martes, 5 de junio de 2012

ARGELIA RÍOS, REVOLUCIONAR A LA REVOLUCIÓN

Perder el tiempo atacando lo que el pueblo le agradece al comandante-presidente, sólo contribuye a ensanchar la brecha entre los sectores populares y quienes aspiran a conquistar su confianza y sus simpatías. Para coronar el triunfo electoral, la oposición está forzada a admitir lo que es del César

Claro que se puede gobernar mejor! ¡Claro que es posible superar el desempeño del chavismo¡ A esto se circunscribe la desafiante tarea de Capriles y de todo el elenco de la llamada "alternativa democrática": convencer al país de que todo cuanto ha conseguido en estos casi catorce años es apenas una antesala del progreso que merece. Lo primero que deben comprender los venezolanos es que nada de lo que le ha sido otorgado se acerca siquiera a lo que merece y a lo que un Estado responsable está en capacidad de otorgarle.

En las circunstancias en que Venezuela avanza hacia la medición presidencial, poca utilidad tienen las proclamas que desestiman la gestión social del gobierno bolivariano. Sobran los testimonios acerca de las valoraciones positivas que sus iniciativas poseen en la opinión pública. Perder el tiempo atacando lo que el pueblo le agradece al comandante-presidente, sólo contribuye a ensanchar la brecha entre los sectores populares y quienes aspiran a conquistar su confianza y sus simpatías.

Para coronar el triunfo electoral, la oposición está forzada a admitir lo que es del César. Todas sus voces tienen que brindarle seguridad al pueblo con el que necesita conectarse. Las cosas no están para desgañitarse contra el populismo. Superar la oferta que "el proceso" plantea, pasa por darle credibilidad a su compromiso de multiplicar los dividendos del reparto que la revolución le ha garantizado a la gente de a pie. No hay cabida en este momento para una formulación ideológica diferente, porque un nuevo sistema de valores se ha plantado para obstaculizar cualquier propuesta de cambio. Un dato duro -y no menos sorprendente de las encuestas de opinión pública- es el reconocido deseo de una amplia mayoría de venezolanos -entre los cuales se cuenta un sector nada despreciable identificado con la oposición- de que el país se mantenga por el rumbo en que lo ha conducido Chávez.

Colocada ante un país cuyos más variados estratos han comprado la promesa redistributiva de Chávez, la alternativa democrática no puede sino exhibirse como una opción casada con su optimización. Los ciudadanos deben ser persuadidos de que "el proceso" ya ha llegado a su punto de rendimiento decreciente: deben ser seducidos con la idea de que la revolución arrastra los pies y de que sufre los achaques propios del envejecimiento. La única "oferta superior" posible en este complejo contexto venezolano, es hacerle entender a la gente que el hecho de que Chávez haya impuesto la pobreza en la agenda de prioridades del país, no significa que sea él, necesariamente, quien esté en capacidad de resolver los problemas que aquejan a los más desvalidos. Revolucionar a la revolución: no hay otra forma... por ahora.

Argelia.rios@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

1 comentario:

  1. Como siempre, la agudeza de Argelia en interpretar la realidad de nuestro pais se pone de manifiesto. Escuchemosle y procedamos acorde.

    ResponderEliminar

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.