LA HORA DE PASAR A LA OFENSIVA POLÍTICA, RONNY PADRÓN

Indudablemente es el momento. Durante 11 años las fuerzas demócratas en general, han jugado el rol defensivo ante un régimen socialista que en Venezuela no da tregua. Los resultados de tal postura están a la vista. Si no fuera por la inviabilidad inherente al socialismo en gobierno, su permanencia en el poder seria indiscutible.

Afortunadamente no es ese el caso. Nos hallamos en la etapa final del apoyo popular que dio origen a este gobierno, situación ahora irreversible. Pero no ante el final de su poderío político, como bien lo ejemplifica la Cuba comunista de Fidel Castro. Un régimen podrá carecer de popularidad y al mismo tiempo sostenerse, siempre que cuente para ello con una élite gobernante de naturaleza criminal, en concordancia con una disidencia política dividida como ocurre en la isla-cárcel o bien displicente como el caso actual venezolano.

Argumentos disímiles, variados y variopintos, sirven de fondo para que nuestra dirigencia demócrata mantenga la inconmovible postura defensiva ante el socialismo. Se argumenta en ocasiones, que tal posición se fundamenta en la necesidad de evitar la represión oficial, cuando no en la conveniencia de ganar adeptos entre las filas socialistas, y para ello eluden confrontar a su líder máximo.

El tiempo ha venido demostrando que uno y otro no son más que excusas para evitar los riesgos que solo competen a una dirigencia política. Persecución, acoso, demandas, ayunos, pero en especial la cárcel, son la natural consecuencia para aquellos que asumen a cabalidad el rol de dirigentes demócratas en tiempos de tiranía. No ocurre así en Venezuela.

En nuestro país, la dirigencia demócrata, a menos de dos meses de la celebración de comicios parlamentarios, frente a la destrucción incontrovertible de la institucionalidad, al deterioro evidente de la infraestructura y a la degradación inédita de la convivencia ciudadana, incuestionable responsabilidad política del socialista Hugo Chávez, evaden concentrar en él la ofensiva política para evitar según ellos una polarización ¨peligrosa¨.

Si por políticamente peligrosa entienden el posible apoyo del electorado socialista a favor de los candidatos al Parlamento apoyados por Hugo Chávez, deberán entonces reaprender sus lecciones democráticas. Porque si luego de 11 años de gestión gubernativa, una mayoría de venezolanos optara por apoyar al responsable político del caos, atenta contra la ética democrática pretender evitarlo. Resultará mejor entonces abandonar el camino electoral y pasar a otros métodos de reemplazo político entre los consagrados en la Constitución.

Porque eludir la confrontación política con Hugo Chávez en medio de esta campaña electoral equivale a ignorar la causa que hace necesario un nuevo Parlamento. Dejar políticamente incólume al comandante socialista, equivale a fortalecer su estancia en el poder.

Peor aún si conciben la mentada peligrosidad como el riesgo de represión. De ser ese el motivo, será muy poco lo que podríamos esperar de esa dirigencia a la hora de ¨cobrar¨ el esperado triunfo del 26-S. La mejor prueba de ello lo constituye el ¨respeto¨ mostrado por el régimen ante los resultados del referendo en 2007 y de las elecciones locales y regionales en 2008.

No será evadiendo riesgos necesarios como restauraremos la Constitución. Ante la valentía, los pueblos se inmolan y las tiranías se doblegan. No es por casualidad que en Lara los galpones de la Polar continúan operando y que Oswaldo Álvarez Paz se halle en libertad. ORA y LABORA.

caballeropercival@cantv.net

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UN ESCENARIO INESPERADO, VLADIMIRO MUJICA, ENVIADO POR RAUL AMIEL EN SU TRIBUNA LIBERTARIA

Corrían los tiempos previos al referendo de 2004, la perspectiva de una derrota de Chávez abrió la puerta a la especulación de un eventual gabinete de la oposición. Aparte de la pregunta natural ¿Quiénes? Habían otras mucho más complejas: ¿Cómo se garantiza la seguridad pública en un escenario de desintegración rápida del gobierno? Para sorpresa de muchos, incluyéndome, que pensaban que en Venezuela siempre había otra gente pensando en esas cosas, resultó que no había otros. En verdad, la oposición se planteaba derrotar a Chávez en un referendo revocatorio pero estaba muy poco preparada para gobernar. Consecuencia en buena parte del derrumbe de los partidos políticos que tradicionalmente habían garantizado la continuidad de los gobiernos en Venezuela.

