jueves, 12 de abril de 2012

DEMETRIO BOERSNER / SOCIALISMOS EXISTENTES E INEXISTENTES

Quienes anhelamos participar de modo práctico en la lucha por una Venezuela libre y justa, y nos ubicamos en el campo teórico socialdemócrata, basamos nuestras propuestas  en la percepción de realidades concretas, tales como el cambio climático, la crisis del capitalismo clásico y su reemplazo por modelos emergentes, el impacto de cambios técnicos y psicosociales en el ejercicio democrático, los reacomodos de la correlación de fuerzas estratégicas globales, el auge de neofascismos y amenazas terroristas, y nuestro propio drama de descomposición nacional.
Esporádicamente nos llegan las voces de una élite etérea (aunque no desinteresada) de estudiosos de teorías sociopolíticas “postmodernas” que, sin referencia a la “cochina realidad” en que todos nos debatimos, nos reprocha nuestra “banalidad” o “mediocridad” al basar nuestras propuestas en lo que realmente es, y no en lo que “debería” ser. Esa izquierda intelectual etérea quisiera que, en lugar de dar unos primeros pasos, siguiendo ejemplos reformistas de centroizquierda que han demostrado su eficacia en otros países, esperemos con los brazos cruzados a que ella nos suministre el modelo perfecto (engendrado en sus cerebros por una suerte de concepción inmaculada) de un socialismo postmoderno ideal,  ibre tanto de las lacras tiránicas del comunismo estalinista y post-estalinista como de las debilidades claudicantes que a veces caracterizaran a la socialdemocracia kautskiana, fabiana o bernsteiniana.
Sin embargo, tal “tercer tipo” de socialismo, desprovisto de fallas, jamás ha existido realmente, ni podrá existir salvo como producto de un proceso histórico de larga duración. Los únicos dos socialismos “realmente existentes” han sido y son hasta ahora el comunismo y la socialdemocracia. El primero fracasó históricamente cuando colapsó la Unión Soviética.  El otro –el socialismo democrático o socialdemocracia- ha tenido momentos gloriosos en las resistencias antifascistas y anticolonialistas, y notables éxitos en la construcción de una nueva sociedad, basada en una economía de mercado `pero orientada por los intereses y la voluntad democrática de los mayoritarios sectores laborales, populares y medios.  En Noruega,  Suecia y  otros países democráticos avanzados, construyeron Estados de Bienestar realmente post-capitalistas con elevados niveles de igualdad y calidad de vida.  En países en vías de desarrollo, ese modelo puede ser adaptado a las circunstancias de su etapa histórica.  En ambos casos, se puede avanzar, paso a paso, de la economía de mercado “capitalista” a una economía de mercado esencialmente “laborista” o socialmente democrática. Creemos que no existe otro camino. Su éxito depende de la amplitud y autenticidad de la democracia política que lo enmarque.
                                                                                                        demboers@gmail.comEL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

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