domingo, 2 de agosto de 2015

EUGENIO MONTORO, LOS BÚHOS DE NICOLÁS

En alguna de sus fastidiosas cadenas Maduro mencionó a los buhoneros y para alegrar el ambiente se le ocurrió preguntar  al público que si sabían el por qué se llamaban así. Según nuestro improvisado profesor el nombre (o sobrenombre) se debía a los ojos abiertos que mantenían para vigilar la aparición de la policía. Para abundar en su clara explicación, Maduro trató de imitar al ave y abrió desmesuradamente los ojos y completó la mímica moviendo la cabeza como si fuese un radar tratando de detectar la presencia de los uniformados.

         No hay duda que la gracia le salió morisqueta al profesor Jirafales pues asociar  a un buhonero con un búho es casi tan brillante como ver cercanía entre un parto con un reparto o una vaca con unas vacaciones.
         La palabra buhonero ya  aparece en los años 1200 como pariente de buhón o bufón y estas originadas por “buff” que era la verborrea que usaban para vender su mercancía. Su definición de diccionario es persona que vende objetos de poco valor. En Venezuela son parte importante de nuestro acontecer aunque también le robamos a los franceses el nombre alterno de “mercanchifle” el cual ya usamos poco.
         Un apreciado amigo mantiene enorme respeto por los buhoneros pues dice que son personas que a pesar de sus grandes dificultades se niegan a delinquir. Son millones (60% de la fuerza laboral) que con la incertidumbre a cuestas y toneladas de sudor y esfuerzo cooperan en  mantener diariamente todos los aspectos del País.
         Pero la pifia de Maduro no es un “errorcito” pasable y ya. Por el contario es una prueba más de la inmensa capacidad de todo su régimen de mentir en la forma más descarada.  La verdad importa un carajo. Nadie investigará los 25.000 millones de dólares que según Giordani se perdieron, nadie investigará las graves denuncias sobre  personeros del régimen. Todo se tapará, nadie hablará. La mafia lo exige. Como Bernarda Alba “Silencio he dicho, silencio”.
         Mentir es parte fundamental de los regímenes comunistas. La misma Constitución es una prueba. En ninguna parte se menciona el socialismo y muchísimo menos al comunismo. La razón era simple no se habría aprobado si lo ponían, así que había que mentir, ya habría tiempo para sacar las uñas.
         La Constitución exige  a las fuerzas armadas institucionalidad, estar al servicio del Estado y no de parcialidad política alguna. Solo hay que prender la TV para asombrarse de que la orden bien clara del pueblo y por escrito se evapora en cualquier desfile entre pañuelos rojos y consignas chavistas.
         Hasta en los detalles de la real fecha de muerte de Chávez o del lugar de nacimiento de Maduro está el tufo de la mentira. No hay acta de defunción, no hay partida de nacimiento. A  las próximas elecciones de diputados tenemos que ir con la verdad como bandera. Que su luz asuste a estos dirigentes de ultratumba que ya nadie quiere. El comunismo ha vuelto a fracasar y Venezuela quizás pase a la historia como su definitiva vencedora.
         Vamos bien. Vamos a ganar. Viva Venezuela.
Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es
@yugemoto67

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