿Cuánto le costó al país la relección de Chávez? No lo sabremos. Son cuentas secretas, pero el gobierno en los últimos 15 días del cierre de campaña, repartió bonos y viviendas equipadas como nunca, igualmente, es vox populi, la entrega de tarjetas de crédito con saldo de hasta 9.000,00 Bs. de tiendas Bicentenario en una plataforma falsa con tarjetas de crédito y que nunca las van cobrar a sus tarjetahabientes. Igualmente, créditos millonarios a empleados públicos con bajos intereses descontados por nomina. En la provincia, el dinero se repartió a manos llenas.

¡Por ahora! Venezuela se enfrenta a un futuro incierto, durante catorce años se montó un tinglado comunista que a partir del 10 de enero de 2013, terminará por acorralar al sector privado y por implantar la propiedad colectiva, entre otras estructuras. Seis años más de ineficacia, entreguismo y pobreza, o posiblemente menos. El futuro pudiera cambiar.

Como para que no se nos olvide, el 16 de diciembre nos toca elegir a Gobernadores y Alcaldes. La democracia, para quienes creen en ella y la practican, significa insistir e insistir en la expresión popular, aun sobre el miedo y el abuso. El VOTO es la bala silenciosa que derroca a tiranos.

eduardojbarriosp@gmail.com
@eduardobarriosp

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