domingo, 10 de octubre de 2010

JUSTO Y OPORTUNO RECONOCIMIENTO. OSWALDO ÁLVAREZ PAZ. DESDE EL PUENTE

Resisto la tentación de profundizar en el análisis de algunos de los gravísimos problemas que ocupan la atención de los venezolanos y de buena parte del mundo. Están referidos al terrorismo y las supuestas o reales conexiones entre la ETA y las FARC, las presuntas operaciones en territorio nuestro, la eventual complicidad o tolerancia del alto gobierno y las correspondientes investigaciones judiciales y policiales de España, Francia y Colombia en pleno desarrollo. Todo ello, y mucho más, vinculado a crecientes evidencias de las actuaciones del crimen organizado al servicio del narcotráfico, operando desde Venezuela hacia el mundo entero. Como no hay secretos eternos, todo se sabe. Las evidencias se multiplican y quienes deberían estar en la primera línea de la colaboración para establecer responsabilidades, guardan extraños silencios o hacen sospechosas declaraciones que incrementan las dudas antes que despejarlas.

Hoy queremos rendir tributo de respeto a Mario Vargas Llosa. Merecía el Nobel de literatura desde hace mucho tiempo. Lo conocí en Caracas en 1967, cuando recibió el premio Rómulo Gallegos por su novela La Casa Verde. Él tenía unos 30 años de edad y yo, con algo más de un año de graduado de abogado, era el Secretario General Nacional de la Juventud Demócrata Cristiana de Venezuela. Desde entonces hemos seguido de cerca todos sus pasos, incluidos los avatares de su lucha por la presidencia de Perú, en mala hora fallida, pero plena de lecciones para propios y extraños. He leído cuanto me ha sido posible de su extensa obra literaria, sus conferencias, ensayos y artículos periódicos. Vargas Llosa no ha sido un “hombre corcho”. Jamás ha pretendido flotar en todas las aguas. Ha sido un campeón de la libertad. Demócrata a carta cabal. Fiero adversario de cualquier expresión de tiranía, de autocracia totalitaria y, sin esguinces, ubicado en la acera de enfrente del comunismo a la cubana, de eso que ahora pretenden disimular con la cuartada del socialismo del siglo XXI.

Sin haber existido intimidad personal, me considero amigo agradecido. Ha sido solidario en algunos momentos de mi vida. Mencionaré sólo dos de ellos. Cuando fui candidato a la presidencia de Venezuela en 1993 y, más recientemente, en los días de la prisión a la que fui sometido por el régimen castro-chavista. Su palabra de apoyo fue un estímulo permanente para mantener la moral en alto y motivadora de corrientes de opinión internas y externas que desembocaron en mi liberación, así mantenga algunas absurdas restricciones judiciales para el ejercicio pleno de la libertad.

En esta nota queremos felicitar a Perú, su tierra natal y a España, país que le otorgó nacionalidad honorífica. Tanto la excepcional obra literaria como sus opiniones políticas, forman parte del patrimonio cultural que uno de los hijos grandes de esta Hispanoamérica nuestra le hace al mundo entero. Vale la pena estudiar esta vida útil.

oalvarezpaz@gmail.com Lunes, 11 de octubre de 2010

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EL IMPERIO SIN ENEMIGO ESTRATÉGICO. EL "MUNDO ÚNICO". LA FALSA GUERRA DE LA "IZQUIERDA" CONTRA LA "DERECHA". MANUEL FREYTAS. IAR NOTICIAS)

Cambian los escenarios, cambian los contenidos ideológicos, cambian los objetivos estratégicos, cambian las metodologías de lucha, pero la dinámica de los procesos y los actores son los mismos. La "izquierda" y la "derecha" ya no están en guerra permanente por la resolución de un orden internacional de bloques enfrentados como "sistemas " diferenciados (como en la guerra fría URSS-bloque occidental), sino que disputan por el control de los gobiernos del sistema capitalista vigente como "mundo único". En términos doctrinarios y estratégicos, la "nueva izquierda" ya no lucha contra la "derecha" para sustituir al Estado capitalista, sino que lucha para "socializar" el sistema capitalista desde adentro sin tocar sus estructuras históricas de dominio y de poder.

1) La vieja guerra

Ya no se trata de una guerra excluyente por la eliminación del contrario (izquierda comunista vs. derecha capitalista), sino de una competencia política para imponer proyectos alternativos dentro del mismo sistema.

Ni la izquierda es "revolucionaria" ni la derecha es "contrarrevolucionaria": Ambas son la expresión del mismo sistema capitalista sólo diferenciadas por el discurso.

Ya no se utiliza la calificación de "izquierda" entendida en los parámetros de la Guerra Fría entre el sistema capitalista y el sistema comunista, sino en los términos de "reformar" el sistema controlado por la "derecha".

De la misma manera se utilizan y califican las posiciones de izquierda (como expresión de "progresismo y democracia") contra la derecha (como expresión de "retrógrado y fascista"), en los términos de la inserción de ambas como alternativas dentro del mismo sistema.

En el marco internacional, se trata de un reposicionamiento de la "Guerra Fría", no ya entre dos sistemas opuestos (el capitalista y el comunista) sino entre potencias capitalistas que se disputan la hegemonía del poder mundial.

La antigua "Guerra Fría" de la URSS con EEUU (y el bloque aliado de naciones capitalistas) era principalmente por áreas de influencia militar y política: el sistema comunista vs. el sistema capitalista occidental.

Se trataba de una "guerra entre sistemas", económicos, políticos y militares, diferenciados que se disputaban el planeta dividido en áreas de influencia.

Como consecuencia irradiadora, en el mundo y en los cinco continentes confrontaban" dos sistemas": la "revolución socialista" por vías del poder armado, o del poder político (exportada por la URSS), y la "civilización capitalista de libre mercado" (exportada por EEUU y sus aliados).

El marco operativo y estratégico se definía por el objetivo buscado: La izquierda quería eliminar de raíz al sistema capitalista (o sea a la "derecha") de la propiedad privada y sustituirlo por otro sistema de reparto social igualitario y sin explotación del hombre por el hombre. Y la "derecha" quería lo contrario: destruir a la izquierda para preservar al sistema capitalista.

Esta guerra de "sistemas", de la "derecha", -el sistema- contra la "izquierda", -el antisistema- donde se enfrentaban los que querían el "hombre nuevo" de la revolución y los que defendían el statu quo del "hombre viejo" del sistema capitalista, experimentó un cambio cualitativo, un salto transformacional histórico, cuando el capitalismo terminó con el sistema socialista de la URSS en la década del 90.

Con la derrota y desaparición de la URSS (punto de referencia geopolítico y logístico de la "revolución socialista" y de sus movimientos armados) desaparece el sistema comunista, y el sistema capitalista occidental de "libre mercado" ingresa al nuevo "orden mundial" convertido en sistema hegemónico unipolar liderado por EEUU como potencia locomotora.

2) La nueva guerra

Colapsado el sistema socialista de la URSS y el esquema del orden mundial "bipolar", el sistema capitalista se licuó en un orden internacional "unipolar" con EEUU como potencia regente. En el vértice del triángulo, terminó la "guerra entre sistemas", y comenzó la era de la "guerra intersistema" con las potencias mundiales compitiendo entre sí por áreas de influencia (geopolítica, militar y económica) y sin romper el ordenamiento internacional del sistema capitalista.

En este nuevo escenario, emergente del fin de la "guerra entre sistemas", la guerra de la "izquierda" contra la "derecha" también experimentó un salto cualitativo y transformacional.

El teatro de confrontación supervivió, pero su marco cambió de contenido doctrinario y de objetivo estratégico. La "nueva izquierda" y la "nueva derecha" ya no combaten militarmente desde polos diferenciados y excluyentes ("sistema" y "antisistema"), sino que disputan una guerra político-ideológica conviviendo dentro de un mismo sistema.

En el nuevo marco de disputa, "izquierda" y "derecha" ya no son enemigos excluyentes (revolución vs. contrarrevolución), sino rivales políticos-ideológicos que conviven y compiten por el control del Estado capitalista. El teatro de confrontación ya no es económico-político-militar, sino ideológico-político-electoral dentro de normas fijadas por la preservación del sistema dominante.

La polarización ideológica, ya no se define por una guerra por el exterminio de uno u de otro ("sistema" vs. "antisistema") sino por una competencia establecida dentro del ordenamiento (y las reglas) de la "gobernabilidad", la "estabilidad" y la "paz social" del sistema capitalista.

La "izquierda" y la "derecha" ya no pelean su guerra en escenarios clandestinos asimétricos de la lucha armada, o en marcos sociales de huelgas y conflictos violentos, sino que lo hacen por medio de movilizaciones pacificas o de procesos electorales enmarcados dentro de la "legalidad" del sistema

Por lo tanto, a la contradicción fundamental de la "guerra intersistemas" (comunismo vs. capitalismo) por áreas de influencia y dominio geopolítico-militar, le sucedió la "guerra intercapitalista" por áreas de influencia y de control de recursos productivos y de mercados, dentro de un mismo sistema.

