Nos
encontramos ante un gobierno “proyectista”, no porque formule y ejecute muchos
proyectos sino porque en cada situación utiliza el mecanismo sicoanalítico de
la proyección, consistente en atribuir a los demás sus propias carencias,
errores y perversiones.
Imagen tomada de Gestalt Sin Fronteras. Autor Luis Fernando Martínez Gómez. |
En estos días la proyección se ha puesto de manifiesto
con gran escándalo, cuando diversos políticos bajo contrato gubernamental se
han dado a la tarea de arrojar sobre el candidato de la Unidad supuestas
intenciones de aplicar un “paquetazo económico neoliberal”. Cuando promueve
esto, el gobierno saliente no hace sino poner en cabeza del adversario sus
propios terrores nocturnos de que la situación económica y financiera a la que
ha conducido al país lo obligaría, en caso de ganar las elecciones, a aplicar
un nuevo ajuste económico que afectaría severamente a la población. Tal como ya
lo hizo en febrero de 2003 y diciembre de 2010.
El
Saliente sabe que la cuerda del gasto indiscriminado y desordenado, el
endeudamiento galopante, la emisión de bonos denominados en dólares y pagaderos
en bolívares, las importaciones masivas, el desmantelamiento del aparato
productivo endógeno… toda esa política encaminada a producir la sensación de
bienestar y abundancia con fines únicamente electorales, lo conducen a una devaluación
considerable de la moneda, aplicación de nuevos impuestos, incrementos en los
precios, depauperación del salario, en fin, a un tercer ajuste económico en 10
años, esta vez con dolorosas consecuencias para los venezolanos, en particular
los más pobres. De resultar reelecto Chávez, Venezuela tiene pintada en la
frente esa perspectiva; él, sus ministros y asesores exógenos lo saben.
Por
el contrario, el triunfo de Capriles Radonski es la única garantía de que el
país no tenga que pasar nuevamente por el lamentable trance antes descrito.
Porque la aplicación de su programa económico –fundado en la ejecución de un
estructurado plan de recuperación de la infraestructura física nacional,
garantías a la propiedad privada, ejecución de proyectos conjuntos entre el
Estado y el sector privado, seguridad jurídica, freno a la regaladera de
nuestras divisas a otros países- producirán una inmediata y creciente
recuperación de todas las variables positivas de las finanzas públicas y
particulares: incremento masivo de la inversión nacional y extranjera, retorno
de capitales fugados durantes estos desastrosos 14 años, incremento de la
producción y el empleo, firma de contratos colectivos de los trabajadores
públicos, pago efectivo de los pasivos laborales con estos servidores, etc.
En
resumen, como suele ocurrir en todas las situaciones de proyección
sicoanalítica, quien acusa es el culpable de las malas acciones, pensamientos o
intenciones. Mientras la impensable reelección de El Saliente nos llevaría sin
remedio hacia un “paquetazo neoliberal”, sólo Capriles nos salvará de esa nueva
catástrofe. Menos mal que el 7-O ocurrirá esto último, no tengamos dudas.
turgelles2@gmail.com
@TUrgelles
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