domingo, 26 de diciembre de 2010

CON EL ÁVILA NO SE METAN, FRUTO VIVAS

Es la opinión del arquitecto Fruto Vivas en entrevista exclusiva para Quinto Día.

Advierte que subir la cota no es posible para construir viviendas. Para el reputado arquitecto Fruto Vivas la pendiente es demasiado elevada, y agrega que esas tierras no tienen suficiente calidad. Existen, no obstante,algunas terrazas en las que se puede trabajar, específicamente en Los Caracas y Tanaguarena.

“Allí no se puede construir. Ni que se les ocurra. No hay forma”, sentencia el arquitecto Fruto Vivas, en relación con la reciente declaración del presidente Hugo Chávez, en el sentido de que se elevará entre 80 y 10 metros la cota del Parque Nacional Waraira Repano, mejor conocido como El Ávila, en dirección norte, para construir viviendas destinadas a los damnificados, producto de las copiosas lluvias que han azotado al país.

La explicación es que “el talud, la pendiente, es demasiado elevada”. Vivas recuerda que en el año 2000, cuando se produjo la tragedia de Vargas, él sobrevoló la zona con el arquitecto Víctor Artiz, y constató que no se podía subir la cota porque el agua estaba 100 metros arriba. Más arriba de la Cota 100 no se puede llevar agua, habría que hacer un bombeo de agua potable. “Las faldas del Ávila que dan hacia el Litoral no
tienen la calidad de las que dan hacia el sur”, añade el experto.
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*Unos pocos lugares*.

No obstante, el arquitecto precisa que sí hay sitios, unos pocos, en los que se puede construir, pero “jamás subir la cota”. Estos sitios, zonas donde hay terrazas, están localizados en Los Caracas y Tanaguarena.
También, del lado sur, se puede construir en la zona que estaba destinada para el proyecto de Ciudad Vargas (2005), diseñado por Artiz, y al cual el Gobierno, asegura Vivas, le cambió el nombre, “le arrebató el proyecto al arquitecto Artiz”.

Allí se construye en estos momentos una ciudad con capacidad para albergar a 20 mil personas. Específicamente estos terrenos van por la parte oeste de Caracas, en el sitio donde se proyectaba construir una nueva autopista, que no se construyó, en dirección Caracas-La Guaira.
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*Un gran peligro*.
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“A Caracas la veo en un gran peligro”, advierte Fruto Vivas, quien puntualiza que los expertos consultados por él señalan que el Parque Nacional Waraira Repano está en un punto de “saturación máxima”. Vivas resalta que dichos especialistas, no saben cómo el antiguo Ávila no se ha venido abajo. “Estamos en las mismas condiciones que cuando se produjo el deslave de Vargas”, sentencia.

Pero Vivas va más allá: “Con 24 horas más de lluvias, el Ávila se viene abajo”, asevera, pues subraya que el parque nacional está saturado, y hay demasiada agua impregnada.

Consultado acerca de las eventuales medidas preventivas que deberían asumirse, el arquitecto responde tajante que “no se puede hacer nada.

Esperar que no suceda. Tenemos una gran defensa que es la Cota Mil”.
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*Falta de previsión*.
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Vivas señala al Estado como el gran culpable de no contar con un sistema de previsión para estos casos. “Defensa Civil debería tener cientos de viviendas listas para estas contingencias”, alega, y añade: “tenemos un ejército que posee millones de carpas, el país debe tener la cantidad suficiente de elementos listos para cualquier emergencia”.

El especialista opina que se requiere la decisión del Estado para hacer viviendas de emergencia. No cree que las medidas de toma de clubes privados sea la solución.

“Hay que lograr que el ejército se meta en los barrios arriba y construya viviendas de emergencia”, remarca.
El daño del fenómeno natural La Niña ha sido terrible, desde la óptica de Vivas.

“En Venezuela la única suerte que tenemos es no tener la enorme cantidad de muertos que se registró durante el deslave de Vargas”. El arquitecto, cree que el problema no sólo es el de las lluvias: “A mí me preocupa un terremoto. Caracas no está preparada”, alerta.

*Solución a la pobreza*.

.El problema central de Venezuela –arguye- no es la vivienda, sino la pobreza crítica. “El que tiene capacidad productiva hace su casa. A aquel a quien se le da una casa que no puede pagar, se le está haciendo un daño terrible”, reflexiona.

Ante esta disyuntiva el arquitecto tiene un planteamiento, basado en el uso de tecnologías populares -del saber del pueblo-, entre ellas las de las comunidades indígenas.

Para ello –dice- se hace necesario consolidar la “Tecnología de la Necesidad”, que no es otra cosa, que la desmitificación de la tecnología que usan “los poderosos, y ponerla al alcance del pueblo, desmitificada, simplificada, como la sabiduría y sencillez con que los campesinos hacen un soldador con salmuera y dos electrodos, en un simple envase de plástico,

poniendo a su alcance, la técnica sofisticada de la soldadura, o como cuando ellos de una simple zaranda de madera, fabrican un taladro inercial, sin el uso de la electricidad, o cuando ante la ausencia de una máquina para hacer café, utilizan un tizón, para decantar el café en el agua”.

De esa misma manera, continua Vivas, es preciso poner al alcance del pueblo, todas las tecnologías para producir energía, transformación de los productos, para hacer posible que la técnica esté a su alcance.

*Tres prioridades*.

Al insertarse dentro de la problemática de la pobreza, encontramos la grave crisis de la vivienda. Ésta –opina el experto- adolece de una grandísima falla, ya que el problema fundamental del pueblo, como se dijo más arriba,“no es precisamente la vivienda, sino las menesterosas condiciones de vida, donde existen tres prioridades fundamentales: productividad, que es la creación de riqueza social, para lograr sobrevivir; precarias condiciones de salud, donde actualmente el Estado ha hecho grandes esfuerzos; educación para la vida y para el trabajo”.

La tesis de Vivas es que “mientras el pueblo no resuelva el problema de supervivencia, no podrá tener acceso a los problemas de vivienda y se convertirá en un mendigo del Estado y de las organizaciones privadas, que usan la vivienda para sus intereses”. Por ello –argumenta- el país está obligado al hablar de vivienda, a incluir los tres elementos arriba señalados, para lograr la vivienda integral.

De este modo, el planteamiento de Fruto Vivas resume la prioridad de los cuatro huertos de la vivienda productiva: huerto de la alimentación; huerto de la salud: plantas medicinales; huerto del vestido: lino, algodón, gusano de seda; y, por último, huerto de la vivienda: bambú, mangle, teca, caña amarga.

*Vivienda integral*.

Una vez cubiertos los tres aspectos esenciales referidos, dice el arquitecto, ya se puede hablar de vivienda, que es la vivienda integral, “donde el pueblo nos da lecciones de sabiduría, al resolver primeramente en forma sencilla su vivienda y a medida que crea riquezas, va consolidándola en base a sus posibilidades”.

Particularmente sobre el planteamiento de la “vivienda productiva”, el experto señala que se hacen necesarios estímulos para desarrollar la producción en todos los barrios creando los mercados populares de la vivienda productiva.

Las técnicas constructivas, para este tipo de viviendas, son múltiples, pero pueden citarse, entre otras: los adobes de barro, el bahareque, la tapia pisada, el sistema hidráulico popular, cómo hacer un sanitario, cómo fabricar tabiques livianos, los paneles de papel encolado, techos copulares,  columnas con cartones de huevos, las estructuras metálicas tubulares incombustibles, el amarrado de viviendas precarias para sismos, y las viviendas sobre patines

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