Como emergente, los conflictos sociopolíticos ya no se desarrollan en el radio de influencia de "sistemas diferentes" (comunismo vs. capitalismo) sino como contradicciones económicas, políticas y sociales de un "sistema único": el capitalismo de libre mercado nivelado como "única civilización" para todo el planeta.

En consecuencia, y tras la caída de la URSS y de los movimientos revolucionarios armados, el mundo gira (o lo hacen girar) hacia la derecha del Imperio, o hacia la izquierda del Imperio.

La nueva "izquierda democrática" post-Guerra Fría ha subvertido el significado histórico y funcional de la palabra "revolución": Hacer la revolución ya no es cambiar el sistema capitalista, sino adaptar el discurso revolucionario al sistema capitalista.

Su ideología es "reformista" (comprendida dentro del sistema capitalista) y no revolucionaria. No es anticapitalista, sino crítica al capitalismo de derecha al que quiere sustituir en el gerenciamiento de los Estados capitalistas. No lucha para derrocar al sistema capitalista, sino para derrotar a la "derecha" que administra el sistema capitalista.

La izquierda asimilada plantea una "guerra" no ya en los términos de la Guerra Fría, donde la izquierda se referenciada en la Unión Soviética y en Cuba y la derecha en EEUU y el bloque occidental, sino en los términos de la guerra entre un capitalismo "democrático" y un capitalismo "fascista" y militarista.

Asimilada dentro de la nueva estrategia de dominio "democrático" y del "Estado trasnacional" exportados por Washington, la "izquierda democrática", sigue los parámetros de la lucha contra el "militarismo" y la "derecha" de la década del 70, sin los objetivos concretos de toma del poder que guiaban a la izquierda armada revolucionaria de entonces.

La nueva izquierda vive mentalmente en la "guerra fría", en el escenario ideológico de los militares de la "doctrina de seguridad nacional", mientras Washington (en un claro desfasaje histórico) ya no domina con los militares sino con elecciones, políticos y un orden blindado basado en el respeto al "orden constitucional".

La izquierda (asimilada a la filosofía del "único mundo posible") ya no piensa el mundo en función de la guerra a muerte para terminar con el sistema capitalista (el dueño del mundo), sino en función de terminar con la "derecha" dentro del marco del mismo sistema.

3) La integración de los opuestos

Vaciada de su contenido "antisistema", hoy la izquierda sigue en guerra contra la "derecha", no ya para destruir al Estado capitalista sino para gerenciarlo en su lugar. La "nueva izquierda" revirtió el marco ideológico-doctrinario: Ya no pelea estructuralmente contra la "derecha" para destruir al sistema capitalista, sino para "transformarlo" (reformarlo sin tocar la substancia esencial del sistema de la propiedad privada y de la dominación del hombre por el hombre).

En su tesis teórica liminar, la "nueva izquierda" (como expresa Chávez) plantea "socializar" el capitalismo sin guerra militar ni toma del poder, con la misma herramienta (el Estado) que utiliza el capitalismo para hacer lo contrario: Concentrar riqueza y propiedad privada en pocas manos y expulsar a las mayorías a la pobreza y a la exclusión social.

Esta teoría presupone que el sistema capitalista (cuya esencia histórica es la concentración de riqueza en pocas manos) podría de pronto reconvertirse en "socialista" con los multimillonarios renunciando pasivamente a sus fortunas y las corporaciones y bancos trasnacionales repartiendo sus activos y estructuras empresariales entre los que menos tienen.

Y esto implicaría también que EEUU renunciaría a la hegemonía del dólar, clausuraría el templo financiero de Wall Stret y convertiría a sus arsenales, sus bases militares y flotas nucleares en santuarios pacifistas entregándoles el poder a los que quieren transformar el capitalismo en socialismo sin disparar un solo tiro.

En términos doctrinarios y estratégicos, la "nueva izquierda" (en su expresión gubernamental) ya no lucha contra la "derecha" para sustituir al Estado capitalista, sino que lucha contra la "derecha" para "socializar" el sistema capitalista desde adentro sin tocar sus estructuras históricas de dominio y de poder.

En otras palabras, competir con la "derecha" por el gerenciamiento político sin destruir el "ordenamiento económico" (sistema económico-productivo controlado por el capital privado), el "ordenamiento político" (Estado capitalista controlado por los grupos y las corporaciones capitalistas) , y el "ordenamiento social" (valores basados en el individualismo y la sociedad de consumo).

Por lo tanto, la nueva izquierda y sus teóricos carecen de una visión totalizada y actualizada de la estrategia de dominio (y del control de la "gobernabilidad") que utiliza el Imperio capitalista para concretar sus objetivos de conquista de mercados y de apoderamiento de recursos vitales a escala global.

En un momento en que el sistema capitalista (exceptuando unos pocos países donde aplica la ocupación militar) controla el mundo con el "sistema democrático" (el control político), con la sociedad de consumo (la ideología y los valores consumistas impuestos como máxima creencia social), y con los medios de comunicación (los nuevos represores y controladores sociales sin uso de las armas), la izquierda asimilada al sistema sigue identificando al "viejo orden" (los militares y la "derecha militarista" de la Guerra Fría) como el principal enemigo estratégico a derrotar.

En resumen, la izquierda "antimilitarista" rechaza los movimientos "fascistas" como el golpe militar-institucional de Honduras (expresión modificada y actualizada de los golpes setentistas), pero acepta y apoya golpes "democrático-institucionales", como el ejecutado en Ecuador contra Lucio Gutiérrez que finalmente culminó en el gobierno "izquierdista" de Rafael Correa.

En lo substancial (y aunque se proponga "anticapitalista" en el discurso), la izquierda asimilada identifica como enemigo al imperialismo "político-militar" de la Guerra Fría, en un escenario en que el sistema capitalista ha girado hacia el dominio "politico-democrático".

Las nuevas estrategias de control con el "poder blando" ya no están dirigidas a la supresión o al control físico de sus enemigos, sino que utiliza técnicas psicológicas orientadas a controlar los cerebros mediante la manipulación con el "pacifismo" y la "democracia" como factores integradores al sistema.

En consecuencia, los descendientes de la izquierda setentista "democratizada", ya no pelean contra la depredación del sistema capitalista, no pelean contra las columnas vertebrales de la nueva dominación (políticos, medios de comunicación y sociedad de consumo) sino que pelean contra los que infringen o ponen en peligro el sistema de gobernabilidad democrático.

Como resultante, izquierda y derecha son complementarias (dentro de las estrategias de control del sistema capitalista) y se articulan como una "alternativa" dentro de lo mismo.

Por lo tanto, la única diferencia existente entre un "gobierno de izquierda" y otro de "derecha", es el discurso cargado de "ideología" (desfasada de la realidad) y sin aplicación práctica en el presente.

4) La alternativa dentro de lo mismo

Al abandonar sus postulados setentistas de "toma del poder" y adoptar los esquemas de la democracia burguesa y el parlamentarismo como única opción para acceder a posiciones de gobierno, la "nueva izquierda" se convirtió en una opción válida para gerenciar el "Estado trasnacional" del capitalismo en cualquier país de América Latina y del mundo.

Precisamente, ese "orden" establecido estaba amenazado por la "izquierda antisistema" militarizada de la "guerra fría", y la respuesta a su accionar eran los golpes militares de la "derecha" apoyados por EEUU.

En este nuevo marco de enfrentamiento (fijado por la guerra político-electoral), la "nueva izquierda" (a diferencia de la izquierda de la "guerra fría") ya no lucha contra el Imperio capitalista como totalidad estratégica y funcional, sino que lucha para convertirse en alternativa a la "derecha" de ese mismo sistema.

En resumen, el sistema capitalista unipolar (con EEUU como potencia regente) no solamente terminó con el conflicto "entre sistemas" a nivel internacional, sino que también terminó con la "izquierda antisistema" integrándola como alternativa de gobierno a sus estructuras de dominación planetaria.

Y ya hay laboratorios experimentales de procesos sociales y políticos con experiencia de gestión de la "nueva izquierda" al frente del Estado capitalista.

Dentro de este nuevo esquema de polarización "izquierda" vs. "derecha", la guerra ya no se define por la "destrucción mutua" asegurada, sino por la búsqueda de una posición dominante dentro del mismo orden económico, político, militar y social establecido.

Terminada la guerra político-electoral, la "izquierda", tanto como la derecha", defienden los mismos valores institucionales del sistema capitalista: "orden democrático", "estado de derecho" y "paz social", como sustentos básicos de la preservación del Estado y de la sociedad capitalista de la propiedad privada.

La asociación beneficiosa entre la "izquierda civilizada" y el establishment del poder capitalista es obvia: El sistema (por medio de la izquierda) crea una "alternativa de gobernabilidad" a la "derecha neoliberal", y la izquierda (y los izquierdistas) pueden acceder al control administrativo del Estado burgués sin haber hecho ninguna revolución.