Visto después de siete años adicionales en el poder, once en total, de un régimen que se autoproclama eterno, la anécdota anterior puede resultar una demostración de absoluta ingenuidad de la oposición. Quizás, pero la pregunta sigue siendo válida: si se produce una caída rápida, literalmente una desintegración de lo que aparece hoy como el monolito chavista, ¿Está la oposición preparada para asumir los retos del gobierno del país?

El ejercicio está lejos de ser ocioso. A la catástrofe de corrupción y desgobierno de la última década se le une ahora un fantasma cuya corporeidad se hace cada vez más manifiesta: una crisis económica de dimensiones incontrolables. La caída en el ingreso real del país, el aumento imparable de la inflación y el desempleo, el acoso a la empresa privada y el laberinto de la asignación de divisas, conforman un cuadro explosivo. La crisis económica está comenzando a gravitar con la misma fuerza que la inseguridad, el desabastecimiento y el deprimente repunte de todas las plagas tropicales, sobre la ya muy angustiada existencia de los venezolanos.

El nuevo temor del chavismo es una abstención descomunal. La única forma de protesta concebible, por ahora, para quienes no queriendo ninguna identificación con la oposición, están cada vez más descontentos con la gestión del gobierno. Pero esta cuenta se puede quedar muy corta. Venezuela es hoy un hervidero de protestas que se puede salir de cauce en cualquier momento. Las elecciones del 26S pueden terminar por evidenciar que el chavismo es minoría en el voto popular y precipitar un agudo conflicto político. El gobierno se puede ver tentado a aumentar abiertamente la represión. En muchas direcciones se puede abrir el disparador de una profunda crisis que en este momento nadie puede afirmar que ocurrirá, pero que es muy imprudente ignorar como escenario inesperado.

Es en el interés de todo el país, no solamente de la oposición, que esta actúe cada vez más como si estuviera en real capacidad de asumir las riendas de Venezuela. Una campaña electoral de cara al 26S que apele a la unidad como valor, y no una campaña partidista, nos conviene a todos. Ello puede terminar por tener el efecto de atraer hacia el campo opositor a los Ni-Ni y, sobre todo, abrirle una puerta a los descontentos del chavismo.

raulamiel@gmail.com

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CARA DE CULPABLE, RAMÓN GUILLERMO AVELEDO

Para sacar del primer plano el sainete de Zelaya y el tema de la injerencia del gobierno venezolano en la crisis hondureña, el Presidente de la República buscó el conflicto por la cooperación militar entre Colombia y Estados Unidos para el combate del narcotráfico.

En el caso de la nación centroamericana, nuestro gobierno ha hecho lo posible por quedar mal. No sólo porque el rol de abanderado de la Doctrina Betancourt no le luce, sino porque a diferencia de los países serios e incluso de la OEA, aparece echándole leña al fuego, atizando el conflicto y de paso convirtiéndose en el mejor argumento para quienes tomaron el poder en Honduras y han sobrevivido en él hasta ahora, no obstante la condena de la comunidad internacional.

Pero la contención escogida para armar un alboroto es de doble filo. Si con Washington nos llevamos bien y acaban de normalizarse las relaciones entre los dos gobiernos, y con Colombia todo marchaba sobre ruedas desde que Uribe y Chávez se abrazaron, ¿Por qué deberíamos sentirnos amenazados por la cooperación militar entre esos dos países? Máxime si se trata de

combatir el narcotráfico que es, si no atenemos a las declaraciones de los jerarcas del régimen de aquí, un enemigo común. Si la presencia militar de una potencia por estos lados nos parece inconveniente, que puede ser, ¿Por qué anteayer le estábamos ofreciendo a los rusos nuestro territorio para bases militares?

Luego el gobierno de Bogotá dice que ha capturado armas suecas en manos de la guerrilla. En seguida, el Presidente en persona sube los decibeles, denuncia una agresión y ordena la revisión integral y, de inmediato, el congelamiento de las relaciones con Colombia. La cancillería colombiana alega que hace tiempo, en la reunión de San Pedro Sula, se lo había informado discretamente al mismo canciller venezolano que ha descalificado el asunto como “maniobra mediática”.

