Según la encuesta de SIC el venezolano pobre “convive” con la inseguridad y le preocupa más el desempleo.
Contra la primera se defiende encuevándose en su rancho; esta información llama la atención al recordar el impacto que causan las noticias diarias de crímenes espectaculares. El tema del desempleo carece de dramatismo si se reduce a un dato estadístico y no se habla de los que no comen o comen mal.
Buen número de los venezolanos que opinan que si el país marcha mal votarán por el Presidente; lo acusan de no cumplir las promesas pero dicen que se preocupa más por ellos que otros mandatarios del pasado. En la cuarta república los encuestados se quejaban y anunciaban su intención de votar por candidatos de AD, Copei o Convergencia, nunca por uno de la extrema izquierda. Chávez representaría para la gente lo único que hay a mano.
Con razón los pobres desconfían en primer lugar de las policías, después de las juntas comunales, la oposición, Miraflores. No creen en nadie ni en nada, participan poco en las actividades comunitarias. 12% es chavista radical, 27% chavista moderado, 11% antichavista extremo y 16% moderado. Cerca de 19% es Ni-Ni.
Un total de 52% cree que el socialismo es el mejor sistema, 42% apuesta por el capitalismo. ¿Qué entenderán por socialismo o por capitalismo? Tampoco les gusta Cuba como modelo a seguir. El venezolano defiende su propiedad, lo cual no quiere decir que apoye Wall Street o al dueño del supermercado vecino. 37% no está satisfecho con la situación del país, contra 16% que sí lo está.
Para la clase C el principal problema es la inseguridad; para la E, el desempleo, en una proporción de 2 a 1. Dedicar tiempo y recursos a convencer a la clase C es una pérdida de tiempo, votará contra Chávez.
Habría que prometer volver a los pobres la preocupación nacional, fomentar 100.000 empresas en Venezuela, arreglar el tráfico para que un obrero no gaste 6 horas diarias en ir a su trabajo, iluminar las calles para que de noche trabaje; señalar la tragedia que fue para los obreros la estatización de la CVG y de las cementeras, hacer una lista estado por estado de los que están desempleados por culpa de decisiones de Chávez.
Chávez ha aprovechado su enfermedad mejor que la oposición. La pregunta es cómo atacarlo y a quién le toca esa tarea. Imaginemos qué habría pasado en Venezuela si una hija de Caldera se retrata, en exclusiva, con el cantante Bieber, en una demostración clara de los privilegios de los poderosos.
Ganará la oposición si despierta entusiasmo en un electorado de clase E, escéptico y cansado, entre los jóvenes pobres que ni se inscriben; hace falta ganar 7% más de votos de los pobres para derrotar a Chávez, y para lograr un tsunami electoral, aumentar mucho más la votación en la clase E.
Esto obliga a un lenguaje, unos temas, una aproximación distinta. Chávez nunca le ha hablado preferentemente a los electores de Altamira.
En las primarias no votará el mismo universo de electores que en octubre de 2012. Hay que ganarse el corazón de los pobres, una tarea similar a la que logró Chávez cuando convenció a los venezolanos en 1998 de que era el verdadero enemigo de AD y Copei. Poseía también un carisma similar al de Carlos Andrés Pérez, el político más parecido a Chávez.
No es fácil… pero tampoco imposible esta tarea. La misma clase media debería participar en esta cruzada para superar la pobreza.
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