DANIEL CHALBAUD LANGE, EL ODIO, FUENTE DE PERENNE PROVOCACIÓN

“Hagamos que el amor ligue con un lazo universal a los hijos del hemisferio de Colón, y que el odio,  la venganza y la guerra se alejen de nuestro seno…”.       Simón Bolívar

Todo gobierno que ilegítimamente toma el poder en una nación, por lógica, a diario vive en una constante lucha, externa e interna, que lo obliga a provocar acciones, de toda índole, que le permitan subsistir, porque su tiempo es indefinido. Legalmente no tiene límite como gobierno y menos lo tiene el grupo dominante, el cual, al final, se reduce a seis u ocho personas. Su apoyo son los cientos de parásitos, internos y externos, que sobreviven gracias a la adulancia y conchupancia.

Cuando la misma necesidad de sobrevivencia le hace ver la realidad, comienzan a tomar acciones de respiro al sentir que se les acerca su último suspiro. Por ello, irracional y precipitadamente, provocan variados procesos, no importando las consecuencias, que los ayude a mantenerse el mayor tiempo posible.

A los pueblos, grandes o pequeños, no hay cosa que los una más que las afrentas contra su Patria, su amada Madre Patria. Por ese sentimiento que se aferra tanto a la tierra como al  mar, cielo, montaña, llano, selva, familia, amistades, costumbres y hasta “la ceniza de los muertos”, han muerto, a través de los tiempos, millones y  millones de seres humanos, por propia voluntad o por la impuesta de voluntad de gobernantes o líderes; si pudiéramos colocar una Cruz en cada metro cuadrado de la tierra por la inmensa cantidad de quienes murieron defendiendo a su patria, el globo terráqueo sería la imagen de un inmenso cementerio. Los horrores de la guerra siempre están presentes.

 El ser humano ha inventado millones de cosas para el mejor vivir de muchos, al punto de comenzar a escudriñar cómo sería la vida en otros planetas, pero los conflictos y las guerras continúan, quizás con técnicas más sofisticadas, pero los muertos aumentan.

En el abanico del comportamiento humano siempre convivirán los que tienen “alma de Dios” con los que tienen “arma de Diablo”. Entonces, ¿por qué será que estos últimos, en pequeña minoría, tienen capacidad, en determinados momentos y circunstancias, de dominar al resto de la población de su barrio, a sectas maléficas, a instituciones y hasta gobiernos nacionales?; ¿por qué será que el ser humano no ha sido capaz de encontrar la medicina contra el ODIO, malvado sentimiento que, obnubilando mentes y conciencias, lleva a gran parte de una población hacia la desgracia y el abismo?

Mi respuesta es que la medicina requerida no se fabrica en un laboratorio y no tiene el mismo efecto para todos. La medicina contra el ODIO, se fabrica en el laboratorio que Dios le dio a cada ser humano ubicándolo en la conciencia de cada uno, y está patentada desde la fecha que recibimos los Mandamientos de Dios, con el nombre de “Amor a tú Prójimo”. Elabórala, es fácil, sin costo, “Made in tu corazón”, distribución gratuita y con inmenso mercado nacional e internacional.

Valgan estas consideraciones como un preaviso a quienes comenzamos a leer y oír, sobre nuestra patriótica y obligada defensa de la patria ante un eventual conflicto por efecto de controversias limítrofes. Nuestra madre patria, Venezuela, exige nuestra presencia y acción, individual y colectiva, pero recordemos que, también como el amor, el odio se pega.

No caigamos en provocaciones ni nos inclinemos a la ligera, a la precipitación de un conflicto armado sin antes darle uso a nuestra medicina que viene en irrompible cápsula de amor. Es más poderosa e inagotable.

Daniel Chalbaud Lange

vonlange1939@gmail.com

@danielchalbaudl

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