En cada caso nos las hemos arreglado para quedar mal. Nuestro gobierno termina con una cara de culpable que no puede con ella y, claro, inevitablemente el país se afecta.

En pleno apogeo de la situación hondureña, ha pasado por debajo de la mesa una declaración grave originada en el gobierno israelita en la cual, también, nuestro gobierno aparece con vínculos indeseables. Pero me temo que tarde o temprano reaparecerá. Lo mismo que el sórdido tema del tráfico de estupefacientes, inseparablemente unido a la guerrilla colombiana y con el cual cada vez con más frecuencia aparece vinculado el nombre de nuestro país.

EL ENEMIGO TÁCTICO

Por temperamento y porque es su única manera de ejercer el poder, el Presidente de la República necesita un enemigo que le sirva para pelear, para excusarse de lo que no hace o hace mal, y para distraernos. Ese enemigo es el imperio, casa matriz de la oligarquía y el capitalismo. No importa quién lo gobierne. Con el actual Presidente norteamericano, popular internacionalmente y liberal el libreto se le hace más difícil, pero buscará y encontrará el modo, porque le es indispensable. Eso sí, nunca dejará de venderle petróleo.

La garra más cercana del monstruo imperial vendría siendo Colombia y su oligarquía. Así era con Pastrana y es con Uribe. Y todo el que aquí discrepe, critique, se oponga o plantee una alternativa es un títere servil del imperio y, por lo tanto, un traidor a la patria.

Ese es el argumento. A partir de allí se construyen tramas, se escriben episodios, se improvisan escenas, como en una telenovela.

Uribe, por su parte, cuya sagacidad es real y cuya inteligencia es mucha, convierte a su vecino en una excelente palanca para ganar apoyos y, qué pena, tener que hacer lo que no quisiera. Lo provoca y el de aquí cae, le pone peines y el de aquí los pisa. Por lo pronto, ha logrado amarrar la alianza con EEUU, antes con Bush y ahora con Obama, y encontrar en las amenazas del de Miraflores el mejor argumento para seguir en la Presidencia.

EL PRECIO DEL SHOW

Todo esto sería pintoresco si no hiciera daño. El permanente show del Presidente lo pagamos en discordia y división entre nosotros, y en mala imagen para Venezuela en el exterior. Eso redunda en inversiones perdidas, oportunidades que se van, empleos que no se crean o desaparecen, calidad de vida que se deteriora.

Las relaciones entre Venezuela y Colombia son intensas y complejas. Cosas de la vecindad y la estrecha interrelación entre dos pueblos que conviven, en medio de sus semejanzas y sus diferencias, separados-unidos por una frontera anchísima y viva. De esos vínculos dependen miles de puestos de trabajo aquí y allá. Sin contar la multitud de familias que son binacionales. Esa realidad no admite caprichos y es afectada tanto por los ataques de amor como por los de encono, así que los vaivenes le hacen daño. Daño real, objetivo a personas de carne y hueso cuyas vidas el Presidente, embriagado de poder y preso de sus fantasías revolucionarias, desprecia olímpicamente.

Además, eso no es gobernar. Por esa distracción de tiempo y recursos en delirios de grandeza y otros dislates, la pobreza aumenta, los servicios empeoran, la delincuencia crece, la inflación sube, la producción cae y el país entero retrocede, se atrasa con relación al mundo y ofrece menos posibilidades de progresar a los venezolanos.

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HORA CERO, AMERICO MARTIN, EL NUEVO HERALD

Entre la segunda mitad del siglo XIX y la caída del llamado Muro de la Ignominia (noviembre de 1989) el lenguaje apocalíptico ensordeció al mundo. Refiriéndose a los soviéticos y por extensión a todas las autocracias militares, Arnold Toynbee les atribuyó una variante también apocalíptica, la manía o psicología del sitiado: ``Una ciudadanía movilizada permanentemente en campañas, batallas, victorias''. Y --me permito agregar-- con promesas heroicas sospechosamente abundantes: ¡el año de la victoria final!, o ¡el año del colapso definitivo del imperialismo! Las fechas arriba indicadas son convencionales porque a voluntad pueden extenderse en el tiempo. Toynbee las remontaba a la era de Licurgo.

Cualquiera comprende lo que quieren solapar estas movilizaciones, tan idóneas para arrollar las dudas con el estrépito de las consignas. Pero dado que fue el socialismo real el que vivió en fecha cierta su hecatombe, el lenguaje de todo el diapasón político devino --más allá de razones o sinrazones-- sereno y argumentativo.

