miércoles, 2 de septiembre de 2015

EGILDO LUJAN NAVAS, LAS IDEAS DEL MERCADO FORMATO DEL FUTURO

“Todo este conjunto de relaciones entre trabajo, capital, distribución y producción, que es válido en general, se torna más que evidente en Venezuela, porque el proceso económico ha consistido fundamentalmente hasta hoy en la distribución de una riqueza y de un ingreso producido por la riqueza petrolera. Por lo que a este proceso se refiere, los intereses de obreros y empresarios están, para solaz de la cultura de izquierda, obviamente contrapuestos”. Econ. Emeterio Gómez.
Los distintos sectores de la economía venezolana en los que convergen los ciudadanos de riesgo financiero  y de trabajo productivo, han puesto en la calle una serie de propuestas dirigidas a estructurar una agenda en la que figuren posteriormente verdaderos programas para la producción nacional de largo plazo.

Lo han hecho de la mano de su máximo organismo gremial: Fedecámaras. Y motivados por la certeza de que los diversos Consejos de Cámaras, que son precisamente los que configuran el Directorio de dicha institución, acogerán a partir de ahora dichas propuestas como su objetivo de trabajo motivacional en todo el país.

Es, sin duda alguna, una forma audaz de lanzarse al ruedo de las disquisiciones, de las divergencias, de las confrontaciones ideológicas y -¿por qué no?- de ese submundo de la política venezolana. De ese sitio franco para el culto a los juicios y a los prejuicios, y en el que si existen posiciones claras con predominio inocultable, es que toda iniciativa privada siempre tendrá que ser objeto de indagación, porque no siempre está libre de sospechas. También que las ideas del mercado son y siempre serán buenas y recibirán la mejor de sus acogidas, si son los Gobiernos los que determinan su presencia, su desenvolvimiento y hasta su razón de ser.

Ante esa doble acepción que se tiene en Venezuela de la participación ciudadana en el ir y venir de la economía y de lo económico, entonces, es que Fedecámaras va a la calle a bregar atención, comprensión y a promover discusión. Ya que si en la actual coyuntura histórica no lo hace de esa manera y con miras a dichos propósitos, difícilmente logrará no sólo que aquellos que se ocupan de la política comiencen a entender de qué se trata eso que en la Constitución nacional vigente se describen como Derechos Económicos. Sino que, además, todo cambio político que pueda producirse a partir de ahora, también debe y tiene que incluir cuáles son los nexos que regirán desde entonces la relación Estado, empresa privada y trabajadores.

Para Fedecámaras, los Consejos de Cámaras  y las propias Fedecámaras regionales no será un trabajo fácil lo que implica la ambiciosa pretensión de provocar tantos debates como sean necesarios, para que esa imprescindible revisión a fondo de lo que ha sucedido no sea lo que continúe prevaleciendo en el Siglo XXI, casi bajo los mismos términos de los dos siglos anteriores.

Pero el trabajo hay que hacerlo y lo más pronto posible. Ya que hoy nadie puede dudar que si existe un área de la economía venezolana que ha pagado y muy cara la experiencia vivida en los últimos tres lustros, a la par de las Industrias Petrolera, Petroquímica, del Acero, el Aluminio, la Minería Metálica y No Metálica en general, es la empresa privada en general.

Lo que hoy queda de la empresa privada formal en el país, y especialmente de aquella que fue excluida -o destruida- deliberadamente por no acogerse al patrón que se impuso desde el propio 2001, es una estructura signada por la sobrevivencia, y a merced de la rígida voluntad de quienes administran discrecionalmente sus propias normas. Y con esa realidad que muchos se empeñan en tratar de minimizarla en su gravedad e inconveniencia, no es posible reorientar la economía venezolana en el necesario tiempo prudencial, y con una comprobada capacidad para evitar que lo social se convierta en un obstáculo para alcanzar niveles eficientes de producción y de productividad.

Si ante el actual y aparentemente prolongado proceso de irrecuperabilidad del precio del producto de exportación venezolano por excelencia, como es el petróleo, se insiste en seguir avivando la expansión del peso del Estado y manteniendo de rodillas el esfuerzo empresarial privado, no será posible evitar que futuras generaciones de hijos del país puedan vivir, una y otra vez, en un ambiente de condiciones en los que el desquicio administrativo sea lo normal, y no lo excepcional.

Por supuesto, lo que está planteado y hoy se ha convertido en motivo determinante para que no se repita la costosa, injustificada y casi irracional experiencia a que el actual Gobierno ha condenado a treinta millones de ciudadanos, es que, de una vez por todas, la dirigencia venezolana, indistintamente del lugar que ocupe actualmente, se tiene que dedicar a trabajar por y para Venezuela. 

Y eso incluye, por supuesto, al liderazgo institucional gremial de la empresa privada, que no puede dejar de transmitirle a la ciudadanía que sus prédicas de siempre, que sus propuestas de hoy no son trampas caza bobos, sino expresiones sinceras alrededor de la necesidad imperiosa de hacer empresa, de incrementar fuentes dignas y decentes de trabajo, y justo bienestar social para todos los que producen riqueza con su esfuerzo.

Venezuela se tiene que negar a seguir en las posiciones del rezago productivo continental y global; a continuar liderando las peores posiciones cuando se trata de la vida en libertad; a seguir siendo ejemplo de las pocas naciones del mundo en las que la inflación determina qué alimento se puede o no consumir en sus hogares; a seguir siendo otro doloroso ejemplo de un país que no es capaz de evitar la pérdida de su muchachada entre la migración y las balas. Pero nada de eso será posible si lo económico continúa siendo un quiste en la voluntad de quienes conducen al país; un factor de interrupción en la visión salvadora que practican quienes insisten en sepultar las ideas del mercado, a cambio de la idílica adoración del poder del Estado en todo y para todo.

Sin duda alguna, no es fácil lo que Fedecámaras, sus afiliados y sus representados se han planteado. Inclusive, desde las ya conocidas trincheras anticapitalistas que históricamente han sobado las instancias del estatismo en sus peores expresiones, como son los de la corrupción y la promoción inteligente de vivir de un llamado pueblo al que se le esquilma y usa cruelmente como instrumento para el arribismo, ya han salido los consabidos cuestionamientos a la idea empresarial.

No obstante, la dirigencia empresarial comprometida con la convicción de no dejar de opinar cuando el país clama por participación, insistirá en hacer escuchar su voz, con transparencia y sinceridad; el sentimiento verdaderamente identificado con la Venezuela de progreso a la que tienen derecho los venezolanos que están aquí; los venezolanos que se fueron; los venezolanos que vendrán. ¿Logrará ser escuchada y entendida?. Es el reto. Hay que trabajar para conseguir la gloria. Sería lamentable terminar dando pena.

Egildo Lujan Navas
egildolujan@gmail.com
@egildolujan

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.