Muchas reacciones. Muchos análisis.
Muchos sentimientos encontrados. Mucha tristeza. Es lo que vivimos el lunes 8
de Octubre. Buscamos al liderazgo opositor y no lo encontramos. Ni siquiera los
vimos exigir explicaciones por los atropellos a nuestros Derechos Humanos
cometidos el 7-O, que no necesitan de esas pruebas que están exigiendo porque
todos nosotros vivimos ese día. Pero si los vimos pedirnos ir a otro proceso
electoral el próximo diciembre.
Los venezolanos estamos viviendo la
paradoja del voto. Si votamos sin condiciones y con este sistema automatizado,
existirá una altísima probabilidad que el CNE y el gobierno manipulen los
resultados. Si no votamos, los dejaremos solos para hacer lo que les plazca.
Difícil decisión.
Quiero establecer aquí, antes que
nada, que NO SOY ABSTENCIONISTA. Creo en la vía del voto como único mecanismo
en democracia para cambiar los gobiernos. Si desistimos de esa vía, no seremos
mejores que quienes nos han robado las elecciones y han debilitado esa
institución al punto de hacernos dudar de ella.
La vía del voto es la respuesta. Pero
¿cómo seguir en ella si quienes tienen la responsabilidad de preservar y
defender esa institución se han encargado de desacreditarla y dejarla morir
ante los ojos de los ciudadanos? Lo que vimos el 7-O es una muestra de ello.
Y no solo el gobierno sino la
oposición. Los atropellos al elector en todos los centros fueron de tal
magnitud que nadie se cree que esos sean los resultados. El solo hecho que no
se nos haya dejado votar con igualdad de condiciones en TODAS las mesas de los
centros constituye una violación abierta a nuestros Derechos Humanos.
A estas alturas, el problema se
encuentra no solo en que haya un sistema electoral fraudulento que hay que
cambiar, sino en la dirigencia política opositora que lo legitima en cada
elección. Estamos en un verdadero problema aquí. Si votamos, los legitimamos, y
si no votamos les dejamos el campo libre como en el 2005.
Mi respuesta a este dilema es VOTAR,
pero al mismo tiempo iniciar una intensa campaña desde todos los sectores de la
Sociedad Civil para cambiar el sistema electoral, comenzando por exigir una
completa auditoría al Registro Electoral y la Verificación Ciudadana en todas
las mesas antes de emprender cualquier otra elección.
Por supuesto el gobierno y el CNE se
negarán a esa petición de la sociedad. Solo la presión ciudadana de la sociedad
civil logrará eso. Pero no será una conquista fácil. Ghandi logró boicotear con
la huelga de la sal en la India de 1930, el monopolio que tenía el Imperio
Británico sobre ese importante elemento de la vida de los ciudadanos, haciendo
que la gente dejara de pagar por la sal y la fabricaran ellos mismos del mar,
contraviniendo sus leyes. Eso costo miles de presos y violaciones de derechos
hasta que los ingleses entendieron que no habían cárceles suficientes para
encerrar a millones de indios resueltos.
Ya es hora de que comencemos a pensar
proactivamente y dejar de llorar porque nos quitaron las elecciones como el
caramelo de un niño. Y esta lucha tiene dos aspectos: a) Convencer al liderazgo
opositor de buena voluntad que no podemos seguir por el camino de elecciones
automatizadas en la mesa electoral, so pena de seguir perdiendo elecciones
fraudulentamente y b) presionar al gobierno y su ministerio de elecciones para
que cambie el sistema electoral. Podemos pensar, como los ciudadanos de la
India de 1930, cuales acciones no-violentas se podrían desarrollar para
conseguirlo, tenemos tiempo ahora. Esa lucha desde la sociedad civil, sumada a
un liderazgo opositor consciente tiene que dar resultados.