No obstante, por lo menos dos líderes siguen atados a aquel estilo estridente, removiendo escombros y actualizando temas que estaban ya en el museo de antigüedades, junto a la rueca y el cuchillo de obsidiana.

Uno es Fidel. Volvió o lo hicieron volver a la palestra envuelto en visiones desconectadas incluso del paisaje cubano. Fidel no se retrata con Raúl, va a la Plaza Martí cuando aquel guarda silencio en Santa Clara, no menciona para nada los angustiosos temas de la reforma y los presos, que ocupan las horas del otro. ¿Cómo suplir, aplacar o solapar el complejísimo esfuerzo de realismo que exhiben los interesados en un cambio? ¿De qué otra manera sino volviendo al apocalipsis? Fidel sólo habla de la inminente catástrofe nuclear, y lo seguirá haciendo hasta regresar a su lecho de enfermo como una estrella nova, de luz y sombra instantáneas.

Para que su prédica no fuera como el chascarrillo de ``hoy no fío, mañana sí'', se atrevió a pronosticar que el mundo estallaría bajo envenenadas nubes atómicas antes de que culminaran los cuartos de final del mundial de fútbol. Llegaron y pasaron los cuartos de final, la semifinal y la final y nada, el mundo siguió sumergido en sus problemas habituales. ¿Creerán ustedes que --si no guardó silencio, cosa imposible-- el hombre cambió de discurso? Para nada. Fidel sigue con su tema y lo notable es la ausencia de corifeos. Todavía caminan con él, pero se cuidan de repetirlo.

El otro es Chávez, cuyo historial apocalíptico es de larga data. Ha denunciado magnicidios y golpes en su contra tantas veces como invasiones de yanquis, colombianos y hasta holandeses. Pero lo último es la nueva guerra con Colombia, justamente mientras el escándalo de los alimentos podridos pica y se extiende. Otros lo relacionan con asuntos que le arrebataron el sueño, tales como la delincuencia, el crecimiento menos cero, la inflación más alta de las tres Américas y, en lugar prominente, las elecciones de septiembre, que lo castigarán con votos, no con balas.

La guerra será ``defensiva''. La desatarán dos demonios: Uribe y Obama. Chávez aprovecharía para cargarse a los apátridas mientras ``con una lágrima en el corazón'' adelanta sus preparativos bélicos. Del otro lado, sorna y silencio. En medio de la indiferencia general, Chávez hizo vibrar los tambores de la guerra y anunció un alerta amarilla para la suspensión inmediata del envío de petróleo al imperio. Un suicidio que por supuesto no cometerá. ``Alerta amarilla'' repitió Rafael Ramírez, el de los alimentos descompuestos. ¿Pero cuándo reventará la trágica conflagración? Pues hombre, antes del día de la toma de posesión de Santos.

La hora cero, pues, es hoy sábado 7 de agosto. ¡Todos a sus trincheras y refugios!

AMERMAR@GMAIL.COM

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PALO, PUÑOS Y BOFETADA, JUAN CARLOS APITZ


Llegó el momento para que definamos el papel de la oposición en la próxima Asamblea Nacional. Precisemos si se tratará de una oposición antagónica o, por el contrario, negociadora, pues el Parlamento continúa siendo el lugar privilegiado de la negociación o de la recomposición política de los conflictos socioeconómicos.

Advirtiendo que, en ninguna democracia el Gobierno le dice a la oposición cómo debe ser. La oposición tiene el deber de contender con el Gobierno demostrando ser un gobierno alternativo. Al fin y al cabo, democracia es confrontación-enfrentamiento entre Gobierno y oposición bajo un conjunto de reglas, normas y leyes.

La oposición resulta eficaz si convierte en alternativa concreta, cuando consigue una presencia social, una difusión cultural y un papel político consolidados. La oposición consiste en representar y proteger, individual y colectivamente, a los electores que le han dado su voto; en defender las reglas del juego político-institucional, pero también en reformarlas con el objetivo de mantener abierta la competitividad política y promover los intereses de los grupos a los que se dirige para transformarse en mayoría, es decir, para ganar las elecciones.

Una oposición que se respete, que tenga la voluntad de crecer y, por eso mismo, de convertirse en gobierno y mantenerse en él, valorará su función de intermediaria entre la sociedad y el Parlamento; siendo así deberá cumplir un doble papel: oposición política y oposición social.

