viernes, 19 de junio de 2015

RAÚL SANZ MACHADO, ¿A QUIÉN SE DEBE LA FUNDACIÓN DE BOLIVIA…?

A los 190 años de la fundación de Bolivia, consagrada en el Acta de Independencia del Alto Perú, firmada en Chuquisaca el 6 de agosto de 1825, es digno de reconocimiento, los méritos del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, a quien se debe la iniciativa de esta obra emancipadora, no obstante las disidencias con El Libertador Simón Bolívar. El glorioso triunfo de Sucre en la Batalla de Ayacucho que otorgó la libertad a Perú y extirpó el poder español, en diciembre del año anterior, tuvo pronta resonancia en la región del Alto Perú, donde soplaban inquietos aires de autonomía, se produjo el natural entusiasmo de sus moradores, fruto de la esperanza emancipadora. Sucre escuchó el clamor, midiendo con prudencia las posibles consecuencias que un pronunciamiento separatista podrían generar en el virreinato del Río de La Plata, aunque desde los tempranos tiempos del régimen colonial hispánico, las poblaciones de La Paz, Potosí, Cochabamba y Chuquisaca eran territorio peruano y  la voluntad manifiesta de sus pobladores, la autonomía.

Sucre, ante las exigencias de sus ciudadanos, además de la autoridad discrecional de la cual estaba investido, por delegación expresa de Bolívar, asumió sus atribuciones como General de División de las fuerzas colombianas en Perú. En tal virtud, Sucre, no dudó en adoptar la decisión que consideró pertinente y oportuna. El 7 de febrero de 1825 entró en La Paz, en medio de entusiastas aclamaciones y el día 9, redactó y firmó el histórico decreto para convocar la Asamblea de las provincias del Alto Perú y decidir el destino que conduciría a la fundación de la nueva República.  Así se lo comunica a El Libertador quien se hallaba en Lima, pero… Bolívar, dotado de poderes dictatoriales, y no exento de las debilidades del ego, reaccionó enérgico, desaprobando la iniciativa de su leal subalterno: “Ni usted ni yo  –le dice– ni el Congreso mismo del Perú, ni de Colombia, podemos romper y violar la base del derecho público que tenemos reconocido en América. El Alto Perú es una dependencia del virreinato de Buenos Aires. Llamando usted a estas provincias a ejercer su soberanía, las separa de hecho, de las demás provincias del Río de La Plata.  Hay que recordar que la iniciativa a ejercer su soberanía, fue de las provincias, no de Sucre, quien atendió el clamor con idéntica justificación a la asumida por el Congreso de Caracas en 1811, después de la expresión bolivariana de: “¿…300 años de calma no bastan…?” 
Venezuela no pidió permiso a España para asumir y ejercer su soberanía; la conquistó después de 10 años de sangre y sacrificios. Ante el Decreto de Sucre, Bolívar agrega, en ácido reproche: “…convenga usted conmigo, aunque le duela su amor propio, que la moderación de usted le ha dado un paso que jamás pudo ser más lento.  Lo que a mí me hacía dudar y por lo mismo no resolver, lo juzgó usted muy sencillo y lo hizo sin necesidad… primero porque el país no se había libertado, segundo, porque un militar no tiene que meterse sino en el ministerio de sus armas y tercero, porque no tenía órdenes para ello”.  
Si ello es así, ¿cómo explicar el Bolívar estadista, político, pensador, constitucionalista? ¿Cómo explicar el Bolívar de la Carta de Jamaica, del Manifiesto de Cartagena y del Discurso ante el Congreso de Angostura?  Y en cuanto al regaño de que “no tenía órdenes para ello”, valga la firme y respetuosa repuesta de Sucre: “Mil veces he pedido a usted instrucciones respecto al Alto Perú y se me han negado… tomé el camino más noble y generoso que fue convocar la Asamblea General de las Provincias… en mi triste opinión encuentro haber hecho un servicio al país a Buenos Aires y a la América…”.  
Al reconocer el gobierno de Buenos Aires las legítimas aspiraciones de las provincias, Bolívar  rectificó su criterio. Instalada la Asamblea el 10 de julio de acuerdo con la convocatoria expedida por Sucre, ésta fue reconocida por los altoperuanos, como base del acto jurídico que dio a luz la República de Bolívar, mediante el Acta de Independencia firmada en Chuquisaca –ciudad capital Sucre- el 6 de agosto de 1825.
Según el proceso emancipador de los países de América meridional, en 1819, el Departamento de Venezuela –conocida como 3ª República-, se incorpora a Nueva Granada incluyendo la provincia de  Quito y Panamá, para integrar la Gran Colombia. El 7 de agosto del mismo año, Bolívar derrota a los españoles en la Batalla de Boyacá  y dos años después en junio de 1821,  Bolívar logra el triunfo sobre las fuerzas realistas en la batalla de Carabobo y con ella, extirpa el poder español en ambos departamentos. 
Sucre, por su parte, logra la independencia del territorio ecuatoriano con la victoria en la batalla de Pichincha el 24 de mayo de 1822. El 10 de agosto se consagra como República de El Ecuador y se integra a la Gran Colombia. Con el triunfo de Ayacucho, por Sucre, se produce la emancipación de España en la América meridional y tres años después completa la obra con la fundación de Bolivia. Históricamente Bolívar concibe la obra emancipadora integral, mientras Antonio J. de Sucre la realiza en Perú y Bolivia. Honor a quien honor merece.
Raul Sanz Machado
rsanzmachado@gmail.com
@rsanzmachado

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