martes, 25 de junio de 2013

LUIS GARCÍA MORA, MIENTRAS LA BOMBA SOCIAL HACE TIC-TAC, MADURO AFLOJA PARA QUEDARSE, AL LÍMITE:

El juego es muy difícil. Y Maduro maniobra pero lo desborda el tsunami que Chávez le legó. Trata de controlar la crisis económica y la crisis política y al instante lo cornea la ola de corrupción y la desinstitucionalización del país. que avanza hacia el conflicto. Y vuelve a maniobrar. 

Desbordado, se reúne con los empresarios, le tira una alfombra roja a los curas, al Papa y hasta a USA, al tiempo que verbalmente extrema el hostigamiento.

Pero él lo sabe: estamos en el peor de los mundos. Los venezolanos enfrentamos esta crisis limpios. Está estirando hasta el límite el modelito de Giordani y, al final, lo sabe: el sistema tendrá que abrirse para poder sobrevivir. 

Ante él (un presidente ilegítimo al menos para más de la mitad del país) se encuentra un Estado parado, por falta de recursos. Con un problema fiscal y al que sólo quedan 15 días de importaciones. Los inventarios se acabaron y existen compromisos de Cadivi por ocho mil millones de dólares.

Merentes y Ramírez le anuncian una gira por los mercados financieros internacionales, para pedir más real y profundizar el hueco. El costo de la deuda venezolana es de los más altos del mundo. Petrobrás se financia con un tercio de lo que se financia PDVSA. Se acelera la búsqueda de financiamiento para atender actividades medulares. Es decir: para sobrevivir. Al tiempo que se sobrevive a una inflación del 100% anualizada: 2 puntos en marzo, 3 en abril y 6,6 en junio. Si anualizas: 100%, con un crecimiento paupérrimo.

Y todo es obra de uno que ni los peores enemigos de Batman: Jorge Giordani. Un genio que construyó una máquina excavadora para llegar al fondo de la Tierra. El arquitecto financiero del Socialismo del Siglo XXI que acabó con la capacidad de ahorro. Jamás se olvidará cómo Giordani, volándose el mercado de capitales, les cortó la cabeza a más de 300 mil personas que, en un mercado de valores incipiente como el venezolano, se fueron al ahorro e invirtieron en títulos del Gobierno en dólares, como capital semilla de unos futuros fondos de pensiones que hubieran podido financiarnos, como en otros países en crecimiento. Y, no. Este villano no está en el asilo de Arkham: Maduro lo mantiene en el clóset. Mientras tanto, contempla (imagina uno) las imágenes de las noches de protestas violentas en Sao Paulo, Río y Brasilia, y le ruega a Carlos Marx que no se desate aquí un conflicto parecido.

En esta calma chicha escalofriante. Un país polarizado inmanejable, con un Consejo de Estado de más de tres miembros –y por lo tanto, también inmanejable– para tomar decisiones de políticas públicas ante una situación de shock en la que, a cada momento que transcurre, se hace más evidente la relación entre la corrupción salida de madre, la profunda crisis de la economía y el desastre de las instituciones públicas. Al tiempo que PDVSA hace esfuerzos por estabilizar la producción petrolera, Maduro intenta un cambio en la política económica hacia la moderación (Barclays). Cuando se considera la posibilidad de consolidar todos los recursos que nos quedan en divisas –y que están regados por el Fonden, el fondo chino y otros silos paralelos–, hay una total falta de transparencia.

Y tienen que evitar el ahondamiento de la recesión, lo cual es demasiado tarde para algunos. Por otro lado, el entramado de corrupción sofoca a Maduro. Al país. Le corta cualquier posibilidad. Maduro trata de extirpar el tumor canceroso de las industrias de Guayana, de Ferrominera, del INTI, de INDEPABIS. Y se enfrenta a la lista de “intocables” de unas mafias “revolucionarias” de civiles y militares que corroe las entrañas institucionales, ante las que no hay Fiscalía que valga. Y de repente, para aumentar el ruido, la recién estrenada presidenta del Tribunal Supremo de Justicia nombra al ingeniero hermano de Chávez, sacado aparatosamente de Corpoelec, en la Dirección ejecutiva de la Magistratura, como máxima autoridad gerencial del Poder Judicial. No tiene vida. No hay freno. Límites.

El afán de desmantelamiento es total. Y si le preguntan a Kerry, el gringo del Departamento de Estado, dirá muy norteamericanamente: “Vamos a dejar que esta vaina evolucione”. Como la Iglesia. Y el sector político. Y algún empresariado de manga corta. Piensan todos al alimón contener como puedan el desbordamiento, abrir los canales del diálogo, desactivar la bomba de la ingobernabilidad.

Mientras, la bomba social hace tic-tac. El consenso sobre el país que queremos en lo político, en lo económico, se ha roto. Las posiciones mayoritarias se han volteado. La Juez Afiuni (al fin) recobra su libertad. Y Maduro afloja para quedarse. ***

@LuisGarciaMora

http://prodavinci.com/2013/06/16/actualidad/al-limite-mientras-la-bomba-social-hace-tic-tac-maduro-afloja-para-quedarse-por-luis-garcia-mora/

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2 comentarios:

  1. QUE BUENO. SÍGANOS INFORMANDO DE ESTAS IRREGULARIDAD Y HABRIRLES LOS OJOS A LOS DEL PSUV

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  2. QUE COGOLLOS DE MADRE TIENE ESTE GOBIER. SIGAN INFORMANDO. FELICIDADES

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