HECTOR DE LIMA, MADURO Y LA ESTRATEGIA DEL ALACRÁN, DESDE ESTADOS UNIDOS

Colombia lleva cincuenta y cinco años luchando contra la FARC y aun no ha podido erradicar ese flagelo. En Venezuela, un grupo de militares, enredados en manejos turbios de drogas y petróleo, actúan como socios complacientes de la FARC y manejan a su antojo las marionetas políticas heredadas del chavismo. 

Para Chávez, la FARC era un aliado estratégico en su imaginario de guerra contra el Imperio. En lo táctico en cambio, era una piedra en el zapato. Con mucho dinero y con votos logrados a base de populismo militar, pensaba llevar a cabo una revolución continental a la que llamó Socialismo Siglo XXI, pero estas ideas peligraban por la guerra de la FARC calentando la frontera, que amenazaba con poner en peligro la revolución bolivariana. Rodeado de siete bases militares que servían de contrapeso al inmenso arsenal importado de Rusia  y desmembrada la FARC de sus dirigentes históricos, muertos Reyes, Marulanda, Elcano y el Mono Jojoy, la FARC lucia arrinconada, había perdido su disfraz político y solo  quedaba al descubierto su cariz de cartel de la droga. Lo aconsejable, según Chávez, era que la FARC escogiera el mismo camino que el chavismo para la toma del poder: “ Miren a su alrededor –dijo dirigiéndose a los lideres de la FARC -Correa, Evo, Cristina, Ortega y yo, hemos llegado al poder con los votos del pueblo.” Estas recomendaciones dieron origen a los interminables diálogos de paz de la Habana. Nadie entendió en aquel entonces, -como lo entendemos ahora- lo que quiso decir Chávez cuando afirmó que Santos “era su mejor nuevo amigo.”

Pero ahora las condiciones han cambiado, con el petróleo por el piso, con un sistema que fracasó rotundamente, acusados los principales lideres como miembros de los carteles de la droga, con juicios de lesa humanidad esperando en los tribunales internacionales, el gobierno de Madura se encuentra en su etapa más peligrosa: la guerra es el ultimo recurso.  No pueden dar marcha atrás, casi todos saldrán del poder directo para la cárcel y en estas condiciones, la ultima alternativa que les queda en medio de su desesperación es la guerra con el país hermano, que una vez cruzó el rio Táchira para dar su sangre por la libertad de Venezuela, porque colombianos fueron los soldados que acompañaron a Bolivar en su campaña admirable.

Las imágenes torpes de esos jóvenes, mujeres  y niños que regresan abandonando las casas marcadas al mejor estilo nazi, quedarán en la historia del oprobio grabadas en los corazones de los venezolanos y colombianos dignos. Pero Colombia no se rinde, no le hará el juego a lo que queda del chavismo en las peores horas de su triste historia.

Maduro quiere atravesar la crisis montado en el alacrán de su propia incompetencia, quiere hacernos creer que los problemas de su gobierno, se derivan de la acción de unos colombianos pobres que buscan en Venezuela nuevos horizontes. Según él, la causa de la crisis económica hay que buscarla en el joven que regresó a través del rio con un colchón en la espalda.

Quieren dividirnos y el resultado es todo lo contrario, entierran el aguijón apostando a la división de dos pueblos hermanados como nunca, ayer por nuestra historia y hoy porque adversamos a un enemigo común: la FARC de boina roja en Miraflores y la que se encuentra escondida entre matorrales de droga.

La dupla Maduro y Cabello andan jugando a la guerra y creo que van a conseguirla, tanto es el odio incoado contra una Guardia Nacional Bolivariana cobarde, que tortura a estudiantes venezolanos y viola  mujeres colombianas en la frontera, que tal vez estalle.  ¿Y adivinen quien ganara la guerra?  Colombia y Venezuela.

Hector De Lima

hectordelima@gmail.com

@venecolombo

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