Y nació el distintivo axiomático que guía a los gobiernos "progresistas" en la región: hacer discursos con la izquierda y gobernar (con y) para los intereses de la derecha.

Cualquier "tercera posición" frente a esta alternativa dualista es descalificada inmediatamente como "conspirativa - infantilista": Fuera del espacio de la "izquierda" o de la "derecha" (la antitesis oficial aceptada) sólo existe la crítica "sin propuestas y sin trinchera", como califican los teóricos "progresistas" a la posición de los que definen a la izquierda y a la derecha como alternativas de lo mismo dentro del sistema capitalista.

En resumen, los que no toman partido por la "izquierda" o por la "derecha" (aunque combatan y denuncien al sistema capitalista) son "conspirativos" y están (como los marginales y expulsados del sistema capitalista) excluidos del mercado de las ideas y creencias aceptadas.

¿Es malo ser de "izquierda" y proponer un capitalismo asistencialista de rostro más "humanizado?.

Para nada: Lo malo es pertenecer a la izquierda asimilada al capitalismo (el "progresismo" democrático capitalista), y simular una pertenencia a la izquierda anticapitalista revolucionaria (enemiga excluyente del sistema capitalista).

Lo alienante (y más allá de las posibilidades de existencia que hoy tendría) es hablar de una "revolución de izquierda", cuando claramente la izquierda (salvo excepciones minoritarias) se ha convertido en la más férrea defensora de la "democracia", la "paz" y el "orden constitucional", los pilares esenciales de la "gobernabilidad" del sistema capitalista.

Lo alienante (y engañoso), es hablar con el discurso de izquierda, y ejecutar a rajatabla los programas operativos (económicos, políticos, militares y sociales) del Imperio capitalista como hace la "izquierda gubernamental" en América Latina y en el resto del mundo.

5) El "enemigo de paja"

¿Y para qué le sirve a Washington esta izquierda asimilada en América Latina?

Reorientemos la pregunta: ¿Porqué el Imperio capitalista estadounidense (no obstante la inserción probada de la izquierda dentro del "sistema") sigue considerando a la izquierda como el "enemigo número uno" de su sistema de dominio en América Latina?.

Hay un precepto estratégico (de naturaleza maquiavélica) que sostiene que para evitar que surja un enemigo real que ponga en peligro el sistema de poder vigente, es preciso inventar un "enemigo de paja", controlable e inofensivo, al que se presentará como si fuese el enemigo real, o la "principal amenaza" al sistema.

En el actual sistema de poder capitalista imperialista controlado por Washington, la estrategia con el "enemigo de paja" tiene como objetivo principal el de "desactivar" los conflictos sociales y las luchas populares (naturalmente violentos y "antisistema") y encauzarlos por caminos "pacíficos" y meramente "reclamativos", a través de su inserción en el "sistema democrático" controlado por Washington y el establishment económico en la región.

Ese es el rol concreto que cumplen los gobiernos "revolucionarios" integrados al capitalismo, cuya función principal es la de ajustar a las reglas "democráticas" los conflictos sociales que, de otra manera, romperían el orden vigente y pondrían en peligro los negocios (hoy en "paz") de las transnacionales y bancos capitalistas en América Latina.

Con el axioma de la izquierda "políticamente correcta" el Imperio alienta un enemigo falso, inofensivo y controlable, para que opaque y reste protagonismo al enemigo real que puede presentarse en cualquier momento.

Lavar a la izquierda de su cara anticapitalista y revolucionaria, desviar las luchas y conflictos sociales por caminos pacíficos y "reclamativos", integrar los reclamos del dominado al "sistema democrático", y evitar que grupos de resistencia revolucionaria (el enemigo real) amenacen y pongan en peligro al sistema, es la misión esencial del "enemigo de paja" del Imperio en América Latina.

Y ésa es la función principal que cumple la "izquierda democrática", en guerra permanente contra la "derecha fascista", dentro de los marcos legitimados de la gobernabilidad capitalista.

manuelfreytas@iarnoticias.com

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ALGO QUE PASA EN NUESTRA AMERICA LATINA. HERIBERTO J E ROMAN. BOLETIN. PENSAR EN NACIÓN (DESDE ARGENTINA)

Muchos de los habitantes de la América Latina, se han dado cuenta y sufren ser integrantes de países con la soberanía altamente deteriorada pero muchos mas son aquellos que, siendo objeto de las maneras de la izquierda, un monstruo ideológico de múltiples cabezas, es como que han encontrado la forma de seguir viviendo y disfrutando de los bienes que otros generan en forma peligrosamente fácil (políticos, punteros políticos, piqueteros que no les gusta trabajar, sindicalistas de la mas alta estructura que enriquecen sin límites, gracias a los que otros producen con ganancias a través de los mismos sueldos de quienes trabajan y de los sistemas de salud obras sociales que nunca llegan a satisfacer) y los sistemas previsionales distorsionados. En una compulsa electoral al estilo Sáenz Peña ganan estos últimos. Esto podríamos también diagnosticar en forma rápida que es culpa de los sistemas democráticos que otros hombres del siglo pasado idearon y no es así, las democracias, idealizadas hacia los más caros intereses de las naciones, fueron lentamente pulverizadas por ideologías falsas (sobre todo las de izquierda) en cuanto a su real preocupación por los integrantes de las mismas.

Hay quienes llaman a esto, haber arribado al mundo único, la pregunta persiste, es realmente la solución para el bienestar y prosperidad individual y colectiva del habitante de la naciones? Siempre ser objeto de sufrimientos y triunfos de la comunidad a la que pertenecen, interiormente contribuye a crear una fortaleza genuina como ser humano. Un profundo observador, Manuel Freytas ha expresado recientemente:

Cambian los escenarios, cambian los contenidos ideológicos, cambian los objetivos estratégicos, cambian las metodologías de lucha, pero la dinámica de los procesos y los actores son los mismos. La "izquierda" y la "derecha" ya no están en guerra permanente por la resolución de un orden internacional de bloques enfrentados como "sistemas " diferenciados (como en la guerra fría URSS-bloque occidental), sino que disputan por el control de los gobiernos del sistema capitalista vigente como "mundo único". En términos doctrinarios y estratégicos, la "nueva izquierda" ya no lucha contra la "derecha" para sustituir al Estado capitalista, sino que lucha para "socializar" el sistema capitalista desde adentro sin tocar sus estructuras históricas de dominio y de poder.

Nunca me ha gustado hablar de izquierdas y derechas, Tan distorsionado esta todo, por las mismas ideologías, que hasta Castro de la Cuba, no sabe donde está parado, aún cuando alguna vez pagó para la URSS la subversión en la argentina. Siempre he elegido la moralidad y de la carencia de ella para diferenciar a los eventuales gobiernos que se sucedieron y la única observación que me cabe es; Realmente es bueno destruir a las naciones y con ello la soberanía de los pueblos? O estos, su gente, a su vez se transforman alegremente en los nuevos esclavos del siglo XXI .

En esta transformación inesperada, Kirshner que inicia su presidencia en el 2003 y le sigue su mujer CFK fueron una pieza importante del descalabro. Recuerdo haberle preguntado a un amigo en el mismo 2003, que le parecían las primeras medidas tomadas contra las Fuerzas Armadas Argentinas y me contestó; me parecen acertadas. Es decir en su interior anidaba un sentimiento de revancha no satisfecha y hay muchos como él, que este K supo capitalizar y de ese modo se destruyó la esencia del Poder Militar Argentino, un ser militar distinto al que hoy tenemos. Hoy un General no es como los de antes y me voy, no a San Martín que resultó intocable, muy a pesar de estos historiadores de hoy que no han logrado ni siquiera opacar su figura, sino hasta el general D. Pablo Ricchieri que peleó en el Congreso Nacional la ley del Servicio Militar obligatorio, estuvo equivocado, o la necesidad sigue siendo actual?

La posibilidad de una guerra tradicional

Mi posición nace de una auténtica vocación profesional que nace en la adolescencia, con el modelo inspirado por educadores de los años 40. Hoy soy un coronel retirado de 75 años. No creo en la posibilidad de una guerra tradicional, de grandes movimientos de tropas y de grandes objetivos de conquista por el poder militar. Si me asusta ser esclavo de poderes transnacionales. Ahí están las nuevas hipótesis de conflicto. Todo ello da para ampliar el tema pero no lo haré ahora, será para mas adelante.

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LA HUIDA HACIA EL CANDIDATO. ANTONIO SÁNCHEZ GARCIA.

El mandado dista de estar hecho. La salida de Chávez y la llegada de un gobierno democrático ni están dados de gratis ni constituyen una carrera ganada de antemano. Superar este estado de excepción y sacudirnos del lastre del totalitarismo chavista no será asunto de coser y cantar.

Apenas salimos de las elecciones parlamentarias y ya comienzan a circular mensajes promoviendo nombres y algunas ruletas de seudo primarias para dar con el candidato que enfrentará a Hugo Chávez en diciembre el 2012.

