PREOCUPANTE CERTIDUMBRE
Si hubiera que definir el futuro de
Venezuela, nos atreveríamos a calificarlo como “de una preocupante
certidumbre.” Preocupante, porque nada bueno se avisora, y certidumbre porque
tarde o temprano las masas populares, esas mismas a las que el oficialismo
utiliza, y la oposición desprecia, ignorándolas, se harásentir, y no
necesariamente con votos.
En estos casi 15 años desde que Hugo Chávez
empezó con su revolución bolivariana, si bien han sido muchas las iniciativas
opositoras para neutralizar el avance del gobierno, las mismas, en vez de
corresponder a estrategias provenientes de un mesurado plan, han lucido como
acciones desesperadas, sin un objetivo claro, y que por lo mismo no han contado
con el apoyo fundamental de la mayoría de la población.
Ante la salida del presidente Chávez del
poder (2001), como consecuencia de una marcha nacional que terminócon hechos de
violencia en el Palacio de Miraflores, los propios organizadores de la salida
del presidente, debido a la ausencia de un plan que facilitara la transición,
lo restituyeron en el poder. Frente al paro petrolero (2002-2003), si bien
colocóal gobierno bolivariano en una situación dramática, no hubo un después
que demostrara que dichas acciones (consideradas por algunos como suicidas)
conllevaría a la salida del presidente de la República. Cuando se produjo el
referendo (2004) que permitiríarevocar el mandato al entonces presidente
Chávez, no se contemplóla necesidad de la corroboración de dicho proceso, y el
mandatario no solo ganóholgadamente, sino que fue relegitimado frente al mundo.
Durante las elecciones parlamentarias de 2005, los partidos opositores se
negaron a participar, no bien los vicios del proceso por ellos denunciados
habían sido corregidos por intermediación de la OEA, perdiendo la oportunidad,
o de reinvindicar su no participación en esas elecciones, o de tener
representación en la Asamblea Nacional, si hubiesen participado.
Ante las conocidas “Guarimbas”
(manifestaciones públicas en sectores opositores del país) realizadas en los
años 2007 y 2014, las mismas, en vez de legitimar el derecho a disentir,
conllevaron a hechos de violencia con muertos, heridos y destrucción de la propiedad
privada, dejando en entredicho la acción opositora. Si a esto le unimos las
politicas manifiestamente contradictorias por parte de este sector, como la
denuncia de fraude por falta de transparencia de los procesos electorales, o la
absoluta dependencia del Consejo Nacional Electoral al gobierno nacional,
cuando esa misma oposición llama a votar masivamente, e invita al organismo
electoral a que organice sus elecciones primarias, o la solicitud de apoyo
internacional mientras paralelamente esa misma oposición le reclama a los
líderes mundiales para que se mantengan al margen, deja mucho que desear frente
a quienes, si bien desean un cambio, no quieren equivocarse.
LA OPOSICIÓN NO ENTIENDE.
El caso es que, indistintamente de lo
reprochable de la conducta gubernamental, el tiempo ha demostrado que sin un
objetivo concreto por parte de la oposición, no es posible establecer una
estrategia coherente que permita un cambio de gobierno, y es que para proceder
en consecuencia se hace necesario algo más que oponerse a políticas, que mal
que bien son apoyadas por un número nada despreciable de venezolanos, y que
proviene de un proceso electoral, que hasta que no se demuestre lo contrario,
le otorga el sello de legítimo.
Si hay algo que la oposición venezolana no
quiere terminar de entender, es que la Venezuela de hoy, aún con la terrible
situación que el país padece, ya no es la Venezuela del pasado, ni volverá.
