martes, 9 de junio de 2015

ISAAC VILLAMIZAR, UN SALUDO NOS SALVA LA VIDA

Cuenta una historia que hace muchos años una persona trabajaba en una planta empacadora de carne en Noruega. Un día terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo; se cerró la puerta con el seguro y se quedó atrapado dentro del refrigerador. Golpeó fuertemente la puerta y empezó a gritar una y otra vez, pero nadie lo escuchaba. La mayoría de los trabajadores se había ido a sus casas, y era casi imposible escucharlo por el grosor que tenía esa puerta. Llevaba cuatro horas en el refrigerador y se sentía ya al borde de la muerte, sin esperanzas de salvación. De repente y para su inmensa alegría, se abrió la puerta. El guardia de seguridad entró y lo rescató. Después de esto, le preguntaron al guardia a qué se debía el que se le ocurrió abrir ésa puerta si no era parte de su rutina de trabajo. Él explicó: llevo trabajando en ésta empresa casi 25 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero él es el único que me saluda en la mañana y se despide de mí en las tardes. El resto de los trabajadores me tratan como si yo fuera invisible. Hoy, como cada día, me dijo "hola" a la entrada, pero nunca escuché - "hasta mañana". Yo espero por ese “hola”,” buenos días”, y ese “chao” o “hasta mañana”, cada jornada. Sabiendo que todavía no se había despedido de mí, pensé que debía estar en algún lugar del edificio y que algo debió pasarle, por lo que lo busqué y gracias a Dios lo encontré".

El saludo tiene un gran valor simbólico y social porque de la manera como lo expresemos podrá ser entendido como un gesto de cercanía, proximidad, de relaciones afectivas o un mero gesto de cortesía y de buenas costumbres. Siempre que nos saludan se debe corresponder a éste como señal de cortesía. Rechazar el saludo, no darlo a quienes conocemos, es considerado como una evidente falta de educación o síntoma de gran enfado. Hay muchas formas de expresar un saludo cordial. Ello depende de la cultura de cada país. Una mirada, una leve inclinación de la cabeza, unas palabras afables, estrechar las manos o un beso, denotan el agrado de encontrarnos con alguien. “Buen día”, “Buenas tardes”, “¿Cómo está?”, un apretón de manos, un abrazo, un beso, un “encantado de saber de usted” o “es un placer”, son formas básicas de saludo. En España, Italia, Bélgica, Alemania, Suiza, se dan dos o más besos en las mejillas. En Rusia y Holanda lo hacen en la boca. Los esquimales se saludan frotándose la nariz y en Oceanía la nariz y la frente, ya que besar significa olor. Los británicos son más reacios al contacto cercano y lo hacen con el tradicional apretón de manos. En tribus africanas se saludan sacudiendo dos veces el miembro viril e incluso tres si son familiares y las mujeres se dan apretones en los pechos. En China y Japón inclinan la cabeza y dependiendo del respeto que se tengan las personas la inclinación será mayor. En el mundo musulmán lo común es estrechar las manos acompañado de las palabras “salam aleikum”, pero entre damas y caballeros nunca se tocan, a menos que sean familiares.
Yo creo que nos hace falta regresar a aquello de “permítame tener el honor de presentarle a…”; “Encantado de conocerle, es un placer saludarle…”. Saludar con un tono de voz agradable, con una sonrisa cautivadora, que alegre el corazón, que venga de adentro, que tenga un buen precio en el mercado, demuestra aprecio, elogio, interés sincero en los demás y con ello, en vez de perder, ganamos mucho. Así estamos diciendo “me causa felicidad verlo y usted me agrada, me hace sentir muy bien”.
El más grande conquistador de amigos lo encontramos con frecuencia. Si usted lo acaricia él le demostrará gratitud de inmediato y sabrá que detrás de su muestra de afecto no hay motivos ulteriores, que usted no quiere venderle algo o sacarle dinero, que usted no quiere aprovecharse de él. Me refiero al perro, que es el único animal que no tiene que trabajar para ganarse el sustento. La gallina tiene que poner huevos, la vaca que dar leche, la oveja que entregar lana. El perro se gana la vida sólo demostrando su cariño moviendo la cola. Ese es su saludo. Conquistemos el mundo con el saludo. ¡Hasta nos podría salvar la vida!
Isaac Villamizar
isaacvil@yahoo.com
@isaacabogado

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