El término
“Corralito” como se conoce en cuanto a materia financiera se refiere, fue
acuñado a las medidas adoptadas por el gobierno argentino de Fernando de la Rúa en diciembre del 2001
para hacerle frente al conflicto de la
nación austral. De la Rúa afrontó la dificultad heredada con la esperanza de
reconducir la vida argentina y para ello
tomó rigurosas normas congelando la libre disponibilidad de cualquier instrumento bancario. Al año siguiente
se suspendió la sanción; los argentinos
recobraron sus depósitos. Tan
impopular orden que tantas protestas suscitaron trajo buenas
nuevas y una mala; Fernando de La Rúa acosado por la rigurosidad de la
imposición renunció a la presidencia gaucha.
Países de habla
hispana luego incorporaron esta dicción al acontecer común; Venezuela no
fue la excepción. El gobierno de Hugo
Chávez decidió el cierre de treinta y
tres Casas de Bolsas y sociedades financieras como una forma de controlar la
comercialización de títulos valores, actividad
que en Venezuela está normada.
Anuncia para ello haber incurrido sus directivos en supuestos delitos
que llevaron a una buena cifra de estos
a las cárceles del país sin que hasta los momentos tribunal alguno los haya condenado, así como
tampoco el Ministerio Público presentado
pruebas que ameriten el inicio, en la mayoría de los casos, de los juicios
respectivos. Han expropiado indebidamente
bancos, cerrado casas de títulos valores y sociedades financieras; solicitados docenas
de ejecutivos para conocer si operaban al margen de la ley ,
hacían ellos blanqueo de dólares o se
limitaban a trabajar el mercado paralelo
o permuta de divisas. La estrecha relación del mandatario Chávez con
la pareja presidencial Kirchner de
Argentina identificó la saga bursátil con la crisis del cono sur
y la llamó el hombre de a pié “El Corralito Venezolano”.
Denuncias formuladas
por sectores independientes y especialistas en materia fiscal han indicado el
peligro que para el país representa la
escalada de la deuda pública nacional e internacional. Por igual los aprietos en los cuales está sometido el erario público
ante la drástica caída en la producción agropecuaria como
consecuencia de la política gubernamental dirigida hacia el sector privado de
los recursos.
Por las anteriores
razones expuestas estos consideran que
la apertura de cuentas bancarias en monedas extranjeras con
instituciones nacionales
mediante el convenio número 20 establecido con el Banco Central de Venezuela aparecido en
Gaceta Oficial 39.968 del 19 de julio
del 2012 bien pudiera ser el principio
de un nuevo aprieto que puede
acontecer. Con todos los recursos contabilizados, intervendrían las
organizaciones de crédito para echarle
mano a los ahorros como de la misma
manera reservas de empresas para palear la situación sin ser afectada las cuentas nacionales internacionales del estado. Conforme expresa el economista Rómulo Lander
Hoffmann se está planificando una nueva
reconducción del que hacer monetario” El gobierno esperará que
los cuentabientes le tomen confianza a esta modalidad para una vez
engrosado el número aspirado de los
mismos proceder a congelar sus
dineros bajo riguroso reducción
individual y general con fines políticos“.
Para el ex presidente
de Federación de Cámaras y Entes de Producción en Venezuela –
Fedecámaras-, Carlos Fernández, esta
apertura obedece a razones coyunturales con un lamentable final : “El gobierno asume esta disposición para suavizar
el discurso en momentos electorales y así
intentar ganar adeptos a la intención de ser Hugo Chávez Frías reelecto. Posteriormente esas cuentas
serán congeladas”.
Hace escasas horas el ente emisor venezolano según Gaceta Oficial número 40.002 del 7 de septiembre estableció normativas mediante las cuales regirán las cuentas en moneda extranjera dentro del
sistema financiero nacional. En su resolución Nº 12-09-01 implanta que los bancos universales, autorizados por
el BCV para abrir cuentas en divisas no podrán limitar sus aperturas a cantidades mínimas. En su aparte
10 prohíbe la emisión de
chequeras con cargo a enumeraciones de de metálico foráneo como al igual operar transferencias entre
cuentacorrentistas con saldos en símbolos extra nación.
El círculo se
estrecha a la premisa adoptada con
normativas posteriores al convenio número 20. Así continuará el proceso hasta
meternos a todos en apretada vía
mediante persecución, penurias y limitantes para lograr nuestra sumisión. Una
nueva etapa está por llegar para conseguir el buscado fin, bajo el
numeral 12-09-01; el corralito venezolano II.
manuelcorao@yahoo.com
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