PEMEX,
PETROBRAS y PDVSA, las tres empresas petroleras más grandes de América Latina
están en condiciones deplorables, reafirmando mi hipótesis de que una empresa
estatal de petróleo está condenada al fracaso. Esto pudiera ser una ley, con
una o dos excepciones que la confirman, como es el caso de STATOIL, una empresa
estatal que tiene el 33% de sus acciones en manos privadas y que además es….
Noruega, o el caso de ECOPETROL, la cual ya comienza a mostrar sus problemas
estructurales.
PEMEX
Esta empresa aporta la tercera parte de los ingresos
fiscales de México y un 8% de su Producto Interno bruto, PIB. Según algunos
analistas su principal problema es que el gobierno se apodera de todo su
ingreso, ver: http://www.forbes.com.mx/pemex-el-lastre-de-los-problemas-financieros/.
Por esa razón PEMEX se ve obligada a endeudarse para llevar a cabo sus
inversiones. ¿Suena familiar a los venezolanos?
La empresa
está formada por unidades de negocios, todas las cuales pierden dinero. Solo
una, Exploración y Producción, da
pequeñas utilidades. Sus paros operacionales exceden en mucho los promedios
internacionales.
El problema ancestral, el pecado original de PEMEX
ha sido la corrupción en sus filas. Por muchos años, y todavía es así, los
sindicatos han tenido demasiada injerencia en la empresa. En una época, creo
que aún sigue siendo cierto en algunos casos, los empleos en PEMEX eran
vendidos por el sindicato, el cual estaba dominado por un sujeto llamado La
Quina. Esta dominación sindical era producto de la ideología prevalente,
ultranacionalista, de que el petróleo era de los mexicanos, que ningún “gringo”
(cualquier extranjero) debía meter sus narices en ella y que los trabajadores
eran el símbolo de ese nacionalismo, el cual arrancó con Lázaro Cárdenas y se
convirtió en religión. Hoy PEMEX tiene una deuda de unos $100.000 millones. El
prurito nacionalista ha hecho fracasar la reciente ronda de contratos con el
sector privado, al establecer demandas gubernamentales totalmente irrealistas.
La producción ha declinado, de 3,5 millones de barriles al día a unos 2,5
millones de barriles al día. Tiene más de 150.000 trabajadores y un pasivo
laboral que supera los activos de la empresa.
PETROBRAS
Esta empresa también nació al calor del grito: “el
petróleo es nuestro”. Por años se mantuvo pequeña y modesta, hasta que decidió
poner el 30% de sus acciones en la bolsa y abrirse a diferentes formas de
asociación con el capital privado, lo cual sucedió principalmente durante los
años del gobierno de Fernando Henrique Cardoso, 1995-2002. El descubrimiento de
petróleo costa afuera culminó un período de grandes avances para la empresa.
Todo parecía ir bien. Sin embargo, no contaba con el factor LULA. El gobierno
de Lula da Silva permitió una simbiosis diabólica entre la política y el
petróleo, la cual hizo posible el afloramiento de una gran corrupción. Hoy día
el escándalo es de proporciones gigantescas., ver:
http://www.nytimes.com/2015/08/09/business/international/effects-of-petrobras-scandal-leave-brazilians-lamenting-a-lost-dream.html?ref=topics&_r=0
. En este artículo muy detallado se describe el sistema de sobornos que
prevalecía en la empresa. Todo comenzó en 2004 cuando un pequeño número de
gerentes de la empresa se unió a un cartel de empresas contratistas para cargar
sobreprecios a los programas de construcción y de servicios. El producto de
este fraude gigantesco era repartido entre las contratistas, los gerentes y
figuras del mundo político. Un solo empleado, Pedro Barusco, se declaró
culpable de haber obtenido $100 millones.
Barusco también admitió que el partido de Lula había obtenido unos $200
millones para financiar sus campañas políticas. La presidenta de PETROBRAS
durante este período era Dilma Roussef, hoy presidenta de Brasil. Como
resultado de la investigación llevada a cabo por un magistrado graduado en
Harvard, unos 117 gerentes y contratistas han sido acusados, cinco líderes
políticos llevados a prisión y unas 13 empresas indiciadas de complicidad. Se
estima que unos $3000 millones fueron a parar a estas manos. Recientemente Lula
da Silva ha sido señalado como cómplice de este inmenso fraude y la presidenta
Roussef enfrenta un rechazo casi unánime del país. PETROBRAS, por su parte, ha
perdido la mitad de su valor en apenas un año.
¿Por qué sucedió esto? Porque en Brasil muchos de los gerentes de la
empresa petrolera son nombrados por afinidades políticas. Deben favores a
quienes los ponen allí. El concepto de gerencia profesional ha desaparecido.
¿Suena familiar a los venezolanos?
PDVSA
En los últimos 16 años de desastre nacional PDVSA ha
visto caer su producción en unos 800.000 barriles diarios, su exploración está
paralizada, su nómina laboral incrementada de 35.000 en 1998 a 130.000 empleados y su deuda incrementada de
unos $2000 millones en 1998 a unos $80.000 millones en 2015, sin contar lo que
debe pagar a China en petróleo por el dinero del llamado Fondo Chino, el cual
está para todo efecto práctico en cabeza de PDVSA, ya que el pago que hace la empresa a China sobrepasa
en mucho el monto de las regalías de la Nación.
La empresa hubiera perdido unos $8000 millones el
año pasado de no haber sido por una maniobra contable sobre una “venta” de
minas de oro al Banco Central de
Venezuela, lo cual significó un “ingreso” de $12000 millones a la empresa,
dinero que no existió.
La empresa se ha dedicado a importar comida (muchas
veces ya podrida), a venderla, a sembrar yuca y criar cochinos, a construir
casas chimbas y a prestar sus activos y financiar al régimen en sus campañas
políticas. La corrupción es aún mayor
que la de PETROBRAS, dada la cuantía de los contratos con sobreprecios que se
firman con contratistas amigos. Equipos de generación eléctrica, gabarras de
perforación costa afuera, taladros fantasmas, comisiones repartidas con
contratistas, estadísticas fraudulentas, forman un cuadro horroroso de
corrupción e ineptitud. A diferencia de Brasil, sin embargo, ninguna de estas
señales evidentes de corrupción ha sido investigada. No existe en Venezuela
ningún magistrado honesto que inicie tal investigación.
************
Las historias de estas tres empresas son muy parecidas. Las tres muestran altos niveles de corrupción, baja productividad laboral, intensa contaminación política, altos niveles de endeudamiento, nóminas exageradamente altas, opacidad en sus actividades, situación financiera cercana a la quiebra, gerencia inepta empleada por razones políticas, poca capacidad tecnológica (la mejor es PETROBRAS) y ondean banderas políticas basadas en conceptos patrioteros. En el caso específico de Venezuela, en los últimos 16 años, con la excepción de Roberto Mandini y Guaicaipuro Lameda, la empresa no ha tenido ningún presidente que sea un gerente profesional sino una colección de ineptos, algunos increíblemente corrompidos, como es el caso de Rafael Ramírez.
En base a la evidencia acumulada durante los últimos
30 años, postulo:
La primera Ley de Coronel
Toda empresa petrolera estatal en América Latina de
más de 30.000 empleados está condenada al fracaso
Gustavo Coronel
gustavocoronelg@hotmail.com
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