De modo tal que su fuerza social deberá y podrá traducirse luego en consenso político-electoral, capaz de garantizar y reforzar el papel de oposición parlamentaria, aunque no únicamente tal. Su fuerza político-parlamentaria permitirá la explicación de un papel de control, de dirección y contrapropuesta, incluso de acceso a recursos que, por el contrario, permitirán un enlace eficaz, estrecho y provechoso con aquellos sectores de la sociedad que ya representa o pretende representar. En síntesis, el arraigo social de la oposición constituye la condición previa para su arraigo institucional; y, a su vez, el arraigo institucional refuerza el de índole social.

Si la oposición pretende competir para sustituir al Gobierno será posible extraer de sus pronunciamientos una estrategia quizás coherente, unos objetivos probablemente alternativos y una posición "sistémica" claramente antagónica. Entonces, una oposición achantada en tiempos de cambio o, en cualquier caso, en tiempos en que el Gobierno se inclina al exceso y atropello, se arriesga a reducir su fuerza y, por eso mismo, su propia representatividad. Sólo una oposición que se arriesgue a salir a mar abierto podrá, aun antes de ganar elecciones, parecer y ser representativa y representante de muchos de aquellos grupos cuyos intereses se agraden, cuyos ideales se olvidan y cuyos valores se pisotean.

Nuestra oposición debe tomar conciencia de que debe ser al mismo tiempo, aunque no necesariamente del mismo modo y simétricamente, parlamentaria y social. Las opciones son únicamente dos, o ser una oposición antagónica que quiere transformar y, en cualquier caso, derribar el sistema (chavista), o ser una oposición negociadora que quiere prosperar dentro de éste. La primera pretende destruir las reglas, la segunda quiere adquirir recursos.

Entonces, ante este régimen autoritario y militar-militarista, dispuesto a eliminar la democracia, sus instituciones, principios y valores, la oposición en la Asamblea Nacional debe ser inquebrantablemente antagónica. Ese Parlamento no puede ser nunca un remanso de paz sino, como entonaban Willy Colón y Rubén Blades, "...casa de palo, puños y bofetada".

www.juancarlosapitz.com

justiciapitz@hotmail.com

@justicapitz

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VENEZUELA DEPREDADA POR EL CASTRO CHAVISMO,EL EJE DEL MAL.

A cada momento escuchamos la palabra "fascista" como una manera de insultar a los grupos que hacen oposicion en Venezuela y que me atrevo a decir que son verdaderamente disidentes, porque para que exista una "oposicion" se necesita que se repeten las reglas de juego democraticos, por parte de todos y en especial por quienes ostenta el poder.

Ojala y mis conocidos chavistas puedan detenerse a leer estas líneas hasta el final y que son fruto del hondo pesar que siento ante hechos que estan ocurriendo y que en las ultimas semanas se han acelerado.

El fascismo fue un movimiento politico y social de carácter totalitario que se produjo en Italia por iniciativa de Benito Mussolini despues de la Primera Guerra Mundial (1922-1945). Se aplica a similares doctrinas en otros paises; es sinonimo de excesivamente autoritario. Un regimen fascista descansa en cuatro principios :

(1) Culto al jefe, el unico lider siempre tiene la razon.

(2) Supremacia del partido politico, que se identifica con el gobierno.

(3) Consenso de la nacion (Favorecido mediante campañas propagandistas)

(4) Supuesta supremacia del pais, hacia el interior por sus politicas

dirigidas a ciertos sectores sociales y hacia el exterior por

"conquistas"diplomaticas o militares del gobierno.

En la epoca de Mussolini los miembros de su partido politico se uniformaban con "camisas negras" y atacaban cualquier manifestación que se opusiera al gobierno, frente a la mirada de la policia y el ejercito italiano que no tomaba ninguna accion para impedir esos hechos de violencia.

Algo similar ocurrio durante el nacional-socialismo de Hitler, en donde sus partidarios usaban como uniforme "camisas pardas".

En historia mas recientes regimenes de similar corte como Haiti crearon los "tom-tom macoute", en la Panama de Noriega "los batallones de la dignidad" o en Cuba los "comites de defensa de la revolucion" para agredir a cualquiera que trate de oponerse al gobierno de turno e impedir la disidencia de manera autoritaria.

