martes, 5 de mayo de 2015

SAÚL GODOY GÓMEZ, CONSUMIR ES BUENO,

Le guste o no a Maduro, consumir es una necesidad de vida o muerte, el que deja de consumir se muere.

El hombre, como todos los animales necesita consumir alimentos para poder vivir y como no podemos producir todo lo que consumimos, y por que dependemos de la producción de diversos productos que hacen otras personas, y ellos a su vez, dependen de lo que nosotros producimos e intercambiamos en un mercado, consumir se ha convertido no solo en un aspecto económico fundamental en la sociedad, sino en una necesidad.
La cadena de consumo y oferta hacen al mercado y el mercado, es lo que mantiene con vida a una economía, no importa si es capitalista, comunista o socialista del siglo XXI.
Cuando Maduro, o sus ministros, condena el consumismo, supongo se refieren al llamado consumo suntuario, que es el que se hace una vez satisfechas nuestras necesidades básicas y se dispone de medios suficientes para adquirir cosas que nos gustan más que necesitamos, o necesitamos en otro sentido, satisfaciendo otros niveles de necesidad que son los que molestan a los tiranos.
Suponemos que para el chavismo, una vez que una persona coma sus tres comidas diarias (o dos, o una, dependiendo de su magnanimidad), tenga techo y alguna ropita, ya basta, con eso debería ser feliz y no desear nada más, cualquier otro deseo o adquisición sería pecado y tendría que envidiarle la suerte al camello que pase por el ojo de la aguja.
Tengo la impresión que hay mucha hipocresía, ignorancia y mala voluntad en tal posición, yo no creo que nadie fuese capaz de exigirle una conducta a su pueblo diferente a la que él exhibe públicamente (su corpulencia física dice mucho de lo mucho que gusta de los placeres de la buena mesa) y menos, que intente ir en contra de la naturaleza misma del venezolano quienes nos hemos distinguido, históricamente, por apreciar la buena vida y disfrutar de los frutos de nuestro trabajo.
El consumo sostiene una relación directa y causal con la producción, a mayor consumo mayor producción y si se trata de productos masivos, en un sistema de libre mercado los precios tienden a la baja, y si son productos escasos, los mismos tendrán mayor precio y consumo limitado.
No todos tenemos como vehículo un Lamborgini, o podemos lucir un costoso reloj Bulgari, ni todos nos vestimos con trajes cortados a la medida en Savile Row en Londres; pero hay quienes sí tienen el dinero y la necesidad para estas cosas y afortunadamente, hay gente que los produce y se gana la vida con ello.
Así como hay gente que produce los fusiles Kalashnikov y con eso mantienen a sus familias; hay personas que los necesitan y los compran, produciéndose una relación de mercado que es usual en el mundo y beneficia a todas las partes.
El dictador tendría que aclararnos que quiso decir con que el consumismo es malo, cuando sabemos que es bueno y vital para que la economía de un país funcione, tendría que explicar que productos, en que condiciones y por que es malo consumir, tengo la vaga idea que este ataque al consumismo se produce debido a que este gobierno comunista, acabó con la capacidad de producción nacional en su ataque en contra los empresarios privados, y como sus empresas socialistas son nulas produciendo, en vez de admitir sus errores, prefiere atacar al pueblo y acusarlo de consumista.
La solución que el chavismo ofrece ante la escasez de productos, la falta de divisas para exportar y su incapacidad para la producción nacional es que el venezolano consuma menos, o mejor, no consuma del todo.
Los marxistas odian al mercado por su simplicidad y perfección, pero hasta los momentos no han aportado otro tipo de relación entre los hombres y los pueblos, algunos han querido explicarnos que el cooperativismo, el trueque y la vida en pobreza es la solución y han tenido la audacia en desear para los venezolanos que dejemos de consumir, que andemos desnudos y flacos, durmiendo debajo de una matica, comiendo topocho y limpiándonos el rabo con una tusa de maíz.
Lo peor del asunto es que lo poco que se produce en el país, gracias al esfuerzo y la valentía de unos empresarios que sí creen en Venezuela, de unos obreros que saben que tienen trabajo y que deben cuidarlo, que sus productos tienen un mercado al que deben servir de la mejor manera, ofreciendo calidad y disponibilidad, esos hombres y mujeres productivos están siendo amenazados por el gobierno chavista con expropiaciones y nacionalizaciones, como si no hubiera bastado lo que hizo Chávez y a continuado haciendo Maduro, apropiándose indebidamente de las empresas productivas, entregándoselas a los sindicatos chavistas y quebrándolas.
Todos esos personeros chavistas que andan amenazando a los pocos empresarios que quedan en ocupar sus fábricas y pasárselas a sus obreros lo que están jugando, es al hambre y la ruina de los venezolanos, son no solo irresponsables, sino unos criminales que están auspiciando un estallido social.
El dictador Maduro está jugando a una crisis humanitaria de magnitudes bíblicas en el país, no tiene como alimentar, cuidar la salud y brindarle seguridad a tanta gente desempleada y hambrienta, y todavía sigue con su jueguito de amenazas a los que todavía producen algo.
Si está contando con la ayuda de sus cómplices internacionales para que se ocupen ellos de producir, solo le pido que recuerde las centrales azucareras en manos de los cubanos, las empresas productoras de harina, agrícolas, ganaderas que entregó a manos de extranjeros que le prometieron aumentar la producción… todas esas empresas están cerradas.
Recuérdole también, que nuestra industria petrolera, PDVSA, está prácticamente en rojo, pero el rojo que en finanzas significa a punto del desahucio, los dólares que aporta al tesoro público y que usted maneja como si fuera suyo, son cada vez menos, y su cliente principal, que usted lo tiene y lo trata como enemigo, muy pronto dejará de comprarle petróleo.
De esa manera jamás podremos producir cosas importantes que otros quieran consumir y nos paguen por ello, no es la manera de reactivar la economía, con esas amenazas y promocionando el caos jamás va a interesar a empresarios extranjeros para que inviertan en el país, los países del mundo nos están viendo como la guarida de Alí Babá y los 40 ladrones, a la espera que un extranjero pise el aeropuerto de Maiquetía para robarlo, o peor aún, matarlo.
Consumir es malo, dictador, pero a usted y a sus cómplices les gusta comprar aviones de guerra avanzados, misiles tierra-aire, radares de múltiples propósitos, a usted le encantan los hoteles cinco estrellas y las cenas millonarias en lujosos restaurantes en el mundo, o esas sofisticadas máquinas caza huellas o esas granadas lacrimógenas que a esos consumistas de la oposición tanto les encanta. –
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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