En
el 2004 la oposición activó un proceso de recolección de firmas para solicitar que se abriera un referendo
revocatorio del mandato al presidente de entonces. El oficialismo, contando con
su poder omnímodo y su influencia en todos los poderes públicos, logró que las
firmas recabadas fueran consideradas “planas” sobre un argumento avieso y
manipulador de "duda razonable", debido a que los datos personales de
nombre y cédula de identidad del solicitante dizque presentaban similar
caligrafía.
El
CNE sometió a reparo 876 mil firmas contra el presidente Chávez bajo el
argumento de La Sala Electoral, la Sala Constitucional descartó los expedientes
de la sentencia que favoreció a la oposición y que ordenó validar 876 mil
firmas objetadas por el poder electoral que apoyaban un referendo revocatorio
de mandato contra el presidente. La
alianza opositora, que aseguraba haber recabado 3,4 millones de firmas contra
Chávez, afirmó que con la validación suman 2,7 millones de firmas, 20 por
ciento por encima de las 2,4 millones que exigía la ley para la activación del
referendo revocatorio.
Lo
interesante, políticamente hablando y que tuvo efectos lesivos al pueblo, fue
que el Diputado Luis Tascón, por orden y concierto con su presidente y
líder, logró que se instalara un proceso
de persecución a quienes habían firmado para pedir ese referendo, válido hasta hoy, no bajo el
nombre de Lista Tascón y que debería ser lista Chavez-Tascòn, sino Lista
Maisanta, que uno puede comprarle a los buhoneros del centro de Caracas. Uno
entra en estas listas del CD y cuando
aplica la cédula de algún conocido opositor, ésta dirá: ”FIRMÒ CONTRA EL
PRSIDENTE CHAVEZ” y las represalias para entrar a instalaciones públicas,
obtener empleos, contratos con organismos públicos y alcaldías, etc., u obtener
apoyos económicos, son harto conocidas.
El
proceso popular activado suponía que no bastaba con recoger firmas, sino que
después había que lograr que el pueblo votara en mayoría para ganar el
referendo propiamente dicho. La acción opositora sólo se refiere al proceso de
recolectar las firmas, en un 15 % del padrón electoral, entre las cuales
pudiera bien haber firmas de chavistas. Vale decir, que firmar para pedir un
referendo - que es un derecho - no supone la salida inmediata del gobernante,
sino que es una manera de participar protagónicamente, como establece la
constitución, para los ciudadanos expresar el derecho de manifestar su voluntad
publica, para “pedirle la renuncia”legalmente al presidente, ya que no existe
otro procedimiento para ello, sino el referendo revocatorio.
En Venezuela no hay plebiscito, ni hay una
fórmula como la aplicada al Capitán General Vicente Emparan el 19 de abril de
1810, como tampoco contamos con el sistema de valores que permitió que ese
gobernante dijera “si ustedes no quieren mi gobierno, yo tampoco quiero mando”
y se fuera, o aquella atribuida a Pérez Jiménez, quien no es que hubiera sido
derrocado, sino que - según él mismo refiere en su libro FRENTE A LA INFAMIA –
contaba con suficiente poder militar para enfrentar a los alzados; pero, no
quiso enfrentarse y matar a sus generales y oficiales y, a finales del año
1957, sintió que ya no tenía el respaldo de las Fuerzas Armadas. El descontento
en el país era tal, que el entonces Ministro del interior Luis Felipe Llovera
Páez, le aconsejó al dictador: “VÁMONOS, MI GENERAL, QUE PESCUEZO NO RETOÑA”.
La
madrugada del 23 de enero de 1958 Pérez Jiménez decide huir de Venezuela,
abordó su “vaca sagrada” y partió al exilio. Horas después se reuniría con otro
dictador en Santo Domingo, el Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo. Algún
comentarista ha referido, medio en charada, que se “imaginaba al dictador
corriendo de un lado a otro, intentando llevarse lo indispensable, pero entre
lo improviso y el apuro se le habría olvidado como quien dice: “el sencillito”,
una maleta llena de dólares.”, Marcos Evangelista lo desmiente desde su mansión
en “La Moraleja” en Madrid, diciendo que a él no se le cayó ninguna, como reza
la leyenda urbana.
Esto
ya forma parte del imaginario popular y el temor a firmar nada e incluso a ir a
votar se ha instalado en el colectivo y hay que remolcarlos o recompensarlos
con dadivas para que voten. Recientemente ha circulado la solicitud de firmar una petición a la OEA
para que se active la Carta Democrática Interamericana y, antes que se repita
una nueva posible lista Maduro-diputado, al respecto puedo decir que:
La
Carta Democrática Interamericana, aprobada el 11 de septiembre de 2001, en
sesión especial de la Asamblea de la Organización de los Estados Americanos
(OEA) en Lima, Perú. Es un instrumento que proclama como objetivo principal el
fortalecimiento y preservación de la institucionalidad democrática, al
establecer que la ruptura del orden democrático o su alteración, que afecte gravemente
el orden democrático en un Estado miembro, constituye "un obstáculo
insuperable" para la participación de su gobierno en las diversas
instancias de la OEA.
