jueves, 7 de julio de 2011

VÍCTOR RODRÍGUEZ C:. LA SUCESIÓN Y LA TRANSICIÓN

Un período posterior a Chávez, más cierto ahora para los fieles seguidores del líder, hace surgir además las razonables preocupaciones de tantos que han actuado fuera de la ley

No hay dudas acerca de la alteración que causa en el país, e incluso fuera, la enfermedad de Chávez, tratada con urgencia en La Habana, afortunadamente para él, sin necesidad de una autorización judicial ni de traslados con chalecos antibalas, como les ocurre a los olvidados presos políticos en Venezuela: los comisarios de la PM, Peña Esclusa y la jueza Afiuni, entre otros.

Una situación médica que será manipulada y aprovechada con astucia por Chávez, siguiendo el patrón del dictador cubano, Fidel Castro, quien a pesar de todo tuvo que dejar el poder y facilitar la "sucesión" en la isla. La relación de la enfermedad de Chávez con el "malvado imperialismo" no faltará, como lo hizo ver el lerdo y dependiente Evo Morales, en su última declaración sobre el tema, desde Buenos Aires.

Independientemente de la gravedad de la enfermedad y de su autenticidad, la ausencia de Chávez abre espacios importantes. Por una parte, se abre la "sucesión" oficialista, al estilo de las monarquías europeas. Por la otra, se asoma el cambio que favorece el orden y la democracia en el país, es decir, la estabilidad. A la vez, se confirma el inicio de un período de transición en el que las fuerzas políticas y sociales van a jugar un papel importante, especialmente los partidos de oposición que deberán presentar una propuesta electoral sólida, pero sobre todo creíble y atractiva que permita la mayor solidaridad a su alrededor y garantice el triunfo electoral en diciembre de 2012 o antes, si las circunstancias así lo exigen.

En las filas oficialistas, cada vez más disminuidas, pese a las manifestaciones públicas orquestadas que aparentan un clamor popular como las misas y reuniones montadas en iglesias y palacios, la sucesión crea problemas serios en el seno del PSUV y sus aliados.

Algunos se mantienen callados ante la incertidumbre sobre si Chávez regresa al país a ejercer sus funciones o si se mantendrá al margen del poder formal; e, incluso, si la salud le permitirá presentarse a las elecciones presidenciales.

Las indecisiones y el misterio complican las cosas y abren el apetito dentro de las filas oficialistas, sobre todo en quienes desde hace tiempo piensan en la posibilidad de un chavismo sin Chávez.

El estulto parte médico de Soto Rojas; las adulantes expresiones de amor del simplón Jaua y del poder militar representado por Rangel Silva; las sonrisas del sandio Izarra; las incitaciones y llamados al odio del hermano mayor, Adán, y las irresponsables y groseras declaraciones violatorias de la ética del momificado José Vicente Rangel, quien afirma que "Chávez volverá cuando le dé la gana", muestran la torpeza y la manipulación, las contradicciones y la insinceridad, pero sobre todo la pobreza de la dirigencia chavista.

Un período posterior a Chávez, más cierto ahora para los fieles seguidores del líder, hace surgir además las razonables preocupaciones de tantos que han actuado fuera de la ley y que temen con razón afrontar la justicia; de aquellos que han abusado del poder y causado daños irreparables a la vida y a la propiedad; de los que se han enriquecido descaradamente o quienes han destruido el Estado y despilfarrado los dineros del pueblo venezolano, Pdvsa, un ejemplo clarísimo.

Del lado de la oposición, evidentemente, la separación de Chávez de la Presidencia, aunque la ejerza ilegalmente desde La Habana, ante los ojos de todos, dentro y de la comparsa de beneficiarios fuera, con las consecuencias que de ello se derivan, tiene también importantes efectos. Los precandidatos saben que Chávez y su proyecto comunista serán derrotados en diciembre de 2012 o antes, y, con más razón, cualquier "sucesor" aunque goce del respaldo de un Chávez disminuido física y políticamente. El hermano Adán, incitador a revueltas públicas para defender lo indefendible, también sería derrotado. Si en Cuba Raúl, el hermano del dictador, fue declarado "sucesor" sin mayores problemas, en Venezuela la corona no goza de la misma fortaleza.

La transición se abrirá. El orden se impondrá. La justicia prevalecerá. La reconciliación se logrará, después.


vitoco98@hotmail.com

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