miércoles, 22 de agosto de 2012

MARÍA DENISSE FANIANOS DE CAPRILES , ¿REZAR PARA GANAR?

A pesar que en las pasadas olimpíadas de Londres el Comité Olímpico Internacional puso en su lista de  exigencias a los atletas la prohibición expresa que ningún material impreso o libro de carácter religioso podía ser introducido en la villa olímpica y en los estadios, no pudieron esconder al mundo entero la fe de algunos atletas que allí compitieron.  El COI pensó que con una lista de prohibiciones iban a esconder las manifestaciones de fe. Pareciera que no se han dado cuenta que a medida que avanzamos en el siglo XXI, y que el secularismo quiere adueñarse del mundo, cada día más personas dan valientes muestras de fe pública. Para muestra les dejo varios ejemplos:
El católico jamaiquino Usain Bolt (quien llevaba colgada en su franela una medalla de la virgen) luego de ganar su carrera de 200 mts, y convertirse en el primer atleta que repite el doblete olímpico en los 100 y 200 mts, se arrodilló (en plena pista) a darle gracias a Dios. Las cámaras de la BBC de Londres voltearon inmediatamente hacia el público, para que los televidentes no se dieran cuenta. Luego él escribió en su twitter, a más de un millón y medio de seguidores: "quiero agradecer a Dios todo lo que me ha dado porque sin Él este triunfo no hubiera sido posible".
La atleta etíope Meseret Defar protagonizó uno de los momentos más emotivos cuando al cruzar la meta en la final femenina de los 5.000 metros planos y ganarse la medalla de oro, sacó de su pecho una imagen de la Virgen María, la mostró a las cámaras y se la puso en el rostro en un momento de intensa oración.  Defar, encomendó su carrera a Dios con una señal de la cruz  y venció a su compatriota y tradicional rival Tirunesh Dibaba, quien llegó como favorita de la prueba. Con lágrimas de emoción, Defar mostró al mundo la imagen de la Virgen con el Niño Jesús en brazos que la acompañó en todo el recorrido.
El latino estadounidense Leonel Manzano ganó, después de 44 años, una medalla olímpica para Estados Unidos en la prueba de 1.500 metros planos. Manzano, nacido en México y criado en Estados Unidos, llamó la atención de la prensa primero por su baja estatura (mide 1.65 metros)  con respecto a sus rivales y luego por su inusual forma de persignarse y rezar antes de la prueba. Durante la carrera se mantuvo en un discreto penúltimo lugar y cuando la suerte parecía echada, arremetió en los últimos 200 metros para conquistar la medalla de plata ante la sorpresa de todos. Según explicó la cadena ESPN, tras cruzar la meta Manzano se postró en la pista a rezar y dar gracias a Dios por el fruto de sus sacrificios y los largos períodos que pasa lejos de su hogar en Austin debido a los entrenamientos y competencias. Cuando está en Austin, Leonel asiste a Misa en la parroquia San Ignacio Mártir. El párroco de ahí, el padre Bill Wack, señaló que la comunidad católica local "está orgullosa de Leonel, no solo porque ha ganado una medalla, sino también porque habla sobre su fe y le da gracias a Dios por sus logros". En declaraciones al diario estadounidense USA Today, Manzano señaló que "sentí como si fuera el puesto 10 u 11. Sabía que estaba atrás. Solo seguí rezando, diciendo Padre Celestial, ayúdame. Empújame. Dame la fuerza para seguir'". "Mi fuerza siempre ha estado ahí. Desde que tenía tal vez 12 años, he tenido este importante don de parte de Dios. Supongo que a veces esto ha sido pasado por alto", señaló.
Por otra parte el equipo femenino de voleibol brasilero, junto a todo el comando técnico, se unió de rodillas en la cancha para pronunciar un emocionante "Padre Nuestro" como agradecimiento por su victoria en la final. Con este triunfo el equipo brasileño logró su segunda medalla de oro consecutiva, al vencer por 3 sets a 1 a su similar de Estados Unidos. Es la segunda vez que el entrenador José Roberto Guimarães logra el título olímpico con esta selección, ya había logrado el campeonato en 1992 con el equipo masculino. En esa oportunidad, y en agradecimiento a Dios, había prometido recorrer el Camino de Santiago en España. Guimarães agradeció a Dios y a su familia: "mi esposa estuvo rezando en la iglesia  durante tres horas. Y ahora me toca hacer el Camino de Santiago de nuevo con ella. Recé mucho, nunca recé tanto en mi vida. Nunca pedí tanto. Tengo ahora que cumplir mi promesa", dijo el entrenador al portal de noticias IG. El entrenador afirmó en conferencia de prensa, que le "gustaría ser un gran escritor para narrar una historia linda como esta, pero no tengo la capacidad, creo que solo un escritor grande podría escribir esta historia: ese fue Dios".
Ojalá salga rápido un gran escritor, a quien no le dé pena hablar de la Fe y de Dios, y escriba esa maravillosa historia de Rezar para Ganar.  Estoy segura que será un gran best-seller.
mariadenissecapriles@gmail.com
@VzlaEntrelineas

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