La
Carta Interamericana implica en lo político el compromiso de los gobernantes de
cada país con la democracia teniendo como base el reconocimiento de la dignidad
humana. En lo histórico, recoge los aportes de la carta de la OEA. En lo
sociológico expresa la demanda de los pueblos de América por el derecho a la
democracia y en lo jurídico, aunque se trate de una resolución y no de un
tratado, es claro que no es una resolución cualquiera, porque fue expedida como
herramienta de actualización e interpretación de la Carta Fundacional de la
OEA, dentro del espíritu del desarrollo progresivo del derecho internacional.
En
palabras simples, la carta exige democracia de desempeño no solamente de
origen, no bastando con que se elija democráticamente al presidente, sino que
éste debe comportarse como un demócrata en todo momento y circunstancias, en
los términos taxativamente establecidos en la carta, la cual los detalla.. No
es que porque el pueblo o parte de éste manifiesta, incluso de manera ofuscada,
esto le da derecho a reprimirlo brutalmente, como se ha visto en lo poco que
hemos podido ver por los canales de TV; pero, en lo mucho que nos entregan los
videos aficionados por las redes sociales.
Por
otra parte, para esas acciones bastardas de la represión, debe recordárseles a
los infames represores la existencia del El Estatuto de Roma, el cual es el
instrumento constitutivo de la Corte Penal Internacional, adoptado en la ciudad
de Roma, Italia, el 17 de julio de 1998, durante la "Conferencia
Diplomática de plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el
establecimiento de una Corte Penal Internacional".
Durante
la Conferencia, los Estados Unidos, Israel y China hicieron causa común en
contra de éste. Pese a esto, tanto Israel como los Estados Unidos firmaron pero
no ratificaron el Tratado. De hecho, la firma por la parte estadounidense la
realizó el ex presidente Bill Clinton sólo un día antes de dejar el poder a
George W. Bush.
Pese
a la experiencia internacional en suscripción de tratados multilaterales, el
mismo estatuto fijó un alto quórum para su entrada en vigencia (60 países). Sin
embargo, el proceso fue sumamente rápido, partiendo por Senegal hasta que diez
países en conjunto depositaron ante la Secretaría General de las Naciones
Unidas el instrumento de ratificación el 11 de abril de 2002. El Estatuto entró
en vigor el 1 de julio del 2002.
El
estatuto deja sin efecto aquel viejo principio militar de la obediencia debida.
La matanza de My Lai (pronunciado mi lai) fue una conocida masacre de civiles
que perpetró el ejército de estados unidos durante la guerra de Vietnam. El 16
de marzo de 1968 las tropas de estados unidos lanzaron una operación en la
región de Son My en la búsqueda de vietcongs. Al segundo teniente (equivalente
a alférez) William Laws Calley y su sección le fue asignada la zona My Lai 4.
Según él esgrimió en su defensa, él lo que hizo fue cumplir una orden, es decir
esgrimió la obediencia debida a su superior, quien la habría dado una orden
tipo: “No importa si camina, vuela o se arrastre todo va para el traste, acabe
con todo”. Al llegar a la zona de
aterrizaje los helicópteros dejaron a los soldados y se desplazaron a la
posición de espera. A lo largo de cuatro horas, Calley y sus hombres violaron a
las mujeres y las niñas, mataron el ganado y prendieron fuego a las casas,
hasta dejar el poblado arrasado por completo. Para terminar, reunieron a los
supervivientes en una acequia.
Los
pilotos y artilleros vieron cómo Calley disparó su arma contra ellos y ordenó a
sus hombres que hicieran lo mismo hasta matar a todos los habitantes de la zona
(es decir, ancianos, mujeres y niños). Por "defectos" en la
investigación, no se sabe la cifra exacta de asesinados, pero se estima que
debió estar entre 347 y 504. Unos días después, el ejército de estados unidos
facilitó una información oficial, donde enumeraba unos 120 muertos, de los cuales
90 eran Vietcong no civiles y 30 Vietcong civiles. Pero, en toda la operación
se habían incautado sólo tres armas Vietcong.
El
teniente fue juzgado y hoy, de acuerdo con el estatuto de roma, ya no aplica el
principio de la obediencia debida, sino que paga tanto el que da una orden que
viola los derechos humanos (inconstitucional en todos los países) como quien la
cumple. Por cierto, estos delitos no prescriben.
Eddy
Darío Barrios Orozco
eddybarrios@gmail.com
@eddybarrios2
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