martes, 8 de septiembre de 2015

GUSTAVO AZÓCAR ALCALÁ, LAS 10 GRANDES LECCIONES DE GUATEMALA

Estuve en Ciudad de Guatemala durante las últimas 4 semanas, cumpliendo actividades relacionadas con mi trabajo como Consultor Político. Pude ver con mis propios ojos la manera como el pueblo guatemalteco decidió cambiar el rumbo del país, utilizando las armas que le daba la Constitución y las leyes de esa nación.

Contrariamente a lo que algunos creen, la renuncia del Presidente Otto Pérez Molina, un general retirado, no fue producto de la casualidad ni del azar. Fue el resultado de una lucha tenaz por parte del pueblo guatemalteco y de la conjunción de una serie de factores de carácter político, entre los cuales, quizá el más importante, fue la separación de poderes y la fuerza de las instituciones guatemaltecas, que no desmayaron hasta lograr que se hiciera justicia.

Guatemala le ha dado una Clase Magistral de Democracia a toda América Latina y al mundo. Ese país acudirá este domingo 6 de septiembre a unas elecciones presidenciales que son cruciales, y que definirán el rumbo de esa nación. Pero independientemente de los resultados, que con toda seguridad serán muy ajustados y que obligarán a una segunda vuelta electoral en noviembre de este mismo año, es indudable que los guatemaltecos han decidido acabar con dos de las tres grandes enfermedades que aquejan a Latinoamérica: la corrupción y la impunidad. La tercera es el populismo, y espero que algún día no muy lejano, también la acaben.

En mi modesta opinión, la Clase Magistral de Democracia que ha dado Guatemala, se resume en 10 grandes lecciones:

1)  El pueblo en la calle en protesta pacífica: Otto Pérez Molina fue obligado a renunciar gracias a la presión popular que ejercieron los guatemaltecos durante casi 20 semanas. El pueblo estuvo en la calle (sin violencia, sin quemar un caucho, y sin guarimbas) frente a la Plaza de la Constitución, exigiendo la dimisión del Jefe de Estado hasta que se logró el objetivo.

2)  El papel del Ministerio Público: La Fiscalía inició la investigación contra el Presidente Otto Pérez Molina, haciendo lo que le correspondía, sin aceptar las presiones que, con toda seguridad, se hicieron desde el Poder Ejecutivo. La Fiscalía acusó al Jefe de Estado y pidió su enjuiciamiento tras comprobar que habían pruebas para inculparlo. (gracias a Dios, en Guatemala no está Luisa Ortega Díaz)

3)  El papel del Congreso: El parlamento guatemalteco se negó en un primer momento a quitar la inmunidad al Presidente Pérez Molina. Hubo una primera votación en la que el Jefe de Estado salió bien librado, gracias entre otras cosas al apoyo del candidato y máxima figura del partido LIDER, Manuel Baldizón. Pero luego de la acusación por parte de la Fiscalía, vino una segunda votación en la que se aprobó allanar la inmunidad. (Gracias a Dios, el Congreso de Guatemala no lo preside Diosdado Cabello)

4)  El papel del poder Judicial: La justicia guatemalteca hizo lo que le correspondía: La Corte Suprema de Justicia avaló la decisión del Congreso de allanar la inmunidad al Presidente. Luego, un tribunal emitió una orden de captura contra el Jefe de Estado, pidió prohibición de salida del país para el mandatario y posteriormente se le dictó privación preventiva para enviarlo a la cárcel como cualquier ciudadano común.

5)  Respeto a la Constitución y a las leyes: El presidente renunció. El Congreso aceptó la renuncia y acto seguido, fue juramentado el vicepresidente Alejandro Maldonado como nuevo Presidente del país. (en Guatemala, gracias a Dios, no apareció un Pedro Carmona auto juramentándose él mismo).

6)  La Procuraduría General de Guatemala, cuyo titular fue propuesto por el Presidente, publicó un comunicado en los medios, recomendándole al Jefe de Estado, Otto Pérez Molina, que renunciara al cargo.