Hago esta acotacion porque muchas veces repetimos una palabra sin conocer su verdadero significado.

Hoy dia en nuestra amada Patria se ha desatado una violencia tal que no creo tenga comparacion con ningun hecho politico en nuestra historia republicana.

El pasado viernes fue profanada la Sinagoga Hebrea ubicada en Mariperez, asaltada por un grupo armado, que ocasiono destrozos en las instalaciones y dejaron pintas claramente antisemitas, hechos ante los cuales siento una profunda verguenza con mis compatriotas, mi Familia y en especial con mis amigos y conocidos hebreos.

Todo parece ser calcado con un mismo guion : en primer lugar el verbo encendido del lider de la revolucion bolivariana pareciera dictar directrices para que se tomen acciones en contra de instituciones, religiones o personas; luego a los pocos dias vemos organismos oficiales o grupos violentos cumpliendo las ordenes ante la mirada indiferente de los cuerpos de seguridad, y finalmente un personero del gobierno manifiesta un "completo rechazo" a los hechos acaecidos y promete "investigar" hasta las ultimas consecuencias.

Fue asi como vimos destrozar la estatua de Cristobal Colon, atacar iglesias catolicas, la sede de Fedecamaras, la Nunciatura Apostolica, las Embajadas de España o Estados Unidos, etc. O de otra manera el SENIAT, IVSS, INDEPABIS, etc., ejercen una supervison "rutinaria" de una clinica que supuestamente no atendio diligentemente a un dirigente de la revolucion o de una cadena de automercados que no acepto empaquetar productos con logos revolucionarios, luego de lo cual aplican cierres y multas.

Como catolico, verdaderamente no entiendo a ciertos feligreses de mi credo, quienes aceptan complacientes que desde el gobierno se insulte a sacerdotes, incluyendo al Papa o al Cardenal Urosa, o como profanan iglesias ocasionando destrozos, haciendoles creer que existen diferencias entre ellos y que unos aman al pueblo, mientras otros hacen gestiones para oprimirlos y todo por el simple hecho de no estar de acuerdo con los lineamientos del gobierno.

Todo esto me deja una profunda reflexion, actualmente me veo obligado nuevamente a votar, . Puesto que el camino legal que nos queda es el democratico pondre todo mi esfuerzo para que la MUD gane en esta contienda y de esa manera tratar de impedir que se continue en esta escalada realmente fascista en mi Patria.

Las características del fascismo según Humberto Eco son:

a) El fascismo cultiva un gran culto a la tradición, a los héroes y padres fundadores y trata de presentarse como continuación de su epopeya inconclusa que, ahora sí, alcanzará su culminación gloriosa.

b) El fascismo rechaza el pensamiento crítico, y considera el desacuerdo como traición. Le tiene terror a la diversidad y las diferencias y por ello trata de unificar el pensamiento, las costumbres y hasta la forma de vestir.

c) El fascismo hace un llamado a las masas frustradas y marginadas pues busca presentarse como un movimiento de redención y liberación. Por ello, apela con fuerza al sentimiento y a la fidelidad irracional.

d) El fascismo cultiva el nacionalismo y la xenofobia y necesita vivir en un ambiente y clima de guerra permanente, por lo que resulta frontalmente antipacifista.

e) El fascismo cultiva el heroísmo, el culto a la muerte y abusa del lenguaje épico.

f) El fascismo promueve y alimenta el populismo y busca concentrar en la figura del Jefe todos los poderes. Por eso, necesita instituciones sumisas pues no permite la diversidad ni la divergencia.

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LOS CONFLICTOS CULTURALES QUE PLANTEA LA DIVERSIDAD, ANDRES SIMON MORENO ARRECHE

Ayer fui atendido, con una amabilidad poco común, por una de las cajeras del banco ‘X’ donde tengo mis menguadas cuentas, el mismo en el que suelo cobrar mi pensión de vejez del Seguro Social venezolano. Es una atractiva joven de tez blanquísima y de unos ojos azules transparentes, casi grises, que delatan su antepasado nórdico, un ascendente que literalmente desaparece cuando se despide de mí con un maracuchísimo voceo.

Días antes, el corpulento mecánico que repara mi cacharrito desde que se comenzó a averiar semanalmente (hace ya como diez años), me sorprendió llevándomelo hasta mi casa, reparado y limpiecito ¡Irreconocible! Vino acompañado con el asistente más antiguo de su taller, quien amablemente retiró con un trapo, casi tan ‘usado’ como su overol, las huellas que sus dedos dejaron en la puerta.