Motivados más por el congénito instinto de la aventura y el vicio del juego del venezolano, criticado en su momento por el propio Libertador, que tampoco le hacía asco a las cartas, que por una necesidad auténticamente política. O por el grave defecto de jugar adelantado. Emborrachados por el cortoplacismo, tan ancestral y de consecuencias tan nefastas en nuestros azares políticos, una buena parte de la opinión pública, en el que incluyo sesudos y responsables protagonistas y observadores de nuestra realidad política – jefes de partidos, ministras y ministros entre ellos – ya apuestan sus fichas a diversos candidatos, convertidos en números y colores de una feria de carnaval.

El mandado dista de estar hecho. La salida de Chávez y la llegada de un gobierno democrático ni están dados ni constituyen una carrera con la pista en bajadita, ganada de antemano. Superar este estado de excepción y sacudirnos del lastre del totalitarismo chavista no será un asunto de coser y cantar. Como lo revelan las profundas implicaciones del terrorismo en nuestra vida política y la putrefacción moral de los altos mandos de nuestra vida uniformada y civil, así como la tenaz persistencia del respaldo popular a las siniestras políticas del teniente coronel, nos encontramos recién en los comienzos de una gran misión. Que no se resuelve con un nombre y un voto: exigirá sangre, sudor y lágrimas. No de una persona ni de un grupo de personas, sino de un pueblo entero.

Por ello, ponerse a cantar victoria y sacar a airear e involucrar desde ya en una guerra de desgaste al protagonista de un combate que se librará en veintiséis meses, si las circunstancias así lo determinan, resulta no sólo extemporáneo, sino altamente problemático. Por no decir infructuoso y contraproducente. Dos años son, políticamente hablando, una eternidad. Particularmente bajo las azarosas y contradictorias condiciones de la vida política venezolana. Cuando en un día pueden cuajar situaciones que han necesitado años de maduración. Una cosa es el tiempo reglado constitucionalmente; otra el de la existencia real de una sociedad en crisis. Por ello: tiempo al tiempo. Y calma, temple y sangre fría para no caer atropellados por nuestra propia precipitación. Como lo acaba de recordar Teodoro Petkoff en su programa de televisión, citando a su viejo y entrañable amigo Eudomar Santos: “como vayamos viniendo, vamos viendo.”

Infinitamente más importante y trascendente que jugar a las escondidas para destapar al candidato, es fortalecer los partidos, reagruparlos según sus familias ideológicas, enlazarlos con la sociedad civil, actualizarlos intelectual y moralmente, permitirles que expresen de verdad y con autenticidad a la sociedad civil – verdadera protagonista de las próximas batallas – y que piensen y articulen los proyectos a acometer hacia el futuro. Particularmente la más importante y definitoria de todas ellas: diseñar la democracia del siglo XXI. Sin mencionar una de inmediata realización: convertir la asamblea en un foro en que además de frenar los intentos totalitarios del régimen se discutan las políticas públicas del presente y del futuro.

No pongamos la carreta candidatural delante de los bueyes. Todo a su debido tiempo y como por añadidura. Parafraseando al prócer: como vayamos viendo, vamos viniendo.

sanchezgarciacaracas@gmail.com

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¿DÓNDE QUEDÓ LA TOLERANCIA?. ANTONIO JOSÉ MONAGAS. PIDO LA PALABRA

Las teorías críticas de la sociedad contemporánea, no desmayaron en su pretensión de referir la importancia del término en correspondencia con criterios de gobernabilidad asociados a la necesaria exaltación de los derechos humanos como puntal de la democracia.

El término “tolerancia” es inmensamente prolífico en términos de sus interpretaciones. Admite diferentes lecturas que se pasean por ámbitos tan selectivos como el filosófico, el moral, el religioso, el deontológico, el social, el axiológico y el político, fundamentalmente. Aunque unas contrariadas de otras pues supone la existencia de un estado confesional que puede generar enfoques encontrados.

Sin embargo, cabe la posibilidad cierta de referir su trascendencia desde una perspectiva política toda vez que sus implicaciones semánticas comprometen difíciles realidades incitadas por sumas confusiones derivadas de manejos amañados en el plano del debate político. Hay quienes dicen, por ejemplo, que “no es lógicamente posible hablar de tolerancia sin tener en cuenta el problema de la verdad y sus implicaciones” (Tejedor de la Iglesia, Cesar; Verdad y Tolerancia. Factótum, Revista de Filosofía; 2009; p.58) Aún así, la más cercana a la postura de este análisis, la destaca como “respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias” (DRAE, 2002)

En el curso de las ideas políticas que tomaron fuerza con el devenir del siglo XX, su significación cimentó toda un abanico teorético que avaló el desarrollo de la ciencia política. Las teorías críticas de la sociedad contemporánea, no desmayaron en su pretensión de referir la importancia del término en correspondencia con criterios de gobernabilidad asociados a la necesaria exaltación de los derechos humanos como puntal de la democracia entendida como modelo político.

En todo caso, no hay duda de que la tolerancia está entrañablemente vinculada con la libertad política necesaria para el mejor desempeño del hombre social y económico. No obstante, su aplicación no termina de comprenderse en medio de realidades contrapuestas por causa de relaciones que se cruzan y se interceptan como resultado de problemas que tienen explicación en el ámbito epistemológico, tanto como en el contexto de la moral. Por eso la distinción entre estas esferas del dialéctica, hace difícil entender la tolerancia como razón absoluta de la transigencia entre pensamientos y posturas, particularmente, políticas y religiosas. Y ello, indiscutiblemente, “hace menos clara y mas confusa la idea de “tolerancia”. A pesar de que “la tolerancia parte de una cierta concepción de la verdad sin la cual es imposible hablar de tolerancia genuina” (Tejedor; 2009; p.59)

Pudiera aducirse que en esta Venezuela, existen sumas contrariedades muchas de las cuales son expresiones de causas que dimanan de una gerencia política deficitaria, de un afán descomedido por el poder, de un desorden administrativo que acarrea serias inflexiones en la economía nacional, de un sistema que valora la antipolítica por encima del significado de democracia como producto de sus raíces militaristas y de un agravamiento de los principios por los cuales se rige la justicia, el respeto a los derechos fundamentales del hombre, la ética pública y las libertades capitales. En el centro de una situación así que, a todas luces resulta una vulgarizada diatriba casi institucionalizada por la genuflexión al líder del proceso político de gobierno que circunstancialmente domina al país, no resulta difícil entender la intolerancia predominante. Más, cuando la situación venezolana devino en una profunda crisis que ha puesto en riesgo el futuro de la Nación.

VENTANA DE PAPEL

GAJES DEL OFICIO DESPÓTICO

Al comandante Mandamás, le ha salido “el tiro por la culata”. Su radicalismo y equívocos, dividieron el país en dos toletes. El sector de los recolectores/cazadores y el de los sembradores/criadores. Y el gran jefe se quedó con los primeros, desechando a los segundos, atacándoles, eliminándolos. ¿Qué pasó entonces? ¿Por qué ahora nada funciona? ¿Cómo amparó que un grupo robe cadenas de oro y las suplan por collares de plástico? ¿Que falló en eso que llama “revolución bolivariana”? Usted comandante Mandamás, tiene el dinero, tiene la fuerza, tiene el poder ¡Y nada le funciona! Ha gastado millones en armas para amedrentar, intimidar. Nada le funciona como prometió en 1998. Tiene ejércitos regulares e irregulares bajo su mando para oprimir. Ha comprado voluntades. ¡Y nada le funciona! Sin embargo no entiende qué es lo que no funciona, pues usando tantos recursos no logra crear, ni siquiera mantener. Y es porque no ha entendido lo que sucede en usted. El problema es de sentimientos y espiritualidad. El alma, eso que hace que un hombre cree, produzca, haga, invente, es lo que permite salvar obstáculos. Esa cosa maravillosa que hace que un hombre, una mota de polvo en el universo, se convierta en un gigante capaz de transformar su entorno, de ponerlo a la orden de deseos constructivos. No destructivos. El problema es que cuando ordena expropiar, sólo se arrebata lo físico, lo material. Lo que realmente mueve todo es la suma de voluntades. Lo que mueve todo es el cerebro y el alma de millones de seres humanos que hacen que las cosas tengan vida, porque las cosas, cuando no tienen el alma del hombre que las hace útiles, no son nada. He ahí el problema.