Hugo Chávez, equivocado o no, logró penetrar
en el espíritu de los menos pudientes, y más desprotegidos (que en Venezuela
son más de la mitad de los habitantes), haciéndoles ver que había llegado el
momento de exigir las reinvindicaciones que la democracia les había negado toda
su vida. De allí, que insistir en seguir presentándole a estos venezolanos opciones
similares al pasado, así vengan ahora disimuladas con nuevos partidos
políticos, o nuevas caras, sin tomar en cuenta sus pareceres, como si los
liderazgos pudieran imponerse desde afuera, es condenar a todos a la
continuación de acciones fallidas. Estas acciones no sólo no cambiarán la
situación, sino que, en el mejor de los casos, le facilitará más bien a
candidatos emergentes, dentro del propio oficialismo, la presentación de un
proyecto, que junto con los recursos del actual gobierno, y su poder político,
pueda convencer a esos venezolanos a los que la oposición no ha logrado. Pero,
la realidad nos ha demostrado, (basta con recordar el “Caracazo”, 1989), que un
pueblo con hambre, que se considera burlado por los dirigentes políticos –del
lado que sea- tarde o temprano reaccionarácon la rabia propia del que ve morir
a un hijo por falta de atención médica, o simplemente por falta de comida, y es
allíen donde la desconfianza en los que pretendían ser sus líderes, se
harásentir.
LOS PRÓXIMOS MESES: DISTRACCIONES Y POCO
CAMBIO
No se vislumbra un cambio diferente en el
panorama venezolano. En menos de una semana se celebrarála Cumbre de las
Américas en Panamá, reunión hemisférica a la cual el presidente Maduro pretende
llevar “10 millones de firmas,” las cuales han sido recogidas haciendo uso de
todo tipo de ardides a los ciudadanos, en reclamo por la medida ejecutiva
dictada por el presidente Obama en contra de ciertos funcionarios venezolanos.
Era obvio que la vedette de dicho evento no sería
sino el gobierno cubano, en plenas negociaciones con el gobierno norteamericano
para reanudar sus relaciones. A pesar de la mención que pueda hacer Cuba en
dicho Foro sobre Venezuela, y de la propaganda que el propio mandatario
venezolano quiera hacer sobre las mismas, Maduro sabe perfectamente bien que,
por mucho que ambos gobiernos pretendan ocultarlo, después de haberse enterado
del trato a sus espaldas, entre la dictadura cubana y el gobierno americano, ni
ya Cuba seráigual para Venezuela, ni Venezuela significa lo mismo para Cuba.
Otro de los eventos en el cual la comunidad
internacional ha dirigido la mirada sobre Venezuela es el ofrecimiento de parte
de algunos ex gobernantes hispanoamericanos, de ejercer la defensa de dos
conocidos opositores al régimen venezolano, hoy en día detenidos en su país, y
de lo cual no existe posibilidad alguna de que dicha representación pueda
servir para recobrar la libertad de los imputados.
Por ahora las circunstancias parecen distraer
la atención de los venezolanos, entre denuncias del gobierno sobre complots
para defenestrarlo, y unas elecciones parlamentarias, que lo obligarán a todo
tipo de campañas proselitistas, así como a prodigar, como ha sido costumbre,
prebendas económicas, y hasta amenazas para lograr el voto favorable del
pueblo. Ya el organismo rector electoral se encargará nuevamente de modificar
las circunscripciones electorales en las zonas en las que considere
beneficiosas para su gobierno. Oficialismo y oposición nuevamente ganarán sus
curules en el organismo legislativo, y con ésto la revolución bolivariana hará ver
ante el mundo la exitosa democracia de un país que se hunde entre la inflación,
el desabastecimiento, la violación de los derechos humanos, y la altísima
criminalidad.
Habría que ser bien ingenuo para creer, que
dependiendo la revolución bolivariana de la Asamblea Nacional para ejecutar
todas sus reformas, vaya a cambiar sus artimañas electorales que tanta utilidad
les han resultado en el pasado. No será hoy, ni mañana, porque todavía el gobierno
bolivariano tiene mucha capacidad de maniobra sobre un pueblo que por ahora se
conforma con poco, en tanto que la oposición se distrae con sus pugnas internas
y su ausencia de la realidad, pero el tiempo llegaráen que ambos grupos
despierten de un sueño, que ojalá no se convierta en pesadilla.
Virginia Contreras
trinitron208@aol.com
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