7)  En Guatemala funciona, desde hace 9 años, La Comisión Internacional contra la Impunidad, CICIG, la cual fue creada el 12 de diciembre de 2006 por medio de un acuerdo firmado entre Naciones Unidas y el Gobierno de Guatemala, tras la opinión consultiva favorable de la Corte de Constitucionalidad en mayo de 2007. La CICIG, presidida por el colombiano Iván Velásquez, fue la que ayudó a sustanciar los expedientes contra Pérez Molina y sus colaboradores.

8)  Libertad de Expresión: la participación de los medios de comunicación ha sido fundamental y hasta envidiable. Para que se tenga una idea de cómo funciona la libertad de expresión en Guatemala, basta decir que los periodistas tienen acceso total e ilimitado a los tribunales y pueden transmitir, en vivo y en directo, el juicio que se le sigue a la vicepresidente Roxana Baldetti y al ex presidente Otto Pérez Molina. Cualquier guatemalteco puede seguir por la radio y ver por la TV, en tiempo real, el interrogatorio que se hace a los dos acusados.

9)  Institucionalidad: La participación de los Cuerpos de Seguridad y de las Fuerzas Militares de Guatemala ha sido totalmente institucional: no ha habido declaraciones ni de militares ni de policías en torno al juicio que se sigue contra Baldeti y Pérez Molina. La detención de Pérez Molina la hizo la policía.

10)              El papel del Poder Electoral: El Tribunal Supremo Electoral de Guatemala mantuvo la convocatoria a elecciones para este domingo 6 de septiembre. El sistema electoral guatemalteco contempla la primera y la segunda vuelta. Todo parece indicar que ningún candidato ganará la Presidencia en la primera vuelta. Eso quiere decir, que quien quiera gobernar Guatemala tendrá que llegar a acuerdos importantes con actores políticos y con minorías para poder obtener la mayoría necesaria en la segunda vuelta prevista para el mes de noviembre.

Lo ocurrido en Guatemala en estas últimas semanas es, sin lugar a dudas, una Clase Magistral de Democracia para todos los países de América Latina. En Venezuela dimos esa misma Clase Magistral en 1993. Ese año, el Fiscal Ramón Escovar Salom solicitó el antejuicio contra Carlos Andrés Pérez, poco después el Congreso de la República despojó al Jefe de Estado de su inmunidad y la Corte Suprema de Justicia lo sometió a juicio.

Lamentablemente, aquella Clase Magistral de Democracia que se dictó en Venezuela en 1993, sirvió para que tiempo después llegara el segundo gobierno de Rafael Caldera y posteriormente, el primer gobierno de Hugo Chávez Frías. Con Chávez se acabaron las clases de democracia y vinieron las clases de dictadura. Luego llegaría Nicolás Maduro, con sus nuevas clases de tiranía. 

Ojalá y en Guatemala no ocurra lo mismo que en Venezuela. Los guatemaltecos tienen la gran oportunidad, este domingo 6 de septiembre, de escoger entre 14 aspirantes a la Presidencia. No será una elección fácil. Hay serios indicios de que el narcotráfico ha metido sus manos en la campaña electoral de ese país. Ha habido graves señalamientos contra algunos candidatos.

Dios quiera que los guatemaltecos se vean en el espejo de Venezuela y eviten caer en la tentación del populismo y del militarismo. También pueden verse en el espejo de Colombia o en el de México, donde la impunidad y el poder de la droga hizo y sigue haciendo estragos.

Mi estancia de 4 semanas en Guatemala me dice que los guatemaltecos son gente sabia y humilde. Así como lograron salir de una vicepresidente y de un Presidente corruptos, abrigo la esperanza de que también sabrán salir bien librados de este proceso electoral que, sin lugar a dudas, es el más importante de su historia.

Gustavo Azocar Alcala
Email: cafeconazocar@gmail.com
Twitter: @gustavoazocara

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