MENSAJE CAUTIVADOR Y REFLEXIVO

No sorprende que Goerge Carlin, comediante de los años 70 y 80, escribiera algo tan elocuente. Así redactó que “la paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios mas altos y temperamentos mas reducidos, carreteras más anchas y puntos de vista mas estrechos. Gastamos más pero tenemos menos. Compramos más pero disfrutamos menos. (…) Tenemos más grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio, mas expertos pero mas problemas, mejor medicina pero menor bienestar. (…) Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente. (…)Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años. (…) Planificamos más pero logramos menos. Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar. Producimos computadoras que pueden procesar mayor información y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos. (…)Acuérdate de tomarte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona ya no estará contigo. (…)Y siempre recuerda que la vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan”

CONSEJOS PARA DEPORTISTAS PRINCIPIANTES

Según la revista Sport Life, todo deportista novel debe seguir recomendaciones como estas para ganar la confianza necesaria para convertir la actividad deportiva en proyecto de vida. 1. Olvidar los nervios en la competencia. 2. Lo importante es llegar a la meta. 3. Hay que estar cómodo de ropa. 4. No hay que ser profesional para participar en un evento. 5. Disfruta el momento deportivo. 6. Aprovecha la ocasión para hacer amistades. 7. No sea esclavo del reloj. 8.- Escucha a los veteranos. 9. Apóyate en la euforia de quienes pueden decirte: ¡Vamos! ¡Vamos!. 10. Olvídate de pasar un mal rato: Estás en algo que apasiona como es correr, caminar, montar bicicleta. Por tanto, no te des mala vida si en algún momento del trazado algún hecho te perturba. Vive y goza el deporte con sano sentimiento y edificante actitud.

ABSURDAS PARADOJAS

Expresaba recientemente Joaquín Villalobos en su columna del diario El País, de España, que “es paradójico que mientras Colombia está empezando a terminar su guerra, Venezuela esté comenzando a armarse la propia” Y no podía decirlo de otra manera pues las realidades apuntan a tal tendencia. Es contradictorio dar cuenta que durante el periodo de gobierno de Chávez, se han realizado las inversiones sociales más grandes de la historia de Venezuela para combatir la pobreza. Sin embargo, los hechos resultaron contrarios. Así pues, en ese mismo período, más de 120.000 venezolanos, en su inmensa mayoría pobres, han muerto asesinados y Venezuela está viviendo la peor crisis de seguridad que ha conocido. Entonces salta a la vista preguntarse ¿cómo, a pesar de los ingresos extraordinarios provenientes de la renta petrolera y de los esfuerzos redistributivos de Chávez, la rica Venezuela está ahogándose en por sus finanzas? Ahora compite por el primer lugar en homicidios en el escalafón internacional. Por el primer lugar en cuanto a falta de transparencia administrativa. Por el primer lugar en inflación a nivel mundial. Que la concentración de la riqueza provoque inseguridad puede ser lógico. Pero que ésta se multiplique cuando está distribuyéndose la riqueza, no es lo propio. ¿No son éstas tristes realidades incomprensibles o absurdas paradojas?

amonagas@cantv.net


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TRIBUNA LIBERTARIA.- COMPENDIO OPINÁTICO.- 10.10.10 RAUL AMIEL. OPINIONES DE DAVID MORÁN BOHÓRQUEZ, VÍCTOR VIELMA MOLINA Y JUAN CARLOS APITZ

LA REVOLUCIÓN TIENE UN RANCHO EN LA CABEZA. DAVID MORÁN BOHÓRQUEZ

El que crea que Hugo Chávez habla “paja” se equivoca y mucho. Las expresiones del teniente coronel no pertenecen al mundo vegetal. Son frases saturadas, grasosas.

La verborrea de Hugo Chávez es colesterol retórico. Sujeto, verbo y predicado en monstruosas dosis diarias, mediáticas todas, taponando el sentido común y engordando su propia historia de mentiras.

La “revolución” es un talk show. Es un ejercicio de exculpación personal del líder único y una feria de señalamientos de odio y rencor hacia otros, siempre civiles.

El invento de la “IV República” no es más que el ajusticimiento de un militar a los años de gobiernos civiles y democráticos que ha tenido Venezuela. De 200 años de vida republicana fueron precisamente esos 40 años los de sometimiento y obediencia de las fuerzas armadas a gobiernos civiles, gobiernos electos por el pueblo. El propio Hugo Chávez atentó contra esa civilidad en 1992. Su intentona golpista significó en el mediano plazo la absurda salida de Carlos Andrés Pérez del poder y la incorporación del “chiripero” al gobierno de Rafael Caldera.

Chiripero que luego se transmutó en el movimiento electoral de apoyo a Hugo Chávez y su Movimiento V República. La demolición de la “IV República” no va en contra de un bipartidismo corrompido, va en contra de los gobiernos con jefatura civil.

Trancurridos 12 años exculparse por medio de la “IV” ya no surte efecto. Maneja una profunda crisis causada por su incompetencia con un gobierno de militares, con una Fuerza Armada que tiene 4 grados de generales. Por ello hacía falta otro chivo expiatorio. Otro pegoste retórico Y ahí aparece el comunismo, como la expresión perfecta para continuar en el poder alimentando a su claque militar y atacar desde el “colectivismo” al nuevo enemigo: el capitalismo. “Alpargatas y joropo” es el ofrecimiento para sus masas lúmpen, para sus “zamoranos” pobres como la manera de repolarizar el país, de elevarle la altura de la talanquera a sus seguidores indecisos.

De tanto hablar y oírse terminó creyendo sus fantasías. La pasada campaña electoral lo demuestra: Se constituyó en candidato único para 165 curules. Le habló a sus partidarios más radicales. Perdió la mayoría del país. “Para defender a Chávez” ha sido la peor oferta electoral posible para un pueblo que sufre las penurias causadas por su propio gobierno. Polarizar siendo mayoría tiene sentido, pero siendo minoría solo significa que su colesterol retórico también lo taponó.

Hugo Chávez promovió la invasión de tierras privadas en el campo como un botín al resentimiento que alimentó. Los resultados fueron desastrozos. Puso “orden” en esa anarquía invasora por medio de las “tomas forzosas gubernamentales” y de ese artilugio engañoso llamado “propiedad social y colectiva”. Los resultados es la devastación del medio rural venezolano. Pero piensa que a ello debe su rédito electoral pasado y que puede ahora reproducirlo en las ciudades, sobre todo en su temida Caracas, donde perdió electoralmente por primera vez.

Chávez declaró esta semana que “Los cerros llenos de ranchos en Caracas son el resultado de esos 100 años de capitalismo, en el que los ricos viven en quintas y los pobres allá en el rancho. En cambio, en el socialismo todos somos iguales” Esta expresión indica sus intenciones y desnuda ese rancho ideológico y moral es la “revolución”

Los cordones de miseria que rodean las ciudades venezolanas, que son como corales que se pegan a la modernidad capitalista, crecieron al amparo de la socialdemocracia venezolana y su socialismo económico que sólo posibilitó un capitalismo enano, limitado y atrasado. Los ranchos, chozas y bohíos siempre han existido en Venezuela. Fue precisamente ese capitalismo limitado el que permitió las inversiones en el desarrollo de urbanizaciones, con densidades apropiadas y servicios garantizados. Surgió la propiedad horizontal, se construyeron edificios, casas, quintas y mansiones, parques y campos deportivos en urbanizaciones. Y los controles estatales sobre las actividades agropecuarias facilitaron la migración de los venezolanos a las ciudades para alimentar las actividades económicas terciarias. Las únicas verdaderamente permitidas al sector privado y las que generaron los puestos de trabajo en la ciudad que el campo y las empresas estatales no generaban. La situación hoy ha empeorado y mucho.

“En el socialismo todos somos iguales” emula la lógica tramposa del vendedor de “elixir de culebra”, aquel que se vendía en los pueblos venezolanos a principios del siglo XX y que servía para curar “todos los males”. Significa fijar el rancho como la unidad de vivienda socialista en la mente de todos los venezolanos.

En Venezuela hay urbanizaciones, casas, edificios y quintas gracias al capitalismo. Los ranchos son la expresión de falta de inversiones en bienes de capital en toda la geografía nacional, pero que brotan por la migración interna en las grandes ciudades donde los gobiernos han acorralado al capital privado a unas parcelitas de participación en la economía nacional. Y éste gobierno en ello ha sido el peor de todos. Sólo en la Gran Caracas se construyen más de 50 ranchos diarios, hace doce años se construían 8 diarios.

Más ranchos para las ciudades es la consecuencia del pensamiento grasoso, pegostoso del líder único. Y no puede ser diferente. Lleva el rancho en la cabeza. Igual les pasará a los miles de graduandos universitarios “express” que como en Cuba se desviven por manejar un taxi mientras viven en ruinas del siglo XIX.

Ranchos, taxis y muerte. ¿Venceremos?


¿NIÑOS DELATORES?. VÍCTOR VIELMA MOLINA

Jorge Luis Borges solía escribir que: "La delación es la peor de todas las miserias". Este comentario viene a colación, respecto a que Chávez propuso en el Estado Lara: la creación de círculos bolivarianos infantiles en las escuelas del país, para que los alumnos puedan divertirse y hablar de los problemas de la familia.