Y no fue sino hasta la semana pasada que me enteré que el hijo menor de mi vecina, una tenaz luchadora social que levantó a sus cuatro muchachos como madre soltera, recibió un reconocimiento como el mejor alumno de los últimos años de la E.T.M. la prestigiosa escuela teatral municipal de Maracaibo.

Las tres historias tienen un denominador común exógeno a mí: Los tres protagonistas son homosexuales. ¿Qué los hace diferentes ante nuestra sociedad? ¿Por qué sus preferencias sexuales son tan notoriamente rechazadas aún en este incipiente Siglo XXI? ¿Dónde está escrito el anatema que los condena a vivir una ‘doble vida’ como resultado de un terrible rechazo social?

Para responderme con total honestidad debo volver la vista hacia mi pasado y fijarla en el macro ambiente social de la sociedad donde nací y viví hasta los 17 años: La cultura social norteamericana, una sociedad segregacionista, conservadora y pacata, pero con un Martin Luther King vigoroso, marchando en Washington por los derechos de las minorías ‘de color’. Época de euforias políticas y militares estadounidenses post Segunda Guerra Mundial, que para nada presagiaban la debacle, también política pero fundamentalmente militar, que sufriría el U.S.A. Army y el gobierno norteamericano pocos años más tarde en Vietnam. Nací en Washington D.C. y me crié en Maryland durante aquellos días de los ‘malasangrosos’ letreritos ‘No color people and no dogs’ y aunque mi madre era una mujer rubia, de complexión y apariencia similar a la cajera del banco ‘X’, mi padre era de origen latino, venezolano y militar para más señas, portador de una carga cultural machista y homofóbica que entonces era bien vista en aquella sociedad norteamericana pero también en el contexto social latinoamericano, desde el Río Grande hasta La Patagonia.

Las preferencias homosexuales son tan notoriamente rechazadas porque la sociedad impone a sus ciudadanos desde la más tierna infancia, valores éticos y morales homofóbicos, a través de los parámetros matrizados desde la formación familiar y educacional, con los que se estimula esa oprobiosa diferencia, a través de un sistemático plan de aprendizaje cultural en el que determinados roles y papeles de comportamiento que son estrictamente atribuidos a sus miembros, incluso desde antes de nacer. Se trata de una diferencia tan oprobiosa como lo fue en su momento la segregación social por el color de la piel, o las otras segregaciones que la humanidad ha padecido porque un grupo comulgue con una Fe distinta al canon religioso ‘oficial’, o porque un determinado origen o raza –presuntamente ‘puros’- determine una jerarquización entre los elegidos de una presunta raza superior y los demás, considerados como ciudadanos de segunda categoría.

Esa injusta diferencia se sustenta en el falso escrúpulo moral que ha difundido la sociedad occidental, acompañada y perfeccionada perversamente con la visión fundamentalista de las religiones monoteístas que anatemizan y castigan a la homosexualidad, pero también por quienes, como el que escribe, aún vemos con el entrecejo fruncido las demostraciones públicas de afecto entre personas del mismo sexo. Todos, homosexuales y heterosexuales, somos las víctimas de los procesos de esa socialización cultural, y aunque no podamos revertir la matrización social que nos estigmatiza, somos los heterosexuales quienes tenemos la obligación histórica y moral, aún por encima de nuestros prejuicios, de desarrollar y estimular tolerancia y comprensión hacia cualquier manifestación de diversidad cultural, como un esfuerzo sincero de nuestra parte hacia unas personas tan iguales en virtudes y defectos a cualquier ser humano.

Si con nuestro silencio y nuestra conducta continuamos respaldando la segregación social a un grupo de nuestros semejantes por su preferencia sexual... Si permitimos que nuestros prejuicios culturales se impongan a la razón entonces estaremos fomentando el castigo a la diversidad, en este caso por preferencias sexuales, pero que mañana puede ser por otros motivos baladíes, como la segregación a los zurdos, a los incapacitados o ¿Por qué no? A los que no respondamos a un determinado patrón estético. El silencio y los prejuicios culturales son la cerradura y la llave que le cierra las puertas a una hermosa cajera de banco, a un fornido mecánico automotriz y a una promesa teatral, porque paradójicamente son los mismos instrumentos que abren una ventana hacia el más oscuro y vergonzoso pasado de la humanidad.

