miércoles, 7 de octubre de 2015

NELSON CASTELLANO-HERNÁNDEZ, LO PEOR DE LO PEOR

Dictadores, autócratas, títeres, demócratas, militares, civiles, autodidactas y estadistas han comandado las riendas de Venezuela. Gracias a ellos hemos tenido gobiernos malos, regulares y buenos, pero nada como el régimen de ahora, ¡lo peor de lo peor!

El oscuro periodo que vivimos se inició con un iluminado, que rápidamente transformó lo que parecía osadía en una “gigantesca” traición a la patria. El problema era su ignorancia sobre la función de estado y su condición de títere, que cumplía el plan trazado desde el Foro de Sao Paolo… el que prometió una nueva independencia, rápidamente se entregó en manos del sátrapa que admiraba.
Su gestión se convirtió en un circo barato, reducida a discursos, desplantes, desprecio al disidente, promesas, chantajes, limosnas, insultos, expropiaciones y agresiones. Un coctel que condujo inexorablemente a la catástrofe que hoy padecemos.
El desolador espectáculo contó con un buen reparto, el payaso tenía dotes histriónicas y se rodeó de enanos. Fue aplaudido por los países que se beneficiaban del petróleo y por todos aquellos que vieron en él la oportunidad de vengarse de quienes suponían responsables de su pobreza: el Imperio o la iniciativa privada… olvidando que éramos uno de los países latinoamericanos con mayor estabilidad y permeabilidad social.
Mientras se retransmitía el interminable show, los enchufados, los narco-soles, los que promocionan el terrorismo islámico y los corruptos, se apresuraban a adelantar sus fichas y a tomar su “tajada”. Con un pase de mago de pueblo, lograron desaparecer la mayor fortuna que haya ingresado en toda la historia de Venezuela, que por arte de magia, se encontró depositada en las cuentas extranjeras de funcionarios, amigos y parientes.
Los ineptos fueron promovidos para ocupar cargos públicos. Ministros, gobernadores jueces, fiscales, directores y presidentes de empresas del Estado, responsables de divisas, aduanas, fronteras y un largo etcétera con Maduro a la cabeza, son los responsables de la insensatez lograda: ruina, inseguridad y escasez.
Personifican lo expresado por el escritor francés Víctor Hugo: “Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien”.
Recordemos la afirmación de Jesse Chacón: “Si en 100 días no logramos los objetivos planteados, pongo mi renuncia”, o a Iris Valera prometiendo renovar en tres años la planta física penitenciaria. A la “mini canciller” dirigiendo la diplomacia venezolana por Twitter, un puesto donde la insensatez no basta para ocupar eficazmente una función.
Nos debemos olvidar la “gran labor” de Ramírez a la cabeza de Pdvsa, con sus desastrosos resultados para la industria, sin hablar de la corrupción, de los containers de comida podrida y de las cuentas millonarias en el extranjero.
Pero no bastó con seleccionar incapaces, tuvieron encima que rodearse de lacras, de narcos, guerrilleros y terroristas, de gente mala y sin escrúpulos, habitada por el odio, la venganza. Me aconsejaron no publicar nombres ¿Pero no hacerlo de que serviría?
¿Tiene razón o no Leamsy Salazar, quien era el jefe de seguridad de Cabello, cuando señala al Presidente de la Asamblea Nacional, como el capo del cartel de los Soles o cuando implica a Tareck el Aissami, gobernador del estado Aragua y relacionado con redes islámicas, o a José David Cabello, superintendente del Seniat, ministro de Industria y hermanito de Diosdado? Salazar señala también, como instancia para el lavado de dinero, a la petrolera nacional.
Recordemos algunos amigos y secuaces: Eladio Aponte, ex jefe de la Sala Penal del Tribunal Supremo, quien huyó a Estados Unidos como testigo protegido, a su gran amigo Makled alias “El Turco”, empresario venezolano hoy en día preso por narco. Dueño de la aerolínea Aeropostal, de Transgar, empresa aduanera y de transporte así como la concesión del puerto de Puerto Cabello, la cual reconoció haberla obtenido gracias a sobornos a altos funcionarios del gobierno, entre ellos Acosta Carlez, para la época gobernador del Estado Carabobo.
El régimen cuenta con “joyitas” como Hugo Carvajal, durante mucho tiempo jefe de la Dirección de Inteligencia Militar, con Freddy Bernal, la primera comandante o Jaua, quienes poseen un prontuario como currículo.
Un pensamiento para los francotiradores del puente Llaguno, autores de una masacre oficial o para el portugués João de Gouveia responsable por el asesinato de varios manifestantes opositores reunidos en la plaza Altamira, héroes bolivarianos del siglo XXI.
Posee también su inefable cuota de cínicos, quienes salen en coro defendiendo los desaguisados jurídicos del régimen, por aquello de “miente que algo queda”, Aristóbulo, Saab, Arreaza, Rodríguez y Padrino, entre muchos otros, se igualan a su mejor representante Mario Silva.
Una lista tan larga imposible de resumir. Mención especial merecen un grupo de mujeres con mucho “talento” según la opinión del partido rojo. La tarifada Eva Golinger o las que se llevan la palma del servilismo Tibisay, las Luisas, Iris Valera y la recién llegada al Panteón de la Vergüenza Nacional, la juez Susana Barreiros.
Personifican los más bajo de un ser humano. Como diría el retórico romano Juvenal, “Nadie se hizo perverso súbitamente”. Un mal gobierno es igual a una mala causa, será defendida por medios oscuros y por gente mala.
Asqueado por el comportamiento de esta escoria, buscaba comprensión en la lectura, encontrándome con el personaje bíblico de Jezabel, a quien el rey israelita eligió como esposa, a causa de ella la nación se sumió en la idolatría, la brujería y la inmoralidad.
“La verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba.” (1 Reyes 21:25). Al final se cumplió la profecía, ella fue arrojada desde el palacio, pisoteada por caballos y su cuerpo despedazado por los perros. Este final recuerda que los que siembran maldad, serán alcanzados por el juicio de sus acciones.
Alterar la base poblacional de algunos municipios para obtener más diputados en circuitos despoblados que controla el gobierno. Acudir a sentencias sumisas para inhabilitar demócratas, violar normas constitucionales porque la Corte Suprema es una oficina del Ejecutivo, son algunas medidas de los rojos para usurpar el poder.
La presencia castrista en las estructuras de seguridad nacional, la palabra oficial utilizada como arma para amenazar, insultar y calumniar. La impunidad de que gozan los corruptos del gobierno, la destrucción de la producción nacional y de puestos de empleo, la desaparición de poderes independientes, base de la vida democrática, son los mecanismos que utiliza el sistema autocrático instalado en Venezuela.
El Salmo 36, “Dios Habla Hoy” debería ser una advertencia. David, servidor del Señor, alerta sobre la maldad que habita en lo íntimo del corazón, que impide el temor de Dios. Previene al que se cree tan digno de alabanzas, que no encuentra odiosa su maldad y al que aferrado al mal camino no renuncia a él.
En Venezuela peligran la libertad y el futuro de todos. En los años 1700, el irlandés Edmund Burke afirmó, “Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”.
Tomar partido o permanecer indiferente es una decisión personal, pero no sin consecuencias, una posición nos humaniza, la otra nos acerca a la bestia.
Nelson Castellano-Hernandez
nelsoncastellano@hotmail.com
@nelcasher
Venezuela-Futura, Francia

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