viernes, 11 de marzo de 2011

UN PAÍS HERIDO DE MUERTE. ENRIQUE PEREIRA

Turismo de aventura, al más puro estilo de un rally.

Nunca necesite de la invitación del gobierno para hacer turismo en Venezuela. A esta patria la he pateado por más de cuarenta años y puedo decir con orgullo que la conozco de punta a punta. No fue diferente este Carnaval, dónde el destino me movió hacia mi querido Apure.

Pasear Venezuela en estos días produce dolor del bueno. Desde que uno abandona Caracas y pasea al frente de las zonas industriales, antes florecientes, de Cua y Charallave, comienza a notar el daño severo que le han hecho al país las políticas equivocadas de un gobierno que no tiene la menor idea de cómo fomentar la actividad económica. 

Galpones abandonados, descuidados y muchos de ellos apenas intentando demostrar alguna actividad para no ser invadidos. Comercio informal a manos llenas en cualquier espacio libre. Uno entra a un negocio de Agropatria -antes Agroisleña- y siente el olor a quiebra en el ambiente. Tardaron poco en cambiarles en nombre, tardarán menos en destruir los que sus dueños construyeron con tesón y trabajo de décadas.
Una carretera nacional llena de vendedores de majarete y queso, que hacen interminable el tránsito vehicular por carretera. En el lugar menos pensado, un reductor de velocidad sirve de estación de trabajo para vender huevos de codorniz o una bolsa de mangos. Economía de subsistencia en la Venezuela que recibe cien dólares por cada barril de petróleo exportado.

Largas colas de vehículos en las estaciones de servicio que tienen gasolina, eso fue el jueves, no quiero imaginar que pasaría el sábado cuando aumentó el número de vehículos en carretera. Sorprende a los caraqueños esa falta de combustible, pero al preguntar a los locales, aprende uno rápido que eso no sólo sucede en temporada, con eso viven todos los días. Ramírez insiste en que nuestra industria petrolera se encuentra en las mejores condiciones al tiempo que maniobra para que los caraqueños no sintamos esta severa disminución del suministro de combustible, por las más variadas razones, que van desde una disminución de la producción, de la refinación y de la capacidad de las cooperativas para manejar una exitosa distribución. Tal vez quiera referirnos esto como una guerra al contrabando de extracción, en el medio del estado Guárico a cientos de kilómetros de cualquier frontera.

Basura, mucha más basura de la que podemos imaginar, ahora a los bordes de las carreteras, en las zonas cercanas a los pueblos, para demostrar un manejo indolente de los desechos que los pueblos producen. Da mucho dolor observarlo, pero produce más dolor ver esa basura al pie de una valla, con un sonriente presidente vendiendo socialismo.

Huecos y más huecos. Una infraestructura de carreteras que fue orgullo de este país, se nos viene abajo a pedazos. El tren no termina de aparecer.

Chávez tendrá que entregar en dos mil doce. Nada me hace pensar que lo hará mejor en los próximos 600 días, pero puedo percibir que seguirá empeorando lo que ya está mal. Los errores se pagan con votos, las mentiras también.  

@pereiralibre
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