Por mi parte, y a contrapelo de mi carga cultural, estoy haciendo el esfuerzo sincero por no arrugar más el entrecejo al observar a un hombre o a una mujer manifestar públicamente su afecto a otro de su mismo sexo. No es fácil a mi edad pero es necesario para estimular la tolerancia y la comprensión. Y tú, respetado lector ¿Cómo enfrentas este conflicto cultural que plantea la diversidad de género?

andresmorenoarreche@gmail.com

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CHÁVEZ, ¿POR QUÉ NO TE CALLAS HE....?. IVÁN ENRIQUE LEÓN HERNÁNDEZ

Chavéz, extenuado por su enorme y variada actividad en la Presidencia, un hombre sumamente activo decidio pasar tres dias en un Monasterio, a fin de recomponer su sistema nervioso. Pero durante los tres dias, Chavéz no dejó de contarle todos los acontecimientos y actividades de su ajetreada vida a un paciente y hospitalario monje. Al anochecer de la tercer dia, el visitante de Sabaneta Barinas, sacó de su maleta una botella de vino y se tomó una copa de más. Medio ebrio, declamó:
Al pasar por San Juaquin, por el famosa Abadia, me instale tres dias y estuve hablando con uno de los monjes. Lejos de mi agitada existencia, gocé de horas de maravilloso reposo.

Y entonces el monje se echo a reir. Perplejo Hugo le pregunto:

-¿Por qué se rie asi?

El monje repuso:

-Porque sus maravillosas horas de reposo me han costato a mi tres dias de terrible agotamiento.

Reflexión.

Conviene ser cuidadoso para no abusar y explotar la paciencia de los demás. A veces estamos tan pendientes de nosotros mismos o tan obsesionados con nuestros intereses y apetencias, que no nos percatamos de los demás. Siempre están aquellos que con sus incontroladas palabras o abrumadora presencia atosigan o agobian a los otros y, sin medida, les imponen su versatilidad o su cansina presencia, lo cual es una actitud demasiado egoista. Estas personas, que no poseen el suficiente tacto como para saber cuánto están ya de más, pueden provocar, insensiblemente, fatiga a los otros; pero tambien es cierto (en el arte de transformar las adversidades) que en esos casos la persona que padece ese atosigamiento puede “nombrar” en su interior maestro de paciencia y ecuanimidad al individuo que tan atosigante resulta, y ello le ayudará a aumentar la resistencia mental y a fortalecer esa energia de equilibrio, sosiego y claridad que es la ecuanimidad, buena auxiliadora en toda circunstancia.

Pero como uno debe también velar y protegerse a si mismo, y no permitir que le confundan o estenúen, tampoco es inoportuno hacer saber a la otra persona o darle a entender que no se puede abusar de la paciencia ajena. Ciertamente, no son pocas las personas que ponen a prueba a menudo la paciencia de los demás. La indulgencia y la paciencia no son obstaculo para determinar en qué momento debe uno retirarse para hallar sosiego. En la vida diaria, de cualquier modo, siempre se ve uno obligado a tratar con personas que ponen a prueba la paciencia, sea por el agotamiento en el que incurren -como en el caso del Chávez abusando de la paciencia del monje- o porque se mustran desconsideradas, hostiles, groseras o exigentes.

Si la reacción ante estas personas es de ecuanimidad y equilibrio, nos ayudarán a desarrollar mucha energia. Sin embargo, ello no implica que no haya que ser firme con ellas llegado el caso, pero siempre desde la actitud equilibrada y sin reacciones internas desmesuradas, que perjudican siempre al que las padece. Ahora bien, es bueno protegerse un poco de las personas que nos roban la paz interior, nos arrastran con su ofuscación, nos conducen a la desidia y nos perturban animicamente de modo sistemático. Ese manual insuperable de ética y sabiduria que es el Dhammapada se muestra muy contundente en este sentido cuando declara. ” Si encontrais a un amigo inteligente (quien es apropiado) para acompañaros, de buena conducta y prudente, en tal caso vivid con él felizmente y vigilante, venciendo todos los obstáculos. Si no encontrais a un amigo inteligente para acompañaros, de buena conducta y sagaz, entonces vivid solos como el rey que ha renunciado al pais conquistado, o como el elefante que pasea a voluntad por el bosque”.

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