En los países comunistas internalizan el adoctrinamiento marxista en niños y adolescentes. Le enseñan, con entereza, que la única vida válida es la revolucionaria, que el hombre más importante del mundo es el revolucionario y que la verdadera patria es la socialista. La doctrina marxista, el terror y la represión de la URSS duró 69 años. Causales que no lograron estandarizar al comunismo, ni permanece, en la esencia espiritual de los pueblos de las 15 repúblicas que la constituían.

Uno de los más emblemáticos casos que ejemplariza a este tipo de educación, es la del niño campesino soviético Pável Trofímovich Morozov, conocido como PavliK. Quien era pionero comunista en su escuela, apoyaba la colectivización de granjas de Stalin y del que se conoce que sólo vivió 13 años (1918-1932) en Gerasimovka. Su trágica historia comienza cuando denuncia a su padre Trofim Morozov, ante la Policía política (OGPU) "de acaparar grano". Causa por la cual lo fusilan con la "máxima medida de defensa social". Pavlik, de acuerdo a algunas crónicas, murió en manos de familiares que repudiaron su conducta. Pero, seguidamente, éstos fueron fusilados por la OGPU.

Los soviets utilizaron la delación de PavliK como un acto de heroísmo, hicieron de su corta vida una leyenda hasta mitificarlo como un "mártir glorioso". Para ello, erigieron, en varias ciudades de la URSS estatuas, que nunca llegaron a ser fieles a la complexión famélica del niño.

En los países comunistas, de Europa del Este, las escuelas tenían el famoso "Salón Rojo". Allí los niños eran interrogados, por el maestro, sobre la lealtad de los miembros de su familia al comunismo. Causa que llevaba a muchas personas a la cárcel o a ser ejecutadas.

Las frases del mandatario nacional, en torno a la creación de los círculos bolivarianos infantiles, traen estas reminiscencias de barbarie. Por ello, "ponemos las barbas en remojo".


ENSAYO SOBRE LA SORDERA. JUAN CARLOS APITZ


Sucede en una escena de la película "El último rey de Escocia": herido en una mano al embestir su vehículo contra la animalidad de una vaca en una carretera rural de Uganda, el presidente Idi Amín Dada envía en misión apremiante a sus milicianos en busca de un médico que lo asista. Éste es encontrado en las cercanías: un escocés en busca de aventuras que venía de presenciar un discurso del dictador en una población cercana.

Ya frente a Amín, rodeado de militares que vigilan la situación con sus fusiles cargados, el médico intenta proceder con la curación. Pero algo lo perturba y lo distrae, impidiéndole seguir: es el mugido continuo, ahogado y sufriente del animal atropellado, que agoniza a un costado del camino. Trastornado (y quizás también apiadado) el doctor toma -en un impetuoso arrebato de confianza- el arma que el tirano porta en su cintura y dispara sin vacilar sobre la cabeza de la res.

Sobreviene un momento de ligera conmoción (más por la osadía del arma usurpada que por el propio sacrificio), pero a la vez, voces y quejidos se callan y se impone la calma. Por unos segundos la escena es muda, el orden del mundo parece restituido y el escocés cura la mano que tenía que curar.

Cavilando sobre ese silencio forzado, y mientras el déspota ugandés, agradecido, intercambiaba camisetas con el galeno aventurero, me transporté desde Uganda hacia Venezuela donde vivimos a diario una historia parecida: la de Esteban que experimenta una fobia radical hacia todas y cada una de las voces disidentes y discordantes, percibidas como ruidos, a su novedoso proyecto político, mejor llamado "Autoritarismo del Siglo XXI".

A pesar de que este 26S la inmensa mayoría de los venezolanos votaron en contra de las pretensiones comunistas del gobierno nacional, éste insiste en profundizar y radicalizar su revolución, arrebatándole ilegalmente a los legítimos propietarios sus empresas productivas, como es el caso de Agroisleña y Gaisa; designando nuevos magistrados del TSJ y otros miembros del Poder Ciudadano; promulgando de prisa y corriendo leyes que concentran todo el poder en el Presidente; promocionando círculos bolivarianos infantiles en nuestras destartaladas escuelas; fomentando y financiando el terrorismo y la guerrilla internacional, etc.

Esteban sufre de "iletrismo", una especie de ceguera o sordera selectiva que limita el acceso al discurso del adulto o de la cultura letrada, que vendría a ser más o menos lo mismo. Sin lugar a dudas, irse a los extremos, radicalizarse, causa sordera y miopía.

Dicen que no hay peor ciego que quien no quiere ver. Suele decirse también que no hay peor sordo que quien no quiere oír. Sobre todo cuando la sordera es selectiva. Quien padece -o practica- la sordera selectiva escoge, como es de suponer, sólo aquello que quiere escuchar, es decir, lo que le conviene. Asi, la vocación al despotismo totalitario, conduce a la sordera selectiva que sólo oye con deleite la lisonja y el aplauso, que encierra al político en la torre de marfil de la irrealidad. Por eso, el aplauso es el comienzo del despotismo, que la sordera a toda crítica adversa conduce irremisiblemente a la intolerancia totalitaria, que exige la disculpa ajena por la desvergüenza propia.

Menos mal que, al decir de José Saramago, la derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva.

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FABRICANTES DE MISERIA. PLINIO APULEYO MENDOZA, CARLOS ALBERTO MONTANER Y ÁLVARO VARGAS LLOSA. PLAZA Y JANÉS, BARCELONA, 1999. EMILIO GONZALEZ.

Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa atacan de nuevo. Después de conseguir un enorme éxito con su Manual del perfecto idiota latinoamericano... y español, este trío de agudas plumas hispanoamericanas vuelve a lanzar sus afilados dardos contra todos aquellos que están detrás de las causas de la pobreza en el Tercer Mundo, especialmente en la América hispanohablante.

El libro, escrito con un verbo ágil y ameno, pasa revista a lo que ha sido la historia de la pobreza y del atraso en Latinoamérica, una zona del mundo que, en las primeras décadas del siglo XX, contaba con países con el mismo grado de desarrollo económico y social que España, e incluso superior, pero que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial parece haber perdido el tren de la prosperidad, que ahora intenta recuperar.

Desde sus primeras páginas, Fabricantes de miseria parece una provocación. Una provocación porque desvela sin tapujos ni miramientos lo que hay detrás de la miseria en Latinoamérica. No se trata sólo de presentar esas imágenes de pobreza y penuria en el Nuevo Continente que cada cierto tiempo golpean nuestras conciencias, sino de profundizar en tan triste realidad para desenmascarar a los verdaderos villanos de la trama.

Los tres autores de esta obra huyen de la demagogia fácil, tan al uso todavía hoy. No culpan de la pobreza al capitalismo, ni a la globalización, ni buscan cabezas de turco donde las encuentran los Robin Hood miopes que han proliferado en las últimas décadas por todo el mundo y que, con más o menos audiencia, siguen lanzando sus mensajes falsificadores de la verdad. Por el contrario, Mendoza, Montaner y Vargas Llosa ponen el dedo en la llaga y relatan con la misma precisión que un maestro relojero suizo cuál es la naturaleza real de las causas de la miseria. En su texto, por supuesto, se habla de los gobiernos, ese denominador común de todos los países que viven o han conocido el atraso.

En Latinoamérica, el poder político, con sus prácticas antieconómicas, es una referencia necesaria para comprender el fenómeno de la pobreza. Recuérdese, por ejemplo, aquella política económica denominada industrialización sustitutiva de importaciones, que con tanto entusiasmo pusieron en marcha en la década de los setenta, y que cercenó de raíz las posibilidades de desarrollo y modernización de las naciones que la sufrieron, al impedirles acceder a los últimos avances tecnológicos. Así se deterioró su eficiencia económica y su capacidad de competir, hasta tal punto que la región perdió un terreno considerable en el contexto económico mundial. El resultado de semejante desatino fue una inflación galopante que empobreció a todos y un endeudamiento tan brutal que dio lugar a la crisis de la deuda latinoamericana de la década de los ochenta, cuyas consecuencias todavía se siguen pagando.

Junto a los gobiernos están los políticos, tan amigos del clientelismo y de la corrupción con tal de mantenerse en el poder a cualquier precio y de paso, si se tercia, enriquecerse. ¿Hay alguien al que no le venga a la mente la imagen del México del PRI, donde la corrupción está a la orden del día y donde la presión de los grupos de poder impide el desarrollo económico y social de la nación azteca? En este repaso tampoco conviene olvidar a los militares, tan amigos de las asonadas y de las soluciones a golpe de fusil. El estamento castrense se cree llamado a salvar la patria, en una visión mesiánica de su papel en la sociedad que luego enmascara la defensa de intereses y privilegios ocultos. La libertad queda demonizada en nombre de la disciplina, el orden y la estabilidad, cuando los ejércitos en Latinoamérica son uno de los principales elementos de desestabilización.