Muchos podrían decir que en dictadura
no se cambian las reglas y que Chávez se reelegirá por siempre con este
sistema. Puede ser. Pero no se debe caer sin intentarlo. Prefiero mil veces
meter el voto y pelear porque no se lo roben aunque terminen haciéndolo, que no
intentar nada. Prefiero enfrentarme en los centros contra del gobierno para que
se hagan las Verificaciones Ciudadanas de Ley que se nos negaron en este
proceso que quedarme en mi casa dejando que nos roben sin pelear.
Y respondiendo a aquellos que dicen que deseo elecciones manuales, si las quiero. Es más, las exijo. Tengo el derecho de votar como los mexicanos que cuentan todos sus votos en cada mesa, verifican con los testigos y luego introducen las Actas manuales en una computadora y las ponen a disposición inmediata de todo el que la quiera ver por Internet a minutos de cerrar la mesa. Y cuando cierra la última mesa ya todo el mundo sabe quien gano sin que aparezca una Tibisay Lucena sorprendiéndolos con un resultado chimbo. Tengo derecho a pedir eso.
Esto funciona muy bien teniendo solo
Ciudad de México más habitantes que toda Venezuela junta. Y los ciudadanos van
viendo los resultados segundo a segundo por Internet en la página del Instituto
Federal de Elecciones-IFE. ¿No creen que tengamos derecho a eso? ¿No creen
ustedes que este sistema es mejor que el que nos han vendido como “el mejor del
mundo”?
En las Elecciones Presidenciales de
Venezuela de Octubre de 2012, el CNE ni siquiera tuvo que matar el voto con el
Acta porque ya el voto había muerto mucho antes de estar dentro de la urna
electoral. No nos dejaron votar. No nos dejaron cerrar las mesas. No nos
dejaron hacer las auditorias. No nos dejaron hacer la Verificación Ciudadana. Y
no fueron hechos aislados. Fue algo orquestado y deliberado. Pero lo que más me
entristeció de todo esto fue que no hubo liderazgo opositor para reclamar eso.
Si los políticos profesionales de la
oposición siguen tercamente insistiendo que no hubo irregularidades ni fraude,
se estarán comportando como los alcohólicos y consecuentemente deberemos
tratarlos de la misma manera. Primero debes reconocer que tienes un problema
para entonces solucionarlo.
Ellos DEBEN pararse como hacen los
Doble A ante el auditorio de Venezuela y decir, soy fulano de tal, soy
alcohólico y necesito ayuda. Solo se esa manera pueden comenzar el proceso de
desintoxicación. Negando que el gobierno trampeo las elecciones para quedarse
no hará que se movilicen a favor de un proceso equilibrado y justo.
Y nuestra tarea de ahora en adelante
será conseguir a esos “alcohólicos” y convencerlos de que tienen un problema
para luchar juntos y resolverlo. De nada les sirve criticarnos y acusarnos de
abstencionistas o radicales cuando tienen ahora a toda Venezuela exigiéndoles
que se desintoxiquen.
Al CNE que indica que nosotros tenemos que probar el
fraude que ocurrió, son ellos los que tienen que demostrar que esas elecciones
fueron limpias luego de todas las violaciones a los derechos de los electores.
¿Qué los efectivos del Plan Republica no dejaban pasar a los electores si no
tenían un “papelito” de la estación de verificación en línea con el CNE, desde
tempranas horas de la mañana? Yo mismo puedo declarar eso en un tribunal y los
Observadores también.
Rectores del CNE, ustedes avalaron
estos procedimientos fraudulentos en las Elecciones Presidenciales del 2012,
violaron la Constitución al aprobar la modificación del Reglamento Electoral a
sabiendas que éste no podía ser modificado “en forma alguna” dentro de los 6
meses previos a la elección, contraviniendo de manera flagrante el Art. 298 de
la Constitución de 1999. Ustedes mataron el voto antes de ir al proceso
electoral. Al regreso del Estado de Derecho ustedes deberán responder por ese
crimen.
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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