A continuación vienen los agentes sociales, es decir, los empresarios y los sindicatos. En las naciones avanzadas, el empresario es el principal motor del desarrollo y del bienestar de la sociedad. Asume riesgos, invierte, se lanza a competir y sabe que los beneficios de la productividad deben extenderse a todos, en forma de mejores remuneraciones, en lugar de buscar el privilegio del monopolio de la concesión administrativa o los salarios bajos que, en el mejor de los casos, eliminan los estímulos de los trabajadores para mejorar su productividad y, en el peor, alimentan la protesta social que tanto daño causa a la estabilidad económica y política sobre la que se sustenta la prosperidad de un país. Pero los sindicatos tampoco se quedan atrás, como sabemos muy bien en España por las experiencias de la década de los ochenta. A las centrales sindicales les cuesta entender que el bienestar de todos pasa por la colaboración, no por el enfrentamiento permanente con la empresa, por las reivindicaciones abusivas que impiden la capitalización y modernización de las empresas y terminan por destruir el empleo y el bienestar en lugar de fomentarlo.

Las críticas vertidas hasta aquí probablemente son compartidas por una amplia mayoría de personas, aunque sin duda habrá discrepancias en algunos puntos concretos. Pero Fabricantes de miseria no se detiene en estos lugares comunes y embiste también contra las vacas sagradas que están detrás de la pobreza. A muchos les resultarán difíciles de leer las críticas vertidas contra las tan bienintencionadas órdenes religiosas. Pero hay que ser consciente de que una cosa es predicar la virtud de la caridad y la dignidad del ser humano, y otra muy distinta que las soluciones que se proponen sean las más adecuadas para salir de la pobreza. No son los principios lo que está en tela de juicio, sino unos medios que no justifican los fines a la vista de los resultados perversos que provocan.

El mundo intelectual tampoco está libre de pecado, por muchas piedras que siga tirando. Piedras muy dañinas por cuanto van siempre envueltas en la toga del academicismo y coronadas con el birrete de la verdad científica e incuestionable, que luego resulta ser una gran falacia. Se difunden una y otra vez mensajes equivocados, unas veces porque la ideología de los ilustres profesores les impide ver más allá de sus narices, y las más porque el orgullo y la soberbia son monedas de cambio habituales entre aquellos que deshonran el espíritu universitario porque no buscan el saber sino la satisfacción de su vanidad. ¡Cuántas veces hemos visto esta actitud en la Universidad española!

¿Y los intelectuales? Bueno, ya sabemos que los intelectuales, que se dicen capaces de comprender el mundo en toda su complejidad y de desentrañar los secretos más recónditos del alma humana, predican con el ejemplo viviendo como burgueses y denostando las comodidades de que disfrutan, criticando los sistemas que les proporcionan toda suerte de comodidades y que llevarían el bienestar y la prosperidad a quienes de verdad padecen todo tipo de carencias.

Por último están los solidarios. ¡Qué grandeza hay en sus discursos! ¡Qué altura de miras! ¡Qué nobleza de sentimientos! Pues bien, a qué gigantescos errores dan pie, errores que mantienen en la miseria a legiones y legiones de seres humanos... Esa es la verdad. La palabra solidaridad bucea en lo más hondo del corazón del hombre para buscar en él lo mejor del ser humano, pero cuando se convierte en adjetivo del vocablo política, su significado se pervierte. Porque entonces, justamente, lo que se olvida es cualquier verdadera solidaridad, y las medidas que se toman en pro de los humildes terminan por hundirles aún más en su condición.

Fabricantes de miseria, el libro de Mendoza, Montaner y Vargas Llosa, denuncia todos estos aspectos. Muchos lo considerarán una provocación y se rasgarán las vestiduras acusando a estos tres liberales hispanoamericanos, sus autores, de ser ellos y sus ideas los auténticos responsables de la pobreza. Pues bien, no hay nada más escandaloso y provocador que la pobreza y sobre eso, permanecer deliberadamente ciegos ante las causas reales de su origen, tan bien expuestas en esta obra.EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

Y AHORA, LA DERECHA EN LATINOAMÉRICA. ALEJANDRO A. TAGLIAVINI. DOMINGO 10 DE OCTUBRE DE 2010

El premio Nobel en Literatura, para el padre de mi amigo Álvaro que encabeza el Center on Global Prosperity, viene a corroborar que el mundo parece moverse pendularmente de izquierda a derecha. En mi opinión, esto se debe a que el Estado moderno, racionalista, que coactivamente impone su diseño social, necesariamente fracasa porque la naturaleza social del hombre no puede ser suplantada por ningún diseño racional y menos impuesto por la fuerza policial o militar de los gobiernos. Así, estos Estados terminan destruyendo y los políticos desprestigiados dando lugar al recambio.

Obviamente subyace un rechazo a la política y los políticos entre la población. Un caso sintomático es el del payaso "Tiririca" que, con 1.353.820 votos, resultó el diputado más votado de Brasil en las recientes elecciones y que hizo campaña con el lema "¿Qué hace un diputado federal? No lo sé, pero vote por mí y y

o lo averiguaré" y que tendrá que demostrar que sabe leer y escribir para evitar que anulen su elección, según la ley brasileña. Pero, en todo caso, es uno de los políticos más inocentes. Resulta que, entre los 19.592 candidatos federales y locales, 1.248 tienen alguna condena en la justicia.

En mi opinión, entre cambio y cambio, existe una tendencia global subyacente hacía el bien, hacia la menor intervención estatal en la naturaleza social. En un artículo anterior (El Universal, 20/06/10) mostraba cómo Europa dejaba masivamente a la izquierda para volcarse a la derecha. Y ahora es el turno de Latinoamérica. En Chile, el socialismo fue barrido. Perú es gobernado por un socialdemócrata devenido a la derecha y en Argentina el estatismo viene desacreditándose rápidamente. En las recientes elecciones, Hugo Chávez sufrió una derrota importante. El oficialismo perdió la mayoría de dos tercios que tenía, y eso con una reforma electoral favorable que da a 9 estados, con el 63% de la población, sólo el 53% de los votos.

Antes de las elecciones la popularidad de Chávez (36%) era la más baja desde 2004, perdiendo 20 puntos en los últimos doce meses, debido al fracaso del Socialismo del Siglo XXI: un fuerte incremento de la criminalidad y una caída del PIB de casi 6% en el primer semestre. Lo que coincide con el reconocimiento del fracaso del modelo cubano que ha obligado a abrirse un poco más a la iniciativa privada.

En Bolivia, Evo Morales, que pretende un tercer mandato, tiene una popularidad del 46%, habiendo perdido 18 puntos en menos de un año y eso que la economía anda bien gracias, irónicamente, a otro socialista cada vez más capitalista como es China que, con su explosivo consumo, ha provocado una fuerte suba en el precio de los minerales que produce Bolivia. En Ecuador, el dudoso "golpe de Estado" protagonizado por el presidente Correa dejó al descubierto la fuerte sensación de debilidad que tiene el gobierno de sí mismo.

Al ser abatido Jojoy, el jefe militar de las FARC, la popularidad de Santos llegó al 88%, siendo el presidente con mayor aprobación de América. Colombia es uno de los principales destinos de cooperación de EEUU, con casi US$ 500 millones al año, que tiene firmado un tratado de libre comercio al igual que con Chile, Perú y Dominicana.

México (25% del PIB de Latinoamérica), gobernada por el centro derechista Calderón, y Brasil (40% del PIB de la región) han consolidado su poder, y hoy tienen un flujo comercial similar a los países desarrollados y multinacionales reconocidas a nivel mundial, como Bimbo, Cemex, Claro y Embraer. Ambos anunciaron el comienzo de negociaciones para un tratado de libre comercio que contribuirá a unificar la región, tal vez logrando mayores libertades que el fallido ALCA.

En Brasil, hace un mes, todas las encuestas vaticinaban un triunfo en la primera vuelta de Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), que no tiene una mala relación con los empresarios. Entre paréntesis, 32 de las 35 empresas del Ibex (de la Bolsa de Madrid) tienen negocios en Brasil. Y esto gracias al fortísimo apoyo del personalista Lula, o "peronista" como lo llamó Fernando Henrique Cardoso (el presidente que sentó las bases del Brasil actual). Lula, que con 80% es el presidente más popular de la historia de Brasil, personal y deliberadamente eligió a una sucesora poco conocida, eficiente y extremadamente leal.

Pero, finalmente, en la elección Rousseff obtuvo el 46.9% de los votos, Serra 32.6% y Marina Silva, del Partido Verde, 20.5%. De manera que deberá enfrentarse a José Serra en la segunda vuelta, el próximo 30 de octubre.

Alejandro A. Tagliavini es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California - alextagliavini@gmail.com

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DECRETOS DE EXPROPIACIÓN INCUMPLEN GARANTÍAS CONSTITUCIONALES. ALEJANDRO HINDS / KATIUSKA HERNÁNDEZ FUENTE CEDICE

El decreto de expropiación de Agroisleña, al igual que los de otras empresas tomadas por el Gobierno en los últimos años, incumple con las garantías que la Constitución de 1999 establece para los casos en que es necesario expropiar, aseguró el abogado Tomás Arias, director del Observatorio de la Propiedad Privada de la organización no gubernamental Liderazgo y Visión.

"Sólo por causa de utilidad pública o interés social, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes", indica el artículo 115 de la carta magna, que garantiza el derecho de toda persona al uso, goce, disfrute y disposición de sus propiedades.

Arias dijo que ninguno de los requisitos señalados en la Constitución han sido cumplidos por el Gobierno en el caso de Agroisleña, principal proveedora de insumos agrícolas del país. En primer lugar, la expropiación se ordenó sin una declaración previa de utilidad pública, que la Asamblea Nacional debió hacer por tratarse de una empresa con presencia en todo el territorio.

La declaración genérica hecha por el Gobierno en la Ley de Seguridad y Soberanía Alimentaria -que es la utilizada en el decreto de expropiación de Agroisleña- es insuficiente, según Arias.

"La declaración de utilidad pública tiene que ser específica sobre una actividad, un rubro o una instalación; porque debe estar bien justificada".

La ocupación de las instalaciones de Agroisleña en varias ciudades del país por funcionarios de la Guardia Nacional, además, se produjo sin que hubiera un dictamen judicial que la ordenara. El Gobierno tampoco ha hecho el avalúo para determinar el valor de los bienes expropiados. "Es una medida inconstitucional, es una vía de hecho", afirmó Arias.

Sentencia sin juicio

El abogado Luis Alfonso Herrera, integrante del Observatorio Económico Legislativo de Cedice Libertad, agregó que el decreto de expropiación de Agroisleña no ofrece razones adecuadas para justificar la adquisición forzosa.

"El decreto afirma que la empresa incurrió en especulación y prácticas contrarias a la libre competencia. Mi pregunta es ¿dónde están los actos firmes, del Indepabis y de Procompetencia, en los que se declare que Agroisleña cometió esos ilícitos?", dijo.

Herrera indicó que el Presidente no tiene competencia para determinar si la empresa cometió esas irregularidades, de acuerdo con las leyes para la Defensa de las Personas en el Acceso a Bienes y Servicios y para Promover y Proteger el Ejercicio de la Libre Competencia.

Otra irregularidad que contiene el decreto, según Herrera, es que afirma que la expropiación es necesaria para la ejecución de un proyecto socialista, pero no muestra algún estudio para determinar eso.

"El decretó de expropiación se dictó con total arbitrariedad y sin motivos verificables. Estamos ante una nueva expoliación violatoria de la Constitución de 1999", aseguró Herrera.

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DE LA EXTREMA RIQUEZA A LA EXTREMA POBREZA. JULIO IGNACIO CARDOZE. EN EL NUEVO DIARIO.COM.NI. DESDE NICARAGUA.

La enorme y obscena desigualdad que existe en Nicaragua impide que la pobreza disminuya y que el país se desarrolle. Los beneficios del crecimiento los coge una minoría que vive en extrema riqueza aprovechándose de un sistema liberal que no debe ser como es.

En END del 3 de octubre de 2010 se publica la razón por la cual Montealegre, representante del gran capital, propuso a Fabio Gadea como precandidato. Dice la noticia que las bases del MVCE no se tragan la candidatura de Gadea y Montealegre tuvo que darles una explicación. Lo propuso por su posibilidad de crear división en el liberalismo por ser del PLC, además como es lógico, por ser consuegro de Alemán. Dice la noticia: “Por su parte, Montealegre resaltó que Gadea era convencional del PLC y ex presidente del Partido Resistencia Nicaragüense, PRN. Según él, eso le permite atraer votos de los mismos miembros del PLC, del MVCE, de ex Contras y de otras facciones que conlleve a unir a la oposición de forma similar a 1990, cuando ganó la ex presidenta Violeta Barrios de Chamorro”.

La estrategia divisionista para destruir al PLC de parte de Montealegre es obvia. Pero solo demuestra una vez más su torpeza y falta de habilidad política. Ni 2011 será 1990, ni Fabio Gadea es Violeta Chamorro.

Nicaragua necesita un cambio, pero no el que promueve Montealegre, todo lo contrario.

Soy liberal y consciente que cada vez más se hace necesario el replanteamiento de la definición de liberalismo y democracia. No creo que las cosas puedan seguir como están en el mundo democrático y liberal. Las ideas adulteradas se han desbordado incontenibles aprovechando la interpretación que cada quien hace a su manera de la doctrina, desvirtuándolas de forma que lo que existe ahora son caricaturas grotescas de los pensamientos originales.

El liberalismo, mentor de la Revolución Francesa y de los derechos del hombre, siempre tendrá vigencia porque la libertad es intrínseca de la naturaleza humana, y no tiene vencimiento, pero ahora está desfigurado, a momentos parece libertinaje y está acercándose a ser un criterio incompleto que no responde a la realidad actual. La democracia no es el poder del pueblo es controlada por grupos de influencia económica, y cada vez acumula en su interior su propia destrucción. Los ciudadanos cada vez más, desde los primeros grados de la escuela, por ejemplo en USA, son convertidos en autómatas víctimas de la tecnología que no los libera pero los aprisiona, pues solo obedecen a lo que ven en la pantalla de un Black Berry o en el Internet. Cada vez más pierden su capacidad natural de pensar, se limitan a seguir instrucciones, sus mentes son formateadas y enfocadas a lo que dicen programas de computadoras.

En estos días será la “gala social en Miami”, que la familia más rica de Nicaragua hace en medio de un esplendor babilónico para recoger fondos para los más necesitados de Nicaragua, que son la mayoría de los ciudadanos. Muchos dicen que es la fiesta anual de esa familia para exponer su fabulosa fortuna y poder en un escenario internacional. Hacen caridad con el dinero de otros, se gastan miles de dólares en una obscena por lujosísima pachanga faraónica que les valdrá una página en las notas sociales. Pero si donaran un pequeño porcentaje de su fortuna no tendrían necesidad de galas sociales y aliviarían la vida de muchos pobres en Nicaragua.

En EL NUEVO DIARIO, el 3 de octubre 2010, se publicó un escrito: “El declive de la doctrina liberal”, de Gustavo Adolfo Vargas, y como liberal me importó leerlo, me pareció interesante, me hizo meditar y me impulsó a escribir esto, pues una de las cosas que en los últimos 20 años he considerado obscena en Nicaragua, es la tremenda desigualdad que existe entre la minoría extremadamente rica y la mayoría extremadamente pobre. Aunque el asunto de las fortunas obscenas, obscenas por ser el segundo país mas pobre del hemisferio, se empezó en Nicaragua, qué contradicción, durante el gobierno del FSLN. Antes del 19 de julio de 1979 había fortunas y se sabía que los dos más ricos eran Pellas y Somoza, las otras eran de unos cuantos millones de dólares, no como ahora de cientos de millones de dólares. En el inicio del exilio me sorprendió que las fortunas de empresarios conocidos, los más fuertes, eran de seis o de ocho millones de dólares promedio, más o menos.

En el escrito Gustavo Adolfo Vargas acertadamente dice… “La ideología liberal representa la lucha en defensa de la libertad del individuo... Libertad de pensamiento, de convicción, de expresión del pensamiento, de participación política y también libertad de actividades económicas; empero, esta última termina por nulificar las anteriores y se contrapone a ellas porque, en la práctica, genera polos de poder económicos que avasallan las libertades de la mayoría desposeída de la sociedad.”

Comparto su criterio cuando dice: “El liberalismo nunca se planteó la riqueza como sustento de la libertad individual ni la distribución del ingreso como infraestructura de la democracia. Incurrió en la ingenuidad de suponer que la igualdad ante la ley, la libertad de contratación, el derecho de propiedad sin limitaciones, la libre empresa y la inhibición del Estado ante tal actividad económica particular contribuían, por sí solos, a cautelar la libertad de los individuos, cuando la realidad práctica se encargó de probar lo contrario: que la abstención de la autoridad pública en la vigilancia del proceso económico, conduce a un estado en que el pez grande se come al chico, frente a un Estado cruzado de brazos.” Igualmente cuando afirma: “La injusta distribución de la riqueza, implica también una injusta distribución de la libertad, donde no es enteramente libre, sino quien tiene los medios económicos para serlo.”

En Nicaragua, particularmente los liberales, tenemos que erradicar tan desarrollada pobreza. Buscar distribuir equitativamente el crecimiento. Ahí está el gran problema que tiene que enfrentar en el proceso electoral que se avecina un buen candidato liberal con mentalidad siglo XXI.

La enorme y obscena desigualdad que existe en Nicaragua impide que la pobreza disminuya y que el país se desarrolle. Los beneficios del crecimiento los coge una minoría que vive en extrema riqueza aprovechándose de un sistema liberal que no debe ser como es.

Lo que necesitan los nicaragüenses son candidatos presidenciales y grupos políticos liberales con mentalidad social que sin codicia y con desprendimiento resuelvan el problema de la mayoría, con proyectos reales de desarrollo social, no con migajas que sigan manteniendo a los nicaragüenses en estado de